•Capitulo: 20•
Eran casi las tres de la madrugada y Jungkook seguía esperando ver a TaeHyung aparecer por la puerta de la oficina listo para retirarse al departamento del mayor, según su juicio, el joven vampiro debió estar libre hace horas y en realidad no lo hubo visto ni para bromear.
—Señor, no lo hemos hallado— informó el jefe de sus guardias al entrar al despacho.
—¿Buscaste en todos lados?— gruñó furioso.
—Sí, señor.
"No pudo haberse ido", pensó con angustia.
—Y... sus cosas siguen en su camerino.
JungKook apretó los puños sintiendo la impotencia de cada fibra de su cuerpo. Cuando los guardias le informaron que esto parecía una fortuita desaparición, su mente comenzó a pensar que pudo haber ocurrido, y a su memoria llegó la más factible respuesta.
—¿Volvió a aparecer ese hombre que lo perseguía?
Lastimosamente, los guardias le dijeron que a ese hombre no lo hubieran visto desde hace ya tiempo. JungKook ordenó una nueva búsqueda dentro del burdel, y cuando se quedó solo llamó a su hermano YoonGi.
—TaeHyung desapareció— le dijo sin tacto.
—¡¿Qué?!
—No aparece desde hace horas. Se supone que regresaríamos juntos a mi departamento cuando acabara su espectáculo, pero ya es muy tarde y no lo encuentran.
—¿Pudo regresar el solo al departamento?
—No, él no se hubiera ido sin decirme.
—De acuerdo, iré para allá llevaré a mis hombres.
Su hermano colgó.
JungKook seguía intranquilo, por lo que decidió ir hasta el camerino de su prometido por si lograba encontrar un indicio que le revelara su paradero. Entró y recorrió con la mirada el lugar, trajes sensuales, ropa interior tirada de aquí para allá que le recordó las noches de pasión donde la ropa quedaba desparramada por toda la habitación. Encontró maquillaje, y recordó la fascinación que TaeHyung poseía por los delineadores de ojos.
"Si vuelves a casa conmigo te compraré todos los delineadores que quieres, amor".
—JungKook, me dijeron que estabas aquí— saludó su hermano ingresando en el lugar.
El jefe no pudo siquiera saludar a su mayor, su tristeza y emoji lo consumían el más mínimo gramo de energía.
—Mis hombres van a registrar todo y buscar huellas.
En un arrebato de ira azotó la mesa por lejos, todo sobre ella se estrelló contra la pared entre estruendos y vidrios rojos. YoonGi le tomó del hombro para evitar otro desastre.
—Calma o me dificultarás el trabajo de encontrar pistas.
YoonGi le sugirió, caso en tono de ordenanza, que lo mejor sería que se marchara al departamento por si TaeHyung aparecía o llamaba, después de todo ahí lo esperaba Sunoo en compañía de SeokJin, su niñera extra oficial. A regañadientes JungKook accedió, entonces condujo su auto hasta el departamento esperando encontrar consuelo e el pequeño niño.
—¿Y TaeHyung?— le preguntó SeokJin al verlo entrar tan decaído.
Conteniendo sus lágrimas le contó a SeokJin lo que sucedía, el humano se alteró y comenzó a murmurar cosas como llamar a NamJoon y demás incoherencias. Conversaron en silencio evitando despertar al infante que dormía en la habitación de JungKook y TaeHyung.
—Lo vamos a encontrar. Él regresará.
El sonido del celular de JungKook los sacó de su burbuja depresiva, el dueño del burdel contestó la llamada de su hermano.
—Encontramos una nota— mencionó—. Está firmada por Min MinGyu, ¿sabes quién es?
—Él era dueño de un aquelarre en el sur del país— contestó JungKook sin saber cuál era el punto con ese sujeto.
—No sólo eso, Kook— interrumpió SeokJin—. Min MinGyu es el antiguo amo de TaeHyung.
Y quizás esa información pudo ser de mayor utilidad hace tiempo, pero como saber que algo así de malo sucedería. YoonGi que escuchaba lo que decía del otro lado de la línea, les envió una foto de la nota hallada en uno de los pasillos del burdel.
"Recuperé lo que es mío, gracias por cuidarlo bien".
-Min MinGyu.
La pregunta era donde estaban, esa nota sólo les decía quién era el criminal y sus motivos para raptarlo, pero seguían sin saber dónde se hallaba el joven vampiro.
—¿Has sabido algo de su paradero?
—Nada. Y hemos revisado todo el Burdel.
JungKook masculló una maldición.
—He puesto a mis hombres a buscar en la ciudad, no pudo ir lejos y lo encontraremos.
Eso no era precisamente un consuelo para JungKook, era sólo un atisbo de esperanza que podría desvanecerse pronto. Cuando colgó, el vampiro se retiró a su recámara, se sentó a lado de su hijo y le acarició el rostro, El niño era su única fortaleza en ese momento, y sólo anhelaba poder ver a TaeHyung de nuevo. Apenas eran unas horas desde su desaparición y ya estaba con las neuronas locas, el juicio estaba saltando por la borda siendo empujada por la rabia.
"Apenas he logrado tenerte y ha te he perdido".
(One ok Rock - Wherever you are)
Te voy a decir
Delicadamente lo suspiró
Esta noche, esta noche
Tú eres mi ángel
"Voy a traerte a casa, mi amor, lo juro".
JungKook quería buscar a TaeHyung, quería recorrer el cielo, mar y tierra para encontrarlo pero no sabía dónde buscar. Por primera vez debía admitir que estaba perdido, totalmente desorientado.
Te quiero
Nos convertimos en uno
Esta noche, esta noche
Simplemente digo
—JungKook— escuchó una voz que se la llevaba el viento, una voz muy parecida a la de TaeHyung.
El oído de un vampiro es excelente así que ya podía descartar la idea de un error dentro de lo que escuchó, pero no creía que se trataba de un llamado de afuera si no se dentro de su cabeza. Eso era algo que sólo entre familia de vampiros se tenía, pero si TaeHyung era el que llamaba es porque pronto serían esposos, aunque para JungKook nada tenía sentido.
Donde sea que estés, siempre te hago sonreír
Donde sea que estés, siempre estoy a tu lado
Cualquier cosa que digas, siempre está en mi mente
Ahora mismo te prometo que es para siempre
—Ayúdame.
La voz de TaeHyung era lastimera, tan desesperada que tenía ese mismo efecto en JungKook.
—Dime dónde estás— rogó con las palabras saliendo a susurros—, sólo así podré ayudarte.
—Agh.
Se le escuchó jadear, parecía que retenía un aullido de dolor en su intento por hablar y explicarse. Tras varios gemidos soltó las últimas palabras:
—Sigo aquí.
No necesito una razón
Simplemente te quiero
Así es, así es
Días tras día
Trastabillando hasta la sala, soltó lo que sucedió en la recámara, cada palabra sorprendió más y más a SeokJin.
—No sé que hacer.
—¿De que hablas? TaeHyung te dijo todo lo que necesitas saber.
Quizás era la conmoción pero no lograba entender a lo que se refería SeokJin.
—¿Qué quieres decir, Jin?
—Qué TaeHyung nunca salió del burdel, sigue ahí.
Aún tenemos un largo camino por delante
Por favor, siempre, siempre
Hasta el fin, quédate conmigo
Saldremos adelante
YoonGi, JungKook y NamJoon se encontraban frente al burdel acompañados de un grupo de policías dispuestos a entrar en el castillo y recuperar al joven vampiro. El Min policía les hubo proporcionando a sus hermanos armas de fuego bajo la advertencia que deberían usarlas sólo en casos de emergencia. Cuando entraron no se esperaron encontrar con SeokJin y JiMin dentro, y ninguna de sus parejas parecía felices de verlos ahí.
—Te dije que te quedarás en tu departamento— gruño YoonGi tomando a JiMin del brazo.
—No me das órdenes, querido— respondió altanero pero conservando una sonrisa en el rostro.
—SeokJin, vete de aquí.
—TaeHyung es mi bebé, no voy a dejarlo a Merced de un lunático.
—No eres más que un humano, podrías salir herido.
—Soy el humano con el que te casaste, y para ello debí tener demasiado fuerza. No me subestimes.
Donde sea que estés, siempre te hago sonreír
Donde sea que estés, siempre estoy a tu lado
Cualquier cosa que digas, siempre estás en mi mente
Ahora mismo te prometo que es para siempre
No soporto cuantos reproches, ordenes o suplicas hicieron los hermanos Min para que tanto el humano como el vampiro joven se marcharan, ninguno de ellos accedería, eran tan tercos como ellos mismos.
YoonGi ordenó a sus divisiones comenzar a recorrer todo el lugar, mirar en todo rincón sin falta alguno, entonces él mismo se encargó de ir con sus hermanos y su pareja por los pasillos superiores del burdel.
—¿Por qué nunca puedes hacerme caso?— retó YoonGi tomando de la mano a JiMin, y empezar a caminar con sus dedos entrelazados.
—Te gusta que sea temerario.
—Sí, pero no quiero que te dañen.
—Sé que nadie osará a tocarme.
—Te confías demasiado, ¿cómo puedes estar tan seguro?
—Porque sé que estarás ahí para protegerme, siempre lo has estado.
Para nosotros, el día en que nos conocimos
Debería ser el más importante de todos
Así que este día llamado "hoy" es el día
Más importante después del día en que nos conocimos.
:)
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