El viento soplaba fuerte, agitando las ramas de los árboles y provocando que las hojas secas cayeran, el ambiente se sentía helado, el aire se sentía denso, el cielo estaba gris, como si fuera a llover en cualquier momento, en cambio afuera el sol estaba más brillante que nunca.

Venir al cementerio no era algo que me agradará, siempre se sentía raro estar en este lugar. Mi abuelo decía que cuando estar aquí se sentía pesado, era por todas las almas tristes que han sido olvidadas y deambulan por los rincones del lugar buscando calmar su soledad. Sonaba a película de terror.

Jungkook se encontraba a lado mío frente a la tumba de mi abuelo, era la única que a pesar de los años se mantenía intacta, quizás porque mis padres jamás lo dejan abandonado como muchos aquí. Mi cuerpo tembló cuando una brisa fuerte y fresca golpeó mi piel, tenía puesta una remera de mangas cortas, me era inevitable no abrazarme a mi misma en busca de calor.

El orangután se mantenía en silencio, lo hizo desde que llegamos al lugar, lo entiendo, no es como si este fuera el mejor lugar para traer a tu pareja, quizás esperaba otra cosa, pero aún así agradecía su silencio.

Saqué del bolsillo de mi pantalón una carta que había escribido para él como cada año lo hacía en la fecha de su muerte. La metí dentro del pequeño buzón que tenía sobre su tumba, le habían puesto eso para que yo pudiera traerle mis dibujos y todo lo que escribía, a él le gustaba siempre ver todo lo que yo hacía, quería que aunque no estuviera aquí conmigo, siguiera siendo participe de mi vida.

—Hola abuelo— aclaré mi garganta al oír mi voz salir en un tono bajo —Perdón por no haber venido ayer, tuve cosas que hacer— el viento volvió a soplar fuerte levantando polvo. Jungkook y yo cerramos fuerte los ojos para evitar que eso nos lastimara la vista —Él es Jungkook...mi novio— sonreí algo cabizbaja —Si, aunque suene imposible, lograron robarle el corazón a tu nieta más odiosa, pero creeme, no le hice tan fácil las cosas— oí a Jungkook soltar una risa nasal —Te extraño abuelo.

Otra vez el silencio se hizo presente. No soy buena con las palabras, nunca lo he sido, soy mejor escribiendo. Giré mi cabeza hacia Jungkook, él me miró a mi, sus labios se estiraron mostrando una linda sonrisa de labios cerrados, era tan cálida, que por un momento me hacía olvidar lo frío del lugar.

—Hola señor— dijo, ganándose una mirada confusa de mi parte —Soy Jeon Jungkook, su nieto— río —Me hubiera gustado conocerlo, por las pocas cosas que Lena me ha contado, se nota que fue una gran persona. ¿Si le pido un favor me lo cumple?— junte las cejas, su mano fría tomó la mía —¿Podría hacer que su nieta sea menos irritante? Y también que deje de darme dolores de cabeza, que deje de llevarme la contraría en todo, también que...

—¡Jungkook!— le di un golpe en el brazo.

El tonto comenzó a reír, lo traje para que compartiera este momento conmigo y el idiota se pone a decir sus estupideces como siempre. Se dió cuenta de que a mí no me hacía gracia lo que había dicho, dejó de reír, se acercó pero solo logro que me alejara.

—Amor— formó un puchero, pero yo seguía manteniéndome en mi postura seria —Ratita bonita.

—No me llames de esa forma, prefiero que me digas solo ratita— me cruce de brazos. Él sonrió.

—Solo estaba bromeando— poso sus manos en mi rostro y dejó sus labios a centímetros de los míos —¿Me perdonas?.

—No— dejó un pequeño pico en mis labios, pero seguí resistiendo. Repitió esa acción múltiples veces hasta que tuve que ceder —¡Ya!— me quejé.

—Te amo— beso una vez más mis labios —Ratita, no es que no me agrade estar aquí contigo, pero, ¿por qué me trajiste a mi? ¿Acaso vas a matarme como muchas veces me has amenazado?— abre sus ojos sorprendido. Rio meneando la cabeza.

—No digas tonterías, aunque eso es algo muy difícil para pedirte a ti— hizo una mueca de desagrado —Pero la verdad, es que solo quería que vinieras para que estuvieras aquí conmigo, para que conocieras un poco más de mi.

—En resumen, solo querías que viera la tumba de tu abuelo.

La forma en que lo dijo, como si no tuviera valor alguno, como si no fuera nada importante, hizo que mi corazón sintiera una pequeña punzada. Para mí esto era todo, creí que se sentiría especial por estar aquí, es el primer ser humano que traigo, pero al parecer no significa nada para él.

—Si quieres irte, vete— me encogí de hombros. Él notó mi repentino cambio de humor.

—Ratita, no me quiero ir— pasó un brazo que descanso sobre mi hombro. Lo miré y sentí que veía el cielo en su mirada —Donde la ratita se quede, el orangután también se quedará.

Hice puntitas para poder alcanzar sus labios rosados que me llaman cada vez que los veo. Se que mi abuelo debe estar feliz de verme realizando mi vida, siempre me dijo que eligiera bien a la persona a quien le entregaría mi corazón, porque en este mundo hay muchos demonios disfrazados de angeles.

Algunas personas solo buscan diversión, en eso se basan las relaciones de hoy en día, ya no más flores, tener una cita bonita, ir a comer, que esa persona te tome la mano mientras dan un lindo paseo, etc. Hoy todo es tóxico, ahora existen las relaciones abiertas, la poca atención, los celos enfermos que siempre tienen los peores finales, por ejemplo, la muerte. Ya nadie quiere algo sincero.

Creí que con Jungkook sería así, pero me alegra saber que me equivoqué, tengo a un gran chico junto a mi y me siento más que segura confiándole mi corazón a él, ha cambiado para mejor y estoy orgullosa de que ya no se esconda como antes, diciendo ser quien no es.

Aunque todavía tengo una duda que me da vueltas la cabeza, ¿cuál será nuestro final? ¿Duraremos mucho?, porque viendo el carácter de ambos, creo que será un poco difícil sobrellevar esta relación.

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Eternitely