
( Epilogo. )
- El rubio se removió gruñendo cuando sintió besos por todo su cuerpo. Intentó volver a dormir pero HeeSeung empezó a morderle sus glúteos.
— HeeSeung —gruñó molesto enterrando su rostro en las almohadas— Deja que duerma, anda y ve si tu hija ya despertó.
— Jay, son las cinco de la tarde —dijo divertido mientras besaba la espalda del rubio.
— ¿Y? Estoy cansado, tú me dejaste cansado —murmuró sobre las almohadas— Solo esperaste que tu hija se durmiera. Así que déjame dormir.
—¿Se te ha olvidado que te voy a llevar a una cita? —sonrió mientras sus dedos se enterraban en el cabello de este— No tardan Jake y SuNoo en venir a buscar a HaeWon.
— ¿Crees que se hayan dado una oportunidad de volver a estar juntos? —alzó su cabeza para poder mirar mejor al mayor.
—No estoy seguro —habló— Pero yo creo que sí. Ayer que hablé con él se oía feliz y algo agitado. Escuché la voz de SuNoo, pero no quiero sacar una conclusión precipitada.
— ¿Sabes lo nervioso que estaba SeonWoo cuando le dije que JaeYoon iba a venir a la fiesta de Won? —comentó a la vez que se levantaba de la cama y se sentaba en el regazo del pelinegro.
—Uh... Jay —se quejó— Creo que tienes que ir a vestirte.
— ¿Y si nos quedamos aquí? —hizo un puchero abrazándose del cuello de HeeSeung. Este negó quitando al rubio de su regazo.
—De ninguna manera. Quiero que dentro de media hora ya estés vestido —tomó la barbilla de este levantándola para que lo mire a los ojos— Y más hermoso de lo que ya eres.
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— ¡Papáa! —se quejó la pequeña cuando HeeSeung cambió de canal solo para molestarla— ¡Quiero!
Exclamó HaeWon apuntando la pantalla del televisor. Él mayor se hizo él sordo. Despegó su vista de la pantalla cuando escuchó a su pequeña hija llorar. Tenía un puchero y la cara arrugada.
— ¡Oh no, pequeña! —la tomó en brazos para luego besar sus cachetes regordetes para hacerla reír y dejar de llorar pero no funcionó— Deja de llorar, ¡mira!
Señaló la pantalla cuando puso la película que HaeWon miraba minutos atrás, pero la pequeña no dejó de llorar, HeeSeung empezó hacerle caras graciosas pero tampoco pareció funcionar y se estaba desesperando.
—Ya no llores, cariño —suplicó— Sino papá Jong me va a dar un sermón si te encuentra llorando.
Y como si fuera un milagro la bebé dejó de llorar ladeando su cabeza como si no entendiera nada. Y luego de segundos empezó a llorar de nuevo.
—Oh vamos —exclamó HeeSeung— ¡Estás castigada jovencita!
La apuntó y la pequeña HaeWon empezó a reír llevando sus manitas al rostro del pelinegro para acercarlo y babearle la mejilla.
— ¡Qué asco! —dijo quitándose la saliva de su mejilla— Me dejaste toda la mejilla con tu saliva.
En ese momento el timbre resonó en toda la casa. HeeSeung se levantó con su pequeña en brazos para abrirles la puerta a SuNoo y Jake, para sorpresa del pelinegro ambos chicos estaban tomados de las manos.
—Veo que se dieron una oportunidad, estoy feliz por ustedes chicos.
—Gracias HeeSeung —agradeció Jake apretando la mano del ojimiel— ¿Cómo te sientes?
—Demasiado nervioso —miró en el interior de la casa cuando comprobó que Jay no viniera y miró a los chicos— He planeado esto durante meses.
—No estés nervioso — JaeYoon puso una mano en el hombro de HeeSeung para darle fuerzas— Estoy seguro que Jay te dirá que sí.
—Si, no estés nervioso, JongSeong hyung te ama demasiado —afirmó SuNoo mientras tomaba a Sonin en sus brazos— Así que vayan a esa cita y cuando vengan quiero ver ese hermoso anillo que compraste en la mano de Jay.
HeeSeung asintió nervioso, solo esperaba que Jay aceptara unir sus vidas para toda la eternidad. Había planeado todo desde hace meses pero lo había atrasado por miedo y había recibido regaños por parte de sus amigos y su madre.
♡❜
— ¿A dónde vamos? —preguntó él rubio abrazando sus rodillas mientras miraba por la ventana viendo como las estrellas adornaban el cielo oscuro. HeeSeung llevaba conduciendo media hora y aún no llegaban a su destino.
—Es una sorpresa —respondió despegando su vista por unos segundos del camino para mirar a su Jonggie.
—Es una noche muy linda —observó mirando al mayor para luego tomar su mano— Siempre me ha gustado la noche. No sé, creo que solo me gusta observar el cielo y más cuando hay un montón de estrellas en ella.
—No todas las estrellas se encuentran en el cielo —comentó mirando al rubio y como las mejillas de este adquirían color.
—Eres un cursi —río nervioso— Te amo tanto que creo que nunca me voy a cansar de decírtelo.
—También te amo —su corazón latía rápido cada vez que Jay decía esas dos palabras.
Ninguno volvió a hablar en todo el viaje, solo se limitaron a disfrutar de su compañía. Park miró al mayor cuando este aparco el auto cerca de la playa.
— ¿La playa? —preguntó con los ojos brillantes. HeeSeung asintió empezando a sentirse nervioso así que tomó el rostro del rubio y unió sus labios en un lento y profundo beso sin lenguas de por medio. Solo disfrutando la sensación de sus labios juntos.
—Ven vamos —salió del coche para ir a la puerta del copiloto y abrirla para tomar la mano del rubio. Le mostró una venda que traía en sus manos— Te voy a tapar los ojos con esto.
—Okey —dijo no muy convencido. HeeSeung se posicionó detrás suyo, para que con cuidado tapar con ello los ojos del rubio, cuando terminó le dio la vuelta para capturar sus labios en otro beso tomando por sorpresa al rubio puesto que tenía los ojos vendados.
—Eres lo mejor que me ha pasado —susurró sobre sus labios. Después tomó entre sus manos las del rubio— Te voy a llevar y luego te voy a quitar la venda.
JongSeong asintió emocionado. Él pelinegro guió hacía la playa donde se encontraba una mesa con cubiertos y velas. Sonrió satisfecho por su trabajó.
— ¿Ya puedo quitármelo?
—Si, yo te lo quito amor —deshizo el nudo quitando la venda. Se mordió su labio cuando Jay miró todo lo que había preparado llevándose las manos a la boca.
— ¿Hiciste esto para mi? —se volteó hacía HeeSeung con los ojos cristalizados y el corazón latiendo de forma rápida.
—Por supuesto —habló con los nervios a flor de piel. Intentó alejar los pensamientos negativos que rondaban por su cabeza para concentrarse en la persona delante de él— ¿Te gusta?
—Me encanta —dijo con la voz quebrada. Es que aún no podía creer lo que HeeSeung preparó para él. Era simplemente hermoso, todo era hermoso, la cena en la playa.
—No amor, no llores —lo tomó entre sus brazos. Él rubio le devolvió el abrazo enterrando su rostro en el cuello del pelinegro oliendo el dulce perfume de este.
—Gracias —levantó la mirada con los ojos brillosos. Se relajó cuando él mayor acarició sus mejillas.
—Ven —tomó la mano del rubio para dirigirse a la mesa. Él chico pudo apreciar más de cerca cada detalle y empeño que puso HeeSeung en ello. Todo era lindo, todo parecía estar en su lugar.
HeeSeung le corrió una silla para posteriormente tomar asiento. Él pelinegro se sentó a un lado de él para luego entrelazar sus manos. Y mentiría si dijera que no sentía ni una pizca de nervios, cuando no era así, cada minuto que pasaba los nervios aumentaban al grado que tuvo que morderse los labios y jugar con sus manos o con los cubiertos. Sólo tenía que mirar al rubio para que supiera que las cosas irían bien después de todo.
♡❜
—Estuvo muy rica la cena, gracias —colocó sus manos en su panza— Estoy satisfecho.
—Igual yo —rió HeeSeung. Mientras se limitaba a mirar al mar y como la luna se reflejaba en ella. despegó la vista para mirar al rubio quien igual miraba al mar.
La Luna baila sobre tu lado bueno..
Suspiró mirando al frente, pronto se encontró jugando con sus manos y la cajita de terciopelo le empezó a pesar en su chaqueta, con cuidado llevó su mano y acarició con las yemas de sus dedos la pequeña cajita. Estaba seguro que quería pasar toda su vida al lado del rubio, compartir momentos felices así también como los malos, tener más hijos y verlos juntos crecer.
Así que tomó la valentía y se acercó al menor tomándolo de las manos sobresaltando a este por la repentina acción pero luego de unos segundos se relajó.
—Sabes, no hice esta cena solamente para pasar unas horas juntos, sólo tú y yo —comentó besando las manos de Jay para después continuar— Si no que lo hice para preguntarte algo que es sumamente importante para mi.
—Me estás asustando —dijo preocupado apretando las manos de HeeSeung— Estás temblando, mi amor.
—No deseé tener una hija tan joven, no deseé tener una responsabilidad tan grande como la de ser padre —juntó su frente con la de Park— Pero Jonggie ahora es lo que más amo, amo tanto ser padre, adoro a nuestra hija y sobre todo te amo tanto, no sabes cuanto. JongSeong, ambos sabemos que antes no nos podíamos ni mirar sin empezar una pelea, ahora cuando te miro lo único que quiero hacer es besarte — Jay bajó la mirada sonrojado y algunas lágrimas resbalaron por sus mejillas- Me alegro de que hayas quedado embarazado y que yo sea el padre.
— HeeSeung...
—No interrumpas —lo calló para luego acercarse y dejarle un pequeño beso en los labios— Ahora que te miro a los ojos sé que estoy tomando la decisión correcta porque no sé que hiciste Park, para traerme así de loco, lo único que sé es lo mucho que quiero unir mi vida a ti y si años atrás alguien me hubiera dicho que iba a tener una hija contigo y al poco tiempo estar comprometidos —apretó las manos de Jay— Probablemente hubiera reído para luego golpearlo por decir tal cosa. Así que Park JongSeong.
Sonrió tímido soltando las manos del muchacho para poder sacar con sus manos temblorosas la cajita de su chaqueta e hincarse frente al rubio.
—¿Te casarías conmigo? Aceptarías a este idiota que te hacía la vida imposible? —preguntó abriendo la cajita revelando un hermoso anillo.
—¡Oh dios! —se llevó las manos a la boca mientras lágrimas corrían por sus mejillas. No tenía palabras para describir el sentimiento que sentía en ese momento. La felicidad no le cabía en el pecho.
— Jay...
—¡Si quiero, si si! —exclamó riendo tomando la cara del mayor entre sus manos para besarlo lento tomando su tiempo. Llevó sus manos a las de HeeSeung tapándose con el anillo así que se separó, extendió su mano hacía Lee, este tomó el anillo y lo pasó por el dedo anular de Park. Una sonrisa se formó en su rostro al ver tal anillo en el dedo de su Jonggie.
—Te amo —juntó sus frentes para darle un beso esquimal al rubio sacándole una risita— No sabes lo contento que estoy.
—Me haces tan felíz —la sonrisa de sus rostro no desaparecía al igual que del pelinegro.
—Vamos a brindar —él mayor sirvió en dos copas el vino— Por nosotros, por nuestra familia.
— HeeSeung, yo no puedo tomar —le tomó la mano tímido para guiarla a su vientre encima de su ropa— Estoy embarazado, estamos esperando un hijo.
—¿Un bebé? —lo miró a ver con los ojos brillantes para acabar con el espacio entre ellos juntando sus labios en un profundo beso— ¿Te digo un secreto?
—Si.
—Jamás me pasó por la cabeza dejarte sólo —dijo— Cuando me dijiste que estábamos esperando un hijo. Porque en el fondo me gustabas, solo que no lo quería ver. Sentía la necesidad de tocarte de tenerte cerca, por eso te molestaba y no lo descubrí hasta el momento en que me dijiste que tenías miedo, me enamoraste con esos bellos ojos, de esa bella sonrisa aunque eres un gruñón la mayor parte del tiempo tienes un gran corazón —acarició las mejillas de este— Y un gran trasero.
—Siempre tan cursi, cariño —pellizcó las mejillas de HeeSeung— Pero aún así te amo.
—También te amo, mocoso.
Fin.
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