─ Dark Omega.
- Ni-Ki llega al instituto, con su hermano un año menor que el, JeongIn.
Son las 7:15 AM cuando ambos ponen un pie dentro de la escuela. Esa es la hora exacta a la que JeongIn le gustaba llegar. En temprano, sí, pero él tiene una rutina que seguir y Ni-Ki no era nadie para sacar a su hermanito de ella. Ni-Ki guía al menor, pero más alto de ellos a donde están sus casilleros. La mirada de JeongIn siempre está en el suelo, dejando que su hermano lo llevase por el camino que ambos conocían.
─ Riki.─ JeongIn habla, posando su vista en el hombro de su hermano.
─ Dime, Innie.
─ Me llamo JeongIn.
─ Dime, JeongIn ─ Ni-Ki evita rodar los ojos.
─ Ayer SeungMin dijo que quería llevarme a cenar, pero yo no puedo porque tengo que cenar en casa a las 8:05 PM.
─ Bueno, puedes hacer la excepción hoy, ¿no crees, Innie? Digo, JeongIn.
─ No sé, porque yo quiero cenar en casa a las ocho con cinco minutos.
─ Podrías decirle a SeungMin que coman en casa a esa hora.
─ Sí. Eso podría ser. Ahora, suéltame el brazo, te suda la mano y luego huele mal.
Y con eso, Riki suelta la a su hermano menor, además de que han llegado a sus casilleros, comenzando a sacar lo que les serviría hoy.
Ni-Ki es omega, al igual que JeongIn. Pero eran muy diferentes, empezando porque JeongIn es una persona con Asperger, con rutinas que seguir y cumplir. A diferencia de Ni-Ki, que nunca le había importado lo que debía hacer o no, al menos que se tratase de JeongIn, él haría lo que fuese para que lo que su hermanito quisiera sea cumplido.
Cuando JeongIn nació, Ni-Ki apenas iba a cumplir un año, así que a sus papás les pareció perfecto que su pequeño Nishi tuviese alguien con quien jugar. Pero, en realidad, no fue así. JeongIn no jugaba en sí, o era lo que sus padres creían. A la edad de 3 años, el juego favorito de JeongIn era escorar su ropa interior por colores, una vez que terminaba con la de él, pasaba con la de Riki, siempre quiso hacerlo con la de sus padres, pero la manija para abrir la puerta de su habitación era muy alta, entonces no podía entrar. En esos tiempos, Ni-Ki no hacía más que sentarse frente a su hermanito y verle acomodar la ropa interior, aunque a veces, eran juguetes, libros, objetos de cocina y más. JeongIn estuvo un día en el preescolar, no aguanto mucho hasta tener un ataque y quitarse la ropa en medio de la plaza cívica. Ni-Ki estuvo ahí, aplastándolo en un abrazo hasta que su hermanito estuvo tranquilo, la presión en su cuerpo siempre lo hacía sentir mejor.
Para sus padres, todo indicaba que Riki sería un alfa por su instinto protector hacia su hermanito, además de que siempre le habían llamado la atención las cosas "rudas" que no eran consideradas para un omega. Los omegas niño, muchas veces jugaban con muñecas, justo como una niña lo haría, JeongIn tuvo muchas de ellas, pero en sí, no las jugaba como debía ser, simplemente las vestía como el quería, las paraba en algún lugar estratégico y con el viejo celular de su mamá, le tomaba fotos. Ni-Ki siempre estuvo ahí, observando a su hermanito en silencio.
JeongIn se presentó como omega y sus padres estaban felices por eso, de todos modos, ellos estaban seguros de que lo sería. Ni-Ki también lo hizo, un año más tarde que JeongIn. Sus padres no lo tomaron mal, sería muy hipócrita de su parte, sim embargo, muy sorprendidos si estaban. Pero eso no importo, estaban orgullosos de sus dos hijos omegas, que han podido salir adelante pase lo que pase, apoyándose.
Ahora, Riki está en 2do grado y JeongIn en 1ro. Están cerca de la universidad, pero, al ser omegas, necesitaban calificaciones totalmente sobresalientes para ser aceptados en una. JeongIn era totalmente brillante, como si fuese un cerebro andante y Ni-Ki... tenia calificaciones regulares, de todos modos, él no quería ir a una universidad. El quería dedicarse a otra cosa.
Del cuello de Riki cuelga una cadena plateada con el dije de una R dorada, a diferencia de la de JeongIn, que es una J plateada. Los collares significaban que eran omegas no marcados. Los dijes platas eran para los omegas que no eran cortejados aún, y los dorados para los que sí. J no es que JeongIn no esté siendo cortejado, si era, pero él no se daba cuenta aún, y sus padres no querían obligarle a cambiar el color del dije hasta que el mismo quisiera hacerlo.
Para Riki fue bastante difícil conseguir alfa, no es como si el toda su vida lo haya estado buscando, pero sí. Tal vez sea por su apariencia. A los 15 años se hizo su primer tatuaje. Era un pequeño pastelito en animación, era por su hermano menor y por el gran amor que le tenía.
─ ¿Un pastel? ─ JeongIn le preguntó ese día, viendo el plástico protector del tatuaje de su hermano ─ Pero soy una persona, Riki, no un pastel, ¿acaso eres retrasado?
Ni-Ki negó, divertido por ver la reacción ofendida de su hermanito.
─ No, Inn-
─ JeongIn.
─ SÍ, JeongIn ─ rodó los ojos ─ Es solo que me recuerdas a uno, es en honor a ti, no porque de verdad seas un pastelito.
─ Bueno, está bien, creo que entiendo ─ Riki sabía que, en realidad, él no entendía nada de eso ─ Al menos dime que no tiene fresa, odio la fresa.
─ No, será el pastel de lo que tú quieras.
─ Chocolate, porque me gusta el chocolate... aunque nunca lo he probado.
Ni-Ki entonces asiente, aceptando que su tatuaje entonces sería un pastel de chocolate.
Entonces, desde que vino el primer tatuaje, no pudo parar, ahora tiene una manga llena, algunos en la espalda, pantorrillas, pecho y más. Sus padres nunca estuvieron del todo contentos, pero terminaron por aceptar que su hijo mayor se sentía bien y seguro con ellos. Sumando a las perforaciones en sus orejas, ceja y nariz (incluso ambos pezones). Su madre sentía que no podía hacer en contra, siempre creyó que era mejor dejar a sus hijos libres que a reprimirlos.
A simple vista, Ni-Ki parecía toda un alfa. Es alto (no más que JeongIn, claro), su cuerpo se nota ejercitado y levemente marcado, lo que era fuera de lo común en los omegas, también, la mayoría del tiempo tiene el rostro serio, solo sonreía cuando estaba con sus amigos o con su alfa. Era un omega terco, sí, pero también podía ser muy obediente cuando se trataba de complacer a su alfa, porque le gustaba verlo feliz y sonriente cuando este le acariciaba la cabeza, revolviéndole el cabello, dándole a entender que era buen omega y Riki no podía sentirse más feliz por eso.
Park SungHoon. Un alfa de categoría alta, casi llegando a ser de pura sangre, hijo de un alfa (su padre si era pura sangre) y una beta. Sus genes eran buenos y fuertes. Tiene la misma altura que él, pero eso no parece molestarle en lo absoluto, al contrario, a SungHoon siempre le había gustado y llamado la atención que el omega de Ni-Ki sea totalmente independiente, pero al mismo tiempo mismoso y necesitado del calor de un alfa.
Para el público, parecía ser que, a pesar de ser SungHoon un alfa, Riki era el que mandaba en la relación, siempre diciéndole a SungHoon que hacer y cuando hacerlo, pero es que el alfa no podía decirle que no a Ki, menos, sabiendo que llegando a casa de alguno de los dos, Ni-Ki se aferraría a su alfa toda la tarde, recibiendo mimos de este con el rostro enterrado en su cuello, dejando que lo bañase con su aroma.
Porque Ni-Ki parecía ser terco, tosco y mandón para todos, cuando solo era un omega caprichoso, necesitado de amor y caricias, y todo eso se lo cumplía nada más y nada menos que SungHoon.
─ Mira, Wonnie, nuestro bebé esta enorme.─ Riki voltea a donde a la dirección donde proviene la voz.
Es EunSung, la omega de su amigo JungWon. Ella tiene 6 meses de embarazo. A pesar de ser jóvenes han sabido afrontar las cosas, los dos parecen felices en espera de la llegada de su cachorro. Tenían la suerte de que el dinero jamás iba a faltar en ellos, porque la familia de JungWon era dueña de un empresa de tecnología que Riki no entiende muy bien, pero eso significaba que tenían dinero.
─ ¿Un bebé? ¿Puedo ver? ─ pregunta JeongIn, aun de espaldas, acomodando los materiales que necesitaría hoy.
─ ¡Sí, Innie! ─ la omega le da la foto del ultrasonido.
─ JeongIn ─ el corrige, agarrando el papel con sus dos manos.
A JeongIn siempre le ha fascinado el tema de los bebés y Riki lo sabe, porque, a pesar de su síndrome, el varias veces ha confesado que quería tener bebés, aunque también decía que le daba un poco de miedo.
─ Es grande ─ dice, apuntando algo en la foto.
Ni-Ki se acerca a ver, y no entiende muy bien, pero JeongIn sí. Desde que EunSung anunció estar embarazada a su grupo de amigos, JeongIn se encargó de investigar y leer cosas sobre embarazos y todo sobre el tema.
─ ¡Verdad que sí! Va a ser la niña más bonita.─ la omega abraza el escuálido brazo de su alfa, quien esta sonrojado por la felicidad de su pareja.
A diferencia de Ni-Ki y JeongIn, EunSung no tiene ningún collar colgando de su terso cuello, porque ella sí está marcada y felizmente emparejada con JungWon.
─ Apesta ─ JeongIn dice, devolviéndole la foto a EunSung, tapándose la nariz ─ SeungMin ─
─ ¡JeongIn, bebé pan! ─ el alfa llega a un lado del omega, besándole ruidosamente la mejilla, justo al segundo JeongIn se limpia la mejilla con la manga de su suéter, verde.
─ Tienes un suéter verde como el mío, el color verde es mi favorito. Gracias por usarlo.─ JeongIn dice, mirando al suelo como siempre.
SeungMin era la única persona que podía decirle apodos a JeongIn sin que él le corrigiese. También era el único que podía tocarle sin ser Ni-Ki. Para llegar a eso habían pasado meses, hasta que el omega de JeongIn se hubiese amansado y acostumbrado al hiperactivo alfa. Aun no ha aceptado en sí que SeungMin en su alfa, pero todos no ven muy lejos que eso pase.
─ ¡Tengo tantas cosas que contarte! ─ SeungMin le dice al hermanito de Riki.
─ Todos los días dices lo mismo.─ cierra casillero y toma la mano de SeungMin y EunSung, quien seguía ahí parada, embobada con la foto de su bebé ─ Vamos, quiero hablar de bebés con ustedes.
Los jala, llevándoselos a la cafetería, aun tenían tiempo para hablar del tema. JungWon los sigue, bufando, pero feliz de hablar sobre su bebé, aunque sabía que el no entraría mucho en la conversación porque a JeongIn no le interesaba tanto su opinión que digamos, ya que el no era el que cargaba al cachorro dentro suyo.
Ni-Ki sonríe, orgulloso de ver a su hermano menor poder interactuar con demás gente sin la necesidad de que el este ahí como su portavoz o protector. Riki siempre había estado al pendiente de él. Y también había sido un gran apoyo para el desarrollo social de JeongIn. El terapeuta del mismo siempre hablaba con él, dándole recomendaciones y estrategias para mejorar siempre.
Ni-Ki revisa su horario, pegado en la puerta de su casillero. JeongIn se lo hizo, porque decía que era muy importante cumplir con los horarios exactos que marcaba la escuela. A su hermanito le gustaba hacerlos personalizados, él mismo se había puesto zorritos y gatitos, mientas que el de Riki tenía a Justin Bieber, ya ni siquiera le gustaba ese artista, pero su hermanito se lo hizo y no quería hacerlo sentir mal, así que simplemente lo aceptó con una sonrisa y dejó que este lo pegue con una cinta de flores rosas.
─ Buenos días, omega.─ la grave voz de su alfa le habla desde atrás, con un brazo enrollándose alrededor de su delgada cintura y un pequeño beso es depositado en la parte trasera de cuello.
Ni-Ki y su omega suspirando tranquilos, sintiéndose cálidos y seguros por la presencia del alfa. Feliz de que ha llegado, Ni-Ki recuesta su cabeza en el hombro de SungHoon, respondiendo a las caricias suaves que este le daba por debajo de su camiseta negra.
El aroma ya conocido por Ni-Ki lo baña, haciéndolo sentir como en casa.
─ Buenos días, alfa.
Esto es una adaptación,
por ende todo lo escrito aquí,
NO, me pertenece,
créditos correspondientes a;
louiskt
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