—Beomgyu ¿Te parece si mañana hacemos el pastel del ejecutivo juntos?, hasta yo sé  reconocer  que el mejor pastel persa lo haces tú  hyung—Jungwon y él se encontraban en los casilleros, ambos desaciendose de su filipina

—Claro Jungwon, aunque aún me parece extraño que alguien pida ese pastel para el día  de su cumpleaños — Jungwon se hincó de hombros, pasando su sudadera por su cabeza. Beomgyu revolvió el cabello rubio con tonos rosas de Niki con su mano cuando este iba entrando, desabrochando su chaleco.

—Cuidado hyung, no vaya a enamorarse de ti  el chico de la editorial— Jungwon dijo con tono burlesco haciendo que Beomgyu soltara una pequeña carcajada, Niki  les miro confundido, sin poder evitar preguntar

—¿Por qué dices eso hyung?— el castaño volteo a verle, ayudándole a quitarse el corbatín.

—Hay una historia muy antigua alrededor de ese pastel— dejo caer sus manos del cuello del menor al temrinar de ayudarle— Cuentan que hace mucho tiempo una mujer persa estaba locamente enamorada de príncipe y para enamorarlo le horneo aquel pastel que dicen que estaba hecho a base de pociones de amor—

—¿Y funcionó?— Niki le miraba con ojos brillantes, como un niño pequeño escuchando su cuento favorito.

—La historia cuenta que sí— Beomgyu interrumpió, abotonado su abrigo color miel.

—Dicen que quién haga ese pastel para aquella persona de la que está enamorado éste puede funcionar como una poción de amor—

—Pero esos son cuentos infantiles, he hecho ese pastel tantas veces que medio Seul debería estar a mis pies— los tres rieron antes de salir del vestidos con sus mochilas sobre el hombro.

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—¡Yeonjun, apresúrate!— Bang Chan rebotaba sobre sus talones, esperando en el marco de la puerta de la oficina de su jefe.

—Ya voy, ya voy, esto es lo último que tengo que hacer— el pelirojo colocó un post-it sobre un manuscrito que debía ser enviado a la imprenta a primera hora por la mañana del lunes— Voy a dejar esto en tu escritorio y el lunes es lo primero que...— el de cabello naranja rodó los ojos y se metió a la oficina, tomando el dichoso manuscrito e interrumpiendo las palabras del menor.

—Si, si, en cuanto llegue voy a enviar esto a la imprenta— soltó tan rápido como entro y Yeonjun solo pudo suspirar, tomando sus cosas antes de dejar la puerta cerrada detrás de él, caminado hacia la recepción donde sus amigos y compañeros de trabajo ya estaban esperando con sonrisas en sus rostros.

—¡Por fin te lograron sacar de ahí!— Hyunjin, uno de sus mejores amigos le tomó por los hombros empujándolo al elevador dónde todos gradualmente se unieron —Los demás ya se nos adelantaron al restaurante—

La editorial Eternally era una empresa familiar desde que el abuelo de Yeonjun la fundó con una profunda pasión que se heredó hasta él. Yeonjun recuerdo haber leído más historias que usado juguetes desde que era un crío y aprendió la conexión entre las palabras impresas en hojas y sus imaginación. Ahora, que su padre ya está comenzado a cansarse, él está listo para tomar el mando de la editorial y la verdad es que no hay otro lugar en el que preferiría trabajar, lo deseó desde que terminó su licenciatura de lengua y leteratura y entró como cualquier pasante, conoce a todos los empleados y se ha hecho de muy buenos amigos a los largos de los años.

Sabe que a su padre ya no le queda a mucho tiempo al mando de la empresa, su rostro cansado y cuerpo adolorido se lo han advertido, así que estos últimos días Yeonjun ha querido empaparse de la realidad  que él espera le acompañé por mucho tiempo.

—Por favor, nadie me avergüence en un lugar público— Yeonjun suplicó mientras era empujado dentro del Mercedes GLA de Sunghoon, quién se llevó una mano al pecho como si se hubiera ofendido.

—Hyung, seríamos incapaces de algo así—

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Cuando por fin llegaron al Orbit's Bistro, según se mostraba en las letras colocadas sobre la fachada, Yeonjun notó los automóviles aparcados de algunos de sus amigos que ya se habían adelantado, al notar su llegada sus expresiones cambiaron vitoreando con gorros en la cabeza y cañones de sepentinas en las manos— ¡Llegó el cumpleañeros!— Seungmin gritó a todo pulmón, sosteniendo una corneta de plástico en su mano y Yeonjun casi llora al ser sacado del automóvil y de repente estar enfundado, por obra de Bang Chan, en un gorrito de cumpleaños de algún personaje infantil, sabía que no podía confiar en ellos.

El grupo de personas se movió hacia la entrada del restaurante donde un host de cabellera rubia y ojos rasgados les recibió, Jay, se leí en su gafete color oro, llevándolos hasta el centro del restaurante ya vacío.

Fueron bienvenidos por un piso de madera y paredes pintadas en colores negro y vino, pequeñas mesas con sillas rojas y negras se repartían entre las lámparas de la pared que reflejaban la luz cálida que golpeaba sobre diversos cuadros impresionistas. Jay les llevó hasta la parte central donde las mesas habían sido previamente acomodas estratégicamente para tener a la invitados cerca, sobre ellas las copas de vidrio y platos de porcelana ya habían sido colocados.

—Por favor, tomen asientos— Jay les invitó y Yeonjun fue obligado a centrarse en el centro por pedido de todos.

Tres meseros salieron de la grandes puertas dobles que dividían al restaurante de la cocina, formándose a un lado de host, recibiendolos con una profunda venía, el primero de complexión robusta, cabello negro y ojos de cachorrito, el siguiente era de menor estatura en comparación con los otros dos, su cabello era rubio mezclado con tonos rosas y la sonrisa no parecía desaparecer de su infatil rostro, el último tenía también el cabello rubio pero está vez algo largo con un bonito mullet y su mejillas estaban cubierto por pequitas— Ellos son Jake, Niki y Felix, sus meseros de esta noche— Jay señaló a cada uno de ellos antes de que los tres pasaran a entregar las cartas a cada uno de los invitados— Esperamos que disfruten su velada y le felicito Señor Choi— Jay dijo con una sonrisa respetuosa y Yeonjun sintió sus orejas colorearse al ser tratado tan formalmente, escuchando ese nombre sólo cuando se referían a su padre, igualmente le agradeció con una incómoda inclinación de cabeza.

—Disculpe— Jisung levantó su mano al aire, como si necesitara permiso para hablar— ¿Tendrá kimchi con arrocito?—

—¡Jisung no seas ordinario!— Rosé gritó desde su lugar.

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—¡Cuatro salmones encurtidos, cinco pescados al coco y ocho shorts ribs estofados con vino!— Felix entró gritando a la cocina, dejando los papeles separados por orden sobre la barra

—¡Tres platos de vegetales salteados y... dos, no, cuatro platos de fetuccini al pesto!— Niki trataba de leer entre las hojas arrugadas de los pedidos, deteniéndose cuando notó que una se le había caído al piso y dejándolas hechas bolas sobre la barra.

Sunoo no tuvo tiempo ni de suspirar al dejar caer un incrediente tras otro sobre las ollas, tratando de chocar contra Taehyun o Beomgyu mientras corría en busca de sus vegetales.

Jake entró después, una mano en su bolsillo y la otra sosteniendo un papel donde se suponía que debía venir la orden peor en cambio la miraba con una sonrisa ladina. Beomgyu se dió cuenta de esto mientras emplataba sus órdenes.

—¿Solo tomaste una orden, Jae Yoon?— el mensionado pareció no escucharle, pues continuaba viendo la hoja como si estuviera hipnotizado— ¡Jake!— el menor por fin le miró con cierto interés que desapareció rápidamente para cambiarlo por una sonrisa de travesura.

—Ah, si, un plateado mestizo para Sunghoon— dijo como si no ubiera pasado nada, incluso Jungwon levantó la vista de las frutas que estaba cortando para asegurarse de que su amigo estuviera sobrio.

—¿Quien demonios es Sunghoon?— Beomgyu le preguntó, quitando sus manos para que Niki tomara los platos y los pusiera en su bandeja.

—Un chico lindo que me acaba de dar su número— le mostró el reverso de la hoja con un número y el nombre Sunghoon escrito en el, debajo un garabato que aprecia ser la orden del chico.

—Recuérdame porque pusiste a Jae Yoon a servir mesas— Jungwon se quejó mientras pintaba su crema.

—Hyuka se lastimó el tobillo y no pudo venir hoy, creí que estaríamos bien en la cocina si él ayudaba a Niki y Felix— Beomgyu recitó como si fuera niño reprendiendo a sus padres.

—... Naturalmente— Jungwon escupió con sarcasmo— Ven ayudarme con la masa ya casi termino la crema—

—Jake ¿Puedes ayudarme con esos vegetales? O ¿Tienes algo más importante que hacer aparte de seguir viendo esa hoja?— el mencionado miró a Beomgyu con una mueca y se acercó a tomar el mango del sartén en su lugar.

El mayo se limpió la manos en el trapo que colgaba de su delantal y tomó la pala de madera que estaba junto al bowl dónde la combinación de frutas del pastel se estaba homogeneizando, en un par de minutos y con la ayuda de Jungwon logró temrinar el pastel.

—Hyung, tengo que hacer una parada urgente, solo falta meterlo al horno— Jungwon dijo apresuradamente, desamarrandose el delantal y dejándolo sobre la barra antes de correr al baño, provocando cierto humor en el mayor, ocupándose después de sacra tres molestes redondos listos para ser llenados.

—¡Casi olvidó los pistachos!— Beomgyu se regañó a si mismo, trotando hacia el estante de las semillas, buscando entre los contenedores. Apurado en su tarea volteó de reojo a dónde la masa del pastel descansaba y pudo jurar que vio a alguien de pie frente al mismo, en un acto reflejo regresó la mirada a su puesto de trabajo sólo para descubrie que no había nadie, volteó hacia la derecha y la izquierda pero todos se encontraban envueltos en su trabajo, ¿acaso había visto mal?, No quizo pensarlo de más y regreso con el contenedor en la mano, ni siquiera quizo preguntarse el porque la más parecía tener una especie de brillo, pensando que quizás las noches en vela están comenzando a cobrar su costo, se apresuró a colocar el incrediente faltante y llenar los moldes para meterlos al horno, mordiendo su labio inferior mientras contemplaba la masa en el horno; ¿Que había visto?

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—¡Wow, mira el pastel!— Chan señaló emocionado cuando ese mesero que le habia parecio lindo y la nueva conquista de Sunghoon salían de la cocina cargando el pomposo pastel.

Yeonjun se puso de pie y sonrió como un niño pequeño cuando el postre fue colocado frente a él, era justo como lo imaginó, pétalos de rosa y semillas de cardamomo cayendo por los dos pisos y el higo adornando las dos velas encendidas con el número 22. Su sonrisa se volvió un poco incómoda cuando sus amigos comenzaron a cantarle el feliz cumpleaños y apuntar la cámaras de sus celulares hacía él.

—¡Pide un deseo Jun!— el de cabello naranja dijo en medio de los aplausos al terminar de canción.

—Pide un novio Hyung, a ver si los cielos se apiadan— Sunghoon bromeó, sin dejar de grabar con su celular provocando las risas de todos su amigos.

Y la verdad es que no sonaba tan mala idea, después de todo se concideraba afortunado tenía todo todo lo que necesitaba ¿Que había de malo con pedir un estúpido deseo a su pastel de cumpleaños? y así, con el deseo de encontrar el amor pronto, soplo las velas del pastel.

Todo se volvió borroso entre el vitoreo de sus amigos, las serpentinas lanzadas en su dirección y las luces encendiéndose de repente, alguien, quizás Hyunjin llevó una cucharada del pastel a su boca embarrando sus labios, avivando sus papilas gustativas ante el frutal y exquisito sabor, el dedo de alguien ensució de betún su mejilla, lo cuál lo hizo cerrar los ojos y buscar a ciegas una servilleta, cuando se limpió la mejilla entre risas observó un pedazo de pastel siendo entregado a él, subió la mirada por la palida piel que llegaba a confundirse con con la tela blanca hasta llegar a al rostro sonriéndote de un desconocido que lanzó sus latidos hasta el cielo con eso ojos avellana y una sonrisa que relucía bajo las luces del lugar.

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¡Segundo capítulo! Bien rápido como prometí xd ¿Les va gustando? Espero que si porque esta historia  es arte y me emocia mucho estarla adaptando al Yeongyu que es uno de mis ships favoritos en todo el kpop... ¿Cuáles  son sus ships favoritos? Espero los comentarios.

—cyeonjxn; 210915 💐