—¿No te gustaría usar uno de tus trajes para mi?

TaeHyun se dió la vuelta al oír semejante "piropo" por parte del "perro licorero", como solis llamarlo el diseñador al bartender del burdel. Los comentarios de HoSeok no eran novedad para TaeHyun, pero eso no quitaba el hecho de que siempre que algo salía de boca del bartender provocaba un gran sonrojo en el muchacho. Si bien se conocían más íntimamente de lo que pudiesen admitir, aún TaeHyun era demasiado arisco, muy altanero con el otro vampiro. Y no debería ser así.

—Nunca en la vida— le respondió con ese tono altanero que poseía naturalmente.

—¿Estás seguro?— preguntó pícaro tiroteándolo hasta el despacho de JungKook, que era la habitación que más cerca quedaba, y ahí los encerró.

—¡¿Qué crees qué haces, perro loco?!

—Divertirme— le contestó simple acercándose peligrosamente al rubio.

HoSeok lo tomó de la cintura, lo levantó sin hacer mucho esfuerzo para llevarlo sobre el escritorio sin considerar los papeles o la portátil de JungKook. TaeHyun estaba entre furioso y avergonzado, no sabía si era correcto sentirse excitado por la repentina agresividad del otro, una agresividad que era sinónimo de pasión, una pasión que en otros tiempos hubo probado en gran cantidad.

—¡Quítame las manos de encima!— ordenó con un tono de voz que sólo logró excitar al vampiro.

—Vamos, pequeño vampiro— le susurró al oído mientras sus manos recorrían la estrecha cintura ajena—, juguemos un momento y te dejo ir.

—No.

—Entonces tampoco te soltaré. ¿Y sabes algo? Según yo recuerdo, te mereces un castigo.

—¿C-castigo?— inquirió casi sin poder creérselo.

—¿No te dije que me llamaras papi?— preguntó con sensualidad antes de morderle el cuello con fuerza.

—¡Ah! Mmgh... lo... lo siento, p-papi.

HoSeok se lamió los labios cuando sus colmillos fueron retraídos del cuello de su amante y mientras saboreaba el dulce saber de la hemoglobina soltó una suave carcajada.

—Eres... aveces, demasiado rebelde y eso me vuelve loco.

—Me gusta... volverte loco— le dijo con picardía enseñándole los colmillos.

—Me sorprende que siempre seas tan atrevido conmigo pero cuando me acerco a tu cuerpo demasiado seas un manso gatito.

—Sabes que en la cama es el único lugar donde me puedes tener sumiso.

Y HoSeok apostaba a que esa noche probaría de nuevo esa teoría.

Los labios de TaeHyung estaban cubiertos por la boca de JungKook en un hambriento beso ni les daba tiempo para respirar. Las caricias, ósculos y jadeos vinieron simplemente después de unas pocas palabras de parte de JungKook, casi era un completo desastre pasional que parecía llevarlos al borde del abismo.

—Tal vez tengas razón y no deba permitirte salir vestido así— le dijo cuando recuperó el aliento—, ningún otro hombre merece ese placer.

La camiseta que cubría en caluroso cuerpo de TaeHyung voló con rapidez apenas JungKook tuvo la oportunidad de arrancársela al bailarín. Más una interrupción apagó de golpe, y por el susto, la excitación que sentían y de forma abrupta se separaron dirigiendo su mirada al intruso, o los intrusos. La puerta abierta dejó a la vista al hermano de Min, y a JiMin.

—Te dije que estarían ocupados, Min, y no se ven felices de que los interrumpamos— burló YoonGi con el pequeño bailarín JiMin frente a él.

—Parece que siempre les gusta interrumpir, ¿es ese su pasatiempo?— la voz de JungKook, molesta e irritada, causó un temblor en el cuerpo de TaeHyung.

—Lo siento, JungKook— se disculpó JiMin tras darle un codazo en el vientre al vampiro detrás suyo—. Nos dijeron que TaeHyun vino con Tae a camerinos para probarse la nueva ropa.

—Claro que no nos dijeron que JungKook también vino, ni mucho menos que él sería el encargado de vestir a Tae, ¿o de desvestirlo?

La broma de YoonGi causó que TaeHyung se ocultase tras la espalda ancha de JungKook, mientras un ligero rubor le subía a las mejillas. JiMin retó a YoonGi por los impropios para luego empujarlo fuera de la habitación y marcharse. Aún sin la bromista pareja, la excitación fue suplantada por incomodidad y los besos se extinguieron bajo el humo de la incertidumbre.

¿Y ahora qué?

Después de esos besos, esas palabras y aquel romance, ¿qué eran?

¿La atracción era mutua o sólo era un juego?

La inseguridad abordó el cuerpo de TaeHyung sin miramientos, su mente comenzó a imaginar los más bárbaros escenarios donde su fantasía romántica se desvanecía por una masoquista pesadilla.

"¿Por qué aveces me siento como una prostituta contigo?"

"¿Será porque me entrego a ti momentos efímeros en días aún más efímeros?"

"¿Quizás porque no siento que te pertenezco ni que tú me perteneces a mi?"

"La única diferencia entre una prostituta y yo es que no te cobro cuando me besas y me tocas"

El dueño del Burdel miró la hora en el reloj de su muñeca, eran cerca de las ocho y media y muy pronto las puertas del Burdel se abrirían para brindar los primeros shows de la noche. TaeHyung bajó de la mesa y recogió su camiseta del piso, tal parecía que ahora sin calor del cuerpo de JungKook contra el suyo realmente sentía frío dadas sus escasas prendas.

—Debi irme, el Burdel abrirá pronto.

Su comentario fue algo seco, casi sin emoción y eso decepcionó algo a TaeHyung. Se dijo a sí mismo que quizás su jefe era únicamente apasionado en dos momentos, cuando trabaja o cuando tenía sexo.

"Ahora en verdad me siento como un pasatiempo..."

—Oh, seguro.

—Te veré al finalizar tu presentación para llevarte a casa.

Le dijo con un poco de dulzura que TaeHyung supo le costó sacar a flote pues bien sabía que no era un hombre cariñoso, no al cien por ciento al menos.

—Tengo mi bicicleta.

—Así que no hiciste lo que te pedí.

—No creí que en verdad tú...

—Cariño— oh, eso fue el cielo romántico para TaeHyung—, déjame cuidarte un poco, no es una molestia para mi.

"¿En verdad sientes algo por mi?"

"Tal vez debería comenzar a creer en tu amor y comenzar a demostrarte el mío"

TaeHyung sintió su corazón agitarse con fiereza y como respuesta dando un brinco besó la mejilla de su "pareja pasional", luego le susurró un gracias y se alejó dejando a la vista un rostro dulcemente sonrojado.

—De todas formas hoy iré en mi bicicleta, pero prometo dejar que me lleves mañana.

JungKook sujetó con suavidad por las caderas de modo que se acercaran sus cuerpos una vez más, porque JungKook necesitaba estar cerca de TaeHyung, ahora que lo sabía no podía ignorar ese deseo. Era como la droga más exquisita, la más cara y la más potente. Un adicto, eso era, pero por primera vez no se avergonzó de sus vicios, si no que al contrario, añoraba probar en su boca esa dulce estimulante que lo llevaría al cuelo con sólo unos cuentos roces a su sistema nervioso.

—Pasaré por alto tú insubordinación sólo bajo una condición— empezó diciendo con voz ronca y casi rayando en lo erótico—, esta noche baila para mi.

—... cada noche bailo para ti.

Espero les guste el capitulo de hoy, ¡besos! <3 ♡︎