Al día siguiente Hajime Kokonoi se levantó muy temprano, su mamá había llegado demasiado tarde y se había ido tan pronto como amaneció, ya era una costumbre. Hoy vería nuevamente a su nuevo amigo.
Habían quedado de encontrarse a las 3:30 de la tarde en ese mismo parque. Le agradaba Inui, no sabía por qué, pero conectaron al instante.
Así que decidió apurarse a sus labores.

Los minutos se habían hecho horas y ya una vez que terminó todo se fue a su habitación a cambiarse, decidió ponerse su mejor camisa color blanca, un pantalón de mezclilla y unos tenis color café claro. Miro el reloj y ya eran las 2:30 de la tarde. Se le había hecho una eternidad.
Salió del departamento buscando quien necesitaba de sus servicios para después hacer lo que mejor se le daba cobrar dinero por su ayuda.

Koko ya era conocido por ayudar a su mamá con los gastos, por eso toda la gente de ese lugar pedía ayuda del niño, aparte de que era muy carismático y sabía cómo ganarse a las personas. La noción del tiempo se le pasó y cuando menos lo noto ya iba 25 minutos tarde.

-Mierda- dijo para sí mismo mientras corría rápidamente al parque. Llegó en menos de 8 minutos, tenía la respiración agitada y estaba todo sudado.

Busco al rubio por todo el sitio, pero no lo encontró, se desanimó un poco. Quién sabe hasta cuando se volverían a encontrar.

-Genial- dijo sarcásticamente mientras lanzaba una sudadera que había encontrado en una de las bancas. Estaba a punto de irse hasta que vio una cabellera rubia corriendo hacia el parque, decidió acercarse y sus ojos mostraron sorpresa pues era Seishu.

-¡Inuuuuupi!- grito el azabache mientras corría hacia el niño.

-¡¿Koko?!- el de ojos claros estaba sorprendido. Pues llegó al parque en la hora que ambos acordaron, pero el azabache no sé encontraba ahí, lo estuvo esperando un buen rato, pero al ver como no llegaba se desanimó un poco yéndose del lugar.

-Pensé que ya no nos volveríamos a encontrar- dijo mientras quedaba enfrente suyo.

-Te estuve esperando, pero no llegabas.- respondió con su cara sería mientras cruzaba sus brazos.

-Lo siento, estuve ocupado con algunas cosas- sonrió nervioso mientras rascaba su nuca.- ¿Por qué volviste al parque?-

-Deje mi sudadera en una de las bancas, se me olvidó llevarla conmigo y no la iba a dejar, me gusta demasiado. Es color azul claro, ¿la has visto?-

Koko guardo silencio, sabía que se trataba de la misma sudadera que había lanzado hace unos momentos-No, pero si quieres te ayudo a buscarla- sonrió levemente mientras despeinaba al rubio.

Seishu se sonrojó levemente mientras asentía.

Ambos se supieron a buscarla aunque Kokonoi sabía perfectamente dónde la había lanzado, estaba a lado de los botes de basura, ahora se maldecía. Fue a ese sitio y la saco mostrándose a Seishu, este no cambiaba su expresión neutral.

-¿Quién sería el tonto que la lanzaría aquí? Ya no respetan las cosas- soltó.

Koko asintió dándole la razón aunque por dentro se moría de pena por haber hecho eso.

-Ya que ambos estamos aquí, ¿jugamos?- preguntó con una leve sonrisa.

Inui negó rápidamente-Lo siento, Koko. Akane me está esperando, aparte tengo que estudiar para el examen que tendré el lunes-

Vio la mirada triste del contrario y se sintió un poco mal por eso.

-¿Qué te parece si vienes a mi casa a estudiar? Y después jugamos - propuso el rubio.

Hajime acepto mientras abrazaba al más bajo, ambos se fueron caminando haciendo bromas y molestándose mutuamente hasta que llegaron con Akane. Koko soltó a Inui y saludo a la chica algo tímido. Seishu lo notó y su expresión cambio a una molesta.

Los tres fueron caminando hacia la casa de los Inui. Koko y Akane no paraban de hablar mientras Seishu se encontraba bostezando y con los brazos cruzados recargando su cabeza en estos sin tomarle importancia a la conversación.
Una vez que llegaron y entraron a la casa Inui tomo a Koko del brazo llevándolo hasta una pequeña mesa donde se encontraban varios libros, Akane fue a la cocina.

El azabache veía atentamente la casa, era realmente cómoda y más grande que el departamento donde vivía con su mamá.

Tomo un libro y empezó a leerlo, le gustaba mucho adentrarse en una buena historia. Pasaron los minutos en silencio para después desviar la mirada hacia el rubio notando cómo no habían pasado ni 10 minutos y el contrario estaba haciendo de todo menos estudiar.

-Eres pésimo para esto, Inupi- soltó una pequeña risa mientras se sentaba a un lado de su amigo -Yo te puedo ayudar a estudiar -

Inui se había hecho el ofendido, pero acepto la ayuda.

Akane entro sigilosamente a verlos, traía un plato con galletas y dos vasos de leche. Miro el reloj que tenían y ya había pasado más de media hora que los niños se habían puesto a estudiar. Vio como seguían sentados, Koko estaba explicándole algunos problemas e Inui estaba atentamente escuchando.

-¡Eres muy bueno explicando, Koko! Te entendí mejor que a mis profesores-

La chica sonrió levemente, notó que a Seishu le hacía bien estar con Hajime. Pasó a dejarle las galletas y leche en la mesa, acariciando la cabeza de Inui mientras se iba de ahí.

Seishu dejo de lado sus libros mientras se ponía a comer, Koko hizo lo mismo y una vez que terminaron todo se pusieron a jugar.

Las horas se pasaron demasiado rápido para ambos. Se la estaban pasando tan bien que no se dieron cuenta de que estaba anocheciendo.

-¡Que mal perdedor eres, Koko!- gritó el rubio mientras le lanzaba un cojín al azabache.

-Tsk, ¡eso no es cierto! ¡Solo me distraje!- agarró el cojín en el aire mientras se lo regresaba.

Iban a empezar una guerra de almohadas hasta que Koko se detuvo.

-Ya se está haciendo tarde, es mejor que me vaya-

-Podrías quedarte a dormir...-

-No puedo, tonto. Mañana tengo clases y tú también- señaló a Inupi mientras le lanzaba el cojín dándole en su cara-Avisaré a Akane-san que me iré-

Inupi después de quitarse la almohada frunció su ceño al escuchar las palabras de Hajime. No sabía por qué, pero no le gustaba que el azabache mencionara a su hermana, era un sentimiento que no entendía aún. Únicamente asintió y vio como se fue el niño.

-Koko...-

Seishu acompaño a Hajime hasta la puerta, habían insistido en ir a dejarlo hasta su casa, pero se negó todas las veces que le dijeron. El azabache se despidió de Inui dándole un abrazo y despeinado lo.

-Me divertí demasiado, espero algún día se repita, Inupi- sonrió ampliamente mientras despeinaba al más bajo.

Inupi solo asintió y movió su mano de un lado a otro despidiéndose del azabache. Una vez que ya no pudo verlo se metió a su casa contento, nuevamente había sido un día divertido y todo gracias a la compañía de Kokonoi, tenía una pequeña sonrisa mientras se iba preparar sus cosas para mañana.

El rubio no podía esperar que fuera lunes, seguramente sería un buen día. Una vez arreglo sus cosas se metió a su cama acostándose boca arriba.

-Buenas noches, Koko- dijo para minutos después quedarse profundamente dormido.

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Foto de mis novios 😽💗

Muy guapos