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08

Pijamada con el cuarteto


Amadeo estaba sentado al revés en el sofá de la biblioteca, sus piernas estaban sobre el respaldo mientras su espalda estaba en el asiento. Estaba leyendo unas hojas que tenían notas musicales de violín.

De la frustración tiro las hojas por toda la habitación llamando la atención de su hermana quien estaba pintando un retrato de Sulpicia.

- ¿Qué te sucede?

- ¿Qué haces cuando no sabes que pintar? - Fue directo al grano.

- Pues habló contigo o con Demetri. - Volvió su vista a la pintura para seguir con los detalles del cabello de su amada madre.

- ¿Te gusta Demetri? - Preguntó pícaro, sentándose correctamente, levantando las cejas una y otra vez.

- Claro que no. - Respondió sin dirigirle la vista.

Demetri estaba entrando a la biblioteca para ir a buscarlos con una sonrisa aburrida.

- Ahí viene... - Avisó su hermano con una sonrisa.

- ¡Demetri! - Saludó con una voz más aguda de lo normal, se dió cuenta de la mirada de su hermano entonces aclaró su garganta. - ¿Qué buscas?

- A ustedes. - Respondió ojeando la pintura de la chica. - Me estaba aburriendo, Su padre y tíos no nos dieron ninguna misión esta semana.

- Podemos hacer una pijamada. - Propuso ella con una sonrisa.

Los híbridos no salían del castillo, la única vez que lo habían echo fue el día de la batalla, dejándolos sólo con la idea de entretenerse con el arte de la música o la pintura, con su madre o tía, con su padre o bromas a su tío. Pero también tenían las cosas que su padrino les regalaba, entre ellas, una televisión que tenían en el cuarto donde le pidieron la cuenta de Netflix a la secretaria.

Veían las películas donde los chicos de su edad física hacían pijamadas o salían a lugares de juegos, cosa que ellos sólo podían realizar si fuera la primera actividad, claro que con vampiros que son más de trescientos años mayores, que no era un problema porque tendian a comportarse como menores en la presencia de los mellizos.

- ¿Pijamada? - Preguntó extrañado.

- ¡Si! - Se apresuró a contestar Amadeo - Así podré divertirme para conseguir inspiración en la letra que estoy haciendo.

- Si no quieres esta bien. - Murmuró Alessia comprensiva al vampiro quien creyó que lo hacía de buen corazón, viendo que no era así por la sonrisa que se formaba en el rostro de la híbrida. - Tendrán que hacerlo obligados.

- Que chistosa- Largó una risa falsa. Si ellos se negaban como amigos que eran, lo tendrían que hacer igual porque a fin de cuentas ellos estaban un nivel abajo del mando que tenían los híbridos. - Si la haremos. - Entrecerró los ojos en dirección a la pequeña.

- Genial. - Sonrió satisfecha.


Por la respuesta que había dado el vampiro se encontraban en una de las habitaciones más grandes que había en el castillo de Volterra con una televisión, la play que Demetri tenía bien escondida, comida para los híbridos y algún que otro juego.

Los mellizos aprovechándose del título que habían desarrollado estos meses como "El príncipe y la princesa Vulturi" tenían la opción de chantajear a sus amigos, en este caso se encontraban en bonitos pijamas.

Alec tenía un pijama de caballo negro, Jane tenía uno de unicornio blanco que aún así no tapaba su lado terrorífico y quedaba un unicornio con aires asesinos.

Félix estaba disfrazado de un gran oso panda, Demetri estaba con un disfraz de ciervo de navidad pero los híbridos estaban con un pijamada a juego de Stich.

- Lets go, vampiruchos. - Los animó Amadeo.

- Abusones. - Murmuró el oso panda.

Las primera actividad fue ver la película del titánic, los híbridos se encontraban llorando a mares, cosa que se cortó con las quejas de sus amigos.

- ¿Qué le cuesta subirlo con ella? - Inquirió Demetri.

- ¡Es una cualquiera, lo deja morirse por cómoda! - Bufó el grandote del grupo.

- Me hace acordar a Jane. Ella me dejaría ahogarme. - Murmuró con un aire de verdad en sus palabras el híbrido provocando carcajadas en el resto.

- Tiene razón. - Admitió con rostro neutro como siempre Jane.

La segunda actividad era un juego de dardos, el que anotaba más puntos obtenía el poder de conseguir algo.

- Gane. - Festejó con una simple sonrisa ladina Alec.

- ¡Injusticia! - Alzó la voz la pequeña Stich.

- ¡Tú tienes como quinientos años en los que jugaste! - Habló con obviedad e indignación el otro Stich.

- No sean malos perdedores. - Atacó el campeón.

- ¿Que ganas? - Preguntaron al unísono los dos vampiros hombres.

- Quiero su cacería de mañana. - Se dirigió a los dos vampiros quienes largaron una exclamación de sorpresa e indignación.

- Te juntas mucho con los abusones de los híbridos. - Murmuró el oso panda.

La tercera actividad era el esperado karaoke por la pequeña híbrida quien había visto una serie de mellizos. Mabel y Dipper, donde cantaban una canción que le dió ganas de imitar con sus amigos.

- Viernes y yo bailare a mi antojo, me siento linda ¿Con mi vestido rojo? - Canturreo Demetri. - No haré esto Alessia. - Se rindió.

- Nos vamos a la fiesta, nos miran los muchachos, bailemos chicas ¡A pasar el rato! - Ignoró al vampiro para seguir con su cantó.

- Ya me aburrí, nos vamos de aquí. - Siguió el gran oso panda. - ¡La reina soy de este baile! - por más que el lo estaba disimulando se terminó uniendo al gran coro.

- ¡OOOHHHH! ¡LAS CHICAS SOLAS! ¡OOOOOH! - Cantaban los tres al unísono con los otros tres vampiros de espectadores. - ¡LA PISTA ES MIA TODA! ¡OHHHH! ¡REINAS DE LA DISCO!

Alec los miraba como si se hubieran vuelto locos, Amadeo estaba que se quería ir al baño de la risa que estaba teniendo, Jane sólo trataba de no usar su don para callarlos.

El karaoke se les fue de las manos a los vampiros terminando por crear un show donde el oso panda tocaba la batería, el ciervo tocaba la guitarra, la Stich cantaba y el resto los miraba queriendo arrancarse los oídos.

- ¡ERES LOBO O ERES EL CORDERO! - Cantaba la híbrida con todo el aire de sus pulmones. - ¡SE SINCERO MIRATE! ¡COMO SON TUS OJOS O COMO ES TU COLOR DE PIEL!

- PREGUNTO ¡DIME TU DUERMES TRANQUILO! ¿COMO ERES CAPAZ DE SER ASI? - Siguió el ciervo. - VAMOS VEN Y JUSTIFICA TODA LA MENTIRA QUE ES TU VIDA.

- SE QUE VEN ESCUCHA BIEEEEN ¡PAGARAN! ¡PAGARAN! ¡SOMOS KARMA Y VAMOS A COBRAAAAR! ¡EIIEEEEE! - Terminó el grandulon para que después venga su coro final.

- ¡SOMOS KARMA Y VAMOS A COBRAR! - Dieron con el gran final el trío de la banda.

Luego dejaron a la pequeña híbrida tomar agua para hidratar su garganta, comer para llenar su estómago y seguir con las actividades de la pijamada.

Estuvieron un rato jugando a la play, Jane se había dejado peinar por la chica que le había echo dos trenzas de boxeadora porque tuvo la excusa de que la vampiro siempre estaba con un moño simple. La rubia mentiría si dijera que no quedó encantada con el peinado, incluso no hizo una mueca para disfrazarlo, sólo asintió con la cabeza, pero eso bastó para que la chica estuviera feliz.

Terminaron de jugar para ver una última película que habían elegido todos, una de terror.

- Si tengo pesadillas, es su culpa. - Se excusó el híbrido sentándose a un lado de la rubia.

- No seas chillón. - Murmuró Alec para darle play.

Y así estaban, los vampiros estaban en sus lugares quietos pero Alessia ya estaba dormida sobre el hombro de Alec quien de manera extraña no la corrió. Ya se había acostumbrado al afecto que daba la chica.

Amadeo estaba temblando, cada tanto ahogaba un gritó o abrazaba a Jane quien lo corría cada vez eso pasaba.

Alec se levantó harto de escuchar al híbrido, tomó a Alessia en brazos para acostarla en la cama que habían dejado para los mellizos.

- ¿Acaban de ver lo mismo que yo? - Preguntó Demetri.

- El terrorífico Alec acaba de levantar a la híbrida para acostarla a dormir. - Siguió la burla su compañero.

- ¡Los estamos haciendo blandos! - Se burló ahora el híbrido yendo a acostarse junto a su hermana.

- Eso no es cierto. - Atacó Alec.

- En realidad, aveces siento que ustedes volvieron a los Vulturis más idiotas, incluido yo. - Admitió Félix.

- Tengo que sincerarme, yo tambien lo creo. - Siguió el ciervo. - Menos por Jane, ella sigue igual de siempre.

- Algún día se casará conmigo ¿Eso significa que se volvera idiota? - Preguntó el chico.

- Sigue soñando, híbrido. - Respondió la rubia con rostro serio, los chicos se reían por ver como siempre acababa en la zona de amigos de la chica.

- Oh vampirucha, en mis sueños ya estás. - Contestó acomodandose para dormir.

El resto compartió una mirada sorprendida además de pícara en dirección a la rubia quien sólo gruñó saliendo de la habitación en ese adorable pijama de unicornio.

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