Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

PRÓLOGO.










Han pasado años desde su último momento de tranquilidad, no recuerda exactamente cuándo dejó de ser un niño inocente y despreocupado para convertirse en el monstruo que es ahora. No me malinterpreten, no se arrepiente en lo absoluto, de hecho está casi seguro de que todo sucede por algo y si este es el precio de obtener su único objetivo de vida, pues vale mierda el sufrimiento porqué está dispuesto a perecer en eso o más aún.

Todo por una sensación, un sentimiento que lo hace sentir vivo y que mantiene reprimido en lo más profundo de su alma.

Todo por él.

El mundo se divide por las acciones que tomamos a diario, es como un tablero de ajedrez que continuamente cambia sus piezas las cuales resultan ser los seres humanos para que así, todo funcione a su antojo.

Somos únicamente fichas y el destino es un juego corrupto, quebrantado e injusto. Al menos así pensaba él a su edad, una bastante corta pero qué increíblemente le había enseñado demasiadas cosas.

No era cómo los demás, definitivamente nunca sería igual al resto, podía tenerlo todo a solo centímetros de sus manos y aún así jamás le sería suficiente, vivía al límite detrás de la justicia, la adrenalina parecía ser su fuente diaria de energía e incluso con esto nada saciaba su sed de venganza.

Era malévolo e insufrible.

Si existía un nombre para la maldad personificada sin lugar a dudas era Jungkook, Jeon Jungkook.

Veintidós años, heredero y ahora líder del cártel más reconocido en Hong Kong ubicado en Seúl Corea, un hombre de pocas palabras y gustos extraños, alguien retraído en sus pensamientos perturbadores, la criatura más maligna que pudo haber pisado la mortal tierra para así, hacer perecer a los seres humanos a más no poder hundiéndolos en la agonía de admirarlo, amarlo, odiarlo y tener que callar.

¿Puede un psicópata enfermo sentir algo más que una simple obsesión?—Vaya interrogante poseemos aquí, él estaba seguro de que no, pues siendo sinceros queridos lectores, Jungkook era un completo demente y se hallaba consciente de esto, de hecho no parecía molestarle, lucía inmutable, ausente de interés, carente de humanidad.

Pero si nos ponemos a pensar entonces, todo demente tiene su punto de locura. Él lo posee, es una persona para ser exactos.

¿Alguna vez desearon algo con tan ferviente necesidad que les era imposible siquiera conciliar el sueño anhelando tenerlo? ¿En algún momento de sus vidas han deseado volver el tiempo para regresar a una época determinada y quedarse allí por siempre? él si, precisamente a cuándo tenía 17 años.

A esa edad todo era diferente, su inocencia aún existía, sus preocupaciones no resultaban más que preguntarse con cuáles juguetes divertirse en las tardes, como bañar a Bam sin ayuda, que libros leer. Realmente cuando tenía solo diecisiete todo era más sencillo y sobre todo, lo tenía a él.

Jungkook si sabe lo que es tener necesidad de un algo, un alguien y se llama Kim Taehyung.

El chico ha sido entregado cómo tantos otros a uno de sus negocios, su cuerpo había sido profanado a cambio de efectivo sucio e impuro incontables miles de veces, sus orbes denotaban tristeza e incluso su sonrisa se hallaba sumamente rota, pero joder aún así seguía viéndose hermoso, malditamente, jodidamente, incomparablemente, hermoso.

Vante seguía siendo el cabrón más caliente y llamativo que podría haber visto, siempre sería así.

Prostituto si, pero hermoso y a Jeon le fascinaba.

Todo rastro del pasado había quedado en ello, en el trascurso de los años, aquella imponente personalidad, esa maldad innata, cada maldita cosa que hacía a Kim Taehyung un hijo de puta quedó en el correr de un tiempo atrás y con eso también su memoria, cada recuerdo, anécdota, suceso, todo fue borrado tristemente para siempre o eso decían los médicos, aunque por instantes tenía flashes vagos y comportamientos extraños.

Algún día recordaría, pero no por ahora, pensó Jungkook.

Mientras tanto Jeon tenía todo a su favor, un plan maquiavélico, una venganza ideada en una carta escrita hace años conteniendo una promesa.

Quería dañarlo, anhelaba internamente destruirlo hasta que no quedase rastro alguno de aquella belleza envuelta en falsa inocencia. Deseaba consumirlo como el fuego más arrollador existente, lastimarlo física y emocionalmente, acabarlo para así poder saciar el deseo intermitente de hacerlo perecer.

Jungkook era malditamente inhumano, cruel e insufrible, caótico, quimérico, mientras Taehyung resultaba inefable, incomparable, irreal y magnético, tanto que estaba en la mira de aquellos orbes azules tan gélidos como el más crudo océano de buques naufragados.

Era una paradoja del destino, pues Jungkook podría haber estado en su lugar, quizá ya lo estuvo aunque nadie lo sabía, sin embargo era Taehyung quién ahora se hallaba a punto de ser condenado a morir en brazos del más hermoso verdugo a cargo de su existencia.

Jungkook era el dueño y Taehyung, él no era más que un juguete, un objeto, una mascota.

—¿Seguirás mirándolo u hoy si te dignarás a pedirlo?—Indagó Hoseok sentándose a su lado, el pelirrojo ya bastante mayor que su hermano, lo miraba curioso denotando cierto dejo de burla en sus facciones, cómo si aquella obsesión que presenciaba en orbes de su hermanito le resultara lo más fascinante del mundo sin saber exactamente por qué.—, aún no entiendo ¿sabes? eres el dueño de este mugroso lugar cómo de la mayoría de los clubes en Seúl, puedes perfectamente pedir que te traigan al gilipollas de Taehyung para que te la mame y no lo haces ¿por qué?

—Aún no es momento.—Fue la primer respuesta del menor, relamiendo sus labios antes de repasar su mejilla interna con la lengua denotando su molestia ante la imagen de Taehyung atendiendo a un tipo asqueroso qué, internamente Jeon deseaba moler a golpes y volarle los sesos después.—Soy paciente Jhope, muy paciente y todo se dará como debe ser.

“—Aún no es momento, Jungkook ha pasado mil mierdas, violaciones, abusos,— Habló Vante con tan solo dieciocho años en el despacho encarando a su padre.—por eso soy paciente, esperaré a que cumpla casi la mayoría y ahí será mío, mientras tanto puedo esperar.“

—Pues si nos referimos a Taehyung la paciencia me la paso por las pelotas.—Respondió el mayor observando atentamente al pelinegro, frunciendo su ceño unos instantes antes de finalmente soltar un suspiro acomodándose mejor, encendiendo un cigarrillo a la par de su hermano para entonces, proseguir hablando.—¿Has tenido noticias de papá?

—No desde qué viajó a China con Seokjin.—Espetó el ojiazul ladeando su cabeza, analizando fielmente a Kim mirándolo a la distancia.

Jeon Jungkook había aprendido a ser sumamente analítico, jamás confiaba en las acciones aparentemente buenas en manos de alguien quién siempre fue malo.

—Tendré que llamar a Seokjin entonces, necesito confirmar el tratado de fronteras para poder comercializar de una jodida vez, la mercancía se acumula ¿sabes? y detesto cuando la policía empieza a hacer sus estúpidas preguntas.—Comentó el pelirrojo encogiéndose de hombros, soltando tranquilamente el humo de su cigarrillo ante la sonrisa ladina denotando superioridad impuesta por Jeon.—Te ves muy tranquilo.

—Lo estoy, sabes perfectamente que mientras tengas a Namjoon de tu lado en la trata de blancas, la policía no hará drama.—Exclamó enderezándose un poco, soltando un sonoro suspiro acomodando su chaqueta de cuero casi reluciente en tono negro.—Ese imbécil aún me debe mucho por todas las mierdas que le perdoné en el pasado, así que pídele ayuda a él y te sacará el culo de ese embrollo, no quiero estresarme por idioteces tengo cosas más importantes que hacer.

—¿Cómo ocuparte del culo de Taehyung?—Indagó Hoseok denotando un cierto grado de enojo, ahuecando sus mejillas cuándo de la nada todo rastro de burla se extinguió en las facciones del menor, quién sin esperar a otra palabra efectuada por su mayor, giró su cabeza mirándolo severamente.—, no me niegues la realidad.

—No pienso negarla, nunca se me dió negar nada Hoseok, no te equivoques.—Advirtió el pelinegro en tono severo, alzando una de sus cejas pretendiendo ponerse de pie, prefiriendo quedarse en su sitio unos instantes para así continuar hablando.—Tú no tienes nada que objetarme a mí, soy libre de hacer lo que se me toque en las pelotas hacer. Estoy suficientemente grande como para que me estés vigilando o diciendo cómo debo vivir mi jodida vida. Ya no soy un niño, nada es como antes.

—Pues no hagas que las cosas sean como antes.—Sentenció el mayor poniéndose de pie.—No quiero que todo se vuelva un caos de nuevo, no deseo verte cómo...

—No pasará.—Le interrumpió entonces el menor, retomando su posición relajada ladeando la cabeza al recostarla en la superficie del sofá.—Lárgate, ve a buscar una puta por ahí o mejor aún a joderle el culo al bipolar de Yoongi, no quiero seguir viéndote, me quitas la paciencia que me queda.

—Vete a la mierda.—Fue la única respuesta obtenida ante sus petulantes palabras, algo que muy por el contrario de ofenderlo, causó cierto grado de gracia en el menor quién rió brevemente.—Eres insoportable.

—Y tú eres un gilipollas pero no me ves quejándome.—Jungkook se burló frente a la molestia de su hermano, más no sé disculpó cuando este se marchó hecho furia maldiciendo quién sabe a quién puesto que siquiera recordaban a su madre, esta se había muerto, y sinceramente qué carajos importaba.

Jungkook tenía suficiente entretención observando al castaño, aquellos orbes grisáceos ajenos le miraban por momentos con cierto dejo de coqueteo e increíblemente el pelinegro amaba eso, le encantaba captar la atención de Taehyung, aumentaba su deseo de poseerlo.

Lo irracional de las obsesiones es ese punto peligroso dónde no sabes si estás dispuesto a matar o morir por alguien e increíblemente Jungkook comenzaba a desconocer esa decisión volviéndolo algo sin lógica.

¿Cómo puedes anhelar destruir a alguien que ha sido arruinado y únicamente quedan cenizas?

¿Le gustaba o quizá lo odiaba?

¿Lo odiaba o lo seguía amando?

Jeon desconoce realmente cual de las dos opciones es la que siente, aunque para ser sinceros comienza a creer que es una mezcla de ambas.

Qué tan herido, roto y sufrido, debió ser el ángel para haberse convertido en el Diablo mismo, suelen decir. El dolor físico genera una demencia absoluta dicen también, la locura es el escape de los esclavos para no soportar sus torturas.

—Inefable ¿cierto, mi cielo?—Murmuró para sí mismo, sirviéndose más del vodka presente sobre su mesa tomándoselo de un solo trago.—,no existe mejor palabra para describirte mi adorado Taehyung, mi malsano amo, tú siempre has sido inefable desde el primer día dónde tus ojos se fijaron en mí, desde esa vez dónde me condenaste a sufrir la agonía de amarte a cambio de tener un poco de tu cariño y joder, ahora soy yo quién te hará sufrir, porqué quiero que llores tanto, que supliques,—Odio, amor, lo seguía amando, claro que sí pero también lo odiaba.— anhelo destruirte Kim y mierda que voy a hacerlo,—Rió amargamente sin dejar de mirarlo.— Solo un poco más, mi amor, espérame un poco más y cumpliré nuestra promesa, pero mientras tanto suplica Taehyung, quiero que supliques quizás así consigas que te perdone.














Bienvenidos, mis amores. Cómo dije este libro será estrenado el martes pero no podía irme sin dejarles el prólogo para que puedan ir comprendiendo. Estaré devolviendo el follow a todos aquellos que me han estado siguiendo, recuerden que los amo mucho.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro