¿Nunca les ha pasado que un número desconocido les ha llamado y los cita en un lugar y ustedes van a dónde les dice?.

¿No?.

Pues yo si.

Me ha llamado una mujer que ni siquiera me dejó decir "Hola", solo me dió una dirección y lo último que dijo fue "Nos vemos ahí en media hora, no faltes", luego solo colgó.

Y ahora mismo me encuentro en la cafetería de la dirección que me dió, quizás me vayan a matar, a descuartizar y luego meter todos mis pedazos dentro una bolsa para luego tirarme cerca de mi casa. Todo eso puede ocurrir, pero recién lo pienso cuando estoy sentada en una mesa esperando por esa persona extraña.

Lo peor es que tome mi bicicleta y salí de mi casa sin avisarles nada a nadie de mi familia. Aunque, ¿que les diría?, mamá, papá, Jimin, saldré porque una completa desconocida me acaba de llamar y me dijo que me quería ver en tal lado. Claro que no les diría eso, es obvio que me encerrarían en mi habitación bajo candado y mandarían a la policía para que revisaran mi teléfono.

Las horas pasaban y la mujer misteriosa no aparece, sostenía mi cabeza con una mano y hacía ruido con mis uñas sobre la mesa. Si bien en la cafetería no había muchas personas, pero no creo que nadie se atreva a hacerme nada estando aquí. ¿O si?.

La campana de la cafetería suena avisando que alguien nuevo ha entrado, miro para ver quién era y hundo mi entrecejo al ver a Jeon Eun-ji
caminando hacia mi mesa.

¿Qué demonios hacía la madre del orangután aquí y por qué venía hacia mi?.

No me jodan con que ella fue la mujer misteriosa que me cito aquí. Pero, ¿cómo consiguió mi número?, ¿cómo sabe de mi existencia?, soy la persona más insignificante en este mundo, pocas personas saben que existo y a pesar de que mi papá trabaja en el despacho de su esposo, no es amigo del señor Jeon como para contarle sobre su familia y tampoco creo que les importe.

La mujer tomó asiento enfrente mío, se quita los lentes oscuros y me mira con su semblante serio. Era muy hermosa en verdad, ahora entiendo de donde el orangután saco todo eso que tiene, ni hablar de la pequeña Sunye.

Eun-ji gritaba elegancia, hasta su forma de sentarse era meticulosa, delicada y muy fina, me hace sentir tan insignificante.

—Hola Lena— rompe el silencio —Debes estar preguntándote porque te llamé y te cité en...— mira toda la cafetería y dice con desagrado —este lugar.

Si no quiere estar en un sitio que no es uno de esos restaurantes finos a los que va, ¿para qué demonios me dijo que viniera aquí?, recién la conozco y ya me está dando dolor de cabeza, tal cual su hijo.

—Pues dió en el clavo— mojo mis labios, la mujer era imponente, su mirada era penetrante, como si con ella pudiera robarte el aliento, pero yo no le mostraba miedo —¿Qué quiere de mi y como consiguió mi número?.

—¿Qué eres de mi hijo?— fue directa.

—Solo compañeros.

La mujer no sonríe ampliamente, pero la pequeña sonrisa de labios cerrados denotaba sarcasmos, no me creía y sus ojos me lo hacían saber.

—Pues esa información no es la que ha llegado a mis oídos, según tengo entendido eres su novia o es eso lo que él les dijo a todos y cada uno de los alumnos de la secundaria— arquea una ceja esperando mi respuesta.

—Señora, su hijo...— levanta una mano dándome a entender que quería que me callara.

—Mira, la verdad es que no entiendo porque mi hijo hizo eso— sonríe un poco, como si se estuviera burlando —Quizás solo le diste lastima ya que todos te estaban tratando como una zorra por haber estado con él en los vestidores luego de su partido.

Y ahí lo entendí todo, esa información la única que la manejaba y quién se encargó de esparcirla por toda la escuela fue Tiffany, apuesto mi vida a qué fue ella quien le contó todo. Ella nunca pierde la oportunidad para soltar su veneno.

Pero por otra parte, ¿quien se cree está mujer que es para venir a burlarse de mí?, tendrá mucho dinero pero le falta mucha educación que a mí siendo una simple chica me sobra, pero también me puedo olvidar de todo lo que mis padres me han enseñado y le puedo contestar de una manera que no le gustará para nada.

—Señora, por favor, puede ir al punto de todo esto— le pido mirándola directo a los ojos y con mi tono de voz ya le estaba demostrando que su forma de dirigirse a mí me estaba molestando.

—Claro, ya quiero irme de aquí— confiesa con asco —Lo que quiero es que te alejes de mi hijo y dejes de meterle ideas o apoyarlo con respecto a esa estúpida obsesión que tiene con ser un jugador de fútbol. Mi hijo va ser alguien importante, no un mediocre que corre detrás de una pelotita.

Ya decía yo que esta reunión no era para hablar de los rumores que decían en la escuela. Jungkook me lo había dicho, pero no creí que fuera tan grave, ahora me doy cuenta de que sus propios padres son las putas piedras que lo impiden seguir su camino.

¿Cómo podía catalogar el sueño de su hijo como "una estúpida obsesión"?. Dios de los inteligentes dame fuerzas para no gritarle sus buenas verdades.

—Con todo respeto señora, no pienso hacerle caso— refuté —Su hijo tiene un sueño, un propósito y yo no le voy a dar la espalda como ustedes que son su familia piensan hacerlo.

—Jungkook no será un futbolista— impone apretando los dientes —Y tú vas a alejarte de él porque no eres alguien que le convenga. Mírate, eres insignificante.

—¿Sabe cuántas veces me han dicho eso?— rio irónica —Adiviné cual de todas esas veces me ha importado.

La mujer se iba enfureciendo cada vez más, ella me atacó primero, ¿qué pensaba? ¿que por ser una nerd, una niñita de diecisiete años no sabría cómo enfrentarla?, tengo la suficiente capacidad mental como para cerrarle la boca.

—Tienes agallas— dice cruzando sus brazos sobre su pecho —Para ser solo una niñita eres muy valiente.

—Para ser solo una niñita entiendo mejor las cosas que usted— ataque. Ella borro de inmediato la sonrisa que tenía —Miré señora, si quería pedirme o exigirme que me aleje de su hijo, pues solo perdió su tiempo, Jungkook desea ser un profesional en el fútbol y yo lo voy a apoyar.

—Park— pronuncia mi apellido y se hace la pensativa —Tú padre trabaja para mí marido, ¿no es así?.

—Guau señora, se ve tan fina, tan inteligente con toda su elegancia, pero tiene que utilizar chantajes baratos para amenazar a una simple chica de diecisiete años— conteste con sarcasmo.

—Ten cuidado niña, no sabes con quién te estás metiendo— advierte inclinándose hacia adelante sobre la mesa.

—Señora, me acaba de hacer perder una hora de clases solo para venir a decirme lo que muchos ya me dijeron— me levanté y aunque sabía disimular bien, se sorprendió con mi acción —Cuando tenga algo más original que decirme me vuelve a llamar, pero procuré decir su nombre y no esconderse detrás de un número desconocido.

Me voy sin esperar a que refuté sobre mi atrevimiento de hablarle mal. Lo siento por ella, pero por más famosa que sea no voy a respetarla si el respeto no es mutuo.

Por dios, estamos en pleno siglo XXI, ya quedó en la prehistoria eso de que los padres tomen decisiones por sus hijos, hoy en día los adolecentes somos más inteligentes que los de años atrás—bueno, solo algunos—, tenemos la suficiente capacidad para saber que hacer con nuestras vidas, ya no somos niños de cinco años por los cuales tengan que decidir.

Entiendo que a veces los padres solo nos quieren proteger, porque quien mejor que ellos sabe que la vida cuando uno crece se vuelve difícil, una vez que ya eres mayor de edad tienes que comenzar a vivir y pensar como un adulto, cosa difícil, pero si no nos dejan andar jamás sabremos lo que es equivocarnos, darnos la puta cara contra el suelo y levantarnos de nuevo.

Solo nosotros tenemos el mando de nuestro destino y aunque el camino será complicado, llegaremos a donde queremos, pero por nuestra cuenta propia, no por papá y mamá, de ellos solo necesitamos su apoyo.

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Eternitely