Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

43

J U N G K O O K

Mis pies se movían con inquietud, al mismo tiempo que soltaba largos suspiros preguntándome mentalmente si había hecho bien en asistir a la casa de Bella Foster. Sé que gracias a ella no tuve que dormir en una celda fría y oscura, pero me es inevitable no tener malos pensamientos sobre su accionar.

Hace más de media hora que estaba sentado en su living, la mucama me había hecho pasar diciéndome que su jefa me atendería pronto y que si se demoraba era porque se estaba arreglando.

¿Qué tanto tenía que hacerse?.

La verdad es que no estoy muy acostumbrado a esperar a una mujer, con la ratita todo era rápido, ella salía con cualquier cosa sin importarle si se veía elegante o presentable para la ocasión, pero el caso aquí es que Lena Park se ve como una reina con lo que sea que se ponga y cuando no tiene ropa también.

Calma esas hormonas.

¿Cómo? Llevó mucho tiempo sin poder tocarla y esta lejanía entre nosotros está acabando conmigo, no puedo verla y controlar mis manos o impulsos.

—Buenas noches— Bella apareció, lucía sensual como siempre.

Llevaba puesto un vestido color vino, con un gran escote en forma de V, el cual se apretaba muy bien en sus curvas, resaltando más sus senos y su gran trasero. Increíblemente no me generaba nada, no niego que sea una mujer bellísima, pero es que ya nadie que no sea Lena puede despertar mis deseos sexuales.

—Buenas noches, Bella— ella estiró su mano, la tomé y con delicadeza dejé un beso en el dorso.

—¿No me veo bien?— dio una vuelta —Elegí este vestido especialmente para ti.

—Ah, si, te vez bien— sonreí incómodo. Era lo mínimo en halagos que podía recibir de mi parte —Oye, te quería agradecer de nuevo por haber pagado mi fianza.

—Ya me estás agradeciendo estando aquí— se acercó y tocó mi hombro derecho —Lo hice porque te tengo un gran afecto.

Mejor dicho porque te quiere dar y no consejos.

—Prometo devolverte cada centavo.

—Por favor— rió con elegancia —No necesito nada de eso. Además, según la información que me ha llegado tú has dejado el mundo de la fama, pero lo que no entiendo es...¿por qué?.

—Solo me di cuenta de que esa vida me quitó he imposibilito muchas cosas, simplemente me cansé de tener que ser seguido todo el tiempo por una cámara y personas que hacen preguntas tontas.

—Lena tiene que ver en esto también, ¿o me equivoco?— arqueó una ceja.

—En parte si, mi vida ha sido un gran obstáculo entre nosotros y no le he dado a ella la atención que se merece— Bella solo asintió.

—Ven— tomó mi mano —Vamos a cenar.

Me llevó con ella hasta el comedor, el cual estaba ambientado de una forma bastante extraña. Ya presentía que al invitarme a su casa aprovecharía el estar solos para intentar seducirme y todo lo que armó me lo confirmaba.

La luz era muy débil, pero aún así podía ver todo lo que tenía frente a mí, además de que con las paredes rojas y la música sensual armaban una atmósfera demasiado erótica. Sobre la mesa había una botella de vino, uno italiano y bastante costoso, junto a este dos copas enormes más platos y pequeños bocadillos y por último, las velas.

—¿Te gusta?— susurró en mi oído. Era rápida porque en un abrir y cerrar de ojos la tenía detrás mío —Todo es para ti o mejor dicho...para nosotros.

Depósito un beso en mi cuello.

¿Era normal sentir náuseas? Porque en este mismo instante me siento como esas mujeres embarazadas que cualquier cosa las hace vomitar.

Bella abrió el vino y sirvió un poco en cada copa, me entregó una a mí e hicimos un pequeño brindis. El líquido era suave y dulce, me gustaba, no soy muy amante del vino, pero debo admitir que este está bueno.

—Creo que no estuviste bien al tomar la decisión de dejar tu carrera— opinó.

—¿Por qué no? Cuando algo te cansa de todas las formas, es mejor dejarlo.

—El punto aquí es que yo siento que no era algo que tú querías hacer— replicó moviendo su copa —Lo hiciste solo porque sabías que Lena no aguantaría mucho seguir separada de ti y por la inseguridad de pensar que otro podía llegar y enamorarla.

—Si, sentí inseguridad, pero conozco a Lena, sé perfectamente que ella jamás me cambiaría por otro— debatí.

—Uno nunca termina de conocer a las personas— se encogió de hombros —Digo, si ella te amara y quisiera lo mejor para ti te hubiese apoyado hasta el final, sin pedirte que dejes lo que tanto te apasiona.

—Ella no me pidió nada, lo hice porque quise y ya— defendí —Y para tu información, Lena me apoyó para que cumpliera mi sueño de ser un futbolista.

Suspiró, dejó la copa en la mesa y al acercarse a mí me quitó la mía. Sus manos se posaron en mi pecho y se deslizaron lentamente hasta mi abdomen, no iba a permitir que me tocará más, así que estaba atento a cada movimiento que hacía.

—Yo te apoyaría hasta el final— besó mi pecho. Tenía un botón de la camisa abierto por lo tanto se me veía algo de piel —Por mi no tendrías que dejar nada.

Hundí mi entrecejo, de la nada se había puesto rara. Sus besos subieron por mi cuello y sus manos a mi nuca, pero aún así no me movía ni un pelo, ni siquiera me generaba un pequeño cosquilleo. Cuando intentó besarme en los labios, la detuve.

—Bella, lo siento— tomándola de las muñecas la alejé un poco —No puedo corresponderte.

—¿Por qué no?— cuestionó agitada y algo indignada.

—Porque amo a Lena Park, ella es la única mujer que ocupa mis pensamientos todo el tiempo, la única que me hace sentir cosas fuertes y el bloqueo que me prohíbe sentir algo por otras mujeres— la solté —Te agradezco lo que hiciste por mí, pero prefiero devolverte el dinero a tener que acostarme contigo.

Me dirigí a la salida sin decir nada más. Cuando ingresé en el ascensor oí ruidos que venían de su departamento, cosas de vidrio cayendo al suelo y otras cosas siendo destruidas como si un huracán estuviera pasando por ahí.

Me dolía pensar que la había lastimado, pero soy humano o eso creo, la verdad es que la ratita me ha convertido en algo que desconozco.

Llegué a mi departamento luego de manejar por un largo rato por toda la ciudad. Había conseguido un nuevo lugar para vivir con Sunye, no era como el penthouse de antes pero tenía lo suficiente para vivir bien.

Todas las luces estaban apagadas, menos una, la de la cocina, fui hasta allí pensando que encontraría a Sunye, pero encontré algo mucho mejor.

—Buenas noches— sus ojos negros me miraron sorprendidos. Sonreí —¿Qué haces aquí?.

—Sunye nos invitó a Irene y a mí para hacer una pijamada— respondió neutra.

—Que raro que hayas venido— me acerqué un poco hasta donde ella estaba.

—Solo vine porque pensé que te quedarías a dormir con Bella— fingió indiferencia, pero sabía muy bien que por dentro estaba celosa.

Te conozco ratita.

—Ella quiso que pasaran cosas, pero yo no.

—¡Guau!— exclamó con sarcasmo —Jeon Jungkook se negó a tener sexo con una mujer que tiene todo lo que lo vuelve loco. Increíble.

Mordí mi labio inferior, el que estuviera solo con una camiseta no me ayudaba a razonar. Corrí el plato con comida que estaba preparando cuando entré, ella me observó con desconcierto, tomé con fuerza su cintura y la levanté sentándola en la mesada.

Quiso protestar, pero antes de que un insulto saliera de sus lindos labios rosados, abrí sus piernas, me metí entre ellas y tapé su boca con la mía. Al principio se negaba pero con el tiempo dejó de poner resistencia y se dejó llevar.

Amaba poder sentir ese sabor tan único de sus labios suaves, poder acariciar su cuerpo todo lo que yo quisiera y saber que está furiosa pero que cuando la toco todo se le olvida.

—Me negué porque ella no eres tú— musité sobre su boca. Sus ojitos no sabían hacia donde mirar —Solo me gustas tú, eres la única que me calienta más que una jodida hoguera, me tienes a tus pies y no te das cuenta.

—Aléjate— me quiso alejar pero yo no me iba a separar.

—Grábate muy bien en esa cabecita que no voy a dejarte en paz hasta que te vuelva a tener desnuda sobre mí— su rostro era todo un poema —Que tengas buenas noches, mi amor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro