𔘓̷ ࣪ 𝟏𝟏 𓈒
Heeseung estaba un poco confundido. Después de semanas sin verse, Jay se apareció en su hogar, demasiado temprano para su gusto y, para su suerte, o la de su hijo, Heemin estaba despierto, porque el mayor había ido, casi de inmediato a la habitación del niño y lo llevó, prácticamente saltando, a la sala.
— Hee, ¿No te gustaría tener una familia con Sunghoon? No, espera, la familia ya la tienes, ¿No te gustaría integrar a Sunghoon en tu familia? — le preguntó, su hijo sobre los muslos del castaño, por alguna razón también esperando una respuesta de su parte.
— ¿Eh? Bueno, si, pero eso.. ¿Qué planeas? — seguía confundido y Jay tenía un par de años sin entrar en esa faceta suya donde todo era extraño y muy de suspenso a su alrededor.
— Estaba hablando, anoche, de familias con Jungwon y pensé en ti y Sunghoon, ¿no te gustaría que Heemin se refiera a él como
papá? — Heeseung realmente nunca había pensado en eso, pero con solo esas palabras salir de los labios de su mejor amigo e imaginarlo, hizo que todo le diera vueltas y él quizá si quiera que su hijo le diga papá a su novio.
— Wow, eso sería... Wow, ¿Te imagimas? ¿Crees que a Sunghoon le molestaría? — suspiró, pensando qué tal vez estaba muy enamorado del peligris para que de solo pensar en ellos viviendo como una familia, se pusiera exageradamente contento, alegre y todos sus sinónimos.
— ¿Cómo le va a molestar? Te ama a ti tanto como a Heemin, estoy seguro que desea mucho que este pequeño de aquí, — picó con sus dedos la gorditas mejillitas del niño en su regazo. — piense en él como una figura paterna.
— Heemin, mi bebé. — habló el pelirrojo, sentándose cerca de Jay, tomando con sus dos manos las de su pequeño. — ¿Quieres que Papi Sunghoon venga a almorzar con
nosotros? — soltó de repente, con una sonrisa, esperando que el niño pase desapercibida esa palabra, pero el pequeño pelinegro frunció el ceño.
— ¿Papi? Hoonie no es mi papi, tú lo eres. — meneó su cabeza. — ¡Pero si quiero que venga! — Heeseung formó un puchero en sus labios, desanimado y Jay, quién se había mantenido callado, abrió la boca.
— Dile papi a Sunghoon. — escupió las palabras, mirando fijamente al menor.
— ¡No puedo! ¡Hoonie no es mi papá! — Heemin exclamó casi indignado, y el castaño hubiese vuelto a decir algo, pero Heeseung le interrumpió.
— Olvidalo, no voy a obligar a mi hijo
a decirle así a Sunghoon si no quiere. — se levantó del sofá, arrastrando sus pies hasta la cocina. — ¡Haré café!.
Pero Jay era insoportablemente persistente.
— Heemin, ¿Por qué dices que Sunghoon no es tu papá? — le preguntó, estando demasiado serio como para estar hablando con un niño de tres años.
— No sé, pero no lo es. — el alto tuvo que recordarse que Heemin era muy importante para él al recibir esa respuesta, al igual que debía mantener intacta su paciencia, después de todo, el niño llevaba un año y unos meses conociendo a Hoon y en ningún momento se había referido a él como papá, era normal que dijera eso.
— A ver, MinMin, ¿Quién, desde siempre, siempre, ha cuidado de ti? — le preguntó Jay, en un tono muy empalagoso, al menor.
— ¡Mi papá! — señaló en dirección a la cocina con su manita.
— ¡Así es! — sonriendo, le mostró su palma al niño, esperando que la chocara, acción que fue cumplida segundos después. — Estos meses Sunghoon te ha cuidado, es tu papá también. — el niño dejó de sonreír.
— Tío Seongie, te estás volviendo loco, ¡Eso no tiene sentido! — el pelinegro alzó sus bracitos al aire, dándole más sentimiento a lo que decía.
— ¡Hey! — Jay le vió, fingiendo estar ofendido. — Mira, si tiene sentido y te voy a decir porqué, — hizo una pausa, pensando sus palabras para que en verdad pareciesen tener sentido. — tu papá Hee, siempre te ha cuidado, te ha acostado, te ha bañado, ¿No? — el pequeño asintió, prestando verdadera atención. — pero papá Heeseung trabaja, entonces, este año, mientras papá se esforzaba trabajando, llegó Sunghoon e hizo todo lo que papá hace cuando tiene tiempo, te cuida, te alimenta, te baña y muchas de las cosas que papá hace, ¿Verdad? — Heemin asintió, sus labios entreabiertos. — entonces, lo que hace a tu papá, tu papá, es el hecho de que te cuida y quiere mucho y siempre está contigo, ¿Cierto?
— ¡Si! — el niño asintió repetidas veces.
— Si eso es así, Sunghoon también te cuida, quiere y casi siempre está contigo, ¿Qué es Sunghoon, entonces? — el niño abrió su boca, como si se diera cuenta de muchas cosas, miró al mayor con sus ojitos bien abiertos.
— ¡Hoonie es mi papá también! ¡Tío Seongie! Pero, ¿Cómo voy a tener dos papis? ¿Mi papá se va a tener que ir porque ahora Hoonie es mi papá también? — las cejas del pequeño se encontraban alzadas, lo veía triste.
— ¿Qué? ¡Claro que no! ¡Tú tienes dos papás! ¡Es posible! ¡No te preocupes! — abrazó al niño, acariciando sus oscuras hebras.
— Está bien, te creo, tío.
— ¿Te vas a quedar todo el día en mi casa? ¡Vete ya! ¿No tienes oficio? — Heeseung le reprochaba desde la cocina, donde se hallaba haciendo el almuerzo, después de todo, Sunghoon sí iría a comer con ellos. Y no es que Jay no tuviese oficio, de hecho era dueño de un restaurante, pero el realmente quería presenciar las caras de sus amigos cuando Heemin, de repente, se refiera al peligris como papá.
— Primero, Jungwon es muy capaz de manejar el restaurante mientras no estoy, y segundo, quiero... Saludar a Sunghoon, falta poco para que venga, ¿No? — el pelirrojo le vió, arrugando su nariz y, aún así, dejándolo tranquilo.
Heeseung picaba algunos vegetales cuando escuchó el sonido de la puerta siendo tocada y, de inmediato, dejo todo lo que hacía para poder abrir la puerta.
— Hola, cariño. — sonrió al peligris, quién colocó sus manos sobre sus mejillas y acercó sus rostros, besando los labios del mayor.
— Hola, hyung, ¿cómo está? — preguntó a la vez que Heeseung se hacía a un lado para dejarlo entrar, cosa que hizo unos segundos después, quitando sus zapatos.
—Bien, lindo, ¿y tú? — le ayudó a quitar el abrigo de los hombros del peligris, colocándolo en el perchero.
— Muy bien, aunque me dió pena que noona se haya quedado más tiempo para que yo pueda venir, pero todo sea por ustedes, mis amores. — Sunghoon le abrazó, rodeando con sus brazos su cintura.
— Hola, Sunghoon. — Jay se mostró ante la pareja, sonriente.
— Oh, Jay hyung, ¿Se va a quedar a
almorzar? — se separó un poco del pelirrojo.
— Ah, no, yo solo quería — hizo una corta pausa. — saludar. — expandió su sonrisa y el más bajo podría decir, si le preguntaran, que el castaño daba miedo. Iba decir algo cuando, todos, escucharon la voz del niño.
— ¡Papi! — llamó.
— ¿Qué pasa, mi amor? — respondió Heeseung, pero el pelinegro negó.
— Tu no, papi, ¡Papi Hoonie! — cuando esas palabras salieron de los labios del pequeño Heemin, hubieron tres tipos de reacciones. Sunghoon, sentía que el aire se había esfumado de sus pulmones, sus manos sudadas, de repente, las llevó a su pecho, donde su corazón latía desenfrenado y feliz. Heeseung, muy diferente, no estaba, sintiendo como un mareo lo atacaba, se abrazó a su novio, posando su mano sobre su frente, sonriendo. Y, finalmente, Jay, quién fingía sorpresa y reprimía sus risas, tapando con su mano derecha sus labios.
— ¡Oh por dios! ¿Escucharon eso? — el mayor entre todos exclamó, cambiando su mano de posición, de su boca a su mejilla, sonriendo con su boca abierta.
— Yo... Mi bebé, ¿Lo podrías repetir? — le preguntó al niño, yendo a su encuentro, sentándose a un lado de este sobre el sofá.
— ¿Papi Hoonie? — cuestionó de vuelta el pelinegro y el nombrado lo sentó en su regazo y lo abrazó, sintiendo que en cualquier momento lloraría.
Mientras tanto, Jay empujó a Heeseung para que abandonara su shock y fuera con su pareja e hijo. Haciéndole caso al instante, se sentó junto a Sunghoon, abrazándolo y también dejando un beso en su frente.
— Hyung, permítame, por favor, ser como un padre para Heemin, yo... Prometo ser la mejor pareja y el mejor papá del mundo, por favor, los amo mucho.
— Mi amor, eres el mejor hace ya mucho tiempo. — acarició su mejilla y besó los labios del peligris. — hace tiempo, también, que eres la mejor pareja y, aseguro, serás el mejor padre.
Los tres estuvieron un tiempo abrazados cuando escucharon un carraspeo del castaño.
— Miren, no sé ustedes si se quedarán así toda la tarde, pero yo me voy, ya nada aporto acá. — rió Jay, tomando su abrigo del perchero, saliendo sin decir más nada.
— Bueno, pequeño... ¿Te gustaría mudarte con nosotros? — el más bajo abrió su boca y, segundos después, asintió frenéticamente.
— ¡Si! ¡Claro que sí! ¡Por supuesto! — apegó más a sí al pelinegro, besando sus suaves hebras, luego también besando al mayor. —Me hacen tan feliz, como nunca.
— Eres lo segundo mejor que me ha pasado, mi amor. — sonrieron.
Son tan bonitos🥹💗.
Como dicen por ahí, más vale tarde que nunca. Les juro que por poco no actualizo hoy pero si pude ¡Yeii!
Nos vemos el otro sábado❤️.
Si ven algún error o nombre que no coincide me dicen.
Keyhoon_
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