Detesto ser el centro de atención.

Toda la secundaria tenía sus ojos puestos en mi. ¿Por qué?, según los murmullos mal hablados que he oído, es por haber desaparecido con Jungkook en su fiesta, además de que la descerebrada de Tiffany le tiró más leña al fuego contándole a todos que me encontró en los vestidores con el orangután luego del partido.

Ahora todos dicen que soy una más de su lista. Es por este tipo de cosas que no me agrada tener ningún tipo de acercamiento con Jungkook, ahora voy a ser la comidilla de todos por un buen tiempo.

—Por lo menos sepan disimular— les dice Irene a todos los que nos observaban en la cafetería.

—Déjalos, es inútil— suspiro tocando apenas mi comida —Sabía que tenía que alejarme de él y no lo hice.

—Lena, tú y Jungkook no pueden dejar de estar juntos solo porque a estos idiotas les gusta inventar chismes.

—No hay nada entre nosotros, así que no le veo el caso de seguir cruzando palabras con él— mi respuesta solo genera indignación en mi mejor amiga.

—¿Y lo que sucedió anoche? Si no se quisieran o si tú no sintieras algo por él no le hubieras dejado llegar tan lejos. Le diste tu virginidad, Lena.

—¡Shhh!— la hago callar, pero solo sonríe —Olvida eso, yo lo haré.

—Eso jamás lo olvidarás y más si ese chico te ronda todo el tiempo.

Ignoro sus palabras así como también ignoro las estupidas miradas de mis compañeros, sus risas burlescas por creer que soy un juguete más del orangután y en serio estoy comenzando a creer eso. Irene da unos golpes desesperados en la mesa, la miro confundida y luego entiendo porque lo hace. Tiffany y su grupo de porristas llegó a nuestra lugar.

—Lena, ¿que se siente que por fin los demás sepan de tu existencia?.

¿Es enserio? ¿Eso es lo único que su diminuto cerebro puede crear?.

—Tiffany, mejor lárgate y prepara tus bailecitos de prostituta...digo, de porristas— Irene aprieta sus labios para no reír —Aquí solo pierdes tu tiempo.

—Hoy no puedes arruinar mi día— sonríe como si hubiera ganado algo —¿Qué se siente ser una zorra más de la lista de Jeon Jungkook? Recuerdo que te has pasado años hablando mal de todas las que fuimos a su cama y mira como te ha pegado el karma, ahora eres una también.

Lena, no le claves el tenedor en sus implantes, no lo hagas, mantén la compostura.

—¿No tienes que ir a estudiar para tus recuperatorios?— le pregunta Irene.

—¿Te comieron la lengua, Lena?— inquirió con burla e ignorando a mi amiga.

—Si, yo se la comí. ¿Algún problema?.

Orangután.

Me giré en mi asiento encontrándome con él parado detrás mío con los brazos cruzados y junto a él sus amigos de siempre. ¿Qué cree que está haciendo?.

—Solo hablaba con tu zorra— le responde divertida la Barbie de plástico.

—Querrás decir mi novia— Irene me mira boquiabierta.

¿¡Qué dijo!?.

Lo había dicho tan alto que todos en la cafetería no pudieron evitar oírlo. Tiffany se quedó dura, su boca estaba cerrada, ya no sabía que decir. Pues ya somos unos cuantos. Jungkook se sienta a mi lado y con mi mirada le pregunto ¿Qué mierda estás haciendo?, pero como le encanta ignorar todo lo que digo, toma mi rostro y sin importarle nada termina besándome enfrente de todos.

Quiero decir que no caí, pero creo que ya hace tiempo he perdido. Osea, estamos hablando de Jeon Jungkook, él tiene una prestigiosa imagen que cuidar y ahora la está mandando a la mierda, por mi, por la ratita, por la nerd que solo le da dolores de cabeza.

Sus labios sueltan los míos y nos quedamos mirándonos sin importar que estamos rodeados por personas. Me da un guiño y entrelazamos nuestras manos, él mira de nuevo a Tiffany, mientras que yo no puedo evitar pasar por encima la vista de todos a nuestro alrededor, la primera y más importante, la de mi mejor amiga que es la más feliz.

—Lena Park no es una más, es la única— lo miro sin poder creer que esas palabras llenas de seguridad salían de su boca —Espero que te haya quedado claro, Tiffany, te lo aclaro para que dejes de andar inventando chismes que no son. Lena sigue siendo la misma chica decente, soberbia e irritante de siempre.

No pues, gracias por las lindas palabras.

Tiffany aprieta su mandíbula y sin decir nada se larga junto con su grupo. Los amigos de Jungkook se sientan en nuestra mesa como si fuéramos amigos de toda la vida, quería tomar una foto de Irene en el medio de dos populares, a su izquierda tenía a Yoongi y a su derecha a Junhui, pobre, se había puesto tan blanca que creí que estaba por desmayarse.

Volviendo al orangután.

—¿Por qué hiciste todo esto?— Jungkook sonríe —No es gracioso.

—¿Por qué te enojas tanto?.

—Porque lo que dijiste no es cierto.

—Si lo es— contraataca riendo —Somos algo, sin título, pero lo somos.

—Bienvenida a la familia— me habla Yoongi.

—Ahora eres nuestra cuñada y aquí entre nosotros, me agradas más que Tiffany— Junhui me da un guiño.

—Lo ves, todos te aman— dice el orangután.

¿Todos, eh?.

—¿Todos? ¿Tú también?— arqueo una ceja y él sonríe de lado.

—Puede que si, puede que no— se encoge de hombros —En está vida todo puede ser.

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