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₁. Reɢreѕo

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Era una noche demasiado tranquila; dos chicos estaban en la oficina de aquel club nocturno mientras compartían saliva y escuchaban un tema demasiado sonado en esos últimos meses.

Los besos, la saliva y las palabras abundaban; ambos se mantenían acostados sobre el sillón y, mientras se comían el uno al otro, fueron distraídos por el sonido del teléfono de la oficina sonando.

—Joder, ¿quién mierda podría ser a esta hora? —preguntó el mayor de los dos. El chico castaños debajo de él comenzó a reír y tomó su cerveza —la cual descansaba sobre el suelo—, al observar cómo su novio se levantaba con fastidio.

—Debe ser importante, interrumpieron nuestro momento —contestó HoSeok mientras tomaba un sorbo de su fría cerveza y disfrutaba de la canción Paradise City de Guns N’ Roses.

Kim SeokJin, el dueño de aquel club contestó al teléfono con pereza y algo de molestia. Se sorprendió al escuchar la voz de la persona que hablaba del otro lado de la línea.

¡Kim SeokJin! No sabes lo mucho que he estado queriendo contactarte últimamente. Mira, iré al grano, y antes de que me reclames por la última vez-

—NamJoon, ¿de qué hablas? Primero que nada; ¿sabes qué hora es? Y segundo; ¿te refieres a la vez en la que tu grupo no llegó a su presentación? ¿A esa vez? —interrumpió con indignación el manager que estaba al teléfono.

Ya te dije, fue un error de programación. Nos equivocamos de fecha, agendamos la cita para el día siguiente. Y no tienes nada de qué preocuparte; despedí a KangHyuk.

—No es mi problema a quién despidas o no, Nam. Creo que eres demasiado valiente como para llamarme ahora después de haberme hecho perder tanto dinero.

Precisamente de eso quería hablar, Jin; de dinero. Mira, como sabe, JungKook acaba de empezar su carrera de solista, y no es mentira que el grupo tuvo demasiada popularidad en estos últimos años. Ese dinero que perdiste esa noche puede ser duplicado si aceptas mi siguiente oferta. —SeokJin rodó los ojos; estaba harto de la actitud persuasiva de Kim. Para este punto, HoSeok estaba escuchando cada palabra.

—¿Ahora cuál es la oferta? ¿Qué tiene que ver JungKook aquí?

Esa es la pregunta. Tú bien sabes la razón por la que decidí firmar a Jeon como solista.

—Sí, el hecho de que sus compañeros de grupo ya no solo soportaban, todo el mundo se enteró de-

¡No! Esa no fue la razón. Y a quien sea que se atreva a decir eso de nuevo, no dudaré en destruirlo. JungKook no tuvo la culpa de la separación. Te ruego que no lo menciones de nuevo.

A un lado del teléfono, Jung estaba muerto de la risa. Un mes atrás había salido la noticia de que el grupo de rock más famoso del momento estaba en proceso de separación. Una de las especulaciones del público sobre la posible razón de esta trágica separación, era que el grupo tuvo problemas por el líder de la banda: Jeon JungKook.

—Correcto. Ahora, dime que quieres, estaba a punto de tener sexo. Te ruego que seas breve y me presentes una buena propuesta.

Bueno, lo que quiero es volver a hacer negocios contigo. Quiero que me prestes el club una noche para que JungKook se presente por primera vez como solista. Y antes de que me reclames por dinero, puedo asegurarte que repartiremos las ganancias.

—¿De qué manera? —Preguntó Jin, quien ahora tenía a su pareja sentado en sus piernas.

Cada entrada que pague la gente tendrá un valor elevado, estamos hablando de Jeon JungKook; prácticamente el más famoso del grupo. Debe valer demasiado dinero. Además, agregaremos el hecho de que el alcohol debe abundar y la gente lo va q consumir. Jin, puedes quedarte con las ganancias del consumo y las ganancias de las entradas van para nosotros.

HoSeok negó rotundamente con la cabeza. Era un disparate pensar que ellos iban a aceptar tal calamidad. Por supuesto que el alcohol iba a ser consumido en grandes cantidades, pero las entradas iban a tener un valor elevado y las ganancias irían para NamJoon.

—Sí, no lo creo. Con ese trato, consíguete otro club. Gracias por hacerme perder mi tiempo —habló con sarcasmo y antes de que colgará, escuchó que el manager volvió a gritar.

¡Está bien! Repartiremos el costo de la entradas, sesenta-cuarenta. Además te quedas con las ganancias del consumo del público. Y me estoy viendo generoso con la oferta, tu club pierde cada vez más popularidad. ¡Piénsalo! La gente está dejando de visitar tu club; tener a JungKook en exclusiva en tu escenario los devolvería a la cima.

El dueño del club estaba consciente de que la popularidad del club decaía cada vez más, así que no le pareció tan mala idea la de Nam, después de todo, era ganar-ganar.

Retiró el teléfono de su oreja y lo presionó contra su camisa.

—¿Confiamos en él o no? —Le preguntó a su pareja. HoSeok sacó una moneda de bolsillo trasero de su ajustadi pantalón y la lanzó al aire. Cuando la moneda cayó, le dio la vuelta y la posicionó en la palma de su mano.

—Sí. Hazlo —contestó Jung.

—Bien. ¿Cuándo será el show? —preguntó Jin a Nam, el manager.

Mañana por la noche. Me aseguraré de hacerle gran promoción a esta presentación. Nos vemos mañana, siempre es un placer hacer negocios contigo, guapo. —Se despidió NamJoon. Jin rodó los ojos y colgó.

—Trato hecho. Ahora, ¿continuamos con lo que estábamos a punto de hacer? —recibió una sonrisa traviesa de parte de su novio y volvieron a unir sus labios con pasión y necesidad.

Apenas eran las diez de la mañana y todas las radios de Seúl estaban transmitiendo la noticia de que Jeon JungKook iba a hacer su regreso como solista.

Kim NamJoon, un chico de cabellos castaños, dueño de una disquera muy poderosa y manager de los artistas más famosos, había trabajado toda la noche en la publicidad para su nuevo artista.

Caminaba por la oficina con su impecable traje rojo y un chico bastante rápido detrás de él.

—¿Ya están los anuncios en la televisión? ¿En las calles? ¿En cada una de las radios? —preguntó el manager mientras caminaba a prisa y abotonaba su saco.

—Por supuesto, señor, todos los anuncios posibles ya fueron enviados y publicados. Las entradas están a nada de agotarse —contestó el joven chico que casi corría para llevar el paso de su jefe.

—Perfecto. Ahora, necesito que me consigas una llamada con Min, el editor de la revista de rock más famosa de los últimos años. De hecho, quiero pedirle que mande a un reportero para que entreviste a mi estrella.

—Entendido, señor. En este momento contactaré a la oficina —anotó en su libreta y notó que NamJoon había parado—. ¿Señor?

—YeoJun, ¿en dónde mierda está JungKook? —Por fin pensó en la estrella. La verdad es que no sabía nada de él desde la semana previa, apenas se daba cuenta de que no había recibido ni una sola llamada del chico.

—Me parece que está en su apartamento. ¿Necesita que lo llame? —preguntó con amabilidad. Sin embargo, NamJoon negó con la cabeza; él mismo iría al apartamento del joven y vería en qué estado se encontraba.

—No. Tomaré la llamada con Min en el auto; yo iré al apartamento de ese muchacho. Es todo, una vez que me consigas la llamada puedes descansar.

—Gracias, señor.

Kim se despidió de su asistente y camino hasta su auto. Una vez arriba, recibió la llamada con aquel editor y se puso en marcha.

—¿Señor Min?

Buenos días, soy yo. ¿Le puedo ayudar en algo? —Aquella voz se escuchaba demasiado relajada, incluso amable.

—Claro que sí. Mi nombre es Kim NamJoon y soy el representante de Jeon JungKook, la estrella más famosa de los últimos años, señor. Esta noche hará su regreso en solitario después de la difusión de la banda, y considero que un buen artículo del artista en su revista nos beneficiaría a ambas partes.

Sí. Si en algo era bueno NamJoon, era en reconocer el talento y persuadir a la gente. Había lidiado con una mucho más exclusiva que Min YoonGi, y esto sería pan comido para él.

¿De qué manera? —cuestionó el pelinegro al otro lado de la línea. Esto no podía será más fácil para el manager.

Después de una larga y exitosa llamada, NamJoon consiguió una entrevista para su estrella número uno. En realidad se sentía feliz de haber conseguido tal oportunidad para el chico que lo único que hacía era disfrutar de componer, escribir y cantar canciones.

¡Oh, vaya!

La felicidad no le duró demasiado cuando entró al apartamento de Jeon: en cuanto abrió la puerta puedo percibir un olor fuerte a marihuana que lo hizo querer vomitar, sin embargo, se adentró más y notó que habían dos pares de tacones tirados al lado del sillón.

No podía creer que el jacuzzi  que se encontraba a la mitad de la sala de estar tenía botellas de alcohol flotando cuales barcos en el océano.
Le desagradaba estar ahí.

Cuando llegó a la puerta de la habitación principal, pudo notar otro par de tacones tirados torpemente. Dudó en abrir la puerta, pero finalmente lo hizo, y lo único que vio fueron tres chicas completamente desnudas que al parecer estaban dormidas.

—¿JunKook? ¿Estás aquí? —preguntó, mas no recibió respuesta—. ¡JungKook!

Fue entonces cuando las chicas comenzaron a moverse una a una y descubrieron un cuerpo mucho más grande que se encontraba recostado sobre la cama.

—¿Cómo es esto posible? JungKook, ¿qué has estado haciendo? —preguntó Nam cuando el chico se levantó de la cama y dejó a la vista su bien trabajado cuerpo que se podía apreciar gracias a que la única prenda que traía era una tanga hecha de cuero.

—¡NamJoon! Estás aquí. No te había notado —habló con muy poca energía el de cabello semi-largo. Se bajó de la cama y pasó la mano por su cabello—. Dios, Nam, ¿me podrías decir, por favor, en dónde demonios estoy? —preguntó con cierta confusión.

—Estás en tu apartamento, Jeon. Y por lo que veo, ayer volviste a tomar. Dios mío, n me digas que voy a tener que contratarte una niñera. —Una sonrisa pícara esbozaron los labios del cantante.

—Puedes contratar hasta dos niñeras, Nam. Yo puedo con-

El susodicho había caminado hasta la sala con JungKook detrás de él. Cuando dejó de escucharlo, se dio cuenta de que el cantante había caído al jacuzzi.

—Joder, ¿qué mierda debería hacer contigo? —Se preguntó el manager negando cortamente con la cabeza.

Debía admitir que ya estaba harto de tener a un cliente tan irresponsable, con miles de adicciones y nada de respeto por lo demás. Le era difícil tratar con él, de hecho, todos tenían problemas con aquel chico. Y era horrible tener que esconder la verdadera razón por la cual el grupo de Jeon se separó.

—Buenas tardes —saludó el jefe de la oficina de la revista más importante del rock de los años ochentas: Rock vibes.

—¡Buenas tardes, señor! —devolvió el saludo un rubio desde su escritorio y mostró una hermosa eye smile.

—¡JiMin, TaeHyung! Qué bueno que los veo; tengo que hablar con ustedes dos, vayan a mi oficina en dos minutos, por favor —indicó Min YoonGi al notar que los dos chicos se encontraban juntos—. Ah, y JiMin, revisa cuáles han sido los artículos publicados sobre la banda »Klood«.

—En seguida, señor —contestó el rubio.

Después de haber buscado los artículos publicados, se dirigió a la oficina de su jefe junto a su mejor amigo y compañero, TaeHyung.

Los dos eran chicos de venti y veintiún años que apenas comenzaban a trabajar. Les encantaba entrevistar gente, eran grandes periodistas a su corta edad.

—Siéntense —ordenó el jefe Min, quien acomodó sus lente negro sobre el puente de su nariz y miró a los dos novatos—. Acabo de recibir una llamada del manager del grupo »Klood«, resulta que por la separación del mismo y el debut de uno de los integrantes en solitario, quiere que se realice una entrevista y posteriormente un artículo sobre el rumbo que tomará la carrera de JungKook y cosas personales.

Para este punto, los dos jóvenes se encontraban intrigados. JiMin estaba muy entusiasmado; era un gran fan de la banda, pero también sabía cosas acerca de sus ídolos que lo decepcionaban. Por otro lado, TaeHyung acaba inconforme con esta situación; a él nunca le agradó el rock, y mucho menos el gran Jeon JungKook, mas bien, lo odiaba demasiado.

—El debut será hoy; por lo tanto, quiero que los dos chequen su agenda y decidan quién irá a la entrevista al club »Rock N’Roll Hit«. Por favor, tomen la decisión a la brevedad y comiencen la investigación para las preguntas —explicó secamente para después mirados a los dos chicos y sonreírles—. ¿Alguna duda?

—No, señor —contestaron ambos al unísono y salieron de la oficina.

—¡Qué estafa! —Se quejó TaeHyung sentándose de mala gana en su puesto—. No puedo creer que de verdad nos hagan entrevistar a ese hijo de perra.

—¿Por qué lo dices? —preguntó JiMin antes de tomar asiento en su escritorio.

—JiMin, JungKook es una mierda de persona. Es lo peor que le pudo pasar al rock. Es una abominación para el género. Te juro que si lo tuviera en frente... ¡Agh!

—Calma, calma. ¿Qué te hizo? —preguntó JiMin, este estaba preparando su libreta; él se encargaría de la entrevista.

—A mí nada. A la humanidad, por otro lado, le hizo un enorme mal. Con sus malditos shows y escándalos... La gente que odia el rock lo hace por él. Es nada más que un símbolo sexual, alguien que se droga y ahoga en el alcohol antes de cada concierto. No tiene ni un mínimo respeto por la música.

—Yo no creo eso, Kim —defendió JiMin con su ceño fruncido.

—Claro, seguramente es tu ídolo. A ver, Park, ¿Jeon JungKook te parece caliente? ¿Acaso eres homosexual? —preguntó de manera sarcástica. Pero lo que no sabía, era que JiMin, efectivamente, lo era. Era homosexual. Y aunque él quisiera negarlo, no podría; se sentía fuertemente atraído por aquel hombre que se subía al escenario sin camisa y tocaba y cantaba como un dios del rock.

—Algo que debes aceptar es que, aunque no te guste, Jeon JungKook es el dios del rock —mencionó desviándose un poco del tema.

—Tal vez, pero no es mi dios.

—Supongo que yo haré la entrevista de esta noche —recibió una gran sonrisa de parte de Tae y, en cuanto este apartó su mirada, comenzó a investigar acerca de la vida de Jeon.

Anhelaba que la noche llegara. Desde chico había sido un gran fan del rock. Un admirador de JungKook y su banda. Solo que... no quería decepcionarse de su artista favorito.

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