Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

53

L E N A

No estoy acostumbrada a ver televisión, la que tenemos en casa nadie nunca la ha encendido, bueno, solo papá los fines de semanas que son su día de descanso, pero por lo general todos tenemos algo mejor que hacer que sentarnos frente a ese aparato. Ahora mismo no tengo nada mejor con que distraerme, el hospital es muy aburrido y silencioso, la tele es mi única salvación de un posible colapso de locura.

Ya pasaron cuatro días desde que estoy aquí dentro, el doctor dice que me falta poco para salir y para mí ese poco suena a nunca. Por otra parte, he intentado de todo para poder entrar a terapia intensiva y ver al orangután, pero hasta ahora, todas mis ideas no han servido de nada, Jungkook sigue en ese lugar, aferrando su vida a un montón de aparatos.

Apago la televisión, ya me cansé de ver cosas poco interesantes, ya es de noche y tarde, debería intentar dormir pero simplemente no puedo, me inquieta el lugar donde estoy, cierro los ojos y lo primero que veo es cuando mi abuelo murió y no quiero hacerme la cabeza pensando en que eso podría pasarle al orangután.

De pronto comienzo a oír un llamado desde afuera, es de esos que llaman a tal doctor en tal lugar por una urgencia, solo que ahora no decían el lugar solo se oía que se necesitaba a un doctor urgente y nada más. Pronto ví como los enfermeros comenzaron a correr con cosas raras que no alcance a distinguir.

Yo y todo en mí estaba dormido, menos mi curiosidad, la cual me llevó a levantarme de la cama. En mi defensa, esto es lo único interesante que ha pasado durante todo este tiempo que he estado aquí. Abrí la puerta y me fijé que no hubiera nadie que pudiera verme, pero el pasillo estaba libre, por lo tanto eso era vía libre para mí.

Caminé y caminé por donde oía murmullos fuertes, algunos enfermeros cruzaban corriendo por a lado mío y no me decían nada, aunque con lo rápido que iban dudo mucho que hayan notado mi presencia. Se notaba que cualquier cosa que estuviera pasando era de suma urgencia, no creo que ignoren a los pacientes si andan libres por ahí.

Seguí el pasillo por el cual vino aquel enfermero, estaba frente a la sala de terapia intensiva. El aire se hizo frío de la nada, me costaba respirar, no podía oír nada más que los latidos rápidos de mi corazón, quería tratar no pensar en que era Jungkook el que se encontraba mal.

Entré y lo primero que ví fueron nuevamente pasillos, pero estos parecían más largos, sin fin. Caminé lento, viendo por lo enormes ventanales a algunos de los internados, llenos de aparatos, con oxígeno y en muy mal estado, el cuerpo se me llenaba de escalofríos al solo ver eso.

Luego de cruzar ese pasillo, llegué a otro donde podía ver qué estaban todos los enfermeros, me acerqué lentamente temiendo por lo que podía llegar a ver. Me coloqué frente a la ventana, pero no podía ver nada debido al doctor y dos enfermeras que me tapaban todo, pero lo poco que podía entender de la situación es que trataban de reanimar a alguien, el aparato de las pulsaciones estaba en una línea recta, no había caso, el doctor lo intentó más veces, hasta que se dio por vencido.

Alguien había muerto.

Se quitó los guantes y le dijo algo a la enfermera a su lado que ella luego escribió en una planilla que portaba en sus manos, supongo que ahí escribían la hora de la muerte y la razón. Pensé en irme, no quería recibir un buen sermón por haberme salido de mi habitación sin permiso, pero me quedé para ver quién era esa persona que ya no saldría de aquí.

Todos se movieron y entonces sentí que todo se detuvo y mi vida entera pasó frente a mis ojos, aquello fue como millones de cuchilladas directas a mi corazón, no podía ser real lo que estaba viendo, no podía ser él.

—¡Lena!— oía una voz que se parecía a la de mamá, pero no le di importancia, no podía dejar de ver lo que ocurría frente a mí. Pronto sentí manos sobre mi cuerpo y a mis padres frente a mí junto a mis amigos —¿Por qué te saliste de tu habitación?.

Me quedé en silencio, tenía las palabras en mi boca pero simplemente no podían salir.

—¡Jungkook! —el grito desgarrador de Sunye me trajo a la realidad. La miré destruida en el suelo, siendo sujetada por Junhui y Yoongi que soltaban lágrimas al igual que ella.

Mamá entonces lo entendió, me abrazó tan fuerte que yo también me rompí, me desborde en lágrimas y no sabía cómo parar para no ahogarme. ¿Qué sería de mí sin el orangután? ¿Cómo podría salir de aquí sin él?.

—¿Qué hacen todos aquí?— salió a cuestionar el doctor. Tan solo oír su voz la sangre me hervía.

—¡Todo es su culpa!— lo empujé —Le pedí que me dejara verlo y no me lo permitió. Ahora Jungkook se fue sin que yo pudiera despedirme. ¡Maldito hijo de puta!.

—Lena cálmate— Irene me abrazaba por detrás, pero no podía calmarme. ¿Cómo podría hacerlo? Jungkook se fue sin que pudiéramos darle una nueva oportunidad a lo nuestro, yo estaba dispuesta a olvidarlo todo.

El doctor se limitó a callar, mis ojos borrosos por las lágrimas volvieron a mirar por la ventana, los enfermeros estaban tapando su cuerpo, ya no podría verlo nunca más. Hice que Irene me soltará y yo misma sin importarme nada entré a la habitación.

—Ni siquiera piense en decirme algo— le advertí al doctor que ingresó detrás de mí —Ya me prohibió verlo una vez, no puede hacer lo mismo de nuevo.

El doctor asintió y se llevó con él a los enfermeros. Me quedé cerca de la cama sin saber que hacer, los aparatos ya estaban apagados, apagados como la vida de él, la mía, como nuestro universo por el que tanto luchamos en construir. Todo había perdido su sentido, mis manos temblorosas levantaron la sábana que tapaba su cuerpo, al ver su rostro colapse como nunca antes.

Verlo con los ojos cerrados y callado me destruía, me lastimaba de una forma que no tenía descripción.

Donde la ratita se quede...el orangután también se quedará— musité —Tú lo dijiste y sin embargo no te quedaste— esnifé —¿Dime cómo hago para qué esto no me duela? ¿Dime cómo haré para salir de aquí y vivir sabiendo que ya no te veré?— acaricié su rostro, estaba frío —Orangután perdóname, perdón por no haberte dicho lo mucho que te amaba cuando estabas vivo, perdón por demostrarte tan poco lo que me hacías sentir, lo bien que me sentía queriéndote— apreté mis ojos.

Dolía, dolía demasiado.

—Sé que de nada vale decírtelo ahora que ya no estás, pero soy esto, soy el peor desastre que te pudiste cruzar. ¿Por qué me elegiste?— lo miraba como si fuera despertar y contestarme —¿Sabes lo qué más me duele? Que desde que volviste no fuimos al mirador— sonreí —Nuestro lugar, porque si era nuestro, ahí la ratita aprendió a querer, aunque a quien quería era un orangután muy tonto, poco inteligente que solo decía estupideces— reí —Pero aún así lo quería, porque era único. Me hacías bien Jungkook, me hiciste ver que querer a alguien no era tan malo, que no era tan estúpido como yo pensaba— oí golpes en la ventana, mamá me decía que ya era la hora de salir. Lo miré de nuevo a él —No pienso decirte adiós jamás, porque te mantendré vivo en mi corazón y en todo lo que vivimos juntos. Viviré por ti, por mi, por lo que construimos, siempre serás mi estrella favorita, orangután, yo reescribiré las estrellas por los dos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro