Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Regla #11.❜

" Regla #11: No todo lo que brilla es oro. No tiene nada que ver, pero es una gran frase."

Nota mental: nunca más ayudar con el aniversario de la escuela. Nunca.

Mis piernas eran gelatinas, claro era eso y no el hecho de que en menos de una hora tendría una cita con SungHoon, por supuesto que eran por el cansancio. Habíamos ido de un lugar al otro, viendo las actividades que los alumnos hacían, ayudando con cada detalle en donde se necesite. Juegos, bebidas, alumnos disfrazados recreando libros de todo tipo, los maestros se encargaron de elegir un ganador. No me pregunten quien fue, por qué no lo sé.

Pase toda la tarde junto a Jake en el buffet, atendiendo a todo aquel que quisiera algo delicioso que comer. Al parecer Jay era un gran cocinero, estaban todos enloquecidos o tal vez fue porque en la puerta estaba TaeHyun con un traje de mozo invitando a la gente a pasar un rato.

SuNoo me dijo que los juegos recreativos estaban al tope con jugadores, parecían todos divirtiéndose en grande. Me sentía bien, orgullo de todo nuestro esfuerzo, cansado pero feliz. Ahora solo nos quedaba ordenar un poco y dejar el resto a los profesores quienes amablemente se ofrecieron a terminar de dejar la escuela como era antes y liberarnos de la cárcel, digo, de dejarnos irnos a nuestra casa.

Entre a mi habitación como un rayo, en unos minutos SungHoon vendría a buscarme para ir a cenar por algún lado, yo creo que me llevará a un mc Donald's. ¡Podré pedir la cajita feliz! ¿Que hay de regalo ahora? Creo que vienen los de My little pony. Hace mucho no iba a uno. Abrí mi ropero y solté al aire "No tengo nada que ponerme" hasta que recordé que había guardado la ropa que iba a usar en otro lado, no soy tan idiota.

Revise mi ropa unas diez veces frente al espejo. No quería encontrarme con que tenía la camiseta del revés, ya me había pasado algunas veces.

Vamos Ni-Ki, respira ¿Cómo se respiraba? Exhala, inhala. Eso es. NamJoon de mi corazón ayúdame en esta misión.

Obviamente no le dije a mi madre que saldría a una cita con un chico, simplemente le dije que iría con un amigo a su casa. Y como la buena persona que es ella, me dejó ir con la condición de saber nombre, apellido, dirección y tipo de sangre. Así es ella. Así que cuando el timbre sonó, salte de mi lugar y volví a repetir el proceso de respiración. Lo veía todos los días, no era nada nuevo.

Claro que toda calma se fue cuando lo ví vestido con ese abrigo rosado y camisa blanca. Nunca antes me había sentido tan gay como en ese momento, es que el ese color le queda tan maldita bien que es injusto. Era una mezcla entre sensualidad y ternura ¿Por qué eres así Park SungHoon? Haciendo que mi corazón golpee tan fuerte.

—¿Estás listo nene?— Asentí como un idiota ¿Que digo ahora?

—Te ves sexi, digo hermoso. Es decir— me acomode en el marco de la puerta, de manera casual y con indiferencia le dije —Te ves bien— El soltó una fuerte risa y no entendía porque.

—Tu también estás hermoso. Pero eso no es nuevo— Ay me sonroje.

Despedí a mi mamá con un grito y luego caminé al lado de SungHoon hasta, sorprendentemente, un restaurante. No lo reconocí al principio, mentira, nunca había puesto un pie en uno de esos. Yo quería mi cajita feliz.

—Es el local de mi primo ¿Te gusta?— Mire a todos lados, tenía una decoración bonita y las mesas tenían un poco más de privacidad al fondo. Tal vez quería un ambiente tranquilo, uno de los otros lugares estarían llenos de niños y el único niño que debería ver él sería yo. ¿Eso salió de mi? ¿Que te he dicho escritora? Deja de hacer esto conmigo.

Al ver a SungHoon me di cuenta de que aún no respondía a su pregunta.

—Es muy lindo—

—Lo es— Me indico que me sentara en una de las mesas. No literalmente en la mesa, si no en una silla con una mesa enfrente, ustedes me entendieron. —Aunque puedo ver algo más lindo desde aquí— Sonrió. Cuando sonríe así, me siento débil.

—Basta— El volvió a reír. Un poco más fuerte.

—¿De hacer que?—

—De hacer que me gustes cada vez más— Le confesé. El no dejaba de sonreír, el siempre está feliz.

—¿T-te gusto?— Mire la servilleta que estaba pulcra frente a mí. Si lo miraba la vergüenza me ganaría y no podía permitirlo, primero debía escuchar la historia de HeeSeung y Jay.

—¿Van a ordenar algo?— Un apuesto mesero nos atendió, era alto y tenía unos labios muy gruesos para ser reales. Creo que son falsos

—Yo quiero un filete con papas al horno— Leí el menú y madre mía. Yo traje dinero para una hamburguesa, no para eso. Lo miré con una pregunta silenciosa —Mi primo me cobrará la noche con trabajo, pide lo que quieras— Susurro por lo bajo y yo reí. Sabía que tampoco tenía dinero para algo así, aunque me parecía tierno que haga esto con tal de darme una linda velada.

—Quiero lo mismo— El mozo anoto todo y se retiró. Mi corazón se freno un momento, esa mirada en SungHoon significaba una sola cosa. Estaba serio y miraba un punto fijo.

—¿Quieres que empieze ahora o quieres esperar?— Lo mire dudoso. ¿Debía esperar la comida? No estaba seguro, me moría por escucharla, pero también quería comer algo. Ver comida ir y venir y no probar bocado, hacía estragos en mi.

—Empieza—

«Conoci a HeeSeung cuando el había llegado a Seúl hace tan solo unos meses, yo soy sociable, así que me acerque a él sin importar nada. ¡Era un extranjero en el barrio! Debía saber de él. Ambos nos hicimos amigos rápidamente, JungWon llegó poco tiempo después en una de esas escapadas a un lugar donde los grupos underground se reunían. Desde entonces somos inseparables. Hace no mucho HeeSeung nos presenta a un amigo, con JungWon veíamos que ambos se trataban de manera diferente, eran cariñosos y HeeSeung no era distinto a lo de ahora, se perdía en el rostro del otro chico, lo trataba como si fuera su rey y lo fue. Después de presentarnos a sus amigos y salir una o dos veces, cruzarnos en fiestas. Hacíamos lo posible para estar juntos los seis, siete si cuentas a YeonJun cuando se unía a nosotros»

Lo miré confuso, no sabía que con YeonJun eran amigos.

— HeeSeung y Jay lo conocían mejor, era un compañero de ellos. Nosotros aún no entrabamos en la secundaria— Aclaró, en el momento donde los platos de comidas eran acomodados frente a nosotros. El prosiguió al ver que no decía nada y lo escuchaba.

«Infinas veces fueron en las que le preguntamos a HeeSeung si tenía algo con Jay o si le gustaba. Siempre nos aseguraba de que no había nada. No somos ciegos, hasta que un día le pedimos explicación. Fue cuando nos dijo que estaba confundido y que sólo se besaban y se comportaban como pareja, son unos idiotas.

Para nuestra suerte, JungWon conoció a un chico que era hijo de un productor independiente. Fue donde grabamos algunas canciones y nos hicimos conocidos en el mundo del hiphop, fue el nacimiento de Flame On. Lo siguiente tal vez parezca de un cuento o un cliché, pero fue lo que paso.

Una mañana fuimos hasta la casa de nuestro líder para un nuevo trabajo, teníamos nuevas ideas para una canción. Cuando Jay nos atiende, los padres no estaban, y el chico no estaba totalmente vestido. Te puedes imaginar lo que sucedió. Desde ese momento, parecía que todo sería flores y rosas rojas. No fue así.

Luego de que HeeSeung tuviera el valor de pedirle a Jay de que fueran oficialmente pareja, nuestro productor nos preguntó sobre si teníamos pareja, para que no interfiera en el trabajo. HeeSeung orgulloso le dijo que tenía novio, el rostro del hombre no fue la más bonita de las expresiones. Lo cual HeeSeung dijo que tenía novia y se había confundido. Al tener un hijo en la secundaria, inmediatamente toda la escuela se enteró de ello.

A Jay no le agradó ni un poco aquello. Pelearon, pero era normal. Desde que recuerdo, discuten por cualquier mínima cosa. Así son ellos ¿Sabes? Si pensarán iguales, no serían tan perfectos uno para el otro.

Aún así, HeeSeung fue un idiota. Pasaba más tiempo trabajando en canciones, letras, composiciones, nuevos proyectos. De acá para allá, vivía dentro de la sala de sonidos o frente a su computadora. Nuevamente Jay estaba en contra, le daba más atención a su música que a él y lamentablemente terminaron. Cómo lo ves, no lo hicieron en buenos términos. Realmente ellos se amaban»

—Aun lo hacen— Le aseguré. SungHoon sonrió, un tanto nostálgico.

—Lo hacen. Todavía no entiendo la decisión de HeeSeung, cada vez que le pregunto me responde lo mismo—

—¿Que?— El plato de comida ya estaba vacío y ahora quería ser alimentado por la información.

—Dice que todo lo que hizo, lo hizo por Jay —Suspiro —Y luego se culpa por haberlo hecho mal—

—Por eso Jay le decía que ahora lo entendía— Me levanté feliz. Era buena señal, Jay seguramente entendía todo lo que hacía. —Tal vez puedan volver — Pero SungHoon negó.

— HeeSeung no le dijo a nadie que es lo que hizo por Jay. Ni siquiera él lo sabe, es un secreto que solo Dios y HeeSeung saben— Me senté con tristeza. ¿Acaso no había esperanza?

—Entonces ¿Que es lo que entendió Jay?—

—Buena Pregunta— Llevo su mano a su barbilla, pensando. Ya estaba nervioso, vine buscando respuestas y tenía más preguntas. —Deberias preguntarle a él—

— SungHoon — Proteste. ¿Cómo se supone que deba preguntarle a Jay?

—Eso te lo puede responder alguno de los Flicker — Asentí. Tenía razón. Tal vez debería mensajear a SuNoo.

La noche fue agradable. Estar con SungHoon es un sueño, nunca se queda sin nada que decir. Tiene chistes y bromas que contar de lo que sea, un nuevo tema del que hablar y ocurrencias en todo momento. El aburrimiento no pasaba por los labios del chico. Esos labios que se mueven y nunca parecen querer parar.

El camino a casa fue tranquilo, después de un rico postre que no tengo idea de cómo se llama, caminamos por la oscuridad de la noche, riendo de alguna locura. Su mano se sentía tan diferente cuando sostenía la mía. Antes de llegar a mi casa (la suya quedaba unas calles más abajo) encontramos una plaza. Esa donde iba siempre de pequeño.

SungHoon no la conocía, según él se había mudado a principios de este año. ¿Cómo no ver semejante hermosura? Yo amaba pasar por ahí. Así que lo arrastre hasta los juegos que se encontraban ahí.

Ambos nos subimos como dos niños a uno de los toboganes, no había nadie en el lugar, así que podíamos actuar como quisiéramos y nadie nos diría nada. Primero SungHoon fue el que se deslizó por el tobogán, llegando al final con destreza.

—Ven nene. Yo te sujeto— Me reí, se veía tan chiquito desde arriba. Era adorable, toda elegancia de su abrigo había quedado en el olvido.

Sin dudarlo dos veces, me deslice hasta quedar entre sus brazos, su rostro a centímetros del mío.

Observe sus labios y sus ojos, en una lucha por cuál querer ver primero. No podía elegir cual de ellos me gustaba más, mi respiración se mezclan con la suya y mi pecho subía y bajaba con nerviosismo. El acortó la distancia que nos separaba y unió sus labios a los míos.

Primero fue la presión entre ambos, luego abrió los suyos y tomo mi labio inferior, haciendo que yo también los moviera. Nos besamos lentamente, sin experiencia, trate de seguirle el paso y dejarme guiar. Su mano en mi mejilla, su cabeza ladeada y su boca abordando la mía, podía besarlo tantas veces sin dudarlo, era una sensación placentera y cálida. En definitiva sus labios eran dulces y tiernos, así como lo era su dueño.

Nos separamos despacio, con los ojos cerrados y la respiración que poco a poco se iba tranquilizando. Nos miramos después de un rato y nos reímos tímidamente.

—Fue una cita maravillosa—

—Lo fue, pero no más que ese beso—

—Tengo más de esos— Y volvió a besarme.

Mi madre me regaño por llegar tarde, no me podría importar menos. Me dolían los labios de tanto besar a un chico que era tan perfecto, encantador y que me hacía sentir como en una nube.

Si esto es un sueño, no quiero despertar. Y si es la realidad, no necesito soñar.

Regla #11: No todo lo que brilla es oro. Hay personas que pueden brillar con solo sonreír.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro