Capítulo 10.
“—Solo el amor puede doler así y si esto no es amar, Kookie, entonces que se joda el mundo y su ideología barata porqué haré de lo nuestro una nueva manera de amar.“
—¿En qué tanto piensas?—Aquella pregunta lo tomó desprevenido, su mirada volvió a la realidad tras un parpadeo girando la cabeza e inmediatamente se encontró con la expresión curiosa de Jungkook contemplándolo de ceño fruncido, ocasionando que se hiciera a un lado en su lugar, sentado sobre el techo de la segunda planta con sus pies colgando, permitiéndole al menor acomodarse a su costado.
—¿Crees que la vida sería diferente si fuéramos otra clase de personas?—La duda palpable tomó por sorpresa al rubio quién se dignó a mirarlo nuevamente con el voltear de su cabeza, Taehyung no solía tener pensamientos como ese a menudo, de hecho parecía bastante conforme con quién era sin molestarse.—en ocasiones me pregunto si tendríamos un final feliz, una rutina normal, un hogar común y corriente, quizá llevaríamos vidas aburridas donde nuestro amor sería la escapatoria, trabajos exhaustivos, una o dos mascotas, el adoptar a un mocoso con tus ojos azules y mi mal genio para seguir órdenes, una familia. —Jeon le escuchó llevando ambas manos a entrelazarlas en su regazo jugueteando con sus dígitos en gesto nervioso, esbozando un mohín apenas visible antes de suspirar.—¿Crees que podríamos tener todo eso si fuéramos normales?
Jungkook no respondió, sus belfos se presionaron levemente tras alzar ambas cejas e inmediatamente se encogió de hombros, con su cabeza acomodándose en el hombro adverso mirando al frente sin poder espetar palabras concretas buscando quizá algún pensamiento de consuelo para el mayor a su lado.
—Quizá en otra vida podamos tener un final feliz, Tae.—Contestó en un susurro.— Cuándo comienzas haciéndolo mal terminará peor, siempre lo supiste y creo que yo también. El mundo no es un lugar bondadoso con aquellos que cometemos acciones imperdonables, pero pienso que todo se paga tarde o temprano y con ello tenemos la oportunidad de hacerlo bien a la próxima.
Kim se quedó en silencio unos minutos analizando aquellas palabras, frunciendo el ceño ante la negación de ver a Jungkook como una mala persona pues en el fondo sabía que el menor solo era el resultado funesto de malos momentos, no fue inhumano por elección sino que por falta de alternativas.
—Haré todo lo posible para que puedas ser feliz en esta vida y en las siguientes, no sé cómo, pero lo lograré sin importar el precio, después de todo tú no eres malo, Kookie, nunca lo fuiste ni lo serías.—El menor no responde, quizá por la sorpresa que ha invadido sus facciones quedándose casi inmóvil. Su corazón resuena latente contra su caja torácica, sus belfos se presionan entre sí e inmediatamente sin entender exactamente por qué, sonríe en un asentir leve apenas visible.— Hay que ir adentro, aún tengo asuntos pendientes que hablar con un par de personas quiénes me asegurarán de que estarás a salvo aquí.
Jeon no dice mucho, sus acciones se limitan a contemplar el cómo Taehyung se incorpora extendiéndole la diestra esperando que la tomase e inmediatamente un recuerdo vago llega a su mente haciéndolo fruncir el ceño, uno acompañado con el retroceder del mayor abriendo casi de manera desmesurada sus orbes contemplándole con un terror palpable, cómo si de alguna extraña manera el ver a Jungkook le causara pánico, un suceso expresado en su semblante temeroso que lo hace casi tropezar en pasos torpes que van hacia atrás alejándose.
—¿Vante?—Pero no obtiene respuesta o mejor dicho no la esperada, pues el mencionado muestra aún más sorpresa en sus facciones abrazándose así mismo al negar y en cortos segundos se tambalea nuevamente, un hecho que es seguido por el sostener de su cabeza quejándose sonoro preocupando al menor, con este levantándose casi de inmediato pretendiendo acercarse sin mucho éxito.—¿T-taehyung?
—¡No te me acerques!—Sorpresa, en los ojos azules de Jeon se refleja la preocupación nata y en los grises ajenos, el terror más inmenso.—tú lo hiciste, tú los mataste, es tu culpa ¡ES TU CULPA!—Entonces comienza, una escena terrorífica dónde Kim Taehyung se deja caer al suelo de rodillas, con sus puños golpeando una y otra vez el suelo de cemento, importándole muy poco el dejar sus nudillos sangrantes, siendo ajeno testigo al espectador que le mira atónito, llevando ambas manos a jalar sus cabellos con rudeza casi arracándose mechones del mismo e increíblemente, aún cuándo parece increíble para Jungkook, Vante, su Vante, comienza a derramar visibles lágrimas.—es tu culpa, tu culpa, tu culpa, es mía, mía, yo lo hice, lo hice ¡SI LO HICE! LO HICIMOS,—Aunque quiera acercarse, aún si desea detenerlo, no puede hacerlo, el ojiazul está casi tan shockeado que le es imposible reaccionar ante el comportamiento inusual en el adverso.— asesino, maldito hijo de puta, jodido homicida, tú lo hiciste, yo lo hice, asesino, maldito asesino, ERES...¡SOMOS! NO, NO, NO LO SOY, TÚ LO ERES, SOY... SOMOS ¡AMBOS LO SOMOS! nosotros somos homicidas, los dos, tú y yo, ambos,—Balbucea rasguñando el piso, llorando desconsolado cuándo por leves impulsos esos rasguños también iban a sus brazos.— asesino, me hiciste hacerlo, yo no quería, no quería, no quise, tú y yo lo hicimos, nosotros, tú, tú y yo ¡AMBOS! maldito monstruo, —Solloza llevando el rostro casi cercano al suelo, una posición fetal de rodillas dónde intenta ocultar su llanto susurrando inaudibles palabras cargadas de agonía.—era mi hermanito, era nuestro bebé, tú lo hiciste, tú lo heriste, es tu culpa, tuya, únicamente tuya ¿por qué? ¡¿POR QUÉ?! ¿POR QUÉ NUESTRO BEBÉ? ¿POR QUÉ KOOKIE? ¿POR QUÉ? solo dime, dímelo, habla ¡DILO!—Un alarido inhumano emerge de sus belfos al pretender enderezarse, sosteniendo nuevamente su cabeza cómo si doliera de manera inimaginable, llorando ahora de manera notable.—¿Por qué hiciste eso?—Es lo último susurrado entre lágrimas, una imagen caótica que paraliza a Jeon visualizando la manera siniestra en la qué de un momento a otro aquellos lamentos hirientes se detienen siendo suplantados por una risa, un carcajear casi macabro fusionado al mecer de la anatomía foránea de atrás hacia adelante.— porqué es mío y nunca fue tuyo, porqué me ama a mí, porqué siempre he sido más fuerte que tú y lo seguiré siendo, así que quédate en la oscuridad, hijo de puta, quédate ahí y no me toques los cojones o voy a matarme y voy a matarte conmi-
—¿Amor?—Kim se queda en silencio casi de manera inmediata, su rostro se alza clavando la mirada en los orbes temerosos del menor con este casi al borde del llanto e inmediatamente le sonríe, ladino y macabro, un gesto psicópata que acompaña el incorporarse como si nada hubiese pasado acercándose peligrosamente al ojiazul, con este retrocediendo por inercia chocándose pronto con la pared de concreto a sus espaldas gimoteando dolorido en respuesta a las manos adversas tomándole de su cintura con firmeza y pronto, casi como si estuviera burlándose de él o de alguien más imaginario, los belfos finos del mayor se apoderan de su boca, un hambriento ósculo repleto de maldad voraz que amenaza con destruirlo en un instante mediante la sinhueso ajena se apodera de su cavidad bucal imponiéndose por sobre los movimientos propios e inevitablemente vuelve a causar lo de siempre, someterlo hasta hacerlo sentir un jodido mocoso sumiso e inexperto, un esclavo del capricho malicioso que posee Vante por retenerlo a su lado.
Jungkook nunca lo admitirá en voz alta e indiscutiblemente cree qué es innecesario hacerlo pues presiente que Taehyung ya lo sabe, pero la realidad de su amor está basada en miedo y adicción, un terror inmenso a las consecuencias de alejarse de Vante, una adicción peligrosa a su maltrato y violencia.
Es un amor enfermizo que nació por error, una fuerza inhumana que los arrastra al pecado imperdonable de no sentir culpa por sus emociones oscuras, son inocentes dementes jugando a ser cuerdos y valla que les está saliendo aparentemente de maravilla.
Pero si pensamos en los finales felices y los malos, si analizamos las palabras de Kim Taehyung, quizá nuestras ideas trágicas nos jueguen en contra, tal vez no haya un mañana para ellos dos y aún cuando pueden saberlo, prefieren hacerse los ciegos aguantando cuál soldados en una trinchera abandonados por su ejército hecho cenizas.
No saben cuánto más durará su amor, pero están conscientes de que les llevará a un final indetenible.
—Dijiste,—Balbucea Jeon pretendiendo apartarse de los cerezos adversos, un intento negado a través de repetidos ósculos efímeros a modo de picos otorgados por el mayor que causan una risita inocente en el de ojos azules.—hyung, ya.—Murmura entre risas, un sonido angelical que para Vante siempre sería comparado con un puto canto celestial.—Dijiste que debíamos hablar de algo relativo a ti, prometiste que me lo dirías.
—Lo haré, pero a su tiempo.—Quizá nunca lo hubiera confesado, de no haber perdido el control en sí mismo cómo a esas alturas definitivamente no le habría contado, pues si antes era peligroso, queridos lectores, déjenme decirles que justamente ahora Kim Taehyung alias Vante, está más fuera de sí que nunca, una turbulenta lucha entre una bestia rigente en su interior peleándose a rasguños, mordidas y golpes, contra el monstruo que siempre ha sido mostrándose al mundo, no hay humano de por medio, no existe ser bondadoso, solamente una criatura enjaulada luchando contra el demonio que se expone pretendiendo salir ganador alguno de ellos dos.
La bestia es Kim Taehyung y el monstruo es Vante ¿quién ganará esta vez y por qué?
—¿Cuándo es a su tiempo? sabes que soy ansioso, además dijiste que era algo importante sobre ti y yo quiero conocer todo de tu pasado.—Murmuró el menor casi emitiendo un puchero al cruzarse de brazos recostado a la pared, ocasionando que el pelirrojo sonriera divertido apartándose lo suficiente cómo para poder mirarle.—¿Qué? ¿tengo algo en la cara o me pinte de payaso?
—Antes de contestarte algo respecto a eso y que termines cortándome las pelotas, perrito mío,—Respondió el mayor acomodándose su cabello, un intento vago e inútil de mantener la compostura mediante en su interior aquella lucha de puestos lo estaba consumiendo, con Jungkook mirándole aún confundido por lo de minutos atrás y expectante a sus palabras.— antes también de hablar sobre mí, hay otra cosa que quiero preguntarte sobre nosotros y tiene que ver con nuestra conversación de hace un rato.
—¿De qué hablas?—Jeon no comprende, su ceño se frunce cuándo el pelirrojo vuelve a acortar distancia tomándole de las manos llevándolas a su pecho con la intención de alzarlas lo suficiente como para besarle los nudillos, fijando la vista la expresión del más pequeño con este ladeando la cabeza ante la sonrisa burlona que espeta Kim alzando una ceja.—¿Qué?
—¿Estás dispuesto a todo por mantenerte conmigo?—Indagó Taehyung tornándose serio, contemplando la misma seriedad en la expresión adversa.—para quedarte a mi lado hasta el final ¿estás dispuesto a todo?
—Lo estoy, Taehyung.—No hay titubeo, siquiera existe duda en la respuesta del menor.—Me quedaré hasta el final contigo, por siempre.
—¿Me amas?—Vaya pregunta hacía el cabrón, pensó Jungkook alzando una ceja mirándole incrédulo.—¿me amas del mismo modo que yo? de esa manera enfermiza, obsesiva, esa dónde estoy dispuesto a matar a quién sea con tal de mantenerte a mi lado incluso a ti mismo, ese amor dónde no tengo límites y soy capaz de destruirlo todo si de ello depende que te mantengas conmigo ¿me amas así?
—No,—Responde primeramente el rubio negando levemente.—te amo de manera perdida y aterrada, te amo al punto de acabar con mi vida por ti, si tú matarías por mí yo moriría por ti, te amo con el poder de encontrar belleza en tu destrucción y lógica en tu ausencia de límites, así te amo.
—Solo el amor puede doler así y si esto no es amor, Kookie, entonces que se joda el mundo y su ideología barata—Murmuró acercándose peligrosamente a sus belfos mediante una sonrisa.—porqué haré de lo nuestro una nueva manera de amar.
—Estás demente ¿lo sabías?—El mayor asintió burlón.— pero haría cualquier cosa por ti, Tae.
—¿Harías lo que fuera por mí, perrito?—Indagó bajando la vista a las manos entrelazadas de ambos, únicamente esperando una nueva afirmación por parte del más pequeño.—¿lo que fuera?
—Haría lo que fuera por ti, Vante.
—Cásate conmigo, Jungkook.
Estoy de regreso a solo un día de mi cumpleaños, mañana es 29 de febrero y como buen ser extraño nací el día bisiesto de un año bisiesto ¿vieron?
Se vienen cosas increíbles en abhorrent y estén atentos por qué hoy también subiré Sacrilego para ustedes.
Los amo mucho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro