Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

.。.:*✧67✧*:.。.

CAPÍTULO FINAL

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

Había llorado todo el día de ayer y toda la noche, hasta que me quedé sin nada, entonces decidí levantarme, lavarme la cara y enfrentar lo que estaba pasando, nada ganaba estando tirada en mi cama lamentando lo que pude haber hecho para que el orangután no se fuera, todavía estoy a tiempo de cambiar las cosas.

Necesitaba a la Lena Park de antes, a la chica lista que no se dejaba vencer tan fácilmente, quien apagaba los sentimientos y encendía su inteligencia. No iba a permitir que el orangután estuviera lejos de mi, lo traería de vuelta no importara lo que me cueste. Iba a ir a Santa Mónica, estaba decidida, lo planteé ante mis padres y ellos no se opusieron, aunque, de haber sido así, poco caso les hubiera hecho.

Aunque todavía faltaba una pieza para llevar a cabo mi plan, no sabía la dirección del abuelo de Jungkook, podría ir allá y preguntarle a las personas, pero eso solo sería una perdida de tiempo y eso es lo que menos tengo. Por eso opté en ir y preguntarle a Sunye, aunque en estos momentos soy la última persona que quiere ver, entiendo su enojo, fui demasiado mala con su hermano, pero es por eso que estoy haciendo esto, quiero enmendar todos mis errores.

Fui a la secundaria donde ella entraba, la estaba esperando, ya era la hora de la salida, se que costará lograr que me escuché, pero no me daré por vencida. Yo misma me estoy desconociendo ahora, esto del amor me está jodiendo en serio.

Yo siempre te persigo a ti, ya es hora que tú me persigas.

Aquellas palabras dichas por él, eran mi impulso. Tenía razón, él siempre era quien me buscaba y yo jamás hice algo igual. Espero que el orangután valore esto, porque me gastaré mis ahorros en ese vuelo, aunque, ni todo el dinero del mundo valía más que él.

Oí el timbre sonar, mis manos comenzaron a sudar, era el momento de enfrentarme con Sunye, se que va a querer gritarme y yo no la voy a atacar porque a pesar de que me duela lo que diga, tiene razón, pero ya no dejaré que nadie ponga en duda mi cariño por Jungkook. Estoy aterrada, pero si es por él, mando todo a la mierda. Sunye salía acompañada por sus amigas, al verme a mi la pequeña sonrisa que tenía dibujada en su rostro, se esfumó, solo siguió adelante con su camino ignorando mi presencia como yo esperaba que lo hiciera.

—¡Sunye!— fui tras ella —¡Sunye por favor, necesito hablar contigo!— hacía oídos sordos, está lastimada, yo haría lo mismo si estuviera en su lugar —¡Sunye, quiero ir por Jungkook a Santa Mónica!— entonces sus pasos se detuvieron y yo dejé de correr. Se dió la vuelta y abandonó a sus amigas para venir hacia mi.

—¿Dijiste que irás a Santa Mónica?— preguntó fría —¿Cómo?.

—Tengo unos ahorros, suficientes para comprar el vuelo— expliqué —Pero no puedo ir sola, necesito de ti para llegar a la casa de tu abuelo.

—Lo siento, no cuentes conmigo— respondió tajante y se dió la vuelta para irse de nuevo.

—¡Sunye!— la detuve tomando su brazo —Se que estás enojada conmigo, pero por favor...

—No Lena— interrumpió —No te quiero cerca de mi hermano, lo lastimaste y te quiero lejos de él. Déjalo, quizás en Santa Mónica consiga a alguien mejor, alguien que si lo valore.

Se zafó de mi agarre y se fue. Entendía perfectamente que estaba hablando desde la furia que sentía su corazón, su hermano se había ido, ellos jamás se alejaron tanto. Está lastimada, esa herida debe sanar para que pueda perdonarme, pero aún así, con o sin ella, iré a Santa Mónica por el orangután, él será quien tenga que decirme si me quiere lejos o no.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

Santa Mónica 08:30 a.m

Por fin había aterrizado, el viaje había sido demasiado cansador, era mi primera vez subiendo a un avión y no puedo creer que sea para venir a decirle a un chico que lo quiero conmigo para siempre.

Para siempre.

Es un largo tiempo, aunque viendo que ya la he cagado más de una vez, tengo duda si lo nuestro pueda durar tanto tiempo. Lo que soy nos separó y es a eso a lo que siempre le temí, aunque Jungkook sabía perfectamente quien era yo y aún así decidió amarme.

—Vamos hija, ahí hay un taxi— dijo papá.

Él me había acompañado, hace años tuvo que venir con el padre de Jungkook para arreglar unos asuntos con el abuelo Jeon, hizo fuerza para poder recordar la dirrección de su casa, le rece demasiado al dios de los inteligentes para que lo iluminará y si, lo hizo.

Lo que Sunye me había dicho ayer, no paraba de darme vueltas por la cabeza. Si Jungkook me rechazaba, si no quería verme, significaba el fin de lo nuestro, ambos seríamos libres y me dolía imaginarlo a él siendo feliz con alguien más, porque cualquier ser humano es mejor que yo.

Pero él es mi orangután, nosotros desafiamos al mundo para estar juntos, pasamos mucho para lograr nuestro amor. No podía volver a Seúl sin él, no podía volver a nuestro lugar sola, las estrellas ya no brillarían, así como la luna dejaría de iluminarnos con su luz, aquel mirador ya no tendría sentido sin la ratita y el orangután.

—Hija— me habló papá. El taxi se detuvo frente a una enorme mansión —Llegamos— avisó.

Yo me baje mientras esperaba que papá le pagará al hombre. La casa era más grande que la mansión en la que vivía Jungkook, ya me imaginaba lo que nos esperaba dentro. Papá bajo por fin y nos dirigimos a la puerta de la casa, papá tocó el timbre y esperamos a que alguien nos atendiera.

Pronto la puerta se abrió, una señora vestida de mucama nos abordó, papá habló con ella, mientras que yo echaba una ojeada por adentro, quería ver si por casualidad Jungkook no se veía en alguna parte, pero no, la casa parecía estar vacía. Era muy oscura, casi la luz del sol no podía entrar, debido a las cortinas de colores marrón fuerte, este lugar daba miedo.

La mujer nos dejó entrar, papá le dijo que era un empleado del hijo del abuelo. Me sentía una hormiguita dentro de un hormiguero tan gigante, nunca logré entender porque los ricos vivían en casas tan grandes, ¿cuál era su necesidad?, entiendo que sea por tener una buena comodidad, pero eso se encontraba en cualquier casa común y corriente. De no ser por toda la decoración que hay dentro de esta, habría mucho eco.

La sirvienta había ido a buscar al abuelo, nosotros nos quedamos cerca de las escaleras, arriba nuestro había un candelabro dorado que brillaba más que mi futuro. Me quedé viendolo, imaginando que se caería encima nuestro porque se mesia gracias a la poca corriente de aire que ingresaba.

—¡Park!— cantó una voz ronca. Miramos de dónde provenía y un viejo de mi misma estatura venía hacia nosotros. Era parecido al padre de Jungkook, pero anciano —Hace tanto que no te veía hombre— ambos se dieron un apretón de manos. La vista del viejo, cayó sobre mi —¿Y esta chica tan linda quien es?.

—Mi hija— respondió papá, con amabilidad. Yo le hice una reverencia.

—Lena— me presenté dándole la mano, el anciano la tomo por un corto tiempo, aunque fue suficiente para sentir la suya helada.

—Es un gusto conocerte— sonreí amable —Pero ¿que los trae por aquí?.

—Mire, no vine por asuntos de trabajo ni nada, lo que pasa es que mi hija quiere ver a su nieto, ella y él son pareja y....

—Así que tú eres la chica que mi hijo me contó que le metió ideas tontas a mi nieto— interrumpió, de pronto su gentileza había desaparecido. Ahora tenía la misma mirada que su hijo en el aeropuerto cuando me vio llegar —Mi nieto no te necesita, largo— ordenó tosco.

—Mire señor, no estoy de humor para soportarlo, vine por Jungkook y no me iré hasta hablar con él— sentencié. El viejo tenso la mandíbula —¿Dónde está Jungkook?.

—Largo de mi casa, ¡ahora!— ordenó de nuevo, pero está vez más severo.

Ya me cansé.

—¡Jungkook!— comencé a gritar —¡Jungkook sal, ya estoy aquí!.

—¡Cállate!— vociferó el anciano.

—Mejor cállese usted.

Mi papá trataba de hablar con el anciano, pero este no le hacía mucho caso y cuando logró distraerlo un poco, no perdí tiempo para subir las escaleras corriendo, poco me importaban los gritos de ambos hombres, no vine hasta aquí para irme sin nada.

Iba tan rápido que no me fijé en que alguien más venía y me lo terminé llevando por delante, ambos caímos al suelo y me insulte por lo torpe que fuí al no ver por dónde iba.

—Yo lo siento, no...

Y me quedé callada cuando mis ojos se encontraron de nuevo con los de él, cuando ambos volvimos a conectarnos de la misma forma que la primera vez que cruzamos miradas. Sentí mi corazón hundirse, lo tenía enfrente, mi orangután estaba de nuevo frente a mi, aunque sus ojos se veían tristes, hinchados y ya no veía la galaxia en ellos.

Esto era tan tonto, era como un déjà vu, así nos habíamos encontrado la primera vez, pero ese día él fue quien me llevó por delante a mi, iba tan apresurado como yo ahora. Ninguno de los dos podía decir nada, pero no esperaba que él dijera algo, era yo quien debía hacerlo.

—Orangután— musité tremula. Sus labios estaban a solo centímetros de los míos —Orangután, perdóname.

—¿Por caerte encima mío?— sonrió a penas. Las mariposas se iban despertando.

—No tonto— gruñí —Por no haber llegado al aeropuerto, si fuí, lo juro— desvíe la mirada —Pero al llegar tú ya no estabas.

—Te esperé— habló con melancolía —Desde que puse un pie en ese lugar, no hice otra cosa más que mirar la puerta esperando verte entrar por ahí, pero cuando no llegaste, sentí que había perdido una parte de mi, aunque mi corazón no perdía las esperanzas.

—Se que fui una tonta, debí oírte esa noche que intentaste explicarme todo, pero estaba tan enojada que no me quería ni oír a mi misma— exhalé —Pero si vine hasta aquí, fue para llevarte de nuevo conmigo.

—No puedo volver, mis padres...

—Jungkook por favor, deja a tus padres a un lado y por una vez en tu vida piensa en lo que tú quieres— objeté disgustada —No puedes quedarte en Santa Mónica cuando tu vida está en Seúl. No puedes ingresar a una universidad para estudiar algo profesional, cuando tú sueño es correr detrás de la jodida pelota mientras las personas en las tribunas gritan tu nombre.

—A mi solo me gusta que tú grites mi nombre.

—¡Orangután! No es momento de que te pongas caliente— lo reprendí y él soltó una carcajada que me hizo sonreír. Nada amaba más que verlo feliz.

—Ratita mal pensada— bromeó. Antes lo hubiera mirado mal, pero en estos momentos sus apodos eran la razón por la cual mi corazón seguía latiendo —¿Estás cómoda en esta posición? Porque yo si— río apretando mi cintura.

—Me estás desviando del tema— nos pusimos serios de nuevo —Ven conmigo, allá no es lo mismo sin ti, nada tiene sentido si no estás molestándome.

—Mis padres no me recibirán de nuevo en casa— suspiró desanimado.

—Para eso está la mía, no será una mansión como esta, pero tiene sus comodidades y amor no te va a faltar.

—¿Y tus padres?.

—Por ellos no te hagas problema, les caes bien y no dudarán en abrirte las puertas. No son tan horribles como los tuyos— tapé mi boca porque eso lo había dicho sin pensar.

—No eres tú si no insultas a alguien— comenzó a reír.

—¿Volverás?— pregunté expectante.

—Necesito un motivo.

Llegó el momento, Lena.

—Mi abuelo siempre decía que el miedo es solo otra razón para esforzarte. Yo tuve miedo cuando llegué al aeropuerto y ví que ya era tarde, pensé que ya no me querrías, que jamás te volvería a ver, pero lo que siento por ti fue suficiente para subirme a un jodido avión y venir a buscarte— acarició mi mejilla y sentí que volví a revivir —Se que soy una mierda, no soy la mejor novia del mundo, pero....cuando me entregó a ti, lo hago de verdad, en cuerpo y alma, porque...

Vamos palabras, no es momento de que se atraquen.

—Porque te amo— confesé al fin —No hay ratita sin orangután. Por eso debes volver.

—Ay mi ratita— suspiró sonriendo —Ya sabía que me amabas, pero quería oírlo de tus labios— beso mi frente —Nunca nadie me hizo sentir un amor que me facina, quizás porque nunca conocí a alguien como tú. Eres perfecta ratita, es como si estuvieras echa a la medida de mi risa y a la altura de mis sueños— me sonroje por lo lindo que había sonado eso —Vamos, hay que irnos de aquí.

—¿Te ayudo a desempacar?.

—No hace falta, no saque nada de mi maleta, no se porque, pero tenía un presentimiento dentro de mío de que algo iba a pasar, entonces la dejé igual— se encogió de hombros.

Nos levantamos del suelo y nos miramos como siempre, diciéndonos todo con nuestras miradas. Me acerqué a él, porque ya no podía con las ganas que llevaba dentro mío de besarlo. Tomé su rostro entre mis manos, le sonreí por última vez y junte nuestros labios en un beso suave, dulce, los movíamos lento, disfrutando del sabor del otro, sintiendo la textura de nuestros labios, subiendo de nuevo al cielo.

Te amo, mi ratita— plantó un beso en mi frente.

Te amo, orangutánsonrió arrugando su nariz —Debes prometer que está será la última vez que nos separemos.

—Lo prometo— juró levantando una mano —Vamos, nuestro mirador nos espera.

Al igual que las estrellas y la luna.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

And if we rewrite the stars?

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

Eternitely

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro