Jeon Jungkook

Se sentía tan bien tenerla sobre mi pecho, sintiendo su piel en contacto con la mía, su calor, dejando que las yemas de mis dedos se deleiten con la suavidad que poseía. Estaba en silencio, ninguno de los dos nos habíamos movido de aquella posición en la que habíamos quedado luego de saciar el deseo del otro.

Seguía dentro de ella y la verdad no me molestaba en lo más mínimo, nada me gustaba más que estar en su interior, sentir su calor alrededor de mi miembro que se estaba más que feliz por seguir en aquel lugar.

Por un momento creí que estaba dormida, no decía nada, solo sentía como respiraba, pero sabía que solo tenía los ojos cerrados porque estaba disfrutando de mis toques. De vez en cuando rascaba su pequeña nariz, me daba demasiada ternura, mientras que sus dedos delineaban cada uno de mis tatuajes en mi brazo derecho.

Ojalá fuera así todos los días.

Se que Lena solo utiliza ese disfraz de chica fría, testaruda e imponente como un escudo para alejar a las personas que quieran entrar en su corazón. Se que tiene miedo, lo siente aunque diga que no y lo comprobé cuando la mire a los ojos y le confesé que estaba enamorado de ella, no supo que hacer, su cuerpo se tenso, sus ojos decían que quería huir, era como una pequeña ratita asustada y me encantó verla así, porque me demostró otra parte suya además de la que ya conozco y de la cual me enamore.

Me enamore.

Que raro suena cuando lo pienso y veo por quién lo digo. Nunca antes estuve tan loco por una chica que disfruta de darme dolores de cabeza, que siempre me está llevando la contraria, que siempre está a la defensiva y que es una mandona de mierda con un carácter que me da ganas de arrancarle la cabeza. Siempre elegí a las chicas superficiales que solo les importaba su apariencia y no veían más allá de eso, quien diría que al final terminaría cayendo a los pies de la más desarreglada de toda la secundaria.

El amor era algo que yo no tenía presente en mi vida, siempre lo tome como una perdida de tiempo, mucho menos pensé en serle fiel a una sola persona y tuvo que llegar esta maldita insoportable con sus aires de grandeza a cambiarlo todo en mi vida.

—Orangután— musitó, después de varios minutos en silencio —Hay que irnos, el receso ya comenzó y si no nos ven nos buscarán.

—Ahg— gruñí —Me quiero quedar más tiempo, pero tienes razón.

Tome sus caderas y con cuidado la levanté para poder salir de ella, fue inevitable no soltar ambos un gemido, me sentía vacío al no sentirla más piel contra piel. Se levantó de encima mío y comenzó a buscar su ropa, yo por mi parte termine rápido, solo tenía que abrochar de nuevo mi pantalón y ponerme la remera estudiantil.

Deleitaba mi vista viéndola vestirse, era hermosa incluso viéndola desde atrás. Se había colocado sus bragas e iba a hacer lo mismo con su brasier, pero cuando se lo colocó, me puse detrás suyo para poder sujetarlo de nuevo, su piel se erizó con el pequeño roce de mis dedos en su espalda y me fue imposible no abrazarla por detrás apoyando mi mentón sobre su hombro desnudo. Sentirla cerca me hacía bien.

—Estás muy callada— señale —¿Y ese milagro a qué se debe?.

—A nada tonto— aclaró riendo —Solo no tengo nada para decir y ya.

Se dió la vuelta para mirarme, desde mi altura se veía muy pequeña, y es raro que de la nada me gusten la chicas pequeñas, siempre fui más de las altas, pero al verla a ella con ropa grande me despertó un cierto gusto por las chiquitas, pero claro, solo con ella tengo una jodida obsesión.

Tome sus mejillas con ambas manos y acerque mis labios a los suyos porque no me fueron suficientes las veces que la bese hace solo unos instantes, no besarla un segundo me desesperaba, era como una jodida droga que necesitaba todo el tiempo para poder seguir respirando, loco, lo sé. Pero quería que este beso tuviera algo diferente, que no fuera con ganas de follar de nuevo—aunque no tendría problema en repetir lo de hace rato—pero quería hacerlo lento, sin insinuaciones sexuales, solo para demostrarle el cariño que guardo dentro, que es todo suyo.

—Nos tenemos que ir— recordó, parando el beso. Forme un pequeño puchero, pero solo la hizo reír —A mi no me vengas con chantajes de niño chiquito.

—Odio que seas tan dura— me queje.

—Si no lo fuera sería tan fácil como Tiffany— se soltó de mi agarre y se colocó la remera —Vámonos.

Caminó hacia la puerta y yo detrás de ella soltando uno que otro suspiro para tenerle paciencia, porque después de esa respuesta me quedó más que claro que la Lena testaruda ha vuelto.

Lo lindo no dura para siempre.

Tome su mano cuando salimos a los pasillos, era raro que no se haya quejado por eso, varias veces lo hizo, pero si no lo hacía era porque estábamos avanzando más con respecto a su humor tosco.

Todos nos miraban, todavía nadie podía creer que éramos pareja, claro, ¿cómo lo creerían?, siempre he sido un patán con las personas, he creado una imagen de la cual hoy me arrepiento, nadie puede creer que yo voy en serio con la ratita, pero a mí no importaba lo que ellos creyeran, solo me bastaba con que ella supiera que esto es cien por ciento real.

—Tú vete con tus amigos y yo iré con los míos— estableció, cuando entramos a la cafetería.

—¿Por qué?— fruncí el ceño.

—Porque allá están tus amigos esperándote— mire detrás mío y a lo lejos pude ver a Yoongi con Junhui mirando en dirección a nosotros —Podemos sentarnos todos juntos, podíamos ser buenos amigos.

—Imposible— respondió jocosa —Tus amigos son muy diferentes a Irene y Hoshi, no tenemos nada en común con ustedes.

—Podríamos cambiar eso— me encogí de hombros y ella suspiró —Quiero estar contigo y también con mis amigos, matemos dos pájaros de un solo tiro y ya.

—Ya estuvimos juntos, mejor vete con ellos.

—¿Por qué?— cuestioné desorientado.

—Joder, Jungkook, me asfixias estando todo el tiempo encima mío— espetó con fastidió —Quiero estar a solas con mis amigos y disfrutar de un momento tranquilo con ellos sin que tú me estés jodiendo.

Sus palabras dolían una más que la anterior, no sabía que le molestaba mi presencia a su lado. ¿Y lo de hace rato qué?, me había pedido que no la soltara, fue linda y ahora de la nada me detesta. Siento que estoy siendo utilizado de la manera más horrible y ahora se cómo se sintieron todas esas chicas cuando yo solo las usaba para sexo, es la peor sensación del mundo.

—Pues perdóname por quererte y querer pasar tiempo contigo— replique, con amargura. Sentía un jodido dolor en el pecho, como si un cuchillo estuviera clavado ahí y se hundiera cada vez más —No te preocupes, ve con tus amigos, yo ya no seré una jodida molestia para ti, tampoco voy a seguir asfixiándote.

Me di media vuelta y camine en dirección a mis amigos, ¿para que quedarme a su lado si ella no me quiere?, me lo dejo más que claro. No importa cuánto intenté, Lena no siente por mi más que deseo y yo como un idiota confesándole que estoy enamorado de ella.

Eres un jodido imbécil Jungkook.

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¡Gracias por 41k de lecturas <3!

Hacía falta un poquito de drama :)

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Eternitely