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Regla #6.❜

" Regla #6: Disfruta cada fin de semana."

—¿A dónde me llevas Niki?— Tal vez no había sido buena idea mentirle a Jake para que me acompañará a la reunión del comité. Pero en mi defensa, estoy seguro que ese lugar será como estar en medio de las trincheras durante la primera guerra mundial.

—Perdón— Llegamos a la puerta de la escuela donde SungHoon nos esperaba con una sonrisa. Verlo saludar con esa dulce mirada y su entusiasmo me contagió. Solo me deje llevar.

Y corrí hacia el para abrazarlo.

—Hola nene— Mis mejillas se volvieron rojas y mi cara ardió cuando sentí como apoyaba sus labios en ellas. ¡Me había dado un beso! Sentía que me derretía.

—¿Desde cuando ustedes son tan cariñosos?— Los ojos de Jake me miraban confundidos.  Abrí la boca para responderle, aunque sea con una estupides —No importa. ¿Que hacemos aquí?—

—Los llevaré a la base de Flame On donde tendremos la reunión del comité— SungHoon le respondió por mi. Quise decirle que cayado se veía más bonito. Ahora debía explicarle a mi primo, si es que no me mataba en el proceso.

—¿Comité?—

—Solo di que sí. Te vas a divertir— Suplique a mi primo. No podía abandonarme, además el viernes TaeHyun vio su nombre escrito y hasta que no nos fuimos, no dejo de preguntar por Jake.

—Esta bien, pero quiero algo a cambio— Asentí sin pensarlo dos veces. Mientras no quiera mi póster tamaño real de SeokJin, podía darle lo que quiera. —Te lo diré más tarde—

—Si ya terminaron con eso. Será mejor que empecemos a caminar o HeeSeung nos va a matar— Llevé mi mano hasta la altura de mi cabeza e imite el gesto militar. SungHoon rió a gusto por mi reacción. —Vamos nene, antes que te coma a besos—

Caminamos juntos un par de calles, SungHoon y yo íbamos riendo por estupideces. Hablábamos de cualquier cosa, estábamos tan metidos en nuestra charla sobre la existencia de los alienígenas, que no nos dimos cuenta que Jake había estado sin decir una sola palabra en todo el camino.

Preferí no decirle nada, sus ojos estaban perdidos en algún punto y conocía esa cara. Estaba pensando en algo, no debía molestarlo, siempre recibía la misma respuesta "Solo pensaba". Nunca logré que me contara que era aquello que pensaba.

Llegamos a la dicha base, era una especie de galpón abandonado. Sus paredes estaban pintadas con aerosol y uno de los tantos dibujos lo reconocí como el del grupo. No había que ser un genio para darse cuenta.

Mi mano comenzó a sudar y quise secarla, pero cuando la levanté me di cuenta que estaba sujeta a la de SungHoon. En algún momento habíamos entrelazados nuestros dedos ¿Quién sabe desde hace cuánto tiempo estábamos así? Abrí mi boca para preguntarle si el se había dado cuenta o el estaba acostumbrado a hacerlo con sus amigos. En su lugar, escuché como el chico a mi lado soltaba una carcajada.

—¿De qué te ríes idiota?— Reconocí la voz de JungWon. Lo miré y también me reí.

Estaba parado en medio de la puerta con una flor en la mano, pero su rostro de molestia no combinaba con ella. Era como ver a un príncipe malhumorado.

—¿HeeSeung?— El otro suspiro y acomodó el cabello que caía sobre su rostro.

—Quiere que le demos una "Cálida bienvenida a los invitados"— Puso los ojos en blanco mientras hacía comillas en la última frase.

Era tierno pensar que su líder quisiera dar una buena impresión, se suponía que son enemigos y toda la secundaria lo sabía. Aún así ellos estaban intentando hacer las pases, le sonreí a JungWon, si se volvían amigos el podría estar con SuNoo sin la necesidad de ocultarse. Estaba feliz y ni siquiera había empezado la reunión. 

Después de saludar al chico que cuidaba la puerta entramos al lugar. Había cajas por todo el lugar y una mesa llena de papeles, tome una y pude ver que se trataba de la letra de una canción o por lo menos era un borrador. Mire a mi alrededor observando cada detalle del lugar, era bonito y sencillo. Eso sí, era innecesariamente desordenado, ni mi habitación estaba de esa forma. Lo único ordenado en mi cuarto es el altar que le hice a mi bias, pero la base era mucho más que eso.

—¡Hola HeeSeung hyung!— Pegué un grito al verlo llevar una escoba, juntando mugre del suelo. El saltó sorprendido y casi vuelve a ensuciar lo que había limpiado.

— Niki-shi, me has asustado— Llevó una mano a su pecho dramático. —¡Park SungHoon! ¿Por qué tardaron tanto?—

—No te pongas histérico— HeeSeung parecía querer arrancarse los pelos de la cabeza con las manos, sin embargo SungHoon se reía de él y JungWon entraba quejándose que le dolían los pies de estar esperando.

—Llegaran en media hora—

—Eso es mucho tiempo ¿No?— Dijo Jake, todos los ojos se fijaron en él y la vergüenza se apoderó de mi primo.

Volvieron a mirarse entre sí, como si hablaran con sus ojos. No podría traducirlo, estaban hablando en un idioma que solo ellos entendían. Después de unas miradas y algunos gestos pequeños entre los tres, JungWon y SungHoon se rieron.

— Jay — Soltaron a la vez.

—No. No es por el— HeeSeung los señaló con un dedo, acusador. Les advertía cualquier cosa que fueran capaz de decir —A Jay no le gusta el desorden y no quiero pelear con él— Aunque su punto era coherente. La forma en la que soltó aquellas palabras indicaban que estaba buscando una excusa. ¿Para quien o por qué? Es un misterio.

—Claro— 

Antes de que la mamá pato comience a gritar que nos movamos, comenzamos a ayudar con la limpieza. El lugar se volvio silencio y simplemente se escuchaban de vez en cuando las discusiones de HeeSeung y JungWon como "¡Te dije que te quedaras en la puerta!" A los que le respondía "¡No me grites!". Se repitió esa situación por más de veinte minutos, al cumplirse la media hora nos acomodamos para esperar a los príncipes de la escuela. El mayor de todos parecía querer comerse sus propias manos de lo nervioso que estaba.

Era adorable.

—A HeeSeung le gusta Jay ¿Verdad?— Susurré a SungHoon que estaba sentado justo a mi lado. El asintió y se giró para devolver el susurro en mi oído.

—¿Son muy obvios?— Asentí. Fue lo primero que me di cuenta cuando los conocí. Era lento en muchas cosas, por no decir en todo, pero sabía cuándo una persona estaba interesada en la otra.

—Se verían muy lindo juntos— SungHoon me sonrió, de esa forma en la que muestra toda su dentadura y sus ojos brillan. Asintió.

—Lo eran— Solté una exclamación. ¡Lo sabía! Sabía que habían tenido algo en el pasado. Seguramente no terminaron en buenos términos y por eso la tensión. También explicaba el por qué parecían querer comerse la boca cada vez que se veían. Estuve a punto de preguntarle sobre mis dudas y que desmintiera los mitos, cuando volvió a hablar —¿Sabes quiénes se verían muchos más lindos juntos?—

—¿Jake y TaeHyun?— Respondí por inercia. No estaba seguro si sabía lo de JungWon y Jake, así que decidí no arriesgarme.  Él negó.

—Tu y yo— Mi cara ardió y juro por mi mamá que era un tomate viviente. ¿Cómo podía decir una cosa así? Reí bajo y le di un ligero golpe a su hombro.

—Llegaron— No nos dió tiempo a reaccionar que los tres chicos entraban al lugar.

Si HeeSeung no estaba enamorado de Jay, o ni siquiera sentía una atracción, estaría necesitando que alguien venga y me lo explique. Desde que los Flicker pusieron un pie en el lugar, HeeSeung se la paso todo el tiempo tratando a Jay como un jodido rey. Le preguntaba si estaba bien, si quería agua, le pasaba todo lo que le pedía. Si el chico necesitaba algo con que escribir, HeeSeung le alcanzaba su libreta; si quería aportar una idea, HeeSeung pedía silencio para que lo escucharan. El chico estaba perdido y seguía negandolo.

La tarde pasaba volando, entre ideas y propuestas. Al final decidimos separar las diferentes clases en temáticas, cada grupo debía representar un libro o película basada en un libro. TaeHyun dió la idea de hacer un concurso entre las clases y que se presenten actividades en base al libro elegido. Fue divertido pensar en los demás alumnos eligiendo que hacer y cómo conseguir el premio, el cual aún no sabíamos cuál sería.

—Podría ser una colaboración con Flame On—

—Wow JungWon. Que modesto—

Si. Eso también era una traba, el hecho de que discutieran por cualquier tontería. Si el color debía ser rojo o azul, si debíamos separar por mujer y varón, si las clases podrían o no mezclarse y muchas cosas más. Me daba dolor de cabeza cada vez que empezaban a hacer aquello.

—¿Qué tal un viaje de excursión?— Los presentes préstamos atención a las palabras de Jake. Por estas ideas eran la razón que lo había traído en un principio — SungHoon una vez dijo que su padrastro tenía una casa de campo—

—¡Es verdad!— Recordó SungHoon. Rápidamente nos pusimos de acuerdo en la forma en la que sería llevado a cabo el premio, olvidando la parte más importante —Esperen. No tengo su número—

—¿Es en serio Park?—

—Lo tenía guardado en algún lugar por si lo necesitaba—

—Listo. Cuando llegues a casa lo buscas y mandas un mensaje— El problema parecía estar solucionado.

SungHoon debía ser algo así como mi hermano gemelo o la persona que me entendiera. Ya que lo había dejado entre los papeles que estaban en la mesa. Así fue como terminamos buscando entre los papeles y cajas la hoja donde estaba el número del padrastro de SungHoon.

La reunión había sido extensa y ya estaba cansado, entre tantos papeles no logré encontrar nada y me estaba aburriendo. Es por eso que me levanté de dónde estaba y fui en busca de compañía para no terminar dormido en aquel lugar. Jake sería capaz de dejarme tirado mientras HeeSeung y Jay se pelean por quién es mejor actuando como madre y quién me llevaría a casa.

Hablando de los reyes de Roma, estaban juntos apoyados en la mesa buscando entre los papeles que anteriormente habían guardado en una caja. Si no los conociera, diría que son amigos de toda la vida, riendo entre ellos. Adorable

—Eres un idiota—  a pesar del insulto, ambos compartían sonrisas.

—Si. Un idiota sexi— Admitió arrogante.

—Lo eres— Por un momento crei estaban coqueteando. ¿Donde quedó el HeeSeung que se negaba a Jay? No lo sé, descubralo en el siguiente capítulo. No mentira, siga leyendo. —¿Estás bien?— Mientras yo me creía un relator de telenovela dramática, Jay se golpeó con la mesa y HeeSeung corría a ver si se encontraba bien.

—Si. No fue nada—

—¿Estás seguro?— Sujeto la mano lastimada y la observó más detallado. Yo mantuve mi respiración para que no se dieran cuenta de mi presencia.

—Si HeeSeunggie —

El tiempo se detuvo, justo en el momento en el que sus miradas se cruzaron. Tape mi boca con una mano mientras los miraba, la brecha que los separaba se iba cortando. Mi perspectiva no era la mejor, pero estoy seguro de que se estaban besando. Lento y pausado, como si sus labios tuvieran un reencuentro, donde se pedían permiso y disfrutaban de lo tan anhelado.

Los cuentos de hadas tienen un final, al igual que ese beso.

HeeSeung abrió sus ojos y negó, una y otra vez mientras se alejaba del pelinegro, dejándolo con el sabor de sus labios impregnados en los suyos.

Que buen narrador que soy.

—¡Lo encontré!— Al grito emocionado de SuNoo nos acercamos a la mesa donde habíamos acordado.

SungHoon lo leyó y confirmo que era lo que estábamos buscando, solo debía llamarlo y todo estaría en condiciones. Los presentes festejamos por el logro, así podríamos terminar de una vez con la reunión, si seguíamos tardando mi madre me mataría.

—¿Jay hyung está bien?— Me gire para ver al nombrado. Tenía un semblante triste y parecía contener algo.

—S-si— Tartamudeo. Al parecer fue mala idea hablar, ya que un gemido de dolor se le escapó por la boca comenzando a llorar, quebrado. Mi corazón dolió al verlo —No—

Sus compañeros lo siguieron detrás cuando salió corriendo del lugar, avergonzado y triste a la vez. Preferí no decir nada y callar lo que yo sabía. Mire a HeeSeung y este mantenía la mirada perdida, conciente de que era él el motivo de su llanto.

Regla #6: No importa que, disfruta de tus días.

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