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Primer amor adolecente


Los Denali habían sido testigos de como los híbridos miraban con tanta emoción la película de el stand de los besos por el parque de juegos que aparecía. No podían pensar en como habían salido tan poco y estar en un lugar tan bello y turístico como Volterra.

Ellos sabían que los mellizos tenían permitidos algunos pasillos que no conectaban con nada importante, la biblioteca de la cual se habían adueñado, la sala del trono, las habitaciones de sus amigos y la suya. Así que no conocían nada menos que sea a través de una pantalla.

Así que se les ocurrió algo para mejorar su día. Los llevarían a un parque de diversiones.

En el camino habían puesto música en el carro para que las preguntas de los niños se callen, no les habían dicho a donde iban así que sería sorpresa total para ellos.

- De acuerdo cachorros, primero que nada intenten no chillar muy fuerte. - Amenazó Garrett antes de bajarlos del coche.

Ellos se dieron una mirada confundida mientras bajaban, al mirar en frente viendo el enorme parque bañado en nieve, sus mandíbulas se aflojaron. Y como si la orden que les había dado minutos atrás les valió madre, gritaron más agudo que Bellatrix Lestrange pariendo un hijo de voldemort.

- ¡O si, nena! - Ambos estaban haciendo patéticos pasos de baile mientras festejaban. Los vampiros no sabían que hacer, sólo podían sentir vergüenza ajena a tan malos pasos de baile.

- Hora... - Amadeo paró su baile en seco

- De... - Alessia lo imitó.

- ¡La diversión! - Gritaron al unísono entrando a velocidad humana.

- Me estoy arrepintiendo. - Murmuró con diversión Garrett.

En la fila para los boletas los híbridos parecían tener hormigas por todo sus cuerpos, si estaban quietos, daban saltos en su lugar; si estaban corriendo lo hacían dando vueltas; si estaban sentados movían dramaticante sus piernas. No se quedaban quieto un segundo. Nunca los habían visto tan energéticos.

- Aquí tienen- La chica que daba los boletos les entregó el suyo con esa típica sonrisa boba.

Los híbridos no se hicieron rogar y los tomaron empezando a correr a la entrada para entregar el boleto allí y volver a correr a su primer juego.

Los vampiros los seguían de cerca con hermosas sonrisas, obviamente Eleazar y Garrett no se quedaban atrás, también subían a algunos juegos.

- ¡Montaña rusa! ¡Montaña rusa! ¡Montaña rusa! - Los híbridos suplicaban con un canto arrastrando a sus mayores a la atracción más rápida de todas. Eh de decir que iba a una velocidad casi parecida a la que ellos corrían pero la emoción no se les quitaba.

Algunos jóvenes de sus edades miraban curiosos a esos chicos, más que nada algunos habían quedado flechados por ellos. Pero Amadeo no tenía en mente a nadie que no sea Jane así que ignoraba olímpicamente a las chicas que lo veían.

- De acuerdo, pero no vomiten. - Respondió Garrett con una mueca de asco.

- Aún no sabemos si somos capaces de eso. - Contestó Alessia dudosa.

Caminaron a la fila hasta que vieron un carrito con dulces pasar. Tanya vio el brillo que se apareció en los ojos de la híbrida.

- Ten. - Le dió suficiente dinero para que se compre varias cosas. - Aprovecha - Le guiño el ojo. La chica ensanchó, aún más si era posible, su sonrisa.

Camino con elegancia pero nerviosismo al puesto, había sido criada por vampiros anticuados, en público había aprendido a guardar la postura. Delante de ella había un chico de unos dieciséis años comprando.

El terminó de pagar y se giró para irse, pero se frenó al ver a una chica tan bonita que parecía ser de su edad. El trago en seco nervioso. Ella le sonrió con amabilidad y prosiguió a comprar varios dulces.

- Pobre chico. - Kate con sus dos amigas, estaban viendo como el joven trataba de encontrar su valor para hablarle a la híbrida, con ternura y diversión.

- Vamos niño, tú puedes. - Lo alentaron en susurros de lejos para que le hablé.

Alessia terminó de comprar, tenía planeado ir con su hermano pero su camino se vio interceptado por el mismo chico de antes.

Era de cabello negro con ojos de mismo color, piel pálida pero no demasiada, y varias pecas adornando su rostro.

- Hola... - Murmuró con amabilidad pero coqueto. Alessia no sabía como hablar con gente de su edad así que se dejó llevar.

- Hola, ¿Necesitas algo? - La educación con la que se mostró sólo logró flechar aún más al chico.

- Tú nombre. - Dió como respuesta. Ella rió suavemente un poco nerviosa.

Para este entonces los hombres del clan se dieron cuenta de la falta de la chica entonces la buscaron con la mirada encontrándose con una escena no muy agradable a su gusto.

- Alessia, ¿El tuyo? - Los hombres parecieron estar sincronizados para fruncir su ceño al mismo tiempo.

- Thomas. - Estiró su mano derecha ya que en la izquierda estaba su helado.

- Un gusto, Thomas - Estrechó su mano con la mano que no tenía llena de bolsas con caramelos.

El chico al escuchar su nombre desde la dulce voz de la híbrida sintió sus piernas temblar y su helado se cayó pero ni se inmutó. Las mujeres Denali estallaron a carcajadas y los hombres del clan salieron de la fila para ir a alejar a ese chico de su pequeña al verlo con una sonrisa embobada.

Alessia se rió un poco por el extraño comportamiento del chico.

- ¿Todo bien? - Le preguntó cuidadosa. Antes de que el pudiera contestar, dos hombres con miradas poco amistosas y un chico con semblante intimidante se pusieron detrás de ella.

- ¿Buscas algo, niño? - Preguntó cortante Eleazar.

Las mujeres rodearon los ojos al ver su modo celoso salir al aire. Mientras Alessia veia como el chico parecía pez fuera del agua sin poder emitir sonido alguno.

- Vámonos, cachorra - Garrett la abrazo por los hombros sacandola de allí con ella bastante confusa.

Antes de alejarse lo suficiente saludó con la mano y una sonrisa confusa al niño quien sólo pudo suspirar frustrado con mezcla de enamorado.

- ¡Por Dios! ¿Por qué la sacaron? - Kate se puso delante de ellos con los brazos cruzados y una ceja alzada.

- Porque el niño la miraba. - Respondió con obviedad el híbrido haciendo reír a las mujeres. Los hombres asintieron dándole la razón.

- Celosos. - Murmuraron al coro.

Pasaron por varios juegos, las sillas voladoras, el zamba, los juegos de rayos lazers, las tres montañas rusas que había, y varios más.

Ahora estaban en la entrada de los rayos lazers. Se estaban poniendo los chalecos y tomando las armas para jugar. Las mujeres se pusieron del lado rojo mientras los hombres del lado azul. Un juego de lazers vampirico, quien lo diría.

- ¡Muy bien! - Un chico de unos diescisiete años se apareció delante de ellos con una sonrisa, siendo ahora la híbrida quien quedó embobada. - Las reglas son estas...

El chico tenía el cabello castaño con rulos, ojos celestes y una sonrisa encantadora. Carmen con un dedo levanto la mandíbula de la chica para que cierre la boca al verla casi babear por el joven.

- ¿Entendido? - Preguntó una vez termino de explicar las reglas.

Las cuales consistían en acabar con el equipo contrario antes de que suene la alarma. El chico recorrió con la mirada a los presentes para comprobar hasta que chocó con la de la híbrida, el no quedó atrás siendo también atraído por la belleza de la menor. En su mente estaba más que seguro que eran família por lo atractivos que eran.

- Entendido. - Asintieron todos al unísono pero el chico no quitó la mirada de la híbrida quien le sonreía.

Las mujeres como siempre cómplices de que la niña disfruté la adolescencia tomaron la iniciativa para darles un empujón.

- Estamos disparejos ¿Podrías unirte? - Kate le demostraba una sonrisa inocente. Los hombres no se interpusieron al no haber visto el duelo de miradas de los menores.

- Claro, porque no. - Respondió con una sonrisa - Soy James. - Se presentó.

- Ellos son Eleazar, Garrett y Amadeo. - Señaló Carmen a cada uno. - Ella es Kate, ella es Tanya, yo soy Carmen. - Camino dos pasos atrás para abrazar por el hombro a la híbrida. - Y la pequeña cachorra es Alessia. - Le guiño un ojo cómplice al chico quien se sonrojo al ser descubierto.

Todos asintieron para entrar una vez el chico terminó de alistarse. Las mujeres fueron de un lado del campo que era un cuarto con luces azules y varias estructuras para esconderse mientras los hombres fueron del lado contrario.

La bocina del lugar sonó dando a entender que el juego había empezado.

Los vampiros al tener sentido más desarrollado tenían que calmarse un poco para estar al nivel de los híbridos y el humano, así ser un juego justo.

La primera en caer fue Carmen, a mano de Eleazar recibiendo una queja de que no tendría sexo esa noche. La mayoría tuvó que aguantar la risa para no ser descubiertos en sus puestos.

Kate estaba en una de las torres que había, buscando algún objetivo pero no se dio cuenta del híbrido que estaba detrás de ella a punto de dispararle, pero fue tarde.

Tarde para el híbrido.

Detrás de el estaba su mellizos cubriendo la espalda de la rubia, le disparó dejándolo fuera del juego. La vampiro al escuchar el sonido del chaleco siendo apagadó se giró con una sonrisa victoriosa mientras el menor se mordia la lengua negando con la cabeza.

- Traidora. - Murmuró pero sabía que su hermana lo escuchó bien.

En el juego se podía sentir la tensión, mezclada con el miedo y diversión que sentían.

Garrett era más que sigiloso, escalaba como todo un ninja, incluso lo hacía más exagerado para sentirse dentro de una pelicula. Tanya era como una leona dentro de una jaula de ovejas.

Kate estaba aún en la torre vigilando hasta que encontró a su víctima, Eleazar. El hombre iba con sigilo sin saber que ya había sido descubierto. Sin dar tiempo a que noté su presencia, le disparó, dejándolo fuera del juego.

- ¡Eres un inútil, tío Eli! - Le abucheo desde una terraza el híbrido. Una terraza de espectadores donde se podía ver el campo.

- ¡Tú callate! ¡Perdiste hace rato! - Se defendió saliendo del juego.

- ¡Al menos a el no lo dejaron sin sexo! - Gritó Garrett desde su escondite.

En otro lado del campo, especificamente en una de las puntas, estaban yendo en misma dirección la híbrida y el humano.

Caminaban sigilosos hasta que chocaron provocando que sus armas caigan al suelo y ella caiga sobre el. El chillido de la chica se le hizo inconfundible.

- Hola, Alessia. - Murmuró con vergüenza y diversión.

- Hola, James - Respondió de igual manera.

El chico había quedado igual de tonto que el pelinegro del carrito de dulces al escuchar su nombre salir de los labios de ella. Con la luz azul alumbrandonos el no pudo evitar fijarse en esos labios al escucharla hablar.

Alessia podía escuchar perfectamente el corazón acelerado de el. Estaba con sus hormonas adolecentes avanzadas alborotadas. El se fue acercando poco a poco y ella no se quedó atrás.

Fue allí cuando dió su primer beso.

Se estaba besando con James, el chico atractivo del juego de lazers de Alaska. ¿Quién lo diría?

Nadie podía verlos, excepto por la vampiro que aún seguía intacta en la torre observando todo. Y en ese "todo" entra el ver como su pequeña cachorra estaba besándose con el joven castaño.

Sin poder evitarlo, suelta un chillido de felicidad, casualmente su compañero estaba pasando por abajo, escuchó aquella exclamación de felicidad que tanto conocía. Así que subió a derrotar a su pareja.

Alessia se separó lentamente, sus respiraciones chocaban mientras una sonrisa boba se asomaba en ambos, pero la de la chica era una traviesa.

Se paró en un movimiento rápido para tomar su arma.

El sonido del chalecó desactivandose tanto de Kate como de James sonó a la vez, mostrando ambas derrotas en tablero.

- Traicionera. - La miró indigando y divertido.

- Me lo dicen bastante. - Le guiño el ojo para ayudarlo a pararse.

Le extendió la mano cosa que el aceptó gustoso, cuando se paró, tiró de la mano de ella para que chocase con el. Nuevamente cerca aprovechó para volver a besarla.

- ¡Tú tampoco tienes sexo! - Demandó Kate al ver a su pareja detrás de ella con una sonrisa victoriosa que al escuchar esas palabras se apagó.

- ¡Al club de los hombres sin sexo! - Gritó Carmen tirando leña.

- No no no, amor. - Suplicó pero ella lo ignoró saliendo del juego. Al haber hablado dió descubrir su posición.

Tanya se acercó en sigilo para saltar justo delante de el disparandole.

- ¡Victoria! ¡Equipo rojo gana!

La alarma sonó logrando que los enamorados en el campo de batalla dejen su beso.

- Gané. - Decretó la híbrida.

- Así es. - El le dió un casto beso para guiarla a la salida.

Al llegar donde estaban el resto de los participantes, Kate los miraba destilando felicidad mientras Garrett y Amadeo los miraban desconfiados. Tanya estaba con una sonrisa ladina supusiendo que es lo que pasó mientras la pareja restante estaba a un costado tratando de que el vampiro levanté su castigo.

- Bueno, fue divertido. - Comentó el chico con una sonrisa enamorada pero triste mirando a la hibrida

- Así es. - Respondió de igual manera.

Se sacaron el equipo del juego para salir mientras la híbrida quedó un poco atrás para despedirse de el chico.

- Adiós James. - Se acercó un poco.

- Adiós Alessia. - Unió sus labios en un último beso para después ver a la chica saliendo.

La joven acababa de experimentar su primer amor correspondido, su primer amor fugaz, su primer amor de película. Su primera aventura amorosa adolecente.

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