Tal como lo había planeado el día anterior, ahora se encontraba en una de las esquinas de su casa esperando a que el menor pasara. Cuando esté por fin apareció, Christopher frunció el ceño confundido, ¿Por qué Félix llevaba un bastón? Se acercó a él lentamente intentando no asustarlo.

—Buenos días, Félix.

—¡Hyung! Buenos días— el menor sonrió recibiendo otra sonrisa como repuesta por parte de Christopher.

Comenzaron a caminar en silencio, sólo con el ruido de los autos al pasar y los murmullos de la gente. Félix se aclaró la garganta antes de comenzar a hablar.

—Estoy seguro de que tienes algo que preguntar, hyung.

—No— el menor alzó una ceja—. Bueno sí, ¿para qué es ese bastón? D-digo... no tienes que responder si no quieres, sólo tengo curiosidad.

—Es para guiarme. La verdad es que soy ciego hyung, perdí el noventa por ciento de mi capacidad para ver; ¡pero estoy bien!, lo que no me agrada es tener que usar este bastón, es muy incómodo, pero al parecer necesario— el menor hizo un puchero y Christopher sonrió inconscientemente.

—Ya veo, ¿cómo sucedió?— Félix se preguntó si era buena idea contarle a él, recién se conocían. Afortunadamente el sonido del timbre anunciándoles que la jornada de clases había comenzado, interrumpiendo su respuesta. Comenzaron a caminar más rápido antes de que cerraran las puertas, era primera vez que les sucedía a ambos. El mayor tomó la mano de Félix y lo llevó corriendo. Para desgracia suya, el director estaba plantado en la puerta mirándolos con las cejas alzadas.

—¿Q-qué sucede hyung?

—El director.

—Bang, Lee, realmente me sorprende de ustedes, alumnos ejemplares— ambos bajaron la mirada con culpabilidad—. Es la primera vez que sucede esto, lo dejaré pasar por dos razones. La primera: es la primera vez que veo al señor Bang interactuando con un buen chico; la segunda: ustedes son buenos estudiantes, por lo que dudo, y espero estar en lo correcto, que estuvieran haciendo algo malo— ambos sonrieron en dirección al hombre frente a ellos.

—¡Muchas gracias!— volvieron a caminar al interior de la escuela.

—¡Primera y ultima jóvenes!

Félix quería decir algo, pero estaba avergonzado. Christopher no había soltado su manos aún y ya estaban casi llagando a su salón.

—¿Qué clase tiene ahora, hyung?

—Música.

—¡Pero eso queda al otro lado del pasillo! Llegará tarde.

—No importa. Soy el alumno favorito del profesor, además, quería acompañarte, ¿está mal?

—Wow hyung, es todo un romeo— Félix rió mientras Christopher moría de vergüenza. En esos momentos agradecía que el menor no pudiera verlo.

—D-Debo irme. Vendré por ti después de esta clase.

—¿Gastarás su Preciado tiempo libre conmigo?— Félix no estaba consciente del notorio sonrojo que aparecía en sus mejillas, pero Christopher sí y sonrió enternecido.

—Mientras no tengas ningún inconveniente.

—Claro que no, hyung, ¡hablamos luego!

Qué chico más precioso había conocido y que afortunado era porque éste le permitiera ser su amigo. Christopher no estaba particularmente interesado en conocer gente nueva, y parte de esa leve fobia social se debía a las huecas de sus compañeras, quiénes no dejaban de coquetearle. Félix llegó a él como un rayo de luz y no pensaba dejarlo ir.

—Pero se conocieron ayer, ¿no?— Chris asintió—. Wow, ¿amor a primera vista?

—¿A-amor?— preguntó el mayor avergonzado—. No digas babosadas, Hwang.

El primer bloque de clases terminó y lo primero que Christopher hizo fue tomar sus cosas y correr hasta el salón de clases de Félix.

—No es amor dice.

Una gran sonrisa apareció en el rostro de Christopher cuando vió a Félix parado fuera de su salón de clases, pero está se borró al instante cuando notó su semblante triste. Rápidamente se acercó tomando su mano para darle a entender que estaba ahí.

—Hyung...— el menor retiró su mano tembloroso—. V-váyase, por favor— lo que Félix le estaba pidiendo ese momento era algo muy tonto y cruel, pero por el tono de su voz sabía que no le decía por querer.

—Félix, ¿qué sucedió?— el menor observó el suelo mientras un par de lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas—. Ay no, no llores, ¿puedes contarme que sucedió?

—U-unas chicas... me dijeron muchas cosas feas c-como...— el menor llevó ambas manos a su rostro y restregó sus ojos para eliminar sus lágrimas—. Q-que no valgo nada, que usted no debería hablar con alguien como yo y que estoy... d-defectuoso. Hyung, yo no estoy defectuoso, para nada, ¿lo sabe verdad?

—Pequeño... claro que no estás defectuoso, al contrario, eres totalmente precioso y tu mejor que nadie debe saberlo— rodeó al menor con sus brazos atrayéndolo a su cuerpo—. Muy precioso— Félix se dejó abrazar disfrutando de la calidez de Christopher—. ¿Me dirás quiénes fueron?— el menor negó.

—No creo que sea buena idea hyung... e-ellas dijeron que si le decía quiénes eran... s-sería peor— Christopher no quería poner en riesgo al menor así que simplemente asintió. Luego de un par de minutos se separó de Félix tomando sus mejillas entre sus manos—. No dejes que nadie más te diga algo así, y si lo hacen me lo debes decir de inmediato— Félix asintió mientras una pequeña sonrisa aparecía en su rostro—. Ve a lavar tu rostro, te ves más lindo si sonriendo.

Félix caminó hasta el baño más cercano para eliminar los restos de lágrimas de sus mejillas y ojos. Christopher no quiso presionarlo para que le contara quiénes fueron las arpías que soltaron esas estupideces, pues no necesitaba de mucha investigación para descubrirlas, él sabía muy bien de quiénes se trataba y por supuesto no dejaría pasar el que hayan hecho llorar a un chico tan tierno como Félix. Tendría una "charla" bastante extensa con ellas.

Espero les guste el capituló
¡Besos!
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