•Capitulo: 08•
(Adam Lambert - For your entertainment. Spanish ver.)
Tan ardiente, listo para ser usado.
¿Podemos subir el ritmo?
Súbelo, caliéntalo,
Necesito que me entretengan.
Sobrepasa los límites,
¿Estás trabajando en ello?
Nena, no tengas miedo, voy a hacerte dueño del bueno, nena.
Con el mismo vestuario de hace unos minutos, TaeHyung salió a escena, tembloroso y cautivado por el miedo de ridiculizarse más allá de lo imaginado. Las luces blancas y amarillas iluminaron su cuerpo, las escasas prendas que lo cubrían. Cuando la música comenzó a sonar su cuerpo se sacudió al tiempo que los tablones de la falda bailaban a la par. Desde el escenario y con toda esa oscuridad que rodeaba el burdel, se le hizo muy difícil identificar dónde se encontraba JungKook. Cuando se dio cuenta que buscaba a su jefe con la mirada se reprendió.
"¿No tienes un poco de orgullo?"
Obviando semejante pregunta, TaeHyung se concentró en seguir bailando, acariciando con sensualidad sus piernas bajo miradas dulces e inocentes que le dirigía su morboso público. Se dejó caer en el piso, sentado con las piernas cruzadas regalando más de sus bragas de lo que le hubiera gustado. Por algún motivo oculto, le produjo una placentera sensación el actuar tan inocente a pesar de lucir ropa tan descarada, como si aquello fuera un incentivo a su propia excitación, lo que le hizo descubrirse a sí mismo como un angelito pervertido.
Vamos,
Es mi espectáculo, nena,
Haz lo que yo diga.
No te tropieces con la ostentación
De la que voy a hacer gala.
Te avisé,
Voy a detenerte hasta que estés impresionada.
Te lo voy a dar hasta que estés gritando mi nombre.
Silbidos, palabras obscenas e incluso gestos subidos de tono fueron las flores para el espectáculo de TaeHyung, tal parecía que el público se hallaba fascinado por lo que el joven vampiro les ofrecía. Pronto la música acabaría así como su baile, por lo que advirtiendo el clímax, se puso de rodillas con las piernas ligeramente separadas mientras que con sus ojos expresaba tanta dulzura como podía, y mientras sus labios entre abiertos chupaban la punta de su pulgar. Era casi una obscena invitación.
Se bajó del escenario cuando la música se acabó y las luces se apagaron, caminando con mucho cuidado hacia los camerinos. Ahí estaba esperándolo JiMin, vestido con un pantalón rojo de cuero y una fusta en su mano, una imagen muy distinta a la que usualmente daba su amigo.
—Lo hiciste perfecto— elogió con gran entusiasmo.
—Sí, muy bien, TaeHyung— una receta voz dentro de la habitación llamó la atención del chico quien en ese momento reparó en la presencia de YoonGi, sentado en un sofá a espaldas de JiMin.
—Oh, ¿qué hace él aquí?— soltó por la sorpresa y de forma atropellada.
—Hablaba con Minie, sólo eso.
—Lo siento, no he querido ser impertinente.
—No, no lo has sido— le dijo poniéndose en pie para acercárseles—. Da igual, ya debo irme— tomó a JiMin por la cintura para acercarlo y dejar un beso sobre su frente de forma por demás cariñosa, entonces se marchó.
No hay escapatoria cuando empiezo,
Una vez me pongo, yo poseo tu corazón.
No hay manera de que hagas sonar la alarma, así que, sujétate hasta que termine.
—Realmente no quiero saber si jugabas al jinete con YoonGi.
—No lo hice— aseguró algo sonrojado.
Cuando TaeHyung estaba por comenzar a desvestirse uno de los empleados del Burdel tocó la puerta para informarle que tenía un cliente para un privado, con lo cual su cuerpo comenzó a temblar de nervios. JiMin le ayudó a retocarse el sutil maquillaje que llevaba así como acomodarle la falda y un too que cubriría su torso, cuando lo vió listo lo acompañó hasta el pasillo de las habitaciones donde se realizaban los privados.
—¿Y si intenta propasarse conmigo?
—Tranquilo, si eso pasa aquí afuera siempre hay guardias que te ayudarán.
Eso no era ningún consuelo, no representaba una garantía de que no se propasarían con él, pero claro, en ese negocio nada tiene una garantía. Entró despacio en la habitación conteniendo la respiración. Estaba iluminada por los candelabros y luces ubicadas en el cielo raso, eso a petición del cliente quien era un vampiro de edad parecida a la del dueño del Burdel, alto, atractivo pero no lo suficiente como para la atención de TaeHyung.
—De cerca eres aún más lindo.
—Gracias, ¿Alguna petición de música que quiera que baile?
—Sorpréndeme.
Oh, ¿sabes en lo que te has metido?
¿Puedes aguantar lo que estoy a punto de hacer?
Porque la cosa se va a poner dolorosa para ti, estoy aquí para tu entretenimiento.
Sorprender al hombre no fue difícil, sólo bastó con contonearse un poco y darle miradas dulces para que el otro estuviese tan encendido cual si fuera un cerillo. Al pensamiento del bailarín llegó la idea de que francamente parecía ser un hombre muy volátil como para excitarse por tan poco, pero no le recriminó. Y cuando acabó de bailar, no le sorprendió, más si le disgustó, ver al vampiro sentado sobre el sillón con su miembro en la mano. Aquello le resultó asqueroso, si bien era porque no encontraba para nada atractivo al otro.
Era bueno estar de vuelta en el hospital, tantos días que no pudo hacer prácticas y aún peor, tantos días sin visitar a sus pacientes. TaeHyung agradecía enormemente estar por acabar su carrera pues no veía la hora de ayudar de verdad a esos pobres enfermos. Además era agradable vestir una bata blanca y ropa de interno en lugar de una minúscula falda, JiMin también se le veía diferente con esa ropa.
—Apuesto a que YoonGi le encantaría que el doctor Minie lo atienda— molesto con aras de verlo sonrojarse.
—Pudiera ahorcarlo con el estetoscopio.
—Lo que tú quieras ahorcar, mi querido JiMinshi, queda más abajo.
Siendo su hora libre, se encontraban sentados en un apartada mesa de la cafetería de forma que su conversación, que se desbordaba con el doble sentido, no fuese escuchada por algún impertinente. La tarde presentaba un viento potente y un atardecer propio de la estación actual, el otoño, y aún cuando era frío, para los jóvenes representaba una buena época dada su temperatura corporal.
—Está mañana vino él.
TaeHyung inclinó la cabeza a un lado como un cachorro curioso expectante por la respuesta.
—Me dio unas rosas, y te mandó saludos.
—Pero como yo significo poco, recién ahora me lo dices— bromeó.
JiMin se sonrojó por su descuido aunque de su boca no salieron los balbuceos que en realidad no fueron tomados con mucha importancia por TaeHyung.
—No hay porqué hacer escándalo. Después de todo no es la primera vez que recibo sus detalles.
—¿Y hasta cuándo se los recibirás? ¿Hasta que uno de los dos se aburra?
"Supongo que sí"—, le quiso responder a su amigo más de quedó callado por la vergüenza que lo embargaba.
—Puede que no sea un hombre perfecto, pero al menos es un buen hombre y des muestra que te quiere.
—¿Y si quisiera sólo volver a acostarse conmigo?
—¿Y si quisiera enamorarte de verdad? Aunque eso en realidad no es difícil, ya te tiene como un tonto tras de él.
—¿Y te atrevas a decírmelo tú? Te recuerdo, Tae, que a ti te gusta el jefe.
Por mucho que el joven trató de ocultar su sonrojo no lo logró, apenas escuchar ese comentario lo hizo avergonzarse y recordar su idílico amor platónico, JungKook.
—La situación no es la misma, puede que a mi me guste pero JungKook no me ve si no como bazofia. Estoy seguro que si pudiera usarme de tapete del Burdel en lugar de como bailarín, lo haría.
—Él podría interesarse por ti.
—Podría, pero no lo hace. Y dejando mi trágico amor unilateral, ¿me lo dirás?
—¿El qué?
—¿Cómo se conocieron? Y me refiero a una historia muy detallada.
—¿Deseas oír cómo me folló? No creo.
—Omite los detalles que harán que te enciendan, sólo me interesan los demás.
¿Quieren saber la historia del YoonMin?
Espero les haya gustado el capituló, ¡besos! <3
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