
vii. 𝗦𝘂𝗿𝘃𝗶𝘃𝗼𝗿 𝗙𝗿𝗼𝗺 𝗔 𝗕𝗹𝘂𝗲 𝗚𝗼𝗱
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Me encontraba sentada en el enorme comedor de la tía "M", quien era Medusa, ella me había ofrecido comida, la cual no había aceptado por miedo de que tuviera algo, aunque sabía que ese no era su estilo.
Ella había salido por un problema que no me había contado, yo mire los platos delante mío y mi estómago rugió, me estaba traicionando.
Me estire un poco y tomé un caramelo color azul y me lo metí a la boca, era una clase de gomita, por lo que no batallé en comerla.
La puerta se escuchó y vi a Percy entrar junto a Grover y Annabeth, los tres me miraron sorprendidos.
—¡Katniss!–Grover le dejó la caja a Percy y se acercó para abrazarme, correspondí–Estaba preocupado, hubiera muerto si te hubiera pasado algo, en serio.
—¿Tienen hambre?–Preguntó Medusa desde la otra habitación–Deje snacks en la mesa en cuanto preparo algo más nutritivo.
—¿Qué haces tú aquí?–Percy cruzó sus brazos sobre su pecho y Grover y yo deshicimos el abrazo, el posicionándose a mi lado.
—Llegué aquí, el olor es algo fuerte.
—¿Verdad? Me alegra no ser el único que lo olió.–Suspiro aliviado el sátiro.
—¿Crees que sea seguro comer esto?
—Percy no voy a mentirte, tengo mucha hambre y estoy dispuesto a correr el riesgo.
—Yo ya comí de eso–Afirmé, ambos me vieron algo asustados, como si esperaran que explotara o algo–Solo comí una gomita, tranquilos.
Annabeth empezó a ver las ventanas a su alrededor, la arquitectura del lugar.
—Esto no es lo mismo para Percy que para mi–Soltó Annabeth, volteando a vernos por primera vez.
—¿Por qué?–Interrogó Percy confundido. Medusa entro a la habitación y los cuatro bajamos la cabeza para no verla directamente. No imaginaba que tan difícil tendría que ser su vida, que todos te tengan tanto miedo que ni siquiera te puedan ver a la cara.
—¿Te preocupa que te tenga alguna clase de rencor solo por que eres la hija de Atenea?–Empezó a servir un vaso de limonada.–Nosotros no somos nuestros padres. Tú y yo podríamos tener más en común de lo que crees. Por favor, siéntense.
Percy, Grover y yo nos sentamos, pero Annabeth se quedó parada con sus brazos cruzados sobre el pecho.
—Si no eres un monstruo dime que eres–Pidió Percy. Le di un codazo.
—Eso no se dice...–Murmuré. Él se sobo el brazo.
—No, está bien. Soy una sobreviviente, Percy.
—Debes ser más que eso, hay una furia afuera que se ve aterrada por ti–Siguió antes de hechas un poco de azúcar en su limonada. Rodé los ojos y tomé de mi limonada.
—Porque sabe lo que creo de ella. No me gustan los bullies–Ella fue a sentarse–Si uno llega a mi puerta, terminan mucho más tiempo ahí del que habían planeado. El don que los dioses me dieron es que nadie pueda volver a molestarme.
—Lo que mi madre te dio no fue un don–Aclaró Annabeth–fue una maldición.
—Eres igual a tu madre.
—Si.
—¿Estás de su lado?
—Siempre.
—¿La amas?
—Por supuesto que si.
—Igual que yo. Antes. ¿Conoces la historia de cómo termine así?
—Yo si–Dijo Grover.
—¿En serio?–Un reloj empezó a sonar, distrayéndonos a los tres, lo que era tener TDHA, era horrible, los doctores me hacían tomar medicina para ello, pero no me sentía como yo misma cuando lo hacía, yo tengo eso por una razón, es necesario para las batallas, y aún así prefieren tenerme sedada.
—¿O no?–Preguntó Grover confuso.
—Atenea lo era todo para mi. La veneraba, hacia plegarias y bastas ofrendas. Jamás respondió. Ni siquiera un presagio que sugiriera que apreciaba mi amor. Yo no era como tú corazón. Yo era tu. La habría venerado así durante una vida, en silencio. Pero entonces un día, otro dios llegó y rompió ese silencio. Tu padre. El dios del mar me dijo que me amaba. Sentí que me miraba de una forma en la que nadie me había visto antes. Pero luego Atenea declaró que yo la había avergonzado y un castigo se me aplicaría. No a él. A mi.–Sentí un escalofrío recorrerme la espalda. Me sentía mal por ella. Deje mi vaso en la mesa y la seguí escuchando–Ella decidió que yo no volvería a ser vista por alguien que viviría para contarlo.
—No es lo que pasó. Mi madre es justa, siempre.
—Los dioses quieren que creas eso. Que son infalibles. Pero quieren lo mismo que todos los bullies, que nos culpemos a nosotros mismos por sus propias deficiencias.
—Eso no es lo que pasó. Y tú eres una mentirosa.
—Annabeth...–Trate de calmarla, pero Medusa me hizo una seña para que parara.
—Déjala cariño, está bien.–Se quedó callada un momento–Algo se quema. ¿Podrías ayudarme en la cocina?–Le pidió a Percy. Alce una ceja–La comida está lista.
Ella se levantó y se fue. Percy nos miró a los tres sin saber que hacer, pero después se levantó para ir a ayudar.
—Grover, Kat–Ambos volteamos a verla–Listos para correr.
Yo asentí y me senté en el que era el asiento de Percy para alcanzar un bocadillo.
—Estos están buenos–Murmuro Grover.
—Es una buena cocinera–Acorde.
—Es un monstruo.–Respondió Annabeth.
—Creo que fue una victima de sus circunstancias, yo no sé qué haría si fuera ella...
Percy salió casi corriendo de la cocina, mire a Annabeth, ella se puso su gorra y desapareció, ayude a Grover a atarse los zapatos y juntos salimos corriendo a escondernos. No sabía que pasaba, pero sabía que algo debía estar terriblemente mal si Percy había salido huyendo de ahí.
Nos metimos por una puerta del lugar que nos llevó a un sótano debajo de la casa de Medusa.
Se empezaron a escuchar sus pasos en las escaleras y una puerta abriéndose, estaba algo oscuro, por lo que no podíamos ver tan bien. Como leyendo mis pensamientos el lugar se iluminó, apareció un fuego a las esquinas de las escaleras, ahora si parecía la casa de un monstruo.
El fuego se extendió a encender todo el lugar, el cual estaba lleno de estatuas. Personas inocentes.
Percy se asustó al voltear y ver a una mujer petrificada. Me acerqué para contemplar sus rasgos, pero se escuchó que se cerraba la puerta.
—Vamos, rápido–Dijo Annabeth y nos jaló para que la siguiéramos, corríamos entre las estatuas, tratando de encontrar un lugar para que no nos encontrara, o al menos un lugar donde tardará en encontrarnos.
—Nosotros somos tres. Ella solo es una. Si nos separamos no podrá vernos a todos–Sugirió Percy.
—No creo que sea tan simple–Respondí.
—Tal vez si–Nos detuvimos a escuchar a Grover–Este es el plan. Yo la distraigo, usare los zapatos. En cuanto me oigan decir "Maya", empiecen a...–Los zapatos empezaron a hacerlo volar, los tres lo mirábamos desde abajo–Okay, muy bien, yo... ah, ah... abajo.–Se fue volando.
—Bueno, eso fue... no se que decir, de verdad–Lo segui viendo alejarse.
—Necesitamos otro plan–Aseguró Annabeth.
—No somos nuestros padres, hasta que elegimos serlo–Se escuchó la voz de Medusa a la distancia y empezamos a correr de nuevo entre las cajas–Ustedes ya eligieron. La hija de una madre moralista, quien eligió seguir el camino de la arrogancia.–Nos escondimos cada uno detrás de una caja–La hija de una madre que ni siquiera entiende que es el amor, y a quien le arrebataron una de sus hijas. Y tú, Percy, pudiste haberle mostrado a tu padre lo que significa proteger a alguien a quien amas. Podrías elegir salvar a tu madre en lugar de cumplir con la voluntad de tu padre. Si ninguno de los tres aprende estas lecciones, tal vez deberían de convertirse en las lecciones. Cuando envíe sus estatuas al Olimpo... quizá eso ayude a expresar mi punto todavía mejor. De pie. Vamos a mirarte–Percy salió de su escondite con su espada. Idiota o valiente, cualquiera de los dos.
Puse una mano en el piso y de ello empezaron a brotar algunas flores, caminos de ellas, flores que podrían llegar a soltar un perfume poderoso que, si lograba su cometido, ayudaría a Percy.
—Oh mira eso, la hija de Demeter tiene mas control de lo que los demás creen–Ella rió y se acercó a Percy. Me encargué de hacer que una flor se posicionará entre Medusa y Percy y soltó su perfume, haciendo que esta empezara a atontarse y tener pequeñas alucinaciones.
Pero Grover llegó volando de regreso.
—¡No pensé en esto!–Se estrelló contra varias estatuas, lo que distrajo a Medusa más de lo que ya estaba. Annabeth le puso su gorra.
—¡Ahora!–Salí de mi escondite al escuchar a Annabeth y alcancé a ver cómo Percy golpeaba el aire, lo que suponía que debía ser la cabeza de Medusa.
Suspire y las flores desaparecieron. Volví a ponerme mi collar y ayude a Grover a levantarse del suelo. Los cuatro nos volteamos a ver.
Habíamos logrado matar a Medusa.
✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶
Holaa, aquí capítulo nuevo, quiero empezar a actualizar más seguido, entonces espero que les esté gustando la dirección de la historia.
𝑴𝑬𝑻𝑨
+40 𝒗𝒐𝒕𝒐𝒔 𝒚 +5 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒊𝒐𝒔
(Los comentarios pidiendo que actualice no cuentan)
Gracias por leer <3
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