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Luego de que nos ducharamos, el orangután y yo bajamos a desayunar.
La casa estaba patas para arriba, era como si dos tornados hubieran pasado al mismo tiempo arrasando con todo, gracias a dios no soy yo quien va a limpiar todo este desorden. Una razón más para nunca hacer fiestas en mi casa, la gente no sabe comportarse, siempre tienen que destruir todo lo que se le pone en frente.
Esquivando botellas, vasos, condones y un sin fin de cosas más, por fin habíamos llegado a la cocina en la cual se encontraba Sunye con una cara de que quería ser tragada por la tierra, se nota que tomó demasiado. Cuando nota nuestra presencia no puede evitar mirarme de arriba abajo, claro, tenía puesta la ropa de su hermano, muy normal.
—¿Durmieron juntos?— pregunta, con un tono de voz travieso.
De tal hermano, tal hermana.
—A ti eso no te importa— le responde el orangután.
Nos sentamos en las sillas y no puedo evitar no reírme, ella se veía verdaderamente mal, al parecer los tornados no solo acabaron con la casa sino que también con la pobre Sunye. Otra razón para no beber.
La sirvienta nos da nuestros desayunos, el ambiente estaba tenso, pero éramos Jungkook y yo quienes lo hacíamos de esa forma, Sunye estaba en el mundo de la migraña, mientras que nosotros no nos podíamos dejar de mirar. Lo que pasó anoche fue demasiado para lo que sea que tenemos.
—Se perfectamente que algo pasó entre ustedes anoche— comenta de la nada Sunye. Observo a su hermano sentado a su lado, él solo sonríe mientras juega con sus cereales —Pero entiendo que no quieren contar nada.
—Ah...Sunye, ¿sabes cómo se fue Irene?— le pregunto, tratando de cambiar el tema de conversación.
—Se fue con Junhui luego de que ustedes desaparecieron.
¿Irene con un popular amigo del orangután?, eso no me da mucha buena espina, menos sabiendo lo que esos chicos están acostumbrados a hacer con las chicas luego de las fiestas. Irene estaba tomando mucho anoche, el alcohol no es su fuerte y muy rápido pierde el control, espero que no haya cometido una locura.
—Sunye, vete a descansar un rato, si papá y mamá llegan y te ven en ese estado, ambos la pagaremos.
—Bien— responde la menor, con mala gana.
Se levanta de su asiento y a paso de zombie desaparece de la cocina dejándonos a su hermano y a mi totalmente solos. Otra vez la tensión, no me gusta. Sigo con mi desayuno ignorando por completo lo que él haga.
Noto que se mueve, se ha levantado a buscar algo dentro de la nevera. Díganme pervertida, pero aún con ropa puedo imaginarme su cuerpo desnudo como anoche, ¡joder!, esto me está dañando las neuronas. Ahora parezco esas adolescentes que no saben controlar sus hormonas.
Veo que él quiere decir algo y me adelantó antes de que comience a hablar sobre lo de anoche;—¿Tu amigo es bueno?.
—¿Junhui?— asiento —Claro que si, es un buen chico, no es como nosotros. Tranquila, no le hará nada a Irene.
¿Pues que crees orangután? no confío en ninguno de los simios que te rodean.
—¿Tus padres viajan mucho?.
—Sus trabajos los consumen demasiado, pasan más tiempo en otros lugares que en su propia casa— noto algo de amargura en su rostro —Ya ni recuerdo cuando fue la última vez que hablé con papá o la última vez que estuvieron presentes en alguno de mis partidos o tan siquiera en las presentaciones de Sunye.
—¿Qué hace Sunye?— indagó curiosa.
—Hace gimnasia artística.
—¿En serio?— eso me había tomado por sorpresa, Sunye no me contó nada. Jungkook sonríe y asiente.
—Lo hace desde pequeña, ella es loca por eso y yo por el fútbol. Cómo nuestros padres nunca están presentes en nada respecto a nuestras vidas, nosotros vamos a los eventos del otro, es una promesa que tenemos desde niños.
Guau, nunca me imaginé conocer la parte sensible de Jungkook, la forma en que cuenta lo que su pequeña hermana hace, me llena de ternura, se nota que está muy orgulloso de ella. Por otra parte, está el evidente dolor por la ausencia de sus padres, no puedo decir que lo entiendo ya que yo afortunadamente siempre he contado con el apoyo de los míos. Y son estás cosas las que me hacen querer abrazarlo, estar para él, claro, siempre y cuando no salga el orangután tonto a arruinarlo todo.
—Apuesto a que tú sueño es ser un crack en el fútbol— sonríe asintiendo.
—Por eso me esfuerzo demasiado y ahora estoy más concentrado en mis estudios, porque se que de eso depende mi permanencia en el equipo.
—Y por eso te luciste en el partido de ayer, por los caza talentos que estaban en primera fila viéndote.
—Diste en el blanco— toma un poco de jugo y prosigue —Es un sueño que espero cumplir algún día, aunque mis padres no lo apoyen. Ya sabes, ellos quieren que sea otra cosa, una profesión que para ellos no sea tan estúpida.
—Es tu sueño, no el de ellos— él me observa callado —Si, quizás a mi no me guste el fútbol y no es un sueño que yo elegiría. Pero la opinión de los demás es la última que debe importarte, ¿te gusta el fútbol y quieres ser un profesional en algún futuro?, pues lucha por lo que quieres y no dejes que nadie te detenga. Tú eres tú único obstáculo, tú eres el único que tiene la última palabra.
Se levanta de su asiento y lo sigo con la mirada hasta que lo tengo enfrente mío, se coloca entre mis piernas y con el dorso de su mano le da suaves caricias a mi mejilla, me encantaba que hiciera eso, me daba calma.
—Nunca nadie a parte de Sunye me había impulsado a luchar por lo que quiero— sonríe con los labios cerrados y deja un pequeño beso en mi frente —Gracias por apoyarme.
—Si es lo que a ti te hace feliz, pues entonces ten por seguro que soy capaz de hacerles una marcha a tus padres afuera de tu casa para que entiendan que no tienen el derecho de decidir tu futuro— sonríe como un niño feliz y termina dándome un beso.
Ya te estabas tardando orangután.
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Eternitely
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