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Capituló 11: Thank You.

La parte difícil para Félix ya había pasado, pero ahora era el turno de Chris.

Al igual que sus padres, los padres de Félix estuvieron más de una semana insistiéndole que lleve al mayor a cenar con ellos.

—Entonces, ¿podrás?— con esa mirada tan dulce y llena de ilusión era imposible decirle que no, aunque estuviera completamente aterrado.

—Por supuesto que sí, bebé— Félix sonrió y abrazó con fuerza a su novio.

—Estoy feliz, gracias— si su novio estaba así de feliz valdría la pena superar cualquier miedo o preocupación.

El día tan esperado llegó y su miedo no hacía más que aumentar. Él sabía muy bien que no le agradaba demasiado a la madre del menor, sólo por el hecho de "haber robado el amor de su hijo", como se había burlado Félix. Una razón bastante inmadura la verdad.

Preparó dos ramos de flores, uno Lara su precioso novio y otro para la madre de este. También, con el dinero que le sobró de su reciente trabajo, logró comprar un delicioso pastel de dulce de leche y plátano, uno de los dulces favoritos del menor.

Arreglado, perfumado y con el: <<¡Te irá bien!>> de su madre, se encaminó a la casa de Félix.

Mientras caminaba, para poder tranquilizarse sólo podía pensar en una cosa: su precioso novio. Era el único que siempre lo ponía de buen humor, el único que le provocaba cosas tan bonitas solo con un "buenos días", el único que lo mantenía con una sonrisa boba todo el día, Félix era único.

Perdido en sus pensamientos se encontró a sí mismo frente a la puerta de la casa de los Lee. Dejando sus nervios de lado tocó el timbre, sonriendo al oír la voz emocionada de su novio acercándose a abrir la puerta.

—¿Channie?— el nombrado se acercó y besó la comisura de sus labios— ¡Channie! Que puntual.

—Quería verte pronto— el menor se sonrojó y, mientras sonreía, tomó la mano de Chris arrastrándolo hacia adentro—. Era Channie, mamá.

—B-Buenas noches— hizo una reverencia.

—Buenas noches— saludaron los padres del menor al unísono.

El silencio estaría presente en el ambiente si no fuera por el padre de Félix, quién mantenía una conversación muy animada con Chris. Al parecer habían encontrado muchos gustos en común.

—Iré al baño, ya vengo— soltó de repente el señor Lee.

—Yo iré por el postre— ahora la madre del menor habló.

Cuando ambos progenitores desaparecieron de su vista, Chris soltó un suspiró. Sentía que las cosas no estaban saliendo bien en absoluto, al menos con la madre del menor no, no quería rendirse, pero tampoco se sentía suficiente para Félix.

—¿Sucede algo, Channie? Estás muy callado.

—Creo que jamás le agradaré a tu madre— Félix miró con tristeza a su novio. De inmediato llevó sus manos a las mejillas de éste, acariciándolas suavemente.

—No le desagradas a mi mamá, es sólo que está un poquito celosa. Mejor prueba esto, lo hice yo— con un tener llevó a la boca del mayor un trozo de carne.

—Eshtá delishoso— Félix soltó una risita y esperó a que el mayor acabara de digerir el trozo anterior antes de darle otro.

—Debes verte muy lindo comiendo— una sonrisa se formó en el rostro de Chris y olvidó por completo sus anteriores preocupaciones.

—Más lindo que tú jamás.

Era como si ambos brillaran sólo por sonreírse el uno al otro.

Félix acercó su silla a la del azabache y apoyó su cabeza en su hombro. Automáticamente el brazo de Chris pasó por sobre los hombros del menor, quién cerró sus ojos mientras sonreía, sintiéndose plenamente feliz.

A lo lejos la madre del menor los observaba enternecida. Estaba claro que no le desagradaba Chris, al contrario, cualquier persona que hiciera sonreír a su hijo ganaría de inmediato su cariño, pero no podia evitar sentir que sería dejada de lado. Además de su marido, siempre había sido sólo ella quién velaba por el bienestar de su hijo, quién lo cuidaba y protegía de todo mal, jamás se le había pasado por la cabeza que alguien más podría hacerlo así, o cuidarlo tan bien, tratarlo tan bien. Pero luego de verlos ahí, tan felices y queriéndose, se sintió realmente tonta. Había estado pensando de manera egoísta.

No se trataba de quién cuidaría más a su hijo, o de quién lo quería más, lo más importante era que él se sintiera feliz por diversas razones. Después de todo, su amor y el amor de Chris por Félix, eran algo diferente, pero con él mismo fin.

Carraspeó mientras tomaba asiento frente al par cariñoso. Ambos se separaron totalmente sonrojados, más Chris, quién sentía que cada vez arruinaba más las cosas. La señora Lee no pudo evitar sentir un poco de culpa al verlo tan a la defensiva.

—¿Dormirás aquí hoy?— preguntó intentando no soñar tan brusca.

—S-Si me lo permite...— la mujer asintió y sonrió por primera vez en la noche.

—Lix estará muy feliz— el nombrado se sonrojó, pero de todos modos le dio la razón a su madre.

—M-Muchas gracias.

Acabando de levantar las cosas de la mesa y preparando su habitación, Félix esperó a Chris sobre su cama mientras este salía del baño.

Apenas el azabache ingresó a la habitación se encontró con la preciosa imagen de su novio acurrucado en su cama con una linda pijama de cachorritos.

—Santo Dios. Debería ser ilegal tanta ternura— Félix subió la sábana de su cama seguramente intentando ocultar su sonrojo—. Así que, ¿estoy obligado a dormir contigo?— el menor asintió —. Oh, pobre de mí.

—Que bobo eres Channie. Ven aquí— hizo un espacio a su lado esperando a que él mayor subiera—. A-Apaga la lámpara por favor. No me gusta la sensación de su luz— de inmediato obedeció, quedando la habitación totalmente a oscuras.

Félix se acercó al cuerpo del mayor, buscando sentir su calidez.

—Mañana me iré "temprano", debo estar antes del mediodía en el trabajo y tú a esa hora aún duermes.

—Aún no entiendo porque te ofreciste a reemplazar a tu amigo un día de domingo.

—No te preocupes, bonito, le debía un favor. Además sólo serán tres horas— Félix frunció el ceño no muy convencido—. Estaré bien, lo juro. Palabra de hombre— el rubio sólo rió.

Por alguna razón Chris no podía apartar su vista de Félix esa noche. Se vais especialmente bonito con su cabello despeinado y rostro apacible.

Félix apoyó su cabeza en el pecho del mayor, sonriendo al sentir los latidos de su corazón.

—¿Por qué está latiendo tan rápido?

—Porque estoy demasiado enamorado de ti.

El silencio volvió a hacerse presente, pero se podía escuchar con claridad el latido de ambos corazones.

—¿V-Vas a besarme toda la noche?— preguntó de repente Félix, provocando que el corazón del azabache se descontrolara todavía más.

Al final no necesitó una respuesta, sólo un roce de labios y un par de caricias suaves.

—Tal vez no toda la noche, pero sí hasta que te duermas.

—Te quiero mucho, Channie... Gracias por venir hoy, me hizo muy, muy feliz— Chris abrazó con fuerza al más bajo y besó su frente.

—Gracias a ti, mi vida.

Tal como había dicho, a las diez —casi once— de la mañana Félix seguía en el país de los sueños.

Chris debía irse, pero no sin antes entregarle algo a la madre de su novio.

—Espero verte pronto por aquí, Christopher. Es agradable ver a mi hijo así de feliz.

—P-Por supuesto. Y señora Lee. Quisiera entregarle esto— de su mochila sacó un sobre completamente blanco.

—¿Qué es?

—Es lo que falta, ¿no? P-Para la cirugía de Félix.

—Christopher... Dios mío, no, tú no tienes que hacer esto...

—Tal vez no debo, pero quiero. Félix me ha hecho tan feliz que esto es lo mínimo que puedo hacer por él. T-Trabajé mucho para conseguirlo, por favor, acepte— finalmente llorando de felicidad, la mujer aceptó el si te. Sintió como si todo el peso en sus hombros por no poder darle total felicidad a su hijo hubiera desaparecido. Abrazó a Chris, como si fuera el milagro por el cual había esperado tantos años.

—Gracias... E-Esto no sé cómo podré pagártelo.

—Con la sonrisa de Félix, es todo.

Ahora la señora Lee comprendía todas las veces en que Félix le dijo que su Channie era el más dulce, y también comprendió que "dulce" se quedaba corto.

—Mejor persona no pudiste conocer, hijo— murmuró para sí misma aún agradeciéndole en silencio al azabache.

Díganme que no fui la única que lloró.
Por favor, Chan es un ángel.

.😭♡︎

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