.。.:*✧41✧*:.。.
Primera clase, hora libre.
Este día empezó mejor de lo que esperaba.
El profesor de Geometría faltó a la primera hora, así que nos dejaron libres, lo cual era bueno porque teníamos los pasillos libres para poder deambular por donde queramos.
Irene y yo decidimos ir a la práctica del equipo de fútbol, no nos gusta el deporte, pero es un lugar agradable para estar, además de que siempre pasan cosas interesantes, buenos chismes se sacan de ahí.
Al llegar subimos las gradas hasta lo más alto para que el sol no nos pegará tan fuerte, no quiero tener dolor de cabeza por lo que resta del día. Note a Irene algo nerviosa, sus piernas no paraban de moverse inquietas, mire hacia todos lados como loca, queriendo saber porque estaba así, hasta que focalice mi mirada en la cancha, los jugadores estaban en un círculo oyendo lo que su entrenador les decía, pero Junhui no estaba prestando atención, sus ojos y su concentración estaban puestos en mi amiga.
¿De qué no me he enterado?.
—¿Por qué Junhui te mira tanto?— mire a Irene esperando que responda mi pregunta, pero siento que eso solo la puso más nerviosa.
—Y-Yo que se— dice con la voz casi susurrante.
—¿Cómo que no sabes? Ese chico te está comiendo con los ojos y tú no sabes nada— expresé irónica.
—Lena déjame en paz— pidió algo molesta —Mejor hablemos de ti y Jungkook.
—¿Por qué hablaríamos de él y yo?— cuestioné frunciendo el ceño.
—Porque son el tema que se oye en cada pasillo de la secundaria— respondió simple.
—Jungkook solo dijo ayer eso para dejar en ridículo a Tiffany— aclaré —No somos nada.
—Si lo son, solo que tú tienes el corazón duro como una piedra y no sabes cómo reaccionar ante lo que te sucede— habló tan rápido que tuvo que tomar aire al final.
—No me pasa nada con él— espeté cansada.
—Se nota en cómo se miran que sienten cosas el uno por el otro— prosigue —¿Por qué te cuesta tanto aceptar que el tonto ese te gusta?.
—Eso de enamorarse es solo una perdida de tiempo.
—Claro que no, lo dices porque jamás has sentido algo por alguien y como esta es la primera vez, te da miedo.
—Ya te dije que yo no sé lo que es el miedo— protesté —Irene, no tengo ni un poco de interés en tener algo con alguien, el amor te lo pintan bonito pero es una completa mierda, es como la droga, te destruye poco a poco.
—Estás peor de lo que pensé— bufó meneando la cabeza —El amor es bueno, y si, es una droga pero no de las malas, si estás con la persona correcta funciona y no te destruye.
—Pues yo no pienso probar nada, no quiero terminar mal, destruida y jodida mentalmente, pasar por depresión, sintiendo que el mundo se me acaba solo por un idiota— siseé.
—Lena, no pienso hacerte cambiar de opinión— demanda soltando un suspiro —Pero solo te digo que no seas tonta, Jungkook puede estar loco por ti, pero no va a soportar por tanto tiempo tu indiferencia, tus malos tratos. Algún día se cansará de esperar por un cambio tuyo y te quedarás sin la posibilidad de vivir algo bonito.
—Ahí está— pronuncié riendo con ironía —Si se cansa, entonces no es amor de verdad lo que siente por mi.
—Dios, Lena— masajea su frente —Los seres humanos tenemos un límite, tú mejor que nadie lo sabes. No pretendas que ese chico se quedé toda la vida esperando a que tú tomes una decisión de si quieres algo en serio o si solo quieres seguir con este juego.
Ninguna de las dos volvimos a tocar el tema. Así como yo, Irene a veces tiene la razón y lo odio, ella es como yo pero en otro cuerpo, en otra persona no tan valiente. Todo lo que dijo me hizo pensar en muchas cosas, comenzar un debate en mi cabeza en dónde no llegaría a ninguna respuesta porque siempre estoy en desacuerdo con todo.
Pasaron unas horas y el entrenamiento ya había terminado, todos los chicos corriendo fueron a darse un baño, estaban todos sudados, hoy el entrenador les había exigido el doble que otras veces. Veo al orangután entre todos los chicos y me hace un ademán con su mano para que lo siguiera.
¿Qué quiere este tonto?.
Observo a mi mejor amiga sentada a mi lado, ella solo se levanta con una sonrisa pícara y comenzó a bajar las gradas para irse. Conozco bien a Irene y se perfectamente lo que está pensando esa mente sucia llena de inteligencia que tiene.
Me levanto y bajo corriendo para ir a dónde estaba el orangután, que ahora que me doy cuenta, ya había desaparecido. Soltando un gran suspiro me dirijo a los vestidores, seguro fue allá y no entiendo qué tengo que hacer yo ahí, ¿acaso quiere que lo bañe como si fuera un bebe?.
Los vestidores estaban muy cerca de la cancha, así que no me toma mucho tiempo llegar. Me quedo esperando a una distancia prudente porque no quiero que los chicos que salen me vean y me llamen "pervertida" o "acosadora", ya bastante tengo con seguir soportando que todos hablen de mi por la culpa del orangután y no quiero echar más leña al fuego.
Los jugadores salen rápido, como si solo se hubieran echado un poco de agua y ya. Que asco. Cuando veo que ya nadie sale doy una corrida rápida y entro, lo cual fue muy mala idea porque había entrado a un lugar donde había puros hombres sudados, lo cual da igual a: mal olor.
Dios, que apestosos son los hombres.
Sentía ganas de vomitar y para nada estaba en mis planes quedarme en un lugar tan putrefacto, así que dandome media vuelta me dirijo a la salida, aunque mi plan salió mal, porque algo me detuvo, mejor dicho, alguien.
—¿Escapando?— susurra con voz seductora en mi oído.
—Orangután este lugar apesta— protesté sin quitar mi mano de mi nariz. El tonto solo soltó una risilla.
—Tú de aquí no sales— me hace girarme y quedamos frente a frente.
Mis ojos se abrieron llenos de sorpresa pues Jungkook estaba desnudo solo con una toalla atada a su cintura. No pude no bajar mi vista a su miembro que resaltaba muy bien por la tela blanca.
Joder, lo que me faltaba, está caliente.
—¿Qué tanto ves ratita pervertida?— inquirió divertido.
—No me llames así— protesté viendolo a los ojos —Alguien puede llegar y verme aquí, no quiero problemas, Jungkook.
—No habrá problemas si dejas de hablar tanto...— deja las palabras en suspenso. Me gira para quedar yo donde él estaba antes y comienza a caminar sin dejar de verme, la lujuria danzando en sus ojos —y solo te dejas llevar.
—Jung...
Y como era de esperarse, no me dejó continuar e hizo lo que sabe perfectamente que me mantendrá callada: besarme.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Eternitely
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro