Este capítulo va dedicado a Nicole, que hoy está cumpliendo años. ¡Felíz cumpleaños bonita! Espero que tengas un gran día y muchas gracias por apoyar mis historias <3

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J U N G K O O K

Un delicioso olor a frutilla ingresaba por mi nariz cada que aspiraba aire, sentí el tacto de una piel junto a la mía, un cuerpo que le daba calor al mío. Abrí mis ojos lentamente, aclaré mi vista y bajé la mirada, ahí estaba ella, dormida plácidamente sobre mi pecho.

Las yemas de mis dedos acariciaban con lentitud la suavidad de su espalda desnuda, amaba su calor, tenerla en mis brazos. Quisiera no soltarla nunca.

Empezó a moverse, sobó sus ojitos y yo estiré mi mano hacia la mesita de luz que estaba de mi lado para alcanzar sus lentes, se los alcance y cuando los tuvo puestos, me miró sonriente.

—Buenos días, orangután— bostezó. Acaricié su mejilla y alcancé sus labios.

—Buenos días, ratita— me quedé mirándola como si no creyera que fuera real.

—¿Por qué me miras como tonto? Bueno, ya de por sí eres tonto— bromeó.

—Siempre tan chistosa— giré nuestros cuerpos dejando el suyo debajo del mío. Llené su cuello con besos y sus risas no dejaban de inundar la habitación —¿Cómo haces para gustarme tanto?.

—Soy especial— acarició mi cabello —¿Qué te hizo enamorarte de mí?.

—Todo— besé su frente —No encuentro la manera para describir todo lo que causas dentro mío— descendí a la punta de su nariz, le di un pequeño beso —Pero de algo debes estar segura, nunca encontraré a otra como tú, Lena Park.

—Eso es obvio, no hay nadie como yo.

—No cabe duda que la humildad es lo tuyo— ironicé y ella sonrió —Te quiero, ratita.

Sus ojos se quedaron hipnotizados con los míos, no hablaba, solo me miraba, Lena era así, tímida cuando se trataba de sus sentimientos, pero cuando no se trataba de ellos no había quien pudiera callar su boca.

—Te quiero, orangután.

Sonreí como el tonto enamorado que era, todo por ella, porque así me sentía cuando la miraba, cuando la tocaba, como un hombre diferente que desconocía.

—¡Jungkook!.

Reaccioné al instante, abrí mis ojos encontrándome con Yoongi frente a mí, ¿desde cuándo era tan alto? Miré hacia todos lados, estaba en la sala de mi departamento, no en mi habitación con Lena.

—¿Qué?— logré balbucear.

—Te quedaste dormido— informó Junhui, sosteniendo una taza humeante.

—¿Y Lena?— me acomodé un poco, estaba en un sofá. El olor a café abundaba por todos lados.

—Sigue sin aparecer— mis amigos se hicieron a un lado para que pudiera ver a un Jimin demacrado, con grandes ojeras y ojos rojo e hinchados —No sabemos nada, ya han pasado cuatro días.

Claro, todo había sido un sueño y ahora volví a la realidad, Lena estaba desaparecida, llevamos días buscándola, haciendo de todo para obtener aunque sea una pista de su paradero. Necesitaba saber que mi ratita aún seguía con vida.

Mi hermana se acercó a mí, ella tampoco se veía bien, me entregó una taza de café y se sentó junto a mí, Irene, Hoshi y Taehyung también se hicieron presentes en la sala, estaban todos, pero nadie se veía bien.

—Soñé con ella— hablé, mirando la taza que tenía en mis manos —Estaba conmigo, dormida en mi pecho— sonreí desganado —Me dijo que me quería. Claro que fue un sueño, todo se veía demasiado perfecto para ser real.

Sunye me rodeó con sus brazos y apoyó su pequeña cabeza sobre mi hombro.

—Su presencia hace falta— señaló Irene.

—Su mal humor— comentó Junhui.

—Sus respuestas llenas de sabiduría— dijo Yoongi.

—Sus insultos— dije con una media sonrisa.

—Sus malos chistes— agregó Hoshi.

—Esas respuestas que te dejaban con la boca cerrada, como solo ella las decía— añadió Jimin. Muchas lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas.

Todos nos quedamos en silencio, estábamos cansados, física y mentalmente, ya se nos habían agotado todas las ideas, ya pegamos su rostro en todas las calles, ya salimos a preguntar si la habían visto, ya di el aviso por televisión y la policía seguía sin mover un maldito dedo.

El timbre sonó, Irene se dispuso a abrir, vi las miradas sorprendidas y extrañadas de mis amigos, lo cual me llevó a mirar detrás mío. Bella había llegado, después de que la rechacé la otra noche creí que ya no la vería nunca más.

—Hola a todos— saludó con respeto —Vine a ofrecer mi ayuda para encontrar a Lena.

—No seas hipócrita— Irene la atacó —Tú odias a Lena y lo único que quieres es quedar bien con Jungkook.

—Sé que Lena y yo no nos llevamos bien, pero eso no significa que le deseé el mal— Bella tocó su pecho con una mano, demostrando que sus palabras eran sinceras.

—No creo ni una sola palabra tuya, yo no nací ayer— Irene la desafiaba con la mirada —Espero estarme equivocando, pero si pienso bien en quién querría hacerle daño a Lena, solo tú eres la respuesta.

—¿Yo?— Bella parecía sorprendida. Tener a Irene molesta, era como tener a la ratita —Seré lo que tú quieras, pero jamás secuestraría a alguien.

—¿Y quién habló de un secuestro?— Irene se cruzó de brazos —Nadie sabe que pasó con Lena, quizá se fue de la ciudad, tal vez está por ahí con algún amigo que nosotros no conozcamos, tal vez fue a visitar a algún familiar y no lo dijo. Hay millones de posibilidades, pero nunca mencionamos un secuestro, solo dijimos que está desaparecida.

Bella parecía estar nerviosa, movía su cuerpo de un lado al otro, sus manos apretaban con fuerza el pequeño bolso que traía, sus piernas estaban inquietas y no dejaba de mirar a todos lados. No soy un experto en lectura corporal, pero me parecía que ella se sentía acorralada.

—¿Por qué no dices nada?— insistió Irene.

—¿Sabes qué? No tengo porque estar aguantando está humillación— giró su cuerpo y sin decir nada se fue.

—Esa arpía tiene algo que ver con la desaparición de Lena, yo lo sé— masculló Irene.

—Claro, ¿cómo no lo pensamos antes?— le siguió Hoshi —Ella es con la única que Lena ha tenido problemas serios.

—¿Y qué hacemos?— preguntó Yoongi.

—Hay que seguirla— propuso Junhui —Si ella tiene a Lena, hay que seguirla para que nos lleve con ella.