Regla #7.❜
" Regla #7: Vive tu cuento de hadas."
Las últimas semanas habían estado agitadas, buscando y planificando cada pequeño detalle del aniversario. HeeSeung era un lunático del orden y quería que cada cosa estuviera perfectamente hecha, según SungHoon, se ponía así porque tenía algo molestando su mente y era su forma de distraerse. Yo solo asentía y cerraba la boca, decidí no decir nada sobre lo que había visto. Jay parecía haberlo olvidado, aunque lo había visto varias veces perderse en su propio mundo. Ni en un fanfic me hacían esperar tanto para ver el siguiente drama.
Así que como el buen entrometido que soy, Scooby Doo estaría orgulloso, fui en busca de JungWon y SuNoo. Desde que los grupos empezaron a trabajar juntos, tenían muchas más excusas para estar juntos sin ocultarse, o por lo menos no del todo. Sonreí, algo bueno debía existir.
Caminé por el pasillo hasta donde estaba el par tomando medidas del gimnasio de la escuela, Jay quería preparar la decoración y necesitaba saber con exactitud las dimensiones. Coloque mi mano en el picaporte y tome aire, lleve mi mano a mis ojos para taparlos. No quería encontrarme con una escena porno en medio del gimnasio, quería que mis ojos se mantuvieran vírgenes. Si, una cosa es verlo y otra imaginarlo.
—¿Que haces idiota?— Escuché la voz de JungWon venir, seguida de una risa. Quite mis manos de mi cara y los vi con una cinta métrica en la mano.
—Oh— Solté apenado. Pensé estarían haciendo otra cosa.
—¿Por que esa cara?— Me gire para verlo del otro lado a SuNoo, a su lado estaba TaeHyun. Negué.
—Venia a preguntar si necesitaban ayuda. Pero veo ya la tienen— Hice un puchero al chico frente mío. TaeHyun les estaba arruinando la oportunidad de ser novios normales por unos minutos.
Al parecer JungWon entendió mi mirada ya que me dijo que lo ayude con una tarea especial.
Y claro que lo era. Debía encargarme de sacar al chico alto del lugar, si yo tuviera un novio también trataría de besarlo todo el tiempo, abrazarlo por la espalda, apoyar mi cabeza en su hombro, susurrarle cosas y ser sumamente dulces juntos. Ah, ya me dieron ganas de tener uno yo ¿Donde se consigue uno? Luego le preguntaría a Jake... ¡JaeYoon! El podría ayudarme.
Marque con rapidez su número y le mandé un mensaje preguntando si necesitaba ayuda con el recorrido en las clases para verificar las participaciones de estas. En cuanto su dulce mensaje me llegó (“Claro que si. Desapareciste hace media hora inútil) mis ojos se iluminaron y levanté mi mirada hacia el príncipe, rey, como sea que hacían llamar.
— TaeHyun— Lo llame. El dicto el número a SuNoo y luego me miró.
— Jake necesita ayuda— Y sin dejarme terminar la oración, se levantó corriendo directamente hacia la puerta. Saludando a medias —Ni siquiera le dije donde estaba—
—Creeme. El lo sabe—
—Y si no lo sabe. Lo averiguara— Los tres reimos. Era verdad, aunque no lo admitiera tenía obsesión por mi primo.
Jake era el niño de sus ojos, su sol, su razón de despertar cada mañana y el causante de sus sonrisas.
Volví a suspirar, yo también quería alguien así.
Jay y HeeSeung tenían esa historia misteriosa, se amaban en secreto y no se atrevían a enfrentarlo.
Jake tenía a un chico detrás de él que lo amaba incondicionalmente, y aunque no lo dijera en voz alta, mi primo adoraba al pelinegro. Siempre hablando de lo lindo y tierno que es con él.
JungWon y SuNoo viven su cuento de hadas, monstruos y un amor prohibido que a pesar de su alrededor, se miran a los ojos con suavidad. Cómo lo están haciendo en este momento.
No quise cortar ese momento íntimo entre los dos, así que decidí mejor salir del gimnasio y esperar a que el timbre sonara. La profesora de arte me había dado su hora de clases para poder terminar mis labores con la organización, pero ya había terminado con lo mío (mejor dicho, no lo había hecho) y seguramente se enfadaría conmigo si me ve regresar a clases o peor, se lo diga a HeeSeung o Jay. Por el amor a SeokJin, no podía permitir escuchar otra vez sus regaños. Parecían olvidar ese amor odio que sienten por el otro cuando se trata de hablar sobre las responsabilidades.
¿Que podría hacer para pasar esos últimos diez minutos? Me aburría estando solo y ya había leído todas las actualizaciones de las historias que estoy siguiendo, no tengo ningún juego en mi celular y YeonJun estaba en clases, no podía molestarlo. Me senté rendido en una de las escaleras. Si tuviera novio, le mandaría un mensaje diciendole donde estoy para que me venga a ver.
Podríamos abrazarnos en la terraza o comernos la boca en el lugar. Lo que fuera mejor para el momento, tampoco había tenido uno antes, por lo tanto no sé cómo debería actuar ¿Hay que sacarlos a pasear?
Una idea cruzó mi cabeza en ese momento. Desbloqueo mi celular y busco una de mis historias favoritas en Wattpad "Clichés escolares".
Cliché 1: El chico malo que se enamora de la chica tímida de la clase.
La descarté, ya habíamos hablado sobre el tema.
Cliché 2: El alumno nuevo
Bueno, teóricamente soy uno nuevo. ¿O debía buscar uno nuevo? No creo que haya uno nuevo. Ya dije muchas veces "nuevo".
Seguí bajando entre las opciones, descartando algunas y otras que no tendrían sentido. Así que busque situaciones típicas de los clichés.
Cliché 21: La chica busca un libro de la estantería más alta y el chico la ayuda a conseguirlo. Sus ojos se encuentra y el click aparece en ese momento.
Sonaba interesante. Además, el chico sería todo un caballero si se dispone a ayudarte. Claro que para una chica sería mucho más fácil, en cambio yo debía buscar uno que sea Bisexual como mínimo o por lo menos, uno que dude de su sexualidad... En el peor de los casos, que me confunda con una chica.
Me levanté para buscar la biblioteca a intentarlo, no perdía nada con hacerlo. Al entrar a dicho lugar me encontré con el primer obstáculo, aún no tocaba el timbre. Maldije el hecho de que leyera rápido, si hubiera leído más lento, seguro el timbre ya tocaba y en este momento estaría lleno de personas.
Espere uno o dos minutos antes de empezar a notar como las personas empezaban a ir al lugar, algunas entraban en grupos, otras en solitario. Cada quien con diferentes ideas en mente y la mía era, encontrar mi otra mitad. Allá vamos.
Segundo obstáculo, soy alto. Es decir, no tanto como TaeHyun, pero si más alto que JungWon. O por lo menos era más alto que otros chicos, por lo cual, el estante más alto de la biblioteca si lo llegaba. Genial ¿Cómo se supone que lo haga ahora? Extendí mi mano. Si, llegaba sin esfuerzos.
Rasque mi nuca frustrado ¿Ahora que? ¿Debía ser yo quien ayudará a alguien? No creo encontrar justo a una persona tratando de llegar a un estante, JungWon ya tenía novio y el sería el único, tal vez también Jake. O un chico de la clase de Jake, el que era su amigo ¿Cómo era que se llamaba? Solo sé que era extranjero, de china o Corea del norte, algo así, no me acordaba. Vacilé como siempre en mis pendientes antes de rendirme nuevamente.
Saque mi celular dispuesto a seguir leyendo las siguientes ideas, una que sea rápida y eficaz. Frene en una de ellas, ya casi terminando el libro online.
Cliché 89: El que todos aman. Los protagonistas se chocan accidentalmente en los pasillos, el chico ayuda a recoger los libros de la protagonista.
Eso sí me gustaba. Fácil y sencillo, pero como siempre, había un problema. Había venido directo de la reunión del comité y no llevaba ninguno de mis libros en la mano, estaban en mi mochila o en mi casillero. Levanté la vista y un estante de libros se mostró ante mi.
Al final, si serían de ayuda los muchachos que tengo frente. Fantástico Ni-Ki, ahora le hablas como si fueran personas a los libros.
Por orgullo, tome el libro más alto y bufé. Le quitaban la diversión y el trama a mi historia. Tome un par, tal vez en casa los leería, o se los daba a Jake para que los mirara mientras piensa. Tal vez, si no funciona la idea de ahora, los usaba para parecer inteligente y atraer a un amante de la lectura.
¿En esta biblioteca no tienen Harry Potter? Por lo menos llevaba uno que ya había leído. No importa, me lleve esos dos sobre filosofía. Ugh filosofía ¿En que estaba pensado? Por lo menos hubiera leído las tapas.
Ya es tarde Ni-Ki, debes hacerlo ahora o nunca y antes de que Jay te mandé a buscar por la caballería.
Bajé hasta el pasillo de la planta baja, el cual lleva a la cafetería y caminé hasta la otra punta. Para que funcione, debo caminar hacia el lado contrario del que caminan las demás personas o la mayoría de ellas. Tome aire y sosteniendo despacio los libros (No olvides Ni-Ki, deben caerse) Caminé con la cabeza gacha y apresure el paso. De esa forma podía chocar con cualquier persona en un abrir y cerrar de ojos.
Fue el camino más largo que hice, casi golpeo mi cabeza contra la pared.
Tuve que volver otra vez al principio, no iba a rendirme tan fácilmente. Cerré los ojos una vez más y volví a caminar, hasta que por fin choque con un cuerpo. Me cai para atrás y me preparé mentalmente para observar la imagen del chico más apuesto que alguna vez podría ver. Le pediría disculpas, el me dirá "La culpa es mía" luego le diré que no, trataremos de hecharnos la culpa a nosotros mismos para luego reír. Me dirá su nombre y yo el mío, como disculpa le invitaré a la cafetería, se enamorará de mi, nos casaremos y tendremos siete hijos.
Levanté mi mirada con una sonrisa tímida y...
¡MIERDA ES LA PROFESORA DE MATEMÁTICAS!
Me disculpé con ella repetidas veces, ella me sonrió y me dijo amablemente que me fijara por dónde caminaba, que podía chocar con cualquier alumno. Duh señora, esa es la idea. Suspiré, este no era mi día. Levanté uno de los libros y busque por el piso el faltante.
Nishimura Riki fracasando desde tiempos inmemoriales. Es por esto que todavía no conseguiste un autógrafo de tu bias.
—¿Esto es tuyo nene?— Escuché su voz y lo miré, sostenía el otro libro, que era sobre la teoría del todo.
—Si. Se me acaba de caer— Sacudí mi ropa, seguramente estaba hecho un desastre. La profesora de matemáticas no es necesariamente "pequeña" si me entienden.
—No sabía que te gustaba estos temas— Señaló el nombre del libro.
—No me gustan. Lo quité de la biblioteca al azar, prefiero otro tipo de lectura— No pensaba decirle que me gustaba leer historias homosexuales de ídols.
—¿Y por qué lo tomaste?— Me encogí de hombros, mis mejillas se tiñeron de rosa. —Esta bien, no diré nada— Soltó una pequeña risa mientras me devolvía el libro.
Su risa era muy tierna.
—Oye SungHoon — Una idea cruzó mi mente. El me había dicho que también le gustaban los chicos, seguramente el sabía más del tema.
—¿Que sucede nene?—
—¿Tu tienes novio?— Le pregunté, el me miró confundido y luego volvió a sonreír mientras negaba —Pero alguna vez lo tuviste—
—Hace tiempo tuve uno— Asintió.
—¿Cómo lo conociste?— En ese momento observe como sus ojos cambiaban de aspecto.
—Teníamos amigos en común ¿Por que?—
—Olvídalo— Era estúpido que le estuviera preguntando aquello.
—Puedes decirlo nene— Su sonrisa me daba confianza.
—Quiero saber que hacer para que algún chico se fije en mi—
—Eso es fácil— Yo le sonreí ¿Lo decía en serio?
—¿Cómo?— Le hablé entusiasmado. Dando pequeños saltitos.
— Ni-Ki con tan solo sonreír de esa manera ya tienes a alguien muriendo por ti— Incline mi cabeza. Era imposible.
—¿Quién?—
—Yo—
Antes de reaccionar a sus palabras, Jay ya estaba ahí reclamando que ese día me tocaba ir con ellos.
Regla #7: Vive tu propio cuento, de hadas o no. Pero no dejes de escribir tu propia página.
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