El cerrojo sonó una vez que BamBam entró y se quitó los zapatos.

Observó a YoungJae, estaba distraído en su teléfono, seguramente revisando las redes sociales, pero supo que estaba observando el perfil de alguien por el reflejo de sus lentes, y rio bajito.

—Jae— dejó su mochila en su cama, YoungJae prestó atención—. Traje mascarillas y tengo cosas que decirte, sentémonos.

YoungJae dejó su teléfono a un lado, se dirigió hasta el baño y salió con dos bandas para el cabello.

BamBam había sido su compañero de cuarto desde que entró a ese lugar, eran muy unidos, y usualmente BamBam le contaba sobre sus amores fallidos, que sólo lo ilusionaban y luego, se esfumaban.

YoungJae también le contaba varias cosas, por supuesto, las que recordaba, sólo que BamBam era un poco más abierto a lo que decía, pero siempre se tenían una gran confianza.

Su cuarto era como un refugio, su lugar seguro, donde los secretos que se contaban no salían, incluso las cosas que hacían.

Antier, por ejemplo, BamBam quería teñirse su cabello, cambiar el azul por un rubio, y claramente, también YoungJae se involucró en su locura, por algo ahora ellos tienen su cambio, BamBam de rubio y YoungJae de castaño con mechas rubias.

—¿Cómo te fue hoy?— BamBam terminaba de colocar la mascarilla en la cara de YoungJae—. Escuche que hicieron nuevos ingresos, ¿tienes compañeros nuevos?

Suspiro, ¿acaso no había algo más de lo que se pudiera hablar ese día?

—. Sí, uno nuevo.

—¿Es lindo?— YoungJae se levantó y desgarró la bolsita donde venía la mascarilla, sacándola y colocándola en la cara de BamBam—. Pon el tiempo, treinta minutos.

Tomó el teléfono y mientras el tiempo, hablaba—. Sí. Tiene dos lindos lunares sobre su ojo izquierdo.
BamBam asentía—. ¿Estabas revisando su perfil ahora que entre?

YoungJae se heló, ¿cómo se había dado cuanta? Oh cierto, los lentos no tenían anti reflejo. Demonios.

Lo observó—. Tal vez, siempre veo perfiles de personas que tienen mejor vida que yo— dejó caer sus hombros.

—Tienes una bonita vida, Jae, ¿qué dices?— renegó BamBam—. Me tienes a mi en ella.

YoungJae rodó sus ojos y rió, eso último era cierto.

BamBam por su parte comenzó a jugar con sus dedos, nervioso por lo que diría.

—Hoy también vi un chico lindo— dijo el menor—. Creo que también era de nuevo ingreso, no lo había visto por aquí antes.

—No, hyung, por favor, no te ilusiones tan rápido.

BamBam suspiró, y tocó el hombro del contrario—. Tarde, ya lo hice.

—¡Hyuuung! Ni siquiera sabe su nombre.

—¿Qué? Fue inevitable, ¿sí? Era alto, guapo, y sus ojos tenían apariencia aniñada. ¿No nos veríamos lindos?

—Dios mío, BamBam— iba a darse un manotazo en la frente, y recordó que tenía puesta la mascarilla, así que sólo pudo voltear sus ojos.

BamBam estalló en risas, contagiando a YoungJae también.

Su tarde se basó nuevamente en BamBam, disfrutando del tiempo que tenían juntos, que si bien compartían desde la mañana hasta en la noche.

Disfrutaba el tiempo con él, pues lo hacía olvidarse de muchas cosas, incluidas sus preocupaciones.

BamBam también es de esos amigos que todos quisiéramos tener, y YoungJae, afortunadamente, lo tenía.

Espero que les guste el capituló. ¡Besos! <3