—¿Cómo se te ocurre decir eso enfrente de mis padres y besarme como si nada?— reclamo cuando entramos a una de las habitaciones del hotel.

Después de aquella incomoda escena en el salón frente a mis padres, le pedí al tonto orangután que me siguiera para poder arreglar toda esta situación. ¿En qué cabeza cabe llegar de la nada y decir que eres la pareja de alguien si no hay nada?, ¡dios!, es lógica pura.

—No dije nada que no fuera cierto— se encogió de hombros sin importancia.

—Mira Jungkook— arregle mis gafas y tome aire para no estallar —No se que sea lo que tengas dentro de tu cabeza en vez de un cerebro, tampoco sé cómo debo explicarte las cosas, pero te lo voy a decir lento para que entiendas. Tú y yo...— nos señalo a ambos —no tenemos absolutamente nada, así que deja de andar diciendo que somos pareja.

—¿Por qué niegas que entre los dos hay algo?.

—¡No hay nada, joder!— vociferé irritada. Él se quedó callado, su rostro serio, sus ojos brillaban, pero por alguna razón ese brillo me decía que eran lagrimas que estaba aguantando para no soltar.

—Bien, entiendo todo— su tono de voz sé oía duro —Todo esto fue solo un juego.

—¿Y recién lo captaste?— inquirí con los ojos entrecerrados.

—Claro, esto era lo que querías— musitó con desdén e hizo chocar su lengua contra su mejilla —Solo querías seducirme y cerrarme la maldita boca, solo querías comprobar ante todos lo que siempre has dicho de mí, que soy un jodido idiota, engreído, que solo se folla a puras chicas lindas, pero que también una nerd lo puede hacer caer— aplaude con sarcasmo. Sus palabras dolían, había entendido todo mal —Bravo Lena Park, lo lograste, lo hiciste de nuevo, demostraste que siempre tienes la puta razón en todo. Ahora mismo voy allá abajo y hablaré con todos para desmentir esto— lo veo caminar hasta la puerta y antes de salir se gira hacia mí —Solo no vuelvas a hablarme, ni acercarte a mí.

Cuando salió sentí mí pecho oprimirse y mí corazón volviéndose pequeño. ¿Por qué me importaba tanto verlo así, oírlo hablarme con tanto desprecio?, siempre lo ha hecho y no entiendo porque ahora se siente diferente, más hiriente.

¡Maldito orangután!.

Detesto sentir. Pero más detesto la idea de que ya no volver a tenerlo cerca, que irónico, antes pagaría por tenerlo mil metros lejos de mí y ahora quiero que esté conmigo. Se que siento algo por él, me importa mucho, pero nunca se cómo decirle a los que están a mí alrededor que los quiero, soy tan bruta a veces, tan gruñona e indiferente, que le hago creer a todos que los odio, pero no es así.

Soy malditamente inhumana y justo ahora que ese chico me está volviendo un poco más humana, lo alejo siendo una jodida loca agresiva.

Bravo Lena.

Deje aún lado mis insultos hacia mí para después. Salí de la habitación corriendo cuando recordé lo que él estaba por hacer, gracias al dios de los inteligentes él estaba esperando el ascensor.

Luego te prendo una velita dios.

Corro hacia él con el peligro de caerme, para que vea el idiota este lo que soy capaz de hacer para que no se vaya. Él oye el ruido de mis tacones y se gira para verme con el ceño fruncido, no dije nada y solo me lance a besarlo, después de todo por hablar es que terminamos en esta situación tan dramática y yo odio el drama.

—Te odio por hacerme correr— murmuro cansada y pego mí frente a su fornido pecho. De él solo se oía su respiración. Se que lo he confundido.

Tome su mano sin decir nada y lo hice caminar detrás mío en dirección de nuevo a la habitación donde estábamos. Ahora no se que le voy a decir, lo mío como ya han visto no es hablar, ni decir cosas bonitas.

—¿No te cansas de seguir jugando conmigo?— espetó jocoso.

—Se que la cagué— admití. Solté un suspiro y camine hacia la cama en la cual tome asiento —No soy buena con las palabras como ya te habrás dado cuenta— sonrió irónica —Pero, es que no se otra forma en la cual hablar, siempre he sido así y...jamás he sentido algo por alguien, de hecho me privó de los sentimientos porque creo que son estúpidos y solo lastiman.

—Eso no es cierto— su voz sé oía más tranquila.

—Lo se, todos me lo dicen— bajo la mirada al suelo —Es solo que...desde que mí abuelo murió, deje de sentir, me dije a mí misma que jamás volvería a querer a nadie o demostrarle cariño a las personas, porque luego te lastiman cuando se van. Él era el hombre que yo más amaba en este mundo, su muerte de alguna forma me afectó demasiado, de hecho esa fue la última vez que llore o sentí que el mundo se caía sobre mí.

Lo veo moverse colocándose de rodillas frente a mí, levanta mí mentón con su dedo índice y me hace mirarlo, ya no tenía desprecio en sus ojos, ahora sonreía de nuevo y de alguna manera eso me hacía feliz.

—Entiendo, aunque digas que no, solo tienes miedo de volver a sufrir como lo hiciste con la muerte de tu abuelo— se acerca a mi labios y deja un casto beso sobre ellos —Solo quiero que me des una oportunidad para demostrarte que quiero algo en serio contigo y no solo un tonto juego de seducción. Se que puedo lograr hacerte sentir, pero no cambiar tu forma tan irritante de ser.

—Guau, que poeta— respondo irónica y lo hago reír.

—Dame una oportunidad, solo una.

¿Que podría salir mal?. Pregunta mi subconsciente.

¿No lo sé? Por ejemplo yo llorando en una cama porque el tarado este solo prometió cosas que nunca cumplió, porque se fue con la primera que le abrió las piernas, y podría seguir.

Deja de pensar en negativo y dale una oportunidad al pobre chico.

—Pero solo una— aclaro severa —Hay de ti Jeon Jungkook que...

Y ahí estaba de nuevo él callandome como tanto le gusta, besando mis labios con los suyos que tanto me gustan pero no sé cómo decírselo, porque este chico es muy lento para captar indirectas.

Ay Lena, solo espero que no te estés equivocando.

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Eternitely