.。.:*✧40✧*:.。.
Jeon Jungkook
La tarde se había terminado y eso me molestaba un poco, me lo estaba pasando bien con Lena, habíamos ido a muchos lugares, paseamos por la ciudad tomados de la mano, después de que ella me repitió una y mil veces que lo que había dicho en la cafetería de la secundaria era mentira, pero yo sé que muy en el fondo a ella le agrada la idea de que somos algo, solo que por lo soberbia que es no lo puede admitir.
Al entrar en casa cierro la puerta detrás de mi y suspiro pesado, todo estaba en silencio, tan vacío como el mismo desierto. Muy típico, aunque mis padres están en la casa, su ausencia se siente más.
Mi hermana salía de la cocina con una pequeña taza transparente que tenía frutillas dentro.
Frutillas.
Eso me hace pensar en la ratita y su aroma.
—¿Dónde has estado todo el santo día?— inquirió metiendo a su boca una frutilla.
—Estuve con Lena, ¿feliz?— esboza un sonrisa y es suficiente respuesta para mí.
—¿Y por qué no me invitaron a pasar tiempo con ustedes?— protestó con algo de molestia.
—Porque la salida no estaba prevista, en realidad Lena me acompaño a las pruebas para el equipo de fútbol de Los Angeles, California, ya sabes que es mi sueño ser parte del plantel de jugadores— mi hermana salta de alegría, a parte de Lena ella es la otra persona que sabe sobre mi sueño.
—¿Y quedaste?— pregunta con desesperó.
—No lo sé todavía, me han pedido mis datos y me dijeron que a más tardar en dos días me darán una respuesta.
—¡Guau!— exclama con emoción —Sería increíble que te aceptarán.
Iba a responderle, pero la figura de mi madre bajando por las escaleras me hizo quedarme callado. Ella es una mujer que no muestra sus emociones, por ejemplo si está feliz, enojada, melancólica, es como un jodido acertijo imposible de descifrar.
—Buenas noches hijo— me saludo sin ninguna emoción —¿Dónde has estado?.
—Por ahí— baje mi mirada. Si le decía la verdad se armaría una discusión entre ambos y no quiero eso.
—¿Por ahí es con una tal Lena y haciendo pruebas para equipos de fútbol sabiendo que tu padre y yo te hemos dicho que no?.
Sunye y yo compartimos la misma mirada de confusión. Mi madre seguía enfrente nuestro con su semblante neutro, como dije anteriormente nunca se puede saber de que forma está, aunque su tono de voz se oía gélido.
—Mamá yo...— no me deja seguir y prosigue hablando ella.
—No Jungkook, tu padre y yo te hemos dejado muchas veces en claro que no apoyamos esa tonta idea de que seas futbolista— recuerda siendo severa —Tu padre y yo tenemos el suficiente dinero para pagarte las mejores universidades del mundo para que seas alguien de provecho. ¿Sabes cuántos chicos morirían por tener las mismas oportunidades que tú?.
—Seguro que muchos— respondo seco —Pero aunque tenga todo el dinero del mundo no puedo ser futbolista como yo quiero. ¿De que me sirve tener tanto si no me da felicidad?.
—Por dios, Jungkook— bufa poniendo ambas manos en su cintura —Piensa en que yendo a una buena universidad podrás seguir teniendo esta vida, en cambio si eres futbolista cuando se te acabé la magia, cuando comiences a jugar mal te darán una patada en el trasero y todo va a acabarse.
—Mamá, por dios, en vez de decirle esas cosas deberías apoyar a tu hijo— demandó con indignación Sunye, ganándose una mala mirada de mamá.
—No voy apoyar cosas que no le darán un buen futuro a tu hermano— espetó con molestia.
—A ti no te importa si tengo o no un buen futuro— ataque —Solo te importa que sus amistades no se burlen de tus hijos porque los suyos tienen título universitario y tú quieres que nosotros también seamos unos desdichados infelices volviendonos alguien que no queremos ser— el semblante de mi madre cada vez se hacía más duro —¿Qué crees mamá? No me importa lo que tú o papá quieran, voy a ser futbolista con o sin su apoyo.
La esquivo y sintiendo un nudo de cosas que quiero gritarle comienzo a subir las escaleras. Mis padres eran mis peores enemigos, ellos deberían apoyarme, deberían darme fuerzas para seguir adelante sin importar que, pero no, son esas sombras que me gritan que lo que sueño es patético.
—¡Jungkook!— me llama, a mitad de la escalera me detengo y aprieto mis puños —Si sigues con esa maldita idea sobre el fútbol, no dudes en que te enviaremos a la ciudad de Santa Mónica con tu abuelo, sabes muy bien que él no te apoyará y quieras o no va a meterte en una universidad para que estudies algo de bien. Si quieres quedarte y terminar la secundaria aquí, olvida ese maldito sueño.
Mi mente no podía creer lo que oía, mi madre, la mujer que me dió la vida me estaba pidiendo, no, obligando a qué renunciará a algo que desde niño he soñado más que nada. Los recuerdos vienen a mi mente, como cuando cada año en navidad en vez de pedirle a santa que me trajera una bicicleta o un vídeo juego, le escribía que me ayudara a hacer realidad ser un futbolista del mejor equipo que pudiese existir.
Ahora ese niño tendrá que olvidarse de su sueño, tendrá que guardarlo en su cofre bajo la cama y nunca volverlo a sacar.
No pienso seguir insistiendo con algo que es evidentemente imposible, no quiero irme de Seúl, aquí está mi vida entera y con mi abuelo viviré un infierno peor que aquí con mis padres. Además, está Lena, no me quiero ir justo ahora que comienzo a sentir algo real por una chica que no es solo atracción física, jamás creí que no me iría a ningún lado solo por ella, esa niña tan irritante, soberbia, terca y mandona.
Pero es que todo está más simple que el agua, hay que ser realistas, no podemos vivir en un mundo donde creamos que los sueños se pueden hacer reales. Algunos debemos aprender a aceptar la cruda realidad en la que vivimos por más difícil y dolorosa que sea.
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Eternitely
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro