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Capítulo 13.























No podía creerlo, su cabeza procesaba con lentitud todo lo que el mayor confesaba, hiriéndole hasta el alma cada herida que cargaba Vante, que soportaba Taehyung, queriendo abrazarlo, quitarle aquel arma, calmarlo aún cuando parecía imposible.

—Puedes superarlo, podemos hacerlo, estar bien, que estés tranquilo, que mejores, —Pretendió calmarlo el menor, jadeando cuándo el arma fue movida de lugar nuevamente a la cabeza del mayor asustándolo aún más.—amor, por favor.

—Si él deja de existir tú no tendrías que sufrir, todo acabaría.—Nuevamente ese tono herido, dulce, de nuevo Taehyung.—Vivirías una vida normal, tal y cómo te lo prometí, como quiero que tengas, Kookie.

—Tae...

—Pero no, no, no, no, DIJIMOS QUE NO SERÍA ASI, CÁLLATE, CÁLLATE, CÁLLATE MALDITO BASTARDO, CÁLLATE,—Un sonoro jadeo escapó de los belfos del menor cuándo fue empujado al suelo cayendo de rodillas delante del contrario, con este jalándose el cabello casi arrancando mechones del mismo sin soltar el arma que en algunos instantes, era apoyada en su cabeza.—siempre tienes que poner tus estúpidos sentimientos de buen hermano por encima de todo, te odio, te putamente odio, deberías morirte, ya muérete y déjame en paz.— Exigió sonriendo ladino mediante miraba al menor alzando una ceja.—Muérete y déjame con él, después de todo, me ama a mí.—Rió agachándose a la altura del menor, acercándose lo suficiente como para apoyar su rodilla en la entrepierna del mas pequeño ejerciendo presión, suficiente cómo para oír a Jeon soltar un quejido de belfos entreabiertos, apoyando el cañón del arma en estos casi metiendo el mismo a su cavidad bucal, ladeando la cabeza viéndolo con burla, resultándole fascinantes las lágrimas que el menor derramaba mirándolo con temor y súplica.—Eso, Jungkook, llora, quiero que llores, quizá así llegue a amarte algún día.

El tiempo se detiene, el viento sopla violento removiendo las aguas del lago y unas pocas gotas de la primer llovizna anunciando tormenta, caen sobre sus anatomías, con Jungkook actuando por impulso alejando el arma de sus cerezos, negándole al mayor situarla en su cabeza nuevamente y llevándola el ojiazul a su propio pecho, dónde en un forcejear terminó siendo apretado el gatillo e increíblemente la bala no salió escuchándose la risa maquiavélica de Kim.

—Mírate, perrito, siendo capaz de matarte por nosotros dos, tan patético y enamorado,—Sonrió alzando la pistola para así, mostrarle lo descargada de esta, sin siquiera tener una bala, tirándola a un lado pudiendo así, tomarlo del cuello con rudeza oyendo el quejido sonoro de Jungkook entre sollozos.—no estaba cargada, pero de haberlo estado ¿te hubieses disparado? ¿realmente morirías por nosotros o en nuestras manos? que perdido estás, Jeon Jungkook.

—Siempre supiste que era capaz de eso y más ¿qué te sorprende, V?—A pesar de su aparente estado de alteración, su voz no titubeó sosteniéndole la mirada, viéndose ambos de lágrimas notorias desconociendo la razón del llanto silencioso que los invadía.—¿te divierte ver cómo juego con mi vida pretendiendo apaciguar tus demonios?

—Mucho,—Respondió sin remordimiento el mayor jugando con las emociones ajenas al limpiar de pulgares las lágrimas del menor sin borrar su sonrisa.—porqué me da a entender que estás más enfermo que yo y que harías lo que fuese por nosotros.

—Me estabas probando.—No fue pregunta, lo afirmó teniendo un asentimiento cómo respuesta.—Querías ver qué sería capaz de hacer por ustedes dos.

—En efecto, necesito estar seguro de que nos perteneces y que sin mí no puedes seguir.—Se mofó ególatra.—Sin embargo, a quién estás atado no es a tu amado Taetae, perrito, no, claro que no, es a mí, siempre ha sido y será a mí,—Sentenció llevando una de sus manos a acariciar de pulgar los belfos ajenos mirando estos con atención.—estás atado a mí.

—Estoy atado a los dos,—Corrigió el menor captando los gélidos orbes grises del contrario sobre los suyos mirándole analítico.—los amo a ambos, Vante, los he amado sin saber que eran dos, pensando que únicamente era tu demencia jugándote en contra llevándote del bien al mal, los he amado a los dos porqué hacen uno solo, conforman al hombre que he amado desde niño,—Explicó sinceramente.— lo amo a él por cómo se sacrificó en existencia para crearte a ti, te amo a ti por existir para cuidarme, los amo porqué ambos son el mismo hombre que ha hecho hasta lo imperdonable para mantenerme con vida sin importar si es atado a ustedes, lo amo porqué quiere mi libertad de tu lado, te amo porqué no me dejas libre y me mantienes al lado de ambos, los amo porqué soy su karma y ustedes son mi condena a muerte y yo he nacido queriendo morir, Taehyung y de ser así ¿qué mejor que en manos de quién me aborreció tanto que me amó a través del odio insano?

V se quedó callado mirándolo, sus orbes cristalinos denotaron cierta resignación sumada al orgullo y una sonrisa ladina cargada de burla se expandió en sus finos cerezos, inclinándose lentamente a rozar los mismos contra los fríos belfos abultados del menor, fijando la mirada a esta acción terminando por emitir una risa aireada cuándo el contrario le envolvió de palmas por sus mejillas robándole un pequeño ósculo casi inocente.

Así era Jungkook, de esa forma lo había forjado, un mocoso masoquista casi sin arreglo, quién proclamaba como su dueño al más cruel de los demonios, resultando un ángel de alas rotas, resultando casi ilógico el lazo que los mantenía unidos condenando a que uno muriese en manos del otro y este, enloqueciera por la culpa, no existiría otra salida o quizá si pero esta se encuentra remota, al menos por ahora.

El silencio se mantiene como único espectador de aquellos alrededores cuándo el mayor el toma por su cintura poniéndose de pie cargándolo en brazos para así casi adentrarse al agua sintiéndose gélida, con el menor chillando tras presenciar el frío aferrándose a los hombros ajenos.

—No sé nadar, lo sabes.—Sentenció Jeon mirándole acusador, contemplando la sonrisa juguetona del pelirrojo quién asintió quedo mirándolo con tranquilidad.—¿Me quieres ahogar ahora?

—Quizá,—De acuerdo, eso no debería haberle causado gracia, más si hablamos de Vante y este es capaz de matarlo allí mismo, sin embargo quizás por esa misma irónica razón, fue que Jungkook rió breve e infantil.—o tal vez solo estoy jugando con tu cordura pues amo verte sin tener el control de nuestras vidas.

—¿Con cuál de los dos se supone que debería estar hablando ahora?—La serenidad parecía ser la de Taehyung, lo siniestro pertenecía a Vante.

—Quién sabe, quizá con tu hermano, quizá con tu amante, tal vez con ambos, Kookie.—Ambos, en su mirada grisácea se vislumbraba rasgos de ambas personalidades disputándose segundos a su lado, manteniéndose en una batalla de tiempos sin pelear realmente.—¿Importa eso?—El menor negó con una sonrisa aferrándose aún más a sus hombros terminando por rodearle del cuello.—tal y como lo pensé, no importa, nada debería importarte si estoy aquí.

El ojiazul sonrió nuevamente, una sonrisa infantil que denotó encantamiento por las palabras ajenas mostrándose rendido ante aquello, una sumisión completa e irrevocable por amor enfermizo.

—Durante tanto tiempo vagando por el mundo buscándole un sentido sin darme cuenta que mi camino eras tú.—Continuó hablando Taehyung, pues ese era, el verdadero, aquel que siempre calló por sobre Vante.—A veces pienso que el mundo es cruel y doloroso, pero cada que te veo, me doy cuenta que puede ser un sitio maravilloso, casi perfecto, porqué tú, Jungkook, eres mi universo soñado ¿sabes? mi cielo en la tierra,—Por primera vez había transparencia, sinceridad, bondad en sus palabras.—contigo aprendí del amor, de la fidelidad, de la felicidad. De pequeño soñaba con algo puro y verdadero, ahora me doy cuenta que eso vive en ti.

No responde, se queda mirándolo atentamente analizando lo dicho por el mayor dejándose llevar por el momento, su cuerpo sucumbe en los escalofríos de hallarse bajo el agua y sus brazos se aferran a la anatomía adversa cuando el pelirrojo se apodera de sus belfos en un demandante beso fundiéndose a su boca, robándole el aliento e increíblemente haciéndole sentir miles de sensaciones imposibles de contener.

Son las manos del mayor colándose bajo sus prendas mojadas, acariciándole la cintura, apegándolo a él, aquello que logra una cálida sensación en su anatomía, enredando las piernas alrededor de su cadera aferrándose al más alto sin querer soltarlo, con Taehyung desplazándose de sus húmedos belfos a la zona del cuello, mordiendo, succionando y marcando aquel lugar con demandante autoridad, mientras él no puede hacer más, que ladear su cabeza dejándole libre paso, entrecerrando los orbes sintiendo las mejillas arder ante el rubor que se expande en las mismas.

—Mi karma, mi cielo, mi todo, eso eres, fuiste mi condena, eres mi salvación y serás mi muerte, Jeon Jungkook.—Susurró en su oído a tono ronco, robándole un jadeo sonoro al menor quién, tomándole nuevamente de sus mejillas, se apoderó de sus cerezos en un nuevo beso que no se rompió inclusive cuándo el mayor hundió ambos cuerpos bajo el agua sumergiéndolos, atreviéndose el menor a entreabrir sus ojos mirándole apenas unos efímeros momentos cuándo emergieron totalmente mojados.—Y si, te amo, realmente te amaré hasta mis últimos respiros.

¿Era un monstruo? lo era.

¿Sentía algo? en su enfermiza mente creía que así era.

¿Resultaba verdad su amor? quién sabe, seguramente no.

¿A Jungkook le importaba que fuese mentira? no, por supuesto que no siempre y cuándo lo tuviera a su lado.

¿Terminaría bien? obviamente no.

¿Importaba eso? no, jamás lo haría.

Jungkook se hallaba sumido en la obsesión enfermiza de una bestia imparable, ese que era capaz de vivir o morir por él mientras que el menor, sería capaz de entregarle su vida con tal de mantenerse a su lado, un insano sentimiento aborrecido por el mundo y comprendido únicamente por ellos dos.

Sus belfos danzan en aquel beso demandante que irrumpe los jadeos sonoros de ambas anatomías sufriendo el frío del agua y tornándose tibias ante el contacto mutuo, dejándose hacer el menor cuándo poco a poco su camisa es desabotonada dejándole expuesto el torso, suspirando ante los ósculos que el pelirrojo reparte por la zona de sus hombros yéndose al pecho. Las manos del más pequeño se enredan de dígitos en hebras del cabello escarlata contrario, sus ojos cristalinos vigilan las acciones adversas y sus mejillas enrojecen ante el entornar de orbes que impone el mayor mirándole cuándo su boca apresa uno de los pezones rosáceos del más pequeño succionándolo y mordiéndolo levemente, reprimiendo aquella risa burlona prefiriendo que su sinhueso barra la extensión de la pálida piel impropia ascediente a su cuello y mandíbula mordiendo la misma.

—No te vayas nunca, mocoso, haría lo que fuera por tu perdón toda la vida.—Suplica Kim sin dejar de impartir besos en la piel ajena e inmediatamente Jungkook sonríe.

—Entonces suplica, quiero que supliques Taehyung, quizá así llegue a perdonarte algún día,— Ríe, de igual forma en qué el mayor lo hace, con este saliendo lentamente de aquella gélida agua, recostando la anatomía foránea y temblorosa del menor en la superficie a orillas del lago, inclinándose de lleno a su abdomen, impartiendo besos, mordidas, dejando marcas visibles mediante sus manos pretenden deshacerse de las prendas inferiores del contrario, con Jungkook apoyándose de codos mirándole atentamente.—pero también te amo.

Dos palabras que significan una sola cosa, algo que quizá para personas como ellos dos resulta imposible de sentir y sin embargo, juran presenciarlo en sus corazones rotos casi muertos en vida, el romanticismo que hallan en lo sádico de atarse mutuamente, es aquello que está llevándolos a un final no tan lejano e increíblemente no parece importarles.

Vante nunca falla, nunca se equivoca, jamás se arrepiente, todo sucede porqué así lo quiso y lo quiere, siempre será así, si alguna vez creen que alguna cosa está fuera de sus manos, déjenme decirles que los equivocados serán ustedes.

Todo acabará como él quiere que acabe, será el final perfecto para su trágica historia hecha vivencia, una culminación digna de un monstruo, una calma siniestra para el macabro ser que siempre ha sido después de crear el peor de los caos en la tierra.

¿Qué podemos esperar de alguien que planeó el final de quién ama y de sí mismo, desde que solo eran un par de niños?

Taehyung lo ha amado desde pequeños, Vante ha amado la idea de arruinarlo desde que se creó e inevitablemente, Jungkook los ama a los dos.



















Y aquí ando, actualizando como les prometí, en la noche trataré de subir los otros tres capítulos que me faltan o al menos uno más, se viene lo hot, estén listos, les ama, Jungmin.

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