Ya habían pasado cuatro horas desde que Jungkook y yo nos habíamos encerrado en su habitación para estudiar y en todo este tiempo hice un gran hallazgo, el tonto ¡si tiene actividad cerebral!. Todavía no me lo creo, ha estado callado prestando atención y le hice preguntas muy difíciles—difíciles para personas con poco IQ—pero lo que importa es que no se está comportando como el idiota que habitualmente es.

—Y así es como sacas los lados del triángulo— digo terminando de explicarle todo lo respectivo con matemáticas —¿Entendiste?.

—Sorprendentemente, si— ríe tomando mi cuaderno de apuntes y ojeando todo —¿Cómo es que contigo si entiendo? Lo haces todo más fácil.

—Tampoco es tan complicado— me encojo de hombros y arreglo mis lentes —Ahora vamos por química.

—Tomemos un descanso, ya me duele la cabeza— dice masajeando su cien.

—¿Y como no? Es la primera vez que tu cerebro recibe tanta información junta— me burlo —Pero estoy de acuerdo en tomar un descanso, si te sigo metiendo información tu cerebro va a colapsar o todo lo que ya tienes dentro se va a borrar.

—Bien, vamos abajo para tomar algo.

—Te sigo.

Salimos de su habitación y bajamos por las largas escaleras para llegar a una muy bonita cocina, en esta casa todo brillaba, tenía miedo de tocar algo y romperlo, mi bici no vale tanto como para pagar algo de lo que hay aquí. Él abre una heladera que tenía dos puertas, de hecho, hay dos de esa en la cocina.

Ya quisiera yo tener dos heladeras llenas de comida, sería feliz.

—¿Jugo de naranja o de manzana?— pregunta mostrándome dos jarras de vidrio con ambos líquidos.

—De naranja— tomo asiento y espero a que él ponga el vaso frente a mi —Tu casa es increíble.

—Y todo lo que te falta por ver— sonríe sentándose a lado mío.

—Ahora entiendo porque todos quieren que tú hagas las fiestas, aquí hay espacio de sobra para que entren dos mil personas mínimo.

—Exagerada— ríe dandole un sorbo a su vaso —Esto es raro.

—¿Que cosa?— lo miro confundida.

—Que no estamos peleando, ya van muchas horas.

—Cuando pasas muchas horas en el habitad natural de un orangután te acostumbras.

—¿Cómo me has llamado?— arquea una ceja.

—Tú me dices ratita y yo te digo orangután, al fin de cuentas no hay mucha diferencia, nada más que tú no has evolucionado— rio y tomo todo el líquido restante de mi vaso.

—De igual forma sigo siendo más grande y fuerte que tú— responde orgulloso.

—Pero yo tengo el poder mental, no necesito utilizar la violencia para aplastarte cuál cucaracha asquerosa— le guiño y él bufa.

—Ten cuidado ratita, estás en mi territorio.

—Dentro o fuera de tu territorio puedo acabar contigo, da igual la locación.

—Me agrada que mis oponentes tengan tanta seguridad, pero aún así no dejas de ser una rata de biblioteca.

—Y tú un retrasado mental.

Terminamos de beber nuestros jugos en silencio. Las horas pasaron y terminé de darle las clases, volví a casa agotada de tanto estudio, peor aún de explicarle setecientas veces el mismo tema a Jungkook, por momentos la inteligencia se le iba a la mierda.

—Hola hija— papá entra a la cocina y me da un beso en la frente —Tu hermano me dijo que fuiste a estudiar con un compañero.

—Así es, acabo de llegar— suspiro agotada.

—¿Demasiado estudio?— asiento.

—Nunca en mi vida creí decir que odio estudiar— papá ríe y me contagia —¿Dónde está mamá?.

—Tuvo una junta importante y pues se quedó en la empresa.

—Okey, iré a mi habitación— beso su mejilla y subo las escaleras.

Fue un día demasiado pesado, agradezco no tener tarea, no quiero información sobre nada, ni siquiera tengo ganas de ver mis cosas de la escuela. Entro a mi cuarto y me tiró directo a la cama, dios, me duele todo el cuerpo, estar sentada en una sola posición es demasiado cansador.

Mi celular suena, lo tomo y me extraña ver el nombre de Jungkook figurando en la pantalla. ¿Y ahora que quiere?.

—¿Hola?— digo confusa —¿Que quieres?.

—Solo decirte que mañana estudiaremos a la misma hora.

—¿Cuál es la necesidad?— me siento en el borde de mi cama —Te deje todos mis apuntes para que estudies, ahí está todo explicado no necesitas que yo vaya a tu casa.

—El trato fue que tú me ayudarías— recuerda rápido.

—Jungkook...

—La cita de tu amiga con mi amigo es recién mañana, una llamada y se cancela todo.

—¿Me estás chantajeando?— rio irónica —Mira que yo también se jugar a eso.

—¿Y con que me chantajearias?— ríe arrogante.

—Pues estás hablando con la nerd que más poder tiene en toda la secundaria. ¿Nadie te dijo que es a mi a quien los profesores le piden que preparé los temas para los recuperatorios? Puedo cambiar todo tus exámenes si yo quiero.

Sonrió victoriosa cuando no escucho que refute, es tan hermoso tener en tus manos a alguien que se cree más supremo que todos. A Jungkook le encanta tener a todos bajo su mando, pero jamás nadie lo tuvo a él de esa forma, no hasta que decidió hablar conmigo.

Mala elección orangután.

—Eso es jugar sucio, ratita— lo escucho suspirar agobiado.

—No soy tan estúpida como tú crees, Jungkook, no subestimes a quienes tú crees son inferiores a ti, siempre hay alguien mucho más listo entre todo el rebaño de los débiles. Tú elegiste desafiar a la nerd equivocada.

—Bien, se hará como tú digas— dice rendido.

Muerdo mi labio inferior sonriendo victoriosa, una vez más gano yo.

—Adios orangután.

—Buenas noches, ratita.

Corto la llamada y dejo mi celular sobre la cama, creo que me puedo acostumbrar a esto de tener el poder siempre. Me encantaría ver la cara de todos los amigos de Jungkook al saber que su líder, el intocable, el que todo lo puede, es sumiso con una nerd.

Orangután: 0

Ratita: 1000

Y esto es solo el comienzo.

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—Ilyxjk
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