•Capitulo: 05•
TaeHyung despertó abruptamente al sentir un ligero tacto sobre su piel en la zona de su hombro, consternado abrió los ojos para encontrarse con JiMin, y si mal no recuerda su nombre, SeokJin. Los dos mantenían una mirada fija en el delicado cuerpo del vampiro, analizando cada detalle y señal para saber si TaeHyung estaba o no bien. Tanto SeokJin como a JiMin les alegró notar que el color de ojos de TaeHyung hubo regresado a ser su natural avellana, así también lucia más sano y vivaz.
—¿Minie?
La voz del joven se notó algo decaída, quizás espero ver a JungKook cuando despertara, pero sería muy ingenuo de su parte creer que el viejo vampiro se quedaría a su lado luego de tan bochornosa situación vivida. El simple recuerdo le hacía temblar y enrojecía sus mejillas. Pensar en las manos de JungKook, su voz y su cuerpo eran razones suficientes para encender una llama libidinosa en cualquiera.
—¿Cómo estás, Tae?
—Desorientado, pero mi cuerpo se siente mejor.
—Has debido beber todas las bolsas de sangre de la unidad del Hospital— bromeó SeokJin.
—... Sólo bebí dos— confesó apenado.
—¿Dos? ¿Y con eso has mejorado tanto?— inquirió retórico JiMin.
—... No, también bebí de... otra fuente.
—¿A quién le frenaste la sangre? ¿Qué pobre humano tuvo la mala suerte de caer en tus garras?— dramatizó JiMin tratando de sacarle el lado divertido a la situación.
—A un vampiro— mencionó con voz baja tomando asiento correctamente en la cama.
SeokJin y JiMin se miraron sorprendidos, imaginando la situación y la víctima, el cómo y cuándo, pero más importante porqué.
—Tú jefe vino a verme, Minie— comenzó a explicar—, me dio dos bolsas de sangre, pero yo realmente tenía mucha hambre, estaba desesperado..., lo mordí en la muñeca.
—¿Y cómo es que sigues vivo?— casi exclamó SeokJin.
—Él, él no estuvo feliz con eso, pero...— tomó una respiración tratando de calmar el calor que se instalaba en su vientre e intimidad.
—¿Qué te hizo TaeHyung?
—Me tocó— bisbiseó sonrojado a niveles insospechados.
El joven vampiro no consideraba un abuso lo que hizo JungKook, de ser así él también cometió abuso cando cuando comenzó a beber de la sangre ajena sin permiso alguno. Sin embargo, mucho más allá de tan burda justificación estaba el hecho de que le gustó, y mucho. El dueño del Luna Roja era un hombre sumamente atractivo, con una belleza tan atrayente como peligrosa que ahora estaba causando sensaciones en TaeHyung. Cuando lo conoció le pareció muy guapo, serio pero muy caliente, y tan codiciado como la sangre misma. Y fue por esa misma razón que nunca se le ocurrió tener algo con él.
—Él me dio su sangre a cambio de-
—¿Te violó?— SeokJin estaba casi colérico al oír lo que el joven mencionó.
—No, no, Jin. JungKook sólo me ayudo a recuperarme más rápido, y yo...
—Lo disfrutaste— acusó JiMin con malicia.
—Sólo ten cuidado. JungKook no es famoso por sus relaciones románticas, mucho menos por cuidar del corazón de sus parejas.
—Si, mamá— bromeó TaeHyung ante la recomendación dada por SeokJin.
JiMin tomó la carpeta asentada cuidadosamente sobre la mesa, lo abrió y se encontró con el contrato que JungKook hubo traído consigo el día anterior para que TaeHyung lo firmara.
—Esto significa entonces que estás oficialmente empleado en el burdel.
El lugar era escandaloso por la tarde, con personas por aquí y por allá arreglando el burdel para la noche, y eran aún más bullicioso tomando en cuenta que sobre el escenario se encontraban los bailarines practicando al ritmo de la música. TaeHyung dio una mirada rápida al lugar sintiéndose boquear por la belleza del lugar, entonces se dirigió al escenario para saludar a JiMin.
—¿Listo?
—... Francamente no.
—Lástima, éste es tu último recurso.
—Y tampoco lo tendrás si no empiezas a ensayar.
La voz de JungKook a su espalda hizo temblar al nuevo empleado del burdel. TaeHyung sintió su cuerpo encenderse al recordar que con aquella misma voz ronca le hubo hablado al oído mientras los dedos del vampiro se encontraban profundamente enterrados en la entrada de TaeHyung.
—Veo que estás mejor— comentó echándole un vistazo al cuerpo de su nuevo empleado e inconscientemente se lamió líos labios como si lo saboreara.
—S-sí, gracias.
—¡Hey, TaeHyung!— llamó HoSeok desde la barda mirando la escena con expresión divertida—. Ahora que estás hablando con el jefe deberías considerar negociar tu deuda con el bar, al jefe no le gusta que no le paguen.
El vampiro palideció al oír aquello ya que poco o nada de dinero tenía con él. Con algo de miedo, desesperación y las manos temblándole comenzó a buscar en su mochila algo de dinero para darle al jefe, más se detuvo al sentir la mano de JungKook sujetar la propia con algo de fuerza.
—No me debes nada.
—Oh, una ayuda del jefe, que raro— soltó sarcástico HoSeok divirtiéndose en grande con la situación.
—No será tan raro si te despido, HoSeok.
Soltando bruscamente la mano de TaeHyung se marchó no sin antes ordenarles que comenzaran a trabajar. No sólo a HoSeok y JiMin les pareció una situación muy curiosa y por demás surrealista, una bailarina allí también sintió la extraña vibra entre el jefe del Burdel y el nuevo empleado.
—¿Quién eres tú?— preguntó en tono hosco recogiéndolo con la mirada de arriba abajo.
—Kim TaeHyung, soy el nuevo bailarín.
—¿JungKook piensa cambiar a JiMin por un Niño?
—No, en realidad TaeHyung es tu reemplazo— soltó YoonGi apareciendo en la escena.
—¿Mío? ¡Imposible! ¿Cómo podría un niño reemplazarme a mi?
—Simple, él fue capaz de poner duro al jefe sólo con estar parado sobre el escenario— convino HoSeok desde la barda. Al vampiro bajito le encantaba ver rabiar a la pelinegra engreída.
Los colores se le subieron al rostro, y pronto TaeHyung experimentó el deseo de asesinar a HoSeok lenta y tortuosamente porque su pequeño e imprudente comentario no sirvió para mejorar el ambiente sino que, por el contrario, la otra bailarina parecía querer degollarlo. TaeHyung resolvió que sería mejor huir del lugar antes de ser asesinado por un bailarín celoso, por lo que tomando de la mano a JiMin se lo llevó a los vestidores.
—¿Qué hace YoonGi aquí?— le preguntó al joven de cabello rubio mientras comenzaba a desvestirse para cambiar su ropa por algo más adecuado.
—¿Cómo habría de saberlo yo?
—SeokJin me ha contado la curiosa relación que llevan.
—No hay tal relación. A YoonGi le gusta fastidiar mi paciencia, nada más.
El joven vampiro se calzó un short negro que cubría descaradamente sus glúteos, una camiseta blanca con estampado y tenis Converse negros.
—Tengo miedo de salir.
—Sólo tienes que seguir la coreografía, no es nada tan difícil.
—En realidad tengo miedo de esa chica loca.
—¿NaYeon? Bueno, tiene razón al enojarse, le acabas de quitar a su eterno amor platónico.
—No le he quitado a nadie. JungKook me odia.
—¿Y si te odio por qué hizo que te corrieras con sólo tocarte?
—A veces odio cuando eres tan directo al hablar.
—¿Mi hermano hizo qué?— fue la voz de YoonGi en la entrada del camerino lo que sorprendió a ambos vampiros.
JiMin se mordió la lengua y retó a sí mismo a ser tan poco cuidadoso al hablar y aún más sobre quienes podían oírlo. Por su parte, TaeHyung deseó que aquel mito donde un vampiro se convertía en murciélago fuera verdad.
—¿Minie, te comió la lengua el gato?
"¿O te gustaría que te la coma yo?"
—S-sólo bromeaba.
—Te conozco lo suficiente como para saber cuándo me estás mintiendo— le advirtió de forma divertida acercándose al chico—, ¿recuerdas cómo lo descubrí?—. Le susurró al oído de forma lujuriosa sin importarle que alguien más estuviese en la habitación.
—Yoo-YoonGi para— pidió avergonzado.
—"No soy virgen"— le susurró en tono lo suficientemente bajo como para que sólo JiMin lo escuchara a pesar del buen sentido de audición que todo vampiro poseía.
Hola, ¿cómo están?
Espero que les guste mucho el capituló, ¡besos! <3
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