La mañana no había comenzado para nada bien.

Primero mi despertador sonó tarde y tuve que levantarme lo más rápido posible, ni siquiera desayune, y segundo, para empeorarlo todo tuve que chocar con el orangután y sus tontos amigos. ¿Algo más que deba sucederme?.

Y Irene con su cara de tonta enamorada tampoco ayuda en nada, solo piensa en su estúpida cita con Yoongi. Necesito hablar con alguien que esté en sus cinco sentidos y que no sea un idiota.

—Hola— Hoshi aparece y le doy las gracias al dios de los inteligentes por escuchar mi súplica —¿Puedo sentarme?.

—Claro que si— se sienta a lado de Irene, la miraba confuso. Todos la miraban así, tenía una sonrisa de oreja a oreja —Tranquilo, está así porque tendrá una cita.

—¿Con quién?.

—Yoongi.

Los ojos se Hoshi se abren llenos de sorpresa;— ¿Yoongi? ¿Min Yoongi, el que parece salido de la saga de Crepúsculo?.

—Ese mismo— suspiro.

—¿Pero como un chico como él acepto tener una cita con Irene? Ella no es de su grupo, mucho menos es el estilo de chica que a él le gusta.

—Lo se, pero yo fui quien le consiguió la cita. Jungkook me pidió que fuera su tutora, ya sabes, que lo ayude a estudiar para los exámenes recuperatorios, a cambio de eso le pedí que convenciera a su amigo de tener una cita con Irene— le expliqué y él seguía sorprendido.

—Jamás me había dado cuenta de que a ella le gustaba Yoongi.

—Que raro porque no sabe ni disimular— le hice seña con mis ojos para que la mirara, ella estaba embobada soltando suspiros por Yoongi que se encontraba sentado con los demás populares.

—Decir que le gusta es poco— ambos reímos —¿Pero si sabes que él va a lastimarla, verdad?.

—Lo se, es por eso que le pedí la cita a Jungkook, quiero que se desilusioné rápido así todo esto se termina y ella vuelve a ser la misma de antes.

—Buen punto— sonríe —Ah, casi me olvidó, te traje algo.

Busca algo dentro de su mochila, yo lo miraba atenta porque no sabía que hacía, hasta que sacó una barra de chocolate y me la entregó. Quiero tirarme encima de él y llenarle la cara de besos.

—Hoshi, acabas de mejorar mi horrible día— le sonrio. Me levanto y me acerco para dejar un beso en su mejilla, el pobre se quedó hecho piedra —Gracias, es lo mejor que pudiste haberme regalado.

—Oh...de...de nada— dice apenado, rascando su nuca —Debo irme...tengo algo que hacer. Adiós.

Hoshi se va y yo le quitó el envoltorio a mi chocolate, ¡dios!, no existe nada mejor que esto. Irene sale de su transe amoroso y ocupa el lugar en donde Hoshi estaba sentado, me daba miedo esa forma rara en la que me miraba. Esto del amor la está afectando.

—¿Que?— le digo con la boca llena de chocolate.

—Enserio que eres ciega, Lena.

—No soy ciega, solo no veo muy bien de cerca— ella ríe meneando la cabeza hacia los lados.

—Digo que eres ciega porque no te das cuenta de que Hoshi está enamorado de ti.

Casi me atragantó con el chocolate; de todas las cosas locas que Irene ha dicho, está es la peor. ¿Cómo se le puede ocurrir semejante tontería? Hoshi me ve como yo a él, solo como un amigo, alguien en quien puedo confiar, que siempre está cuando lo necesito, pero claro, Irene ve cosas donde no las hay.

—Enserio que te está afectando esto de estar enamorada. ¿Cómo se te puede ocurrir que Hoshi está enamorado de mi? Somos amigos desde el jardín, Irene.

—Mejor dicho, desde el jardín ese chico tiene un amor frustrado y eres tú— me señala con su dedo índice. Niego muchas veces y arreglo mis lentes.

—La única frustrada aquí eres tú, pero con el tonto de Min Yoongi que ni siquiera sabe de tu existencia.

—Pero hoy sabrá de mi y creeme que le sacare provecho a esta cita— dice muy segura de si misma.

—Si, claro, lo que tú digas— rio sarcástica —Mañana cuando estés en tu cama llorando te diré que te lo dije.

—Pues no me lo vas a decir y yo no estaré llorando en mi cama, tengo todo muy bien planeado para esta tarde.

—Pues suerte y que el dios de los inteligentes este contigo— ella hace una mueca de disgusto, yo por mi parte sonrio porque se que odia que mencioné a ese dios.

El receso terminó, la segunda clase era Geografía, salimos de la cafetería y caminamos por los pasillos en dirección a nuestro salón, pero de la nada los alumnos comenzaron a correr desesperados por los pasillos. Miro a Irene sin saber que pasa, hasta que comenzamos a oír muchos gritos que venían del gimnasio.

Irene y yo no dudamos en ir allá, era ahí donde todos estaban encimados viendo quien sabe que, éramos tan pequeñas que no podíamos alcanzar a ver nada, por lo menos yo solo ví que los populares estaban en primera fila.

—Desde aquí no se ve nada— se queja Irene haciendo puntitas para poder ver, pero teníamos a unos enormes chicos delante nuestra.

—Lo se, ¿por qué estarán todos aquí?— me pare de puntitas otra vez pero sin querer perdí el equilibrio y termine empujando al chico delante nuestra que no tardó en voltearse —Hola— sonreí nerviosa.

—¿Que hacen?— frunce el ceño.

—Es que queremos ver qué está pasando y no podemos porque no somos tan altas— le explica Irene.

—Pues adelante, no se pueden perder la pelea del año.

El chico se hace aún lado dándonos espacio para poder pasar, una vez que estuvimos delante, nos quedamos petrificadas, Jungkook y MinJoon otro jugador de su mismo equipo, se estaban matando a golpes.

¿Estos orangutanes no saben resolver las cosas de otra forma?.

—¿Por qué se pelean?— pregunta Irene algo alterada. Las personas comienzan a alentar a Jungkook y nosotras nos tapamos los oídos.

—Esto le va traer muchos problemas a Jungkook, al parecer al idiota no le explicaron que no puede pelearse o tener ninguna conducta inapropiada mientras tenga recuperatorios. Esto solo cabara aún más su tumba.

Los alumnos abuchean a MinJoon cuando le da un golpe en las costillas a Jungkook y lo termina tirando al suelo, no podía seguir permitiendo que esa pelea siguiera, si, odio al orangután ese, pero se está esforzando mucho para los exámenes y no quiero que todo lo que estudiamos ayer no valga de nada.

Me escabullo entre la gente entre insultos y uno que otro golpe, pero una vez que pongo un pie fuera de toda la multitud, corro a dónde se están peleando y logro meterme en medio antes de que lancen otro golpe.

—¡Basta!— grito tan fuerte que mi garganta dolió. Los gritos, abucheos y aplausos cesaron, solo las respiraciones de Jungkook y MinJoon se logran oír —Esta pelea se termina ahora.

—Lena quítate— me ordena Jungkook apretando los dientes y rojo por la furia.

—Tú a mi no me das órdenes— lo encaro —Te estás perjudicando idiota— lo empujó y él se queda desconcertado —No puedes tener mala conducta mientras tengas exámenes que recuperar, si esto llega a oídos del director, no solo te van a sacar del equipo, sino que también no dejarán que des los exámenes y te bajarán de año.

Sus cara lo decía todo, no podía creer lo que le estaba diciendo, su respiración se aceleró más y con frustración paso su mano por su cabello alborotandolo. Yo iba a hablar de nuevo, pero senti que me jalaron de mi buzo y terminé cayendo al suelo soltando un chillido porque mi muñeca se doblo.

—Eso es para que no te metas....

MinJoon no pudo terminar, Jungkook le lanzó un golpe seco directo a la nariz, chispas de sangre saltaron por todos lados y el chico terminó cayendo al suelo, rápidamente algunas personas corrieron a ver cómo estaba.

—¡No la vuelvas a tocar en tu maldita vida porque te juro que ese golpe no va ser nada comparado a todos los que te daré!— le advierte Jungkook, dejando en shock a muchos, incluyendome.

Irene movió mi muñeca y una lágrima se escapó cayendo por mi mejilla, dolía demasiado.

—Oye, ¿te duele mucho?— pregunta Jungkook agachándose en el suelo.

—Demasiado— responde Irene por mi, yo no podía ni hablar —Creo que se la rompió.

—Vamos, te llevaré a la enfermería.

—No— contesto antes de que se mueva —Yo iré con Irene, tú ya me ayudaste y te lo agradezco.

—Por dios, Lena, deja de ser tan terca.

Y luego decir eso, paso su brazo por debajo de mis piernas y una mano en mi cintura, me levanto y comenzó a caminar hacia la salida como si estuviéramos en nuestra noche de casados.

Dios me libre de eso.

Todos nos miraban sin poder creer lo que veían;—Jungkook bájame— no me hizo caso así que golpee su pecho —Bajame te digo.

—¿Que pasa ratita, no te gusta estar tan cerca de mi?— una vez fuera del gimnasio acerca mucho su cara hacia la mía, su nariz chocaba con la mía.

¡Satanás alejate!.

—Dejate de estupideces— pero aún así me mantenía en mi postura seria.

Él ríe como el tonto que es y sigue caminando a la enfermería, por lo menos esto me hizo olvidar un poco el dolor de mi muñeca. Pero más le vale jamás hacer algo como lo de hace segundos, porque una bofetada es lo que se ganara.

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—Ilyxjk
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