Eran las 15:30 p.m, a las cuatro debía ir a la casa del idiota de Jeon Jungkook para comenzar con sus clases, aunque, dudo mucho que en ese diminuto cerebro de hormiga entré algo de información, pero bueno, no lo estoy haciendo con la intención de que si apruebe todo, solo lo hago por el estúpido trato que tenemos.

Termine de vestirme, me coloque mi mochila en dónde llevaba todos mis apuntes de diferentes materias, libros y otras cosas más que se que el tonto de Jungkook no entenderá, pero bueno, ¿que se le puede hacer?. Baje las escaleras, mi hermano justo salía de la cocina, me miró con una ceja levantada, yo jamás salgo, así que entiendo el porque de su expresión.

—¿A dónde vas?.

Suspiro y pongo los ojos en blanco. Bajo el último escalón poniéndome enfrente suya, la verdad no teníamos tanta diferencia de altura, él también era un pitufo como yo. De hecho, así nos llamamos de cariño.

—Tengo que darle clases a un compañero que no le va muy bien.

—Pues no te agrada mucho la idea por lo visto— ríe.

—Lo que pasa, es que no es cualquier compañero, es el más popular de toda la secundaria.

Abre sus ojos sorprendido. Pero luego mete sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, se pone serio;—¿Segura que lo haces por tu voluntad? Tú jamás ayudarías a un popular, si ese idiota te amenazó...

—Jimin, no, si lo hago por mi voluntad— relaja su semblante. Pero aún así me miraba desconfiado.

—Bien, pero si ese idiota trata de pasarse de listo contigo, yo le voy a enseñar lo que se siente que te rompan hasta el alma.

—Claro pitufo— le doy unas palmaditas a su brazo. Sonríe.

—¿Quieres que te lleve?— meneo la cabeza negando.

—Ire en mi bici.

—Ya es hora de que cambies esa cosa antigua— lo miro ofendida.

—No hables así de Lili— me cruzo de brazos. Él comienza a reír como un loco.

—Por dios, Lena, hasta nombre le has puesto.

—Es muy mi problema— me encojo de hombros.

—Ya, tranquila— levanta las manos al aire —Ya vete o se te hará tarde.

—Bien.

Chocamos puños y salgo de mi casa, voy al garage dónde Lili me espera, si, parezco una loca hablando de mi bicicleta como si fuera una persona de carne y hueso, pero tiene un gran valor sentimental para mí. Fue un regalo de mi abuelo, cuando estaba muriéndose en su cama, me dijo que esa bicicleta estaba en el ático, quiso que la cuidara con mi vida, es lo único que tengo para recordarlo y sentirme de alguna forma cerca suyo.

El tuvo cáncer en los pulmones, no quiso recibir las quimios, dijo que él ya había vivido mucho, que ya era hora de descansar, yo tenía apenas siete años y es por eso que no me gusta celebrar mi cumpleaños, porque fue el día cuando el dejo de respirar, cuando sus ojos verdes dejaron de verme con ternura y amor.

Dejo de pensar en él, en ese momento; no quiero llegar toda sentimental a la casa del tonto ese. Me subo en Lili y comiendo a pedalear, es celeste con franjas rosas y tiene un pequeño canasto delante, si, es un poco ñoña, pero da igual eso, yo la amo así.

La casa de Jungkook era una mansión, ¿y como no?, su padre tiene el mejor bufete de abogados, en el cual trabaja mi padre, según él, el padre de Jungkook tiene sus días, pero generalmente es muy bueno, su madre es una gran diseñadora de modas y según he oído tiene una hermana, a ella no la conozco.

Dejo a Lili en el patio de la casa, justo en la sombra, no quiero que el sol la destiña. Una vez en la puerta tocó el timbre y espero a que me atiendan.

La puerta se abre, el orangután sin evolución se posa enfrente mío, se recuesta por el marco de la puerta y me sonríe con arrogancia. Dios de los inteligentes, por favor, no juegues con mi poca paciencia. Su mirada se dirige a Lili, una risa burlona se escapa de su boca, sabía que la utilizaría para molestarme.

—Hasta tu bicicleta es horrible.

—Gracias por la opinión que nadie te pidió— sonríe y yo lo miro sería. Tonto, un insulto más y me largo.

—Que raro tu enojada— dice con ironía.

—Que raro tu siendo un completo imbécil— contraatacó sonriendo falso —¿Me dejaras pasar o me voy? Porque no vine hasta aquí para aguantar tus estupideces.

Él iba a responder, pero una linda chica de mi mismo tamaño lo quita de enfrente mío. Era linda, tenía el cabello castaño corto, pero solo hasta los hombros, ojos negros y bonita piel, era como la gemela de Jungkook, solo espero que no tenga la misma idiotez.

—Hola— me saluda sonriente —¿Quien eres? ¿Otra de las que echa baba por este tarado?— señala con su pulgar a su hermano que está parado detrás de ella, se veía enojado.

Ya me agrada está chica.

—Dios me salve— ella sonríe —Solo vengo a darle clases porque su cerebro es muy pequeñito y no tiene capacidad para entender algunas cosas.

—Entonces solo gastaras tu tiempo.

—Lo se, tampoco espero un milagro.

—Bueno ya, estoy aquí— Jungkook se cruza de brazos mirándonos a ambas con disgusto.

—Soy Sunye— la chica lo ignora y me da la mano.

—Lena Park, es un gusto— suelto su mano y acomodo mis lentes.

—Bien, ahora ¿podemos entrar y estudiar?— dice Jungkook totalmente disgustado y arto de que lo ignoremos.

—¿Y a ti desde cuándo te importa tanto el estudio?— Sunye se burla.

—Desde que el director le dijo que si no aprobaba los próximos exámenes dejara de estar en su estúpido equipito de orangutanes corriendo detrás de una pelota como si fuera la última banana en el mundo— Sunye estalla en risas, yo sonrió satisfecha al ver la cara de odio con la cual Jungkook me observa.

Ahora sabe lo que se siente burlarse de alguien más.

—Joder— dice Sunye limpiándose algunas lágrimas —Amo a esta chica, definitivamente tú y yo debemos ser amigas.

—Yo aceptó— digo sonriente.

—Basta ya, Sunye a tu habitación y tú— corre a su hermana y agarra mi muñeca para luego jalarme hacia adentro mientras sube las escaleras arrastrandome como si fuera un animal.

Antes de llegar a su habitación me suelto bruscamente de su agarre, no es mi culpa que el niño sea tan blandito que no pueda soportar mis chistes. Además, él hace exactamente lo mismo conmigo o los demás nerds, solo estoy jugando su mismo juego.

—En tu asquerosa vida me vuelvas a tomar de esa forma, no sé quién te creas pero a mí me respetas o este puto trato se va a la mierda— se quedó sin palabras.

Le he hablado de muchas maneras, pero jamás de una tan seria y severa. Hace años, cuando comencé la secundaria todos me trataban como un animal, me arrastraban y hacían conmigo lo que quisieran, pero ya no, no lo pienso volver a soportar nunca más.

—Yo...lo siento— baja la cabeza y rasca su nuca con algo de pena.

—Si quieres que te ayude deberás comportarte y respetarme, yo no soy ningún esclavo para que me trates de esa forma o alguno de tus amigos con los que tienes mucha confianza.

—Pues entonces tú también respétame a mi, siempre estás humillandome, lo acabas de hacer enfrente de mi hermana— argumenta.

—¿Y no es eso lo que tú haces con nosotros los nerds?— se queda callado —Solo te trato de la misma forma en que tú me tratas a mi y a todos los demás. ¿Quieres respeto? Pues empieza tú respetando a los demás.

Nos quedamos en completo silencio, él no agregó nada más al pequeño debate que estábamos teniendo. ¿Y que diría? No tenía forma de defenderse, él tiene más que claro que lo que dije es cien por ciento cierto.

Dios de los inteligentes, recargame la paciencia y ponla al nivel máximo.

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—Ilyxjk
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