—Cariño— llamó NamJoon al despacho de su esposo, lo vió leyendo en su computadora con esas adorables gafas puestas.

—¡Namie!— el pequeño humano saltó a brazos de su cónyuge.

—¿Tienes tiempo para hablar?

—Siempre tengo tiempo para ti.

La pareja caminó hasta el sofá del frente al ventanal y ahí se sentaron, SeokJin se tomó el atrevimiento de sentarse a horcajadas sobre el regazo de su marido, hace días que por el trabajo acumulado no tenían tiempo para caricias y besos, a duras penas lograban un poco de intimidad en casa.

—¿Ocurre algo?

—Quería pedirte ayuda en un caso especial.

—¡Y vaya que debe ser especial si pides mi ayuda!— bromeó el humano—. Hasta donde yo sé tú eres el experto en leyes, por algo eres mi jefe.

—Este caso involucra algo en lo que por supuesto no soy un experto, y son los sentimientos.

SeokJin se dedicó a acariciar con sus manos el sedoso cabello negro del vampiro, con cierto toque dulce rayando en lo maternal,siempre en las noches hacia eso, se dedicaba a mimarlo como si fuera un niño. Era la manera de demostrarle su amor, con suaves toques que enamoraban a NamJoon.

—JungKook pidió asesoría legal para adoptar a un niño.

Los ojos de SeokJin se abrieron enormes y sus labios boquearon cuál pez pero ningún sonido salió de ellos. A pesar de que no conocía mucho a JungKook, nunca creyó que sería del tipo de hombres que quiere tener hijos, aunque ahora parecía estar equivocado.

—... ¿Bromeas?

—No, y sabes lo que una adopción implica.

—Sí, estar casado, algo según tengo entendido aún no le sucede a JungKook, ¡Oh!— Jadeó comprendiendo a lo que quería llegar NamJoon—. TaeHyung.

—Kook requiere la adopción lo más pronto posible.

—Pero Tae y él llevan muy poco saliendo, creería que es algo apresurado.

—Mi hermano quiere evitar que el niño vaya a un orfanato, actualmente está en el hospital donde TaeHyung trabaja.

—¿Quieres que convenza a TaeHyung de...?

—No, cariño, JungKook quiere que sea una sorpresa. Pero al menos necesitan vivir juntos y tener de por medio un compromiso.

—NamJoon, en ese caso no hay nada que pueda hacer. Yo no-

—Sé que puedes persuadir a TaeHyung de que viva con JungKook— le comentó acariciando con sus manos las pomposas nalgas ajenas—. Así será más fácil para los dos.

SeokJin casi negó con la cabeza cuando su esposo comenzó a besarle el cuello, suave y húmedo, tal como le gustaba al humano, pero él ya sabía de que iba eso, un violento y delicioso chantaje.

—No sé si-

—Haré lo que me pidas si ayudas a mi hermano— ofreció NamJoon a pesar de que sabía que no tendría que llegar a ese punto, pues para SeokJin sólo bastaba que le ruegue un poquito con el tema de JungKook.

—No te arrepientas después— aceptó acariciando con la diestra las mejillas de NamJoon antes de besarlo en los labios—. ¿Cuánto tiempo dura tu oferta?

—Un mes— respondió a susurros—, pero no me molestaría extenderlo a toda la eternidad.

—¿Y... puedo empezar ya con mis peticiones?— preguntó en tono seductor moviendo sus caderas sobre el miembro de su esposo.

—Cuando quieras.

Un sonriente SeokJin fue hasta la puerta para cerrarla con seguro, cuando se dio vuelta vió a NamJoon desabrochando su cinturón con una perversa sonrisa en el rostro. Jin se quitó la camisa mientras a pasos sensuales se le acercaba.

—¿Me follarías... duro y sucio aquí?

Pero no necesitaba una respuesta. Inmediatamente se despojó de su pantalón, zapatos y finalmente el bóxer cuando vió a NamJoon desprenderse de la camisa y bajar su bragueta a la par que su bóxer. SeokJin logró divisar el rosado glande del pene de NamJoon e instantáneamente se le hizo agua la boca. De rodillas frente al glande se dedicó a sacar todo el miembro de su escondite para poder llevárselo a la boca.

—Jin— gruñó él.

Los labios del humano se cerraron fuerte alrededor de la polla, su mano apretó el tronco en cada sube y baja. Bajo el calor del momento, los dedos de SeokJin de su mano izquierda se dirigieron a su propia intimidad, al agujero húmedo y apretado que aguardaba ser profanado, entonces los insertó y comenzó a prepararse.

Cuando el pene de NamJoon estuvo lo suficientemente mojado, y su entrada dilatada, se puso de pie para luego subirse al sofá y apoyarse sobre el porta brazos, dejando su culi a vista de NamJoon.

—Si pudiera morir, créeme que tú serías el culpable.

—Por favor, rápido, llevo mucho tiempo extrañándote.

De un sólo golpe el pene de NamJoon estuvo metido hasta el fondo del culo del humano.

—¡Oh, Dios! Mmgh... hazlo duro, por favor.

—Estás demasiado ansioso, mi amor.

—Pues has sido un mal esposo, ¡Ahg!

NamJoon lo sujetó del cabello y tiró de él, lo suficientemente fuerte como para hacer que su espalda se arqueara y empujara su precioso culo contra la entrepierna ajena. SeokJin adoraba que su esposo fuera ciertamente brusco cuando se la metía, claro que nunca llegó a hacerle daño y eso se lo agradecía en silencio.

—¡Maldición, estás demasiado estrecho!— gruñó NamJoon estrujando en sus manos las mejillas traseras de su subordinado—. ¿Acaso no llenabas tu agujero con algo más en este tiempo?

—Ammgh... es que... ¡Oh!, mis dedos no son como tú polla.

En esos momentos le dieron poca importancia al hecho de que estaban en la oficina, y quizás ocupaban esa verdad como aliciente a su morbo. No les importó que alguien afuera del despacho pudiera estar muy interesado en los sonidos que provenían de esta.

Unos golpes en la puerta llamaron su atención más no los hizo detenerse.

—SeokJin— llamó quien por su voz parecía ser el secretario del aludido—. SeokJin— reiteró.

—Ammgh... Namjoon, para— pidió pero por experiencia sabia que su esposo no le tomaría la palabra.

—Necesita tú firma en-

—SeokJin está ocupado— respondió NamJoon en tono alto para que lo escuchara bien el impertinente joven—. Regresa en unas horas.

Por el tono autoritario que usó, NamJoon esperó que al chico no se le ocurriese regresar o bien podría despedirlo.

—Mmgh... NamJoon... voy a correrme— le dijo el chico cuando su cuerpo se sintió al límite del éxtasis—. ¡Ahg!

—Oh, mi... ¡Jin!

El semen caliente de NamJoon saltó desde su glande golpeando las paredes del chico hasta dejarlo lleno y con él esperma escurriendo. El vampiro atrajo el rostro de su esposo para besarlo en los labios con gran desesperación, hasta que el aire exigió pasó a los pulmones.

—Hemos hecho un desastre aquí— comentó SeokJin entre jadeos al ver su semen decorando el sofá.

—Y el que haremos en casa.

Esa era una morbosa promesa.

—¿Tae, todo está bien?— le pregunto JiMin sentado junto a su meditabundo amigo quien no hubo soltado palabra alguna antes o después del ensayo de esa tarde.

El joven bailarín sólo le dio un asentimiento con la cabeza que poco o nada convenció a JiMin.

—¿Algo está mal?

Empero, el chico no le respondió, únicamente torció el gesto en una expresión preocupada llegando al límite del temor profundo. A su amigo le preocupó verlo así luego de semanas de extenuante felicidad provocadas por JungKook, se cuestionó si acaso ese viejo vampiro le hizo daño, si acaso hubo resquebrajado el delicado corazón de TaeHyung.

—Él está aquí.

—¿Qué? ¿Quién?

JiMin puso su cerebro a trabajar con todos los él que conocía de parte de TaeHyung, pero rápidamente se ofuscó no logrando ubicar bien al individuo. Entonces, milagrosamente su mente hizo un flashback a cuando lo conoció. Busan, un aquelarre vampiro, TaeHyung huyendo de...

—¡¿Hablas de tu amo?!

—Me encontró.

Houston tenemos un problema.

Se avecina una tormenta.

¿Quién creen que es el viejo amo de TaeHyung?
¡Dejen sus opiniones en los comentarios!

Espero les guste el capituló, ¡besos! </3