Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

.。.:*✧62✧*:.。.

—¡Ratita, corre!.

—¡Eres un idiota, orangután!.

Y ahí estábamos nosotros, corriendo en la calle para salvar nuestras vidas. Al tonto de mí novio se le ocurrió acariciar a un rottweiler que estaba acostado en un callejón, no es que tenga algo en contra de acariciar a los animales de la calle, pero hay ¡límites!, no puedes acariciar a un animal que en la frente porta un enorme cartel que dice peligro, con solo mirarlo y ver que te observa con ganas de arrancarte la pierna, es suficiente para saber que debes cruzar a la otra vereda si es que aprecias vivir.

El orangután corría más rápido que yo, obviamente, es un atleta entrenado, mientras que yo la única vez que corrí tan rápido fue para alcanzar a Jimin y jalarle el cabello y de eso ya han pasado ¡años!.

El perro seguía corriendo detrás nuestro, hace más de dos cuadras que lo está haciendo y lo peor, es que está detrás de mí, ¿por qué no lo corre a él?, el orangután tiene más carne y sustento, yo solo soy puro huesos. Mis músculos quemaban, estaba a nada de caerme, mientras que el orangután corría como si nada y como vi que él tenía suficiente fuerza, pensé en que le sobraba para ambos, así que cuando menos lo pensó, di un brinco en su espalda, apretándome a él como si fuera un koala.

—¡Corre más rápido!— exigí, sintiendo que la garganta me quemaba.

—¡Que fácil es decirlo, tú no tienes que mover nada!.

Pasó a la otra vereda, haciendo que los autos nos tocaran las bocinas, estábamos locos, pudimos morir, pero no fue tan malo cuando miré hacia atrás y el perro ya no venía tras nosotros. Jungkook paro de correr cuando llegamos a una plaza, se tiró en el pasto, lo cual fue una mala idea, porque cayó encima mío.

—¡Orangután, me aplastas!— me quejé, mientras que el tonto se mataba de la risa. Se tiró a lado mío, mientras recuperabamos el aliento —¿Por qué tocaste al animal?.

—Porque me pareció lindo, no fue mí culpa que él nos quisiera arrancar las extremidades— se excusó —Pero, vele el lado positivo.

—¿¡Donde está lo positivo en que un perro quiera asesinarte!?— cuestioné irritada.

—En que hiciste ejercicio— respondió riendo. Arranque pasto y se lo tiré en la cara.

—Son por cosas como está que me replanteo porque acepte ser tu novia.

—Simple— se subió encima mío, estábamos en una plaza donde muchas personas deben de estar mirándonos raro, pero a él no le importaba —Porque me amas— beso mis labios —Porque soy irresistible.

—Calma Brad Pitt, tampoco estás tan bueno.

—Ah ¿no?— escondió su rostro en mí cuello, lo cual no significaba nada bueno.

Jungkook comenzó a succionar mí piel, mientras que yo apretaba mis labios para no soltar ningún sonido vergonzoso, mierda, ¡estábamos en público!, pero me olvidaba que al orangután poco le importan las demás personas. Soltó un gruñido, lo cual indicaba que no pensaba parar.

—Jungkook...estamos en público— recordé. Sentí que sonrió.

—Eso te pasa por provocarme— subió por mí mejilla hasta llegar a mis labios, mordió el inferior tirando de este.

—Estás enfermo.

—Y así te conquisté— me guiñó y yo puse los ojos en blanco —¿A dónde quieres ir ahora?.

—Tú me invitaste, tú debes de saber— sonreí.

—¿Vamos por helado?— preguntó dudoso.

—Cuando se trata de comida no debes ni preguntar.

Nos levantamos del suelo, sacudimos un poco nuestra ropa pues teníamos pasto y algo de tierra encima. Para suerte nuestra había un hombre con un puesto de helados a solo unos pasos de nosotros, yo fui a sentarme, mientras que el orangután iba por los helados.

Amaba los lugares con muchas personas, siempre puedes ver a distintos tipos de ellos, algunos son graciosos, otros odiosos, otros ni siquiera saben en que mundo están. Siempre ocurren cosas divertidas en lugares como este, mis situaciones favoritas, son cuando las personas comienzan a pelear por cualquier cosa, ¿qué puedo decir?, me gusta chismear.

El orangután volvió con los helados y tomó asiento a lado mío, estaba raro, más de lo normal, toda la mañana estuvo cerca mío y no es que me incomode o que no me agrade su compañía, solo que me parece extraño su estado de ánimo. No está al cien por ciento y eso lo pude comprobar en el entrenamiento de hoy, todos hablaban de su bajo rendimiento, de la nada comenzó a jugar mal.

—Orangután— llamé su atención —Se me había olvidado preguntarte sobre aquellas pruebas que hiciste para el equipó de fútbol de Estados Unidos. ¿Nunca te dijeron nada?.

Dejó de comer su helado, su cuerpo se tenso y su mirada decayó al suelo. Se veía algo...afligido, como si me quisiera decir algo, pero al mismo tiempo estuviera luchando para no decir nada. Me asustaba que estuviera así, por lo general es muy alegre y jamás está callado un solo segundo.

—Si, me dijeron que no quedé— respondió sin verme. Quizás por eso estaba un poco triste —No te dije nada, porque, no valía la pena.

—Que raro— musité sin que me oyera —Esos hombres estaban encantados por como jugaste, es raro que no hayas quedado.

—No fui el único, habían más chicos que lo hicieron mejor que yo— respondió tajante.

—Pero da igual— me encogí de hombros. Él por fin volvió a mirarme y le di un sonrisa animadora —Hay más pruebas, más equipos y más caza talentos que estarán gustosos por darte una oportunidad. Esto es solo un tropezón del cual vas a levantarte— me acerque más para besar su mejilla.

Sonrió por mí acción, pero no fue de esas sonrisas con ánimo que suele darme, está fue forzada. Me estaba inquietando demasiado verlo así y me dolía de alguna forma que no confiara en mí para decirme lo que en verdad le ocurría, se que no es por el rechazó de la prueba.

—Siempre hablamos de mí, pero jamás de ti— señaló, terminando de comer su helado —¿Tienes algún sueño?— asentí.

—Quiero ser escritora.

—¿Por qué jamás me lo contaste?.

—Nunca preguntaste— reí —Y es algo que siempre he mantenido muy escondido, nadie sabe que eso es lo que quiero ser, bueno, ahora tú eres el único.

—¿Soy el primero?— preguntó sonriente y asentí —Me siento especial— tocó su pecho con una mano —¿Ya sabes a qué universidad irás?.

—Para suerte mía aquí en Seúl hay muchas universidades dónde puedo estudiar, solo debo ver cuál es la que más me llama la atención.

—¿Y que se estudia para ser escritor?— indagó confuso.

—Bueno, para ser un escritor solo debes saber escribir bien, tener buena imaginación, dedicarle tiempo. Yo quiero estudiar literatura para aprender más y mejorar mí escritura.

—¿Ya has escrito algún libro?— asentí —¿Me dejas leerlo?— negué con la cabeza. Formó un puchero que me hizo reír —Ratita odiosa.

—Me da vergüenza que lean lo que escribo.

—¿Algún día me dejaras leer algo de lo que haces?— se acercó más y beso mis labios. Quería chantajearme.

—Puede ser— lo besé de nuevo. Bajó la mirada a mí helado y comió un pedazo —¡Es mío!— reproché.

—Se estaba derritiendo— río arrugando la nariz. Volvió a acercarse y otra vez me beso, está vez sus labios sabían a limón por el sabor del helado —Te quiero, ratita— acarició mí mejilla. Sus ojos se veían tristes, nostálgicos —Nunca lo olvides.

—Deja de hablar como si jamás me volverás a ver— sonrió algo triste y me beso por última vez —¿Seguro que no te ocurre nada?.

—Seguro— aseguró. Aunque no me convenció del todo.

¿Qué me estás ocultando orangután?.

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

Eternitely

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro