Mientras todos en el hogar de Christopher dormían, él se encontraba mirando hacia el techo, incapaz de dormir debido a los ruidosos latidos de su corazón.

Se sentía extraño, como asfixiado, y esa sensación aumentaba cuando recordaba a Félix a centímetros de su rostro.

¿Y si estaba enfermo? Oh, claro que lo estaba, pero la razón de su "enfermedad" tenía nombre y apellido.

Necesitaba soltar lo que sentía, y sólo podía hacerlo con una persona.

Esperó a que su celular dejara de reproducir el típico beep, beep, hasta que su amigo por fin contestó.

—¡¿Por qué me llamas a esta hora?!

—No es tan tarde...— alejó el celular para observar la pantalla, esta indicaba que eran casi las dos de la mañana—. Bueno, tal vez si sea un poco tarde.

—Ve al grano, Bang. Interrumpiste mi novela para esto.

—¿Por qué miras novelas a esta hora?

—¡No digas nada! Tú me llamas a esta hora también y ni siquiera sé qué hacías despierto.

—Creo que estoy enamorado— un chillido se escuchó del otro lado de la línea, seguido de una tos convulsiva—. ¿Estás bien?

—¡El gran Christopher Bang está enamorado!

—D-Dijé creo, Hwang.

—Sí, sí, como digas. Entonces, ¿quién es? Espera, ni debería preguntarte eso, la única persona con la que siempre estás es Lee, ¿es él?

—E-Es él.

—¡Kyaaaa!— un estruendo y un par de maldiciones se oyeron al otro lado de la línea—. O sea, ¡genial Chan! Se lo dirás, ¿verdad?

—Quiero hacerlo, pero tengo un poco de miedo. Félix es un chico precioso, ¿realmente lo merezco? Tal vez ni le gusto y si me confieso ya no confiaría en mí. Si Félix no quisiera hablarme más me volvería loco.

—Tú lo acabas de decir, Félix es un chico precioso y estoy seguro de que no dejaría de hablarte sólo por confesar tus sentimientos. Además me dijiste hace unos días que casi te besa, y sinceramente no parece el tipo de persona que besaría a alguien sin sentir nada. Ya deja de pensar estupideces y vete a dormir.

—Gracias, HyunJin.

—No es nada, bro. Oh y también ten cuidado, no eres la única persona que tienen su atención fijada en Lee. Escuché a WooJin, el del club de música, diciendo que le gustaría volverse más cercano a Félix. Mientras más pronto confieses tus sentimientos, mejor.

La conversación con su amigo, en lugar de tranquilizarlo y hacer que finalmente pueda dormir tranquilo, sólo le quitó aún más el sueño. Finalmente a las tres de la madrugada pudo descansar. Para desgracia suya, su alarma estaba programada para despertarlo a las 6:30 a.m.

Medio vivo y medio muerte consiguió levantarse de su cama. Había dormido tres giras y media, por lo que su estado de ánimo no era el mejor en ese momento. Apenas tomó su desayuno y ni se molestó en peinarse. Quería mandar a todo el mundo al carajo hasta que al salir de su casa lo vió, de cuclillas en el suelo acariciando a un gatito casi tan lindo como él. Cuando Christopher se acercó, el menor automáticamente sonrió levantándose e inmediatamente tomando su mano. En ese momento el mayor sintió que un 99% de su malestar se había esfumado por completo.

Se dirigieron a sus respectivas clases, obteniendo la misma sensación de vacío de cada día al separarse.

Como siempre, se encontraron a la hora del receso. Chris podría haber aprovechado ese tiempo para tomar una pequeña siesta, pero preferiría escuchar a Félix contándole como pasó su fin de semana, o simplemente oyéndolo reír. Después de un debate interno, llegó a la conclusión de que dormiría en la hora de historia. La profesora jamás bitaba cuando un alumno huía de clase, por lo que aprovecharía esas dos giras y escaparía al jardín de su escuela para tomar una siesta bajo el gran árbol del centro.

Tal y como había previsto, su profesora no notó para nada cuando salió a escondidas de su clase y corrió al jardín. Afortunadamente no había nadie ahí y lograría dormir plácidamente.

Se acomodó de espaldas, de lado, contra el árbol, pero era simplemente demasiado incómodo.

—Jodido suelo. Jodido árbol. Jodido corazón.

—¿C-Chan, hyung?— se sobresaltó al oír aquella voz, tan dulce como tortuosa—. ¡Soy Lix! ¿Qué hace aquí? ¿No me vió?— camino hacia el lado contrario del árbol encontrándose con el mayor—. Uh, luce fatal... ¿No durmió bien?

—Dormí casi cuatro horas.

—¿Vino aquí a descansar? Pero está despierto...

—Es difícil dormir sin una almohada— hizo un puchero mientras veía al menor.

—¡Tengo una idea!— se levantó del suelo a la vez que tomaba la mano del azabache—. Vamos a la banca.

—Ahí es mucho más incómodo— el rubio negó y volvió a insistir.

Finalmente terminaron sentándose juntos en la banca, uno al lado del otro.

—Hyung, p-puede recostarse aquí— palmeó sus muslos con la vista fija en el suelo. La verdad era muy vergonzoso para él ofrecerle algo así a Chris, pero lucia tan cansado que no pudo evitarlo—. No es el mejor lugar, pero es mucho más cómodo que el suelo— Félix se mantuvo en silencio esperando alguna reacción, pero lo único que recibió fue la sensación del suave cabello del azabache. Pésimo día para usar pantalones cortos, pensó el menor.

Chris se acomodó en las suaves y blanditas piernas de Félix y, en sólo un par de minutos, cayó rendido en brazos de Morfeo. El menor además tuvo el atrevimiento de comenzar a acariciar su cabello, relajándolo todavía más.

Al final, Christopher logró dormir plácidamente en las piernas del menor, a pesar de la vergüenza, y a pesar de los miles de pensamientos que aparecieron en su mente al tener el suave par de extremidades justo debajo de su mejilla.

Luego de un rato Chan despertó, encontrándose con el rostro sonriente del rubio.

—Buenos días, bello durmiente— soltó una risita al ver los ojos de Chan apenas abiertos.

—¿Cuánto dormí?— preguntó levantándose sin ganas su cabeza de las piernas del contrario.

—Casi tres horas.

—¡¿Tanto?! T-Tus clases...

—No importa, hyung, luego le diré a mi profesora que perdí mi bastón y no supe cómo llegar— soltó una carcajada y Chan sólo frunció el ceño—. Más importante, ¿cómo durmió? ¿Fue cómodo?

—Bastante bien. Incluso fue más cómodo que mi propia almohada. G-Gracias.

—Aww, me alegro mucho, es un placer ayudarle, hyung— podrían pasar años y Chris jamás se cansaría de la sonrisa del menor. Carraspeó para llamar su atención.

—Lix, ¿t-te gustaría salir este sábado?E-En una cita...— el rostro de Félix se tornó completamente rojo, pero para fortuna del mayor, asintió—. Gracias, Lix.

—¿Por qué me agradece? E-Es un hyung muy raro— Chris soltó una risita mientras acercaba su mano a una de las mejillas del rubio.

—Te agradezco por dejarme estar a tu lado incluso los fines de semana— Félix levantó ambas cejas con una gran sonrisa en el rostro.

—Wow, de verdad es todo un Romeo.

—Probablemente lo sea— ambos soltaron una carcajada y se levantaron de la banca.

La verdad, Chris no se había preparado para pedirle una cita, salió de manera natural, mucho menos esperaba que Félix fuera a aceptar, pero así había sido y ahora tenía una cita el sábado con el chico que le quita el sueño.

Aunque todo fue muy inesperado, de todos modos estaba increíblemente feliz, pues una cita parecía ser la situación perfecta para confesar sus sentimientos.

Espero les guste el capituló
¡Besos!
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