Por fin estaba en casa luego de un largo día, no se porque siento que hoy fue más largo que otros días, era como si la hora fuera a pasos de tortuga. Lo único bueno de toda la mañana, fue el regalo del orangután que todavía no puedo creer que me lo dió a mí, es increíble.

Llegué al living donde se encontraban mis padres junto con mí hermano. Era raro que papá estuviera tan temprano en la casa, por un momento mí corazón se aceleró porque recordé aquella amenaza no finalizada de la madre de Jungkook. Espero que yo y mí gran bocota no hayamos cometido un error.

—¿Papá tú aquí?— deje mí mochila a lado de mí hermano y me tiré en el sofá.

—El señor Jeon le dio el día libre a todos los trabajadores, esta noche habrá una fiesta y nos invitó a todos— explicó con una media sonrisa.

—Todavía no nos has dicho de que será la fiesta— mencionó mamá.

—Lo que pasa es que el bufete Jeon otra vez ganó como el mejor entre todos, por lo tanto quiere hacer una celebración a lo grande no solo para festejar ese triunfo, sino que también para agradecernos a cada uno de sus abogados el hacer posible todo eso— Jimin y yo nos miramos levantando ambas cejas, fingiendo sorpresa —Así que todos iremos.

—Papá— lo llamé —¿Puedo quedarme? Esas cosas a mí no me gustan, estará llenó de fotógrafos y lo que menos quiero es tener a mil tipos tomandonos fotos.

—Hija, se que a ti no te gustan esas cosas, pero haz un esfuerzo por tu padre— pide mí madre con gentileza.

—Ya que— volteo los ojos y tomo mí mochila para ir a mí habitación.

En realidad aquello de los paparazzi solo fue una escusa, la verdad es que no quiero ir porque me cruzaré con Eun-ji y estoy más que segura que no va a perder tiempo para molestarme o darme una que otra advertencia, peor aún porque el orangután no va a separarse de mí y eso ya lo estoy viendo.

Si que será una noche larga.

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La noche ya había llegado.

Había discutido hasta el cansancio con mí madre todo por culpa de un tonto vestido, le dije que ni volviendo a nacer me pondría algo que expusiera un poco de mí cuerpo, pero al final me terminó chantajeando utilizando el "Házlo por tu padre".

Y ahí estaba yo, con un vestido negro, corto, muy pegado a mí cuerpo, con un pequeño tajo en la parte izquierda, de tiritas y sintiéndome totalmente desnuda. Lo sé, sueno exagerada, pero es que jamás he utilizado algo así, peor aún porque corro peligro, en ese lugar estará suelto un orangután que no sabe controlar sus hormonas.

Pero quitando eso, me veía genial, había optado por recoger algo de mí cabello, hacerle algunas ondulaciones y dejar sueltos dos mechones enfrente. ¿Maquillaje?, eso sí que no, jamás me ha gustado, prefiero siempre estar natural.

—Lena, aunque sea debiste ponerte algo de rubor— debate en voz baja mí madre.

—Tengo un jodido vestido corto que muestra más piel de la que me gustaría, me he arreglado el cabello y me he puesto unos tacones que detesto, no pidas más— protesto fastidiada.

Mí madre es esto lo que siempre ha querido, que me vista femenina como las demás chicas, por ejemplo Irene o mis primas. Y literalmente es lo más idiota que he oído en mí vida, ahora resulta que por utilizar pantalones, camisetas grandes y zapatillas, dejas de ser mujer.

En serio que cada día pierdo un poco más la fe en la humanidad.

Ya habíamos llegado al hotel que eligieron los Jeon para festejar por una mención más para el bufete, pero queda más que claro que está fiesta es más para llamar la atención de todos que por agradecimiento a los abogados.

Cuando ingresamos, de inmediato los flashes de las cámaras encandilaron nuestros ojos como la luz de un camión en la carretera de noche. Si antes era ciega, ahora lo soy peor. Me sujeté por el brazo de mí hermano para poder caminar, porque con tacones de punta fina y ojos ciegos, lo único que ganaría sería caerme y matarme.

El lugar verdaderamente estaba lleno, por dónde quiera que mirase había gente importante del medio famoso, siendo sincera no tengo ni la más mínima idea de quiénes eran. No consumó mucha televisión o revistas de chismes, tampoco me interesa saber quiénes son los más tops de la ciudad. Prefiero gastar mí tiempo en cosas más interesantes que esas porquerías.

Cuando logré aclarar mí vista, pude encontrar a la familia Jeon, estaban saludando a todos y me daba tanta gracia ver cómo fingían ser una familia feliz, pero eso no era lo peor, las más deplorable era que todos se tragaban el cuento que ellos les vendían.

Si bien los padres se veían deslumbrantes, los hijos se veían el triple de bien, sobre todo el orangután, que en menos de dos segundos me encontró y no ha parado de mirarme curioso. Se que verme con un vestido es demasiado para su pobre cerebro, su mirada me daba cosquillas, las cuales desaparecieron cuando la fuerte mirada de Jeon Eun-ji se clavo sobre mí.

No bastaba que dijera nada, sus ojos me gritaban que me quería bien lejos de su hijo. Me quería aniquilar, lo sé, pero si no logro intimidarme en la cafetería, menos lo lograría ahora. Aunque creo que está no era su noche, porque a Jungkook no le importó nada y comenzó a caminar en dirección a mí.

Mierda, me siento demasiado nerviosa, esa forma en la que me observa se bien lo que significaba, ya está caliente y quiere hacer cosas indebidas y conociéndolo, se perfectamente que no le va a importar que mis padres estén aquí enfrente.

Suelto el brazo de mí hermano para poder arreglar mis anteojos y como dije anteriormente, no le importaba que mis padres estuvieran ahí, llegó hasta mí y cuando mis padres lo iban a saludar, tomó mí rostro y planto un beso en mis labios.

¿¡Qué mierda piensa que hace!?.

Me suelta con delicadeza, en sus ojos la diversión era palpable, maldito, solo hace esto porque sabe que me molesta. Jimin estaba enfrente mío con una ceja arqueada y mis padres, bueno, siento que me quieren asesinar.

—Disculpen mí mala educación, soy Jeon Jungkook— les hace una reverencia a mí familia. Mí madre con su mirada me exigía una explicación.

—Sabemos quien es joven Jeon, pero no entiendo porque beso a mí hija— pronunció mí padre algo atónito.

—Es que Lena y yo somos novios— respondé con total naturalidad y toma mí mano.

¡Tragame tierra!.

—¿Novios?— inquirió Jimin con una ceja levantada y desvía su mirada a mí —¿Por qué no dijiste nada?.

Dios de los inteligentes, espero tener un buen lugar allá arriba, porque de esta noche no paso.

—Es que ha sido muy reciente, no pensamos en nada— explicó el orangután. Yo ni siquiera sabía a dónde se había ido mí voz —Espero que a ustedes nos les molesté que estemos juntos. Quiero hacer las cosas bien con su hija, por eso les estoy aclarando todo ahora.

La forma en la que decía cada palabra, esa seguridad que tanta falta me estaba haciendo, me estaba volando la cabeza. ¿Quién es este orangután y dónde está el otro?, porque yo no me trago el cuento de que este sea el Jeon Jungkook que yo conozco hace años.

—Pues...por mí no hay problema— contesta mí madre y mira a papá que sonríe.

—Para mí tampoco hay problema, se nota que vas en serio con mí hija, sino no te hubieras acercado— le estira su mano y Jungkook la estrecha —Me agrada saber que mí pequeña ya haya encontrado su primer amor.

¿Primer amor? ¿¡Qué se han fumado todos está noche!?.

—Por mí tampoco hay problema, siempre y cuando cuides bien a mí hermana y no juegues con sus sentimientos, porque si la veo echar una sola lágrima por ti, te juro que voy a destruirte— le advierte mí hermano. Jungkook asiente y se dan un ligero apretón de manos.

Necesito aire, necesito mucha agua y necesito un psicólogo porque no entiendo nada de lo que acaba de ocurrir, lo dijo en la escuela, en ese momento pensé que solo lo había hecho para enojar a Tiffany, pero ahora que ha hablado con mí familia me ha dejado más que claro que va en serio. O quizás se ha dado fuerte en la cabeza y eso lo tiene así.

Dios, ya ni se que hacer o decir.

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Eternitely