Regla *10: No, no leíste mal. Esto no es Ni-Ki.

¡Hola lector! Le doy la bienvenida a esta nueva serie de reglas. Antes de empezar les voy a explicar algunos puntos.

1. Tranquilo Ni-Ki, no leí tu diario, solo escribí esta historia en páginas al azar.

2. Soy SuNoo y contaré mi historia.

3. Tu primo es un idiota, te queda mejor los pantalones rotos.

4. Amo a JungWon

5. Y Esta es la historia de cuando lo conocí.

Cuando llegue a seúl, mi madre me inscribió a una academia de baile conocida por su nivel alto académico. En dicha académica conocí a Jay y TaeHyun, ambos se hicieron mis amigos enseguida. Siempre fuimos inseparables, si no fuera por ellos, hubiera tenido problemas en muchos sentidos. Sociales, comunicativos y tal vez con la escuela misma.

Aún recuerdo la primera vez que hable con ellos.

La profesora nos dió un tiempo para hidratarnos, descansar y estirar un poco antes de continuar con la rutina que debíamos aprender. Fue cuando un par de chicos guapos se me acercaron, uno se sentó frente y el otro al lado mío. Me ofrecieron una botella de agua y luego hablaron.

—¡Hola! ¿Tu eres nuevo?— Asentí con la cabeza, no todos los días se ve como dos niños guapos se acercan a ti en un descanso.

—Vienes de Deagun ¿Verdad?— Intente procesar todas sus palabras lo más rápido que podía. Aún me costaban un par de cosas y ellos hablaban rápido. —Me encanta el acento de ese lugar. Puedes decir cualquier cosa y seguro podría enamorarme— Ambos rieron.

—¿Tu qué sabes de acentos?— Soltó una risa que me pareció tierna. Yo solo reía por sus ocurrencias.

—Hay un chico en mi clase. Es tan hermoso— Me sonroje. Hablaban de ello con tanta naturalidad que me hacía sentir confuso.

—No te preocupes, Jay es gay pero tiene toda una lista con cosas que debes tener para entrar en su categoría— Los miré. El chico frente a mí se llamaba Jay.

—Se llama, tener un tipo ideal—

—¿Cuál es tu nombre?— Me anime a preguntar al otro chico, lo señale con el dedo cuando él me miró curioso.

— TaeHyun ¿Y Tú?—

— SuNoo — Rogue que pudieran pronunciarlo. Odiaba cuando me pedían mi nombre.

—¡SuNoo! Que lindo nombre—

Y a partir de ese momento supe que esos dos chicos serían una gran compañía, así lo fue. Pasábamos tardes juntos, nos reíamos y crecí junto a ellos. Fueron los mejores meses, sentía que podía confiar en los dos y obviamente me trataban como a un niño de cinco años, no me quejo, literalmente podía pedir lo que fuera y ellos lo conseguirían.

Jay tenía un amigo en la escuela, era vacaciones y pronto empezaríamos las clases (le pedí a mi madre que me inscriba a la misma que ellos, ella se puso feliz al saber que tenía amigos) así que ¿Que mejor manera que presentarnos a su amigo del que tanto habla? Así tendríamos a más amigos dentro de la escuela. La idea sonaba fantástica.

Yo quería conocer a HeeSeung, o como a Jay le encantaba decirle, conocer a Seung. El mayor decía que era también de Daegun, ya quería hablar con él y volver a mis raíces. Tal vez poder hablar temas que entienda y no trabarme cada diez minutos al hablar. Así que cuando el dijo que lo iría a ver a nuestra última presentación antes de las vacaciones de la academia, me emocioné. ¡Estaba nervioso! Decía caerle bien, Jay lo merecía. Era como si mi madre, quien es divorciada, me presentara a un nuevo novio. Aunque ellos no son nada ¡Aún! Jay vive hablando de él y nos dice que le gusta, pero que lo frustra.

Ese día me había puesto un recordatoria, que luego cumpliría.

Si me gusta una persona, lucharé por ella y le diré que me gusta.

¿Les cuento la primera vez que vimos a HeeSeung? De todas formas lo haré.

La presentación había terminado con éxito y nuestros padres nos fueron a felicitar, entre ellos vimos como luego de que sus padres se fueran, un chico de cabello azabache se acercó a Jay y lo abrazo con fuerza, con tanta que hasta lo levantó del suelo por unos segundos. Con TaeHyun cruzamos miradas.

Ese chico era HeeSeung.

Luego de saludar a nuestros padres y de decirles que nos juntaríamos en grupos para una "despedida" o celebración de una gran final, nos reunimos en la puerta del salón de eventos para decidir a donde ir. Fue cuando HeeSeung y Jay nos esperaban, ambos riendo. Se veían tan lindos juntos y felices, que es lo importante.

—Chicos, el es Hee— Lo presentó, el chico a su lado le dió un pequeño golpe.

—Soy HeeSeung, Un gusto. Park siempre habla de ustedes dos— Su habla era limpio e impecable, tal vez llevaba más tiempo aquí que yo.

—Yo soy TaeHyun y el es SuNoo — Los ojos de HeeSeung me miraron y sonrió de manera amplia. Ese fue el incapié para empezar una conversación.

Me había emocionado de poder hablar fluidamente con otra persona sin estar preguntando si estaba bien dicho de esa manera. No recuerdo cuando fue el momento en el que empezamos a caminar y terminamos en una heladería con ese postre frío en nuestras manos y una conversación amena.

— Seunggie, deberíamos presentarle a SungHoon y JungWon a los chicos— Soltó de repente Jay, emocionado. Si el se emocionaba, yo igual ¡Más personas en nuestro círculo de amistad! Siempre son bienvenidas nuevas personas.

—Podria ser. Se llevarían bien—

Ahora es el momento que todos esperábamos. El día que aún tengo marcado en mi calendario, como uno de los mejores.

Habíamos quedado en encontrarnos todos en el parque que quedaba justo a la mitad de dónde vivían todos, era un punto medio que le quedaba cómodo a todos. Yo, como el ansioso que soy, llegue antes. Fue cuando lo ví.

Un chico vestido con una campera a cuadros con capucha gris, unos jeans azules y debajo una camiseta blanca. Desde donde estaba parado podía observar cómo le brillaba un arete en su oreja, su perfil dibujado por los artistas más reconocidos del mundo, una obra de arte hechas persona. Mi respiración quedó atrapada en mis pulmones, el resto del mundo desapareció y mis ojos se fijaron en aquellos oscuros diamantes cuando su mirada se fijó en la mía.

Por alguna razón no podía apartarla de él, observé cómo su boca se curva hacia un lado en un intento de sonrisa. En un momento levanta la mano y saluda a la dirección donde me encontraba parado, asustado y dudoso levanto mi mano para devolverle el saludo ¿Era un sueño? Debía serlo.

Obviamente no lo fue, cuando escucho una voz detrás mío.

—¡SuNoo, tu también llegaste!— El momento más vergonzoso había sido ese. El chico estaba saludando a la persona detrás de mí y lo peor, es que debía caminar hasta el.

—¡Hey HeeSeung!— Se saludaron apenas llegamos donde el estaba apoyado sobre un árbol del parque.

Mi corazón golpeaba con fuerza, su voz penetraba mis oídos y me erizaba la piel. Podía sentir las ganas de vomitar y un nudo en mi estómago, como si unos bichitos volarán dentro de él.

—¿Entiendes?— Observe cómo otro chico llegaba a nosotros. Me había perdido en el pelinegro que no note que otro chico llegaba desde atrás y nos saludaba.

— SuNoo—

—¡Oh! Claro, si entiendo.— Hice una reverencia y los salude a ambos.

—Lindo— Juraría que escuché susurrar por lo bajo.

— SuNoo, el es SungHoon — Salude al extraño que me había preguntado sobre el idioma —Y el es JungWon — Ese nombre no salió de mi cabeza nunca más, quedando grabado en mi interior. Había encontrado algo más en ese chico.

— Jay pronto llegará con TaeHyun — Aclaré, ya me habían mandado un mensaje cuando había llegado.

—Fantastico— Nos acomodamos en unos bancos para poder esperarlos. Mi vista no podía apartarse del chico hermoso que se encontraba al frente mío. Por lo menos hasta que él me miraba y yo giraba mi cabeza.

Desde ese día nos juntamos más seguido entre todos, pasando unas agradables vacaciones. Mientras que yo decidí ocultar lo que sentía en secreto, no quería crear falsas ilusiones. No iba a soportar crearme historias que luego no ocurriría, así como veía que hacían los ojos de Jay, todos menos el chico de pelo negro podían ver las segundas intenciones de Jay y las esperanzas que creaba en él.

Antes de aquel día no conocía lo que era el amor, pero puedo asegurar que eso fue lo que sentí desde el momento en el que nuestras miradas se cruzaron.

Tranquilo seguiré con la historia, crean o no, el chico que se hacía el interesante cuando nos conocimos es en realidad alguien dulce que se derrite por mi como yo lo hago con él. Pero esa es otra historia que contar más adelante.

Regla *10: El amor a primera vista existe, no para todos. Pero es real.