Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Extra 2

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

|Regalo|

⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

—¡Lena, tienes visita!.

Oí a mamá gritando desde la planta de abajo, pero aún así, no me molesté en bajar y ver quién había llegado. Era sábado, el único día en que puedo descansar de tareas, la universidad y demás quehaceres que tenía por hacer.

Lo mejor de ser aplicada en todo lo que hago, es que no dejo nada para después, lo cual me beneficiaba ahora para estar tirada en mi cama, mirando al techo, y dándole un descanso a mi pobre cerebro que si hace un solo esfuerzo más, posiblemente haga cortocircuito.

Sobre mi escritorio podía ver dos enormes pilas de hojas y carpetas. Las carpetas eran proyectos de la universidad, para los cuales nos dieron bastante tiempo, pero como a mí me gusta quitarme peso, hice todo lo que debía hacer y lo apilé por fechas de entrega, profesores y asignaturas. Luego en la otra pila, habían tareas, que estaban también apiladas como los trabajos.

Algunos creerán que estoy loca, pero yo a eso le llamo ser una chica comprometida con sus cosas. No me sale ser una floja que se la pasa viendo televisión y llenando su estómago con chatarra. Conmigo la responsabilidad va antes que todo.

Escuché el sonido de unos pasos acercándose a mi habitación, le presté atención al picaporte de la puerta, que fue girado. Acto seguido, una cabeza con un rostro familiar se asomó a mi cuarto, un intruso que hace días no veía.

O más bien, un orangután tonto que ya echaba de menos.

La universidad nos mantiene ocupados a todos. Ya no nos vemos recurrentemente como antes, si hablamos lo hacemos por medio de textos o videollamadas, las cuales no duran demasiado, porque tenemos mucho que estudiar.

—Hola ratita— saludó sonriente.

No me fiaba de esa felicidad que traía.

—Algo me huele mal— me sostuve con mis codos —¿Por qué te quedas ahí y no entras?

Rio como un niño chiquito que está a punto de hacer una travesura. Finalmente se metió a mi cuarto de cuerpo entero, cerró la puerta con el pie, ya que traía las manos ocupadas por una caja de tamaño mediano, color blanca, con un moño rojo.

¿Será una bomba?

—¿Qué traes ahí?— miré con desconfianza esa cosa.

—Es un regalo de mí, para ti— no lo movía y eso era un motivo más para pensar que dentro de esa cosa no había nada bueno —Me puse a pensar que hace mucho no te doy un obsequio.

—Si salió de tu cabeza, entonces definitivamente ahí no hay nada bueno— señalé con mi dedo.

—¿No confías en tu apuesto novio?— inquirió con ofensa fingida —Eso me duele, ratita— se sentó en el borde de la cama, dejando junto a él la caja —Quería hacer algo lindo por ti, y demostrarte mi cariño.

—Con unas donas hubiese sido más que suficiente— empujé mis lentes.

—Lena— me miró feo.

Dejó la caja en su lugar, pero él gateó sobre el colchón para llegar hasta mí, yo no movía ni un solo músculo, tenía mucha pereza. Ni siquiera sé cómo llegué a tener novio, no soy capaz de hacer nada bueno por nadie, solo miren como dejo que él haga todo el esfuerzo.

Besó mis labios con ternura y nostalgia.

—Te he extrañado mucho— se quedó esperando mi respuesta, hasta que levantó una ceja.

Tenemos mucho tiempo de novios y hasta el día de hoy disfruto de hacerlo sufrir.

—Orangután, es obvio que yo también te he extrañado.

—¿Si sabes que por decirlo no te vas a quedar sin saliva?.

Volteé los ojos;—No me gustan las cursilerías.

—Amargada.

—Idiota.

Le cerré la boca con mis labios, antes de que pudiera refutar. Me gusta ser quien tiene la última palabra.

—Te eché de menos— me abracé a su cuerpo como un koala a una rama.

—Eres tan bipolar, ratita— murmuró divertido.

—Soy lo que ves, no pidas mucho.

Soltó una carcajada.

—Abre tu regalo, se que te gustará. Cuando lo ví, inmediatamente pensé en ti.

—Por tu bien espero que ahí dentro no haya lencería— le advertí viéndolo a los ojos.

—Admito que fue mi primera opción— confesó sonriendo.

Con las pocas ganas que mi pobre cuerpo tenía, me estiré sobre el colchón para alcanzar la caja misteriosa. Algo dentro de mí me decía que debía lanzar esa cosa por la ventana, pero dependiendo de lo que sea, se lo voy a lanzar al orangután en la cara.

Quité el moño y me preparé psicológicamente para lo que encontraría. Fui quitando muy despacio la tapa, hasta que por fin el contenido quedó ante mis ojos.

¡Orangután, hijo de tu putísima madre!.

De un solo salto salí de la cama.

—¿No te gustó?— preguntó el cínico.

—¡Es una puta rata, Jungkook!— grité escandalizada —¿¡Cómo se te ocurrió traerme eso!?

Tomé un bate de béisbol que le había robado hace poco a Jimin. Me sujeté fuerte a él, cuando ví a Jungkook sacando a esa cosa de la caja, la acariciaba como si fuera un animalito más, pero ¡no!, no era cualquier cosa.

—Mira que bonito es— se levantó con esa cosa y quiso acercarse a mí.

—Aleja a eso de mí o le daré con el bate pensando que es una pelota de béisbol— sentencié.

—Ratita, está cosita es inofensiva, no te hara daño, digo, por si piensas que te va a sacar un ojo— bufoneó.

—¿Sabes? Prefiero meter al animal dentro de la caja y dejarlo por ahí, y golpearte a ti en su lugar.

—Te dije que es algo irritante, pero luego aprendes a quererla— le habló al animal peludo. Me miró a mí y sonrió —Se parece a ti. Es chiquita y muy tierna.

—Te sacaré los testículos ahora mismo, si no sacas a eso de mi habitación.

—Uno queriendo ser romántico y no lo dejan— masculló.

—No pues, que afortunada soy— ironocé —Seguro que seré la envidia de todas cuando les cuente que mi novio me regalo ¡una rata!.

—Lena, solo mírala— la bola de pelos blanca se movía en sus manos —¿No es la cosita más linda que has visto?

—La otra vez ví a un hermoso tucán en una veterinaria y no por eso lo traje a mi casa.

Era muy de Jungkook ignorar todo lo que yo decía, así como ahora mismo ignoraba mi petición de mantener al animal lejos de mí. El idiota se fue aproximando poco a poco, mientras que yo sostenía firme el bate en mis manos.

Sentía asco; aunque al ver a la pequeña cosa más de cerca, ya no me parecía algo feo o malo. Era pequeño, peludo y de color blanco, sus patitas eran muy diminutas y de color rosado.

—Ves, no te hará nada— tomó una de mis manos para que tocará a la cosa.

—Es suave— susurré con menos miedo.

—Debes ponerle un nombre.

—No dije que me lo voy a quedar— lo miré con seriedad.

—Por favor, ratita— hizo un puchero para manipularme.

Si bien la rata ya no me desagradaba tanto, no sabía dónde meterla. No tenía una jaula o esas cosas que tienen los hámsteres. Además, apenas puedo mantenerme con vida a mi misma, ese animal bajo mi cuidado corre muchos peligros.

—Bien— me di por vencida. El animalito empezaba a simpatizarme —Me lo quedo. Y creo que lo llamaré Copito.

—Tan lindo como tú— pellizcó uno de mis cachetes.

—Mañana iré al zoológico y te regalaré un orangután, haber dónde te lo metes.

Comenzó a reírse como si lo que hizo fuera chistoso. Aunque probablemente cuando el enojo se me fuera, también voy a reírme de lo loco y estúpido que ha sido su regalo.

Por cosas como esta, es por lo cual quiero asesinarlo a veces.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro