J U N G K O O K

Las horas pasaban y nadie venía a decirme nada, sé que mi situación es muy delicada, casi mato a Jayden y no me arrepiento aún sabiendo que eso podría costarme muchos años en prisión.

Mis manos aún estaban llenas de sangre al igual que mi ropa, necesitaba cambiarme, darme una ducha caliente y desconectar la mente por un instante. Me fue inevitable no lanzarme encima de ese infeliz cuando lo ví caminar por los pasillos como si no hubiese hecho nada, además, aproveché para descargar en él todo lo que llevaba acumulado sobre la ratita.

Son muchos problemas y sé que los golpes no son la solución a nada, pero aún así me sentí bien.

—Jeon Jungkook, tienes visita— avisó el guardia que custodiaba el pabellón.

Mis ilusiones de que fuera Lena se cayeron al suelo en el momento que ví a Bella acercarse a las rejas. ¿Esta mujer no se cansa de fastidiarme?.

—Jungkook, me da gusto verte bien.

—¿Cómo supiste que estaba aquí?.

—Me enteré por internet, subieron un vídeo de ti golpeando a un chico, supuse que la policía te detendría así que puse a todos mis contactos en búsqueda de la estación en la que tú estuvieras— asentí lentamente. Me da miedo —Mi abogado ya se está encargando de todo.

Ni siquiera tuve tiempo para preguntar nada, un hombre con traje elegante se acercó al guardia de la puerta y al decirle algo este se acercó a mi celda para abrirla.

—¿Qué está pasando?— arrugue la frente.

—Eres libre, Jungkook, Bella acaba de pagar tu fianza— me informa el abogado.

Luego de dejarme salir de la celda, tuve que firmar unos papeles y por fin pude irme de aquel infierno. Bella no es de mi agrado, pero he de admitir que le debo una.

—Gracias, Bella— le agradecí fuera de la estación.

—No tienes que agradecerme nada— tocó mi hombro derecho —Lo hice con mucho gusto.

—Te prometo devolverte cada centavo que has pagado por mi.

—Por favor— sonrió —No me debes nada. Aunque...— acortó la distancia quedando muy cerca de mi rostro —puedes devolverme el favor aceptando cenar esta noche conmigo.

Ya sabía yo que no podía hacer nada sin dobles intenciones.

—¿Jungkook?— al oír la voz de mi hermana me separé de Bella. Pero Sunye no estaba sola, Lena y los demás estaban con ella —¿Cómo es que estás libre?.

Todos se acercaron, aunque la ratita se quedó unos pasos lejos.

—Bella pagó mi fianza— Sunye asintió mirando con desconfianza a la nombrada.

—Hola Lena— los ojos de la ratita se posaron en Bella, ambas se miraban desafiándose —Es un gusto verte.

No le respondió.

—Si venías para sacar a Jungkook, creo que llegaste un poco tarde, aunque dudo que pudieras contar con una suma de dinero tan grande como la de la fianza— sonrió con hipocresía.

—Pues tienes razón, no tengo mucho dinero, pero lo poco que tengo está limpio y no he tenido que matar a nadie para obtenerlo— contraatacó dejando muda a Bella.

—Nos vemos esta noche, Jungkook— Bella dejó un beso en mi mejilla para luego irse con su abogado.

—¿Por qué se verán esta noche?— preguntó Junhui con curiosidad.

—Porque con una cena le pagaré el favor que me hizo— todos asintieron.

Mis ojos la buscaron pero ella ya se estaba yendo. Dejé a los chicos y corrí detrás suyo, si estaba aquí era por algo.

—¡Espera!— me puse en su camino —Gracias por preocuparte por mí.

—Solo vine para ver que tan mala estaba tu situación y ver si mi padre podía ayudarte en algo, pero Bella ya se encargó de todo por lo tanto ya no tengo nada que hacer aquí.

—¿Por qué me huele a celos?— sonreí.

—Al parecer la cárcel te afectó el poco funcionamiento neuronal que te quedaba.

Esa era mi ratita.

—Adiós— quiso irse pero se lo impedí.

—Ven con nosotros, pasemos un día todos juntos como los amigos que somos.

—Yo no quiero ni siquiera ser tu amiga, tú y yo somos desconocidos de ahora en adelante— puntualizó.

—No voy a dejarte en paz hasta que me perdones.

—No gastes tu tiempo en vano, Jungkook, conmigo ya no tienes oportunidades— se cruzó de brazos —Mejor búscate a otra, ahí tienes a Bella por ejemplo, ella estaría más que dispuesta y feliz de ser tu pareja.

Está celosa y eso me encanta.

—Admite que no te gusta que haya sido ella la que me sacó de la cárcel y menos que esta noche vayamos a cenar juntos— intenté tocar su rostro pero me dio un manotazo.

—Por mí ambos se pueden tirar del edificio más alto del mundo— se encogió de hombros mostrando indiferencia —Ya nada de lo que tenga que ver contigo me interesa.

Auch, por lo visto es una experta en matar esperanzas.

—En cambio a mí...— me acerqué aunque ella no quería —me sigues importando más de lo que te imaginas— la tomé desprevenida y la pegué contra mi cuerpo.

—No me toques con tus manos llenas de sangre ajena— protestó.

—Eres tan linda— besé la punta de su nariz. Sentí su cuerpo temblar.

—Déjame en paz, ¿por qué te cuesta tanto hacerme caso?.

—Porque te quiero— quise besar sus labios, los deseaba, pero eso solo sería sacar un boleto para que me llenará la cara de bofetadas, así que solo besé su frente con delicadeza —Quiero nuestro mundo de vuelta.

—Ese mundo lo destruiste tú...

—Y así mismo volveré a construir uno nuevo