- Jake comenzó a despertar, sintiéndose relajado. Un estado que no había podido disfrutar desde que pasó todo su martirio.

Increíblemente estaba tranquilo, que deseaba estar en cama todo el día. Tal vez porque estaba un poco cansado, quizás porque HeeSeung le había dicho la noche anterior "soy todo tuyo".

No sabía cómo, pero percibió un leve aroma en el aire que lo hacía sentir extrañamente nostálgico. Sabía a quién le recordaba, pero engañaba a su mente para que esos pensamientos se disiparan y pudiera estar tranquilo sin llorar por el resto del día.

Entonces quiso levantarse, lo logró. Tal vez su cuerpo había recibido las suficientes energías para caminar por sí solo, ahora podía sentir sus piernas.

─Veo que despertaste, bien. Vamos a desayunar. ─ dijo HeeSeung en algo que Shim quiso interpretar como un saludo.

─ Sí, eh, ¿me estás dejando andar por aquí como si nada? ─ cuestionó el menor, un poco confundido por tan repentino cambio de parecer.

─Supongo, ayer estuvimos lo suficientemente conectados como para saber que confías en mí. ─ HeeSeung soltó una risa amarga ─ Es decir, ¿eres capaz de dormir con tu secuestrador? sólo hay una repuesta a eso: confianza, o simplemente estás lo suficientemente trastornado.

─En eso seríamos similares. ─ susurró Jake, pero la habitación era tan silenciosa como para escuchar hasta las respiraciones.

─ Te equivocas. ─ negó Lee, pero se encogió de hombros ─ algún día lo tendrás presente, pero estaremos lo suficientemente enterrados para debatirlo.

JaeYoon enarcó una ceja sin comprender, pero HeeSeung hizo caso omiso y salió del lugar hacia el comedor esperando a Jake con el desayuno americano listo.

─ En serio me estás dando libertades, ¿no temes a que pueda hacer algo?

─ Inténtalo. ─ finalizó HeeSeung, tomando un trozo de pan y metiéndolo a su boca mientras miraba a JaeYoon.

El menor se sintió tan pequeño que el único movimiento que su cuerpo logró ejecutar fue sentarse en la mesa y comer en total silencio.

Su ego estaba siendo destrozado, su dignidad se arrastraba en el piso sin aliento y su alma cada vez más lejos le susurraba: patético.

No lo pedí, no quiero esto; resignarme es lo único que puedo hacer. pensaba mientras tomaba el vaso de cristal con líquido anaranjado.

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─ Ugh, ese idiota me da un tremendo dolor de cabeza. ─ se quejaba JungWon, bajando del auto junto a Ni-Ki.

─ Hey ─ regañó Riki, haciendo al mayor rodar los ojos.

─ Lo siento, olvidé que estás hasta el cielo por ese engendro. ─ dramatizó Yang, mirando con burla al menor ─ Aún no logro entender porqué estás tan obsesionado con ese estúpido, dioses, es amante de BeomGyu; ¿me entiendes?

─ Tiene la vida resuelta, por el momento. ─ secundó Riki, con un deje de lamento.

─ ¡Exacto! si yo fuera ese idiota estaría comprando ropa Gucci, Louis Vuitton y ese tipo de marcas que la gente rica tiene. ─ soltó una risa─ obviamente no querría desperdiciar mi tiempo desnudandome para otros degenerados que no fueran BeomGyu.

─ Tienes una seria obsesión por BeomGyu. ─ Ni-Ki lo miró, sonriendo.

─ Sabes que sí. ─ bromeó, haciendo una extraña pose que Riki no pudo evitar mirar sin soltar una risotada.

─ Hay que hacerlo rápido. ─ ordenó Nishimura, tomando los galones de gasolina y colocándose una tela oscura- pero no lo suficiente como para dejarlo casi ciego- y entró a la casa.

JungWon se adelantó y comenzó a buscar en el suelo, alfombras, mesas, rincones y todo lo que fuera un buen lugar para esconder lo que HeeSeung había olvidado.

─ ¿Qué haces, Won?

─ Busco una cadena de oro con un dije de Luna ─ avisó, el contrario asintió y comenzó a buscar con él. ─ ¡Listo! ─ gritó JungWon, desde el estudio de JaeYoon ─ Era obvio que iba a estar aquí.

Suspiró guardandolo en su bolsillo y salió de la casa, con Ni-Ki pisandole los talones.

─ Quememos esto de una buena vez. ─ dijo Nishimura, esparciendo los galones por toda la casa y finalizando con el porche para después ambos quitarse las telas que cubrían sus rostros.

Se escuchó un auto acercándose cada vez más rápido y apresurados tomaron algunos fósforos prendiendolos para arrojarlos y correr de ahí.

─ ¡Hey, paren ahí! ─ gritó JongSeong, abandonando el auto y tomando el arma que poco a poco fue bajando completamente shockeado. ─ ¿JungWon...?

─ Un placer verte de nuevo, JongSeong. ─ dijo Yang, sonriendo ─ Lamento que sea en estas circunstancias, pero cuando quieras podemos ir a mi lugar; como en los viejos tiempos ─ finalizó, guiñando mientras encendía el motor y partía del lugar.

Park se enderezó mientras veía arder la casa, llamando a los bomberos lo más pronto posible y con un nudo doloroso en la garganta.

Caminó al auto que reflejaba las vivas llamas y entró, quedándose quieto. Comenzó a reír como desquiciado mientras lloraba y golpeaba el volante repetidas veces.

─ Tenías que ser tú, de todos.

ジョンウォンは死んでいるのかと思った。