OO6; Desastre y nueces.
- Jay Park es considerado como uno de los alfas más reconocidos de toda la universidad.
Se la pasaba todo el tiempo buscando la forma de aprender cosas nuevas, inclusive de su carrera, y eso le ayudaba a ser un alumno de los más destacados, claro que a veces aquello no podía ayudarle del todo, y mucho menos aprender del amor.
El alfa había quedado flechado con Ni-Ki con solo una pequeña pregunta que el omega le había hecho, y eso fue en los primeros días de clases, pues Nishimura se había perdido por uno de los campus y con solo las palabras; "Hola, ¿me podrías decir dónde queda el auditorio tres?" Había logrado que el alfa quedase simplemente embobado.
Por un tiempo anduvo lo más pendiente del omega, mas cuando exactamente había pasado un mes de aquello, intentaba de todo, cuando lo veía en la biblioteca trataba de estar algunas mesas adelante de él para poder fingir prestar atención a cualquier libro y mirarlo, quería arriesgarse a acercarse, pero lo veía imposible. Se trataba de dar ánimos para solo acercarse y saludarlo, pero simplemente se acobardaba con sus pensamientos negativos de lo que podría ocurrir si acaso se acercaba al omega.
Cuando lo veía cerca de los jardines disfrutando de su almuerzo, era mucho peor, pues tratar de acercarse parecía imposible, y eso que algunos le saludaban, pero no podía evitar sentirse nervioso al respecto, de solo imaginar distintas escenas de lo que podría suceder si se acercaba al omega, solo hacía que no quisiera acercarse y se sintiera atemorizado de los posibles resultados, tal vez estaba divagando demasiado en lo que sucedería.
Después del mes había decidido que lo mejor era rendirse, o eso pensó, porque conoció a dos chicos que estaban allí al igual que él. Parecía que querían acercarse a Ni-Ki y por supuesto no sabían como hacerlo, allí fue cuando conoció a ese pequeño club de chicos que estaban igual de interesados por el omega.
Al principio había creído que todo era simple tontería, pero poco a poco descubrió que no era así, y que todos en verdad sentían cierto interés por aquel bello omega de piel pálida y baja estatura.
Por supuesto las peleas en un principio habían estado presentes, pero poco a poco fueron disminuyendo, pues a ninguno de ellos el omega le hacía caso, y terminaron por llevar la fiesta en paz.
Habían ideado de todo para llamar la atención del omega, desde estar por los pasillos en dónde él pasa, leer los mismos libros que él, hasta poder tratar de llamar su atención con cualquier comentario. Pero nada servía, y ahora que JungWon había dado la gran idea de que era momento de confesarse ante Nishimura Riki, había sido esplendida, no sería una de las ultimas oportunidades, pero debían intentarlo.
Pero por supuesto, nada es tan fácil.
Jay soltó un bufido después de haber visto tantos malditos tutoriales de como preparar un chocolate. Ya no sabía que hacer, la batería de su celular estaba ya al casi quince por ciento, y los vídeos que había visto no habían sido de mucha ayuda al respecto. Pero bueno, ya vería que hacer, por el momento, sentía que no podría hacer nada.
—¿Tan difícil es preparar chocolates? —preguntó hacía el viento mientras se dejaba caer sobre el césped, ¿qué hacer?
—No, no es difícil. Eres tú quien lo considera así — JongSeong miró hacía dónde provenía la voz, Choi BeomGyu. Ese chico siempre se metía en dónde no le incumbía, pero a Jay le agrada, excepto en los días de exámenes.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Jay.
—El jardín es libre —se encogió de hombros—, ¿qué te tiene tan preocupado? Pareciera que solo quieres que algo te caiga del cielo como respuesta.
—No estaría mal que eso pasará —¡Caigan chocolates, joder!—. ¿Tienes pareja?
—No, no tengo, ¿Por qué?
Jay soltó un resoplido de forma inmediata.
—Bueno, aunque no la tengas, ¿tienes alguna idea de que puedo darle de regalo a un omega?
BeomGyu parpadeó un par de veces, estaba confundido ¿chocolates para un omega?
Había escuchado eso una vez, y eso fue por su hermana, que había comentado que una alfa se había atrevido a declarársele el año pasado, y fue con chocolates. Había decidido investigar un poco más a fondo al respecto, pero termino viendo algunos vídeos de caídas en lugar de buscar lo que iba a buscar.
—¿Por qué no le preparas un postre?
—¿Un postre?
—Sí, ya sabes —hizo un corto ademán con su mano derecha, estaba buscando nombres de postres, y es que a pesar de que su madre se los repetía una y otra vez, para él todo era un pastel—, mmmh... ¡brownies! Eso es, puedes prepararle unos.
Claro que podía, cualquiera puede cocinar, excepto él que se siente un completo idiota dentro de una cocina.
Las cosas no habían salido como él lo hubiera esperado.
En primer lugar, a duras penas y los de la facultad de cocina habían aceptado que pasará a cocinar, y es que sabían que ese alfa podía ser todo un destructor de por medio, y fue supervisado por dos alumnos que solo estaban demasiado preocupados por la cristalería y la batidora.
Pero en fin, había logrado con algo de ayuda de BeomGyu a cocinar esos famosos brownies, y ahora Jay estaba con una bolsa transparente adornada con un moño de color rojo, en dónde tenía los dichosos brownies encerrados.
Parecían... ni siquiera JongSeong lo sabía, pero no parecían los brownies que le habían mostrado en la receta. Definitivamente es un chico desastroso, seguramente el omega lo va a rechazar, ¡no quiere que eso suceda!
Pero valía la pena el riesgo. O eso pensaba.
En cuanto a Ni-Ki...
Él sigue muy confundido. Estaba en la biblioteca, mirando cada uno de los regalos que había recibido, todos perfectamente ordenados sobre la mesa de trabajo, y por supuesto solo se la pasaba observando uno por uno, no sabía que hacer.
Esto era demasiado para un solo omega, frente a él había cuatro regalos, y no entendía el por qué de esos regalos, se supone que él debía darles algo. Sintió sus mejillas arder al pensar en eso ¿en verdad debía? pero si ni siquiera hablaba con todos ellos, apenas y con HeeSeung podía sostener una conversación, en cuanto a los demás, ni siquiera pensó que ellos notaban su presencia hasta el día de hoy. Se le han confesado, lo sabe, pero no entiende el por qué ¿acaso había una apuesta de por medio?
—¡Esto es frustrante! —exclamó haciendo que varios de los presentes lo mirasen, ahora solo quería encogerse en su lugar para no ser visto—. Perdón... —murmuró, y soltó un suspiro, en verdad es demasiado para su cabeza.
Volvió a mirar cada uno de los presentes, no lo comprende, esto es mucho, definitivamente no quiere saber el significado de todo esto, no quiere, no puede, no debe, ¡¿Por qué no debería?! Ahora si que se siente como todo un idiota.
Recargo su frente sobre la mesa, si pudiera se golpearía, pero no quería hacerse daño por no entender lo que estaba pasando, así que era mejor así.
Un carraspeo de garganta lo obligo a dejar de pensar en todo lo que había sucedido en todo el día de los enamorados para por fin ver a la persona que estaba parada a un lado suyo. Miró primero sus pies, zapatos lustrados a la perfección, poco a poco miro más y por fin se encontró con el rostro de Jay Park, quien de solo percatarse de que sus miradas se habían conectado la había apartado de inmediato.
—¿Sí? —pregunto Ni-Ki. Era la primera vez que alguien como Jay se le acercaba, y es que siempre había notado que estaba cerca de él, al igual que los demás. Frunció el ceño al pensar en eso ¿los demás hacían lo mismo?
— Ni-Ki —el escuchar su nombre ser pronunciado por aquel alfa lo saco de sus pensamientos—, esto es para ti.
Jay dejo de esconder sus manos para mostrarle a Ni-Ki aquella bolsa que contenía lo que parecían ser pastelillos, o no sabía que forma tenían, parecían ser una envoltura de ingredientes, y eran muy curiosos a decir verdad, pero el aroma era agradable, chocolate semi-amargo y nueces.
El alfa esperaba un rechazo de inmediato, pero al ver los otros regalos de sus amigos, supo que entonces no debía de preocuparse.
—Espero lo aceptes, y —no sabía que decir y mucho menos cuando miro que las mejillas del omega habían adquirido un leve tono rosa, se veía muy lindo—, y-y... ¡rayos! —se maldijo internamente, en verdad que se sentía todo un inexperto en estás cosas.
Ni-Ki solo podía ver como el alfa parecía tener un debate mental muy severo entre él mismo.
Parpadeó un par de veces y miro de nueva cuenta aquel postre que le había dado el alfa, se veían deliciosos. Ya había probado cada uno de sus regalos, ¿por qué no hacerlo con otro? Los demás habían estado sabrosos, y esté parecía ser igual de rico, así que bajo la atenta mirada del alfa abrió la bolsa y agarro un pequeño trozo de uno de los brownies para después llevarlo a su boca.
El omega de inmediato había percibido el sabor a quemado, pero al menos las nueces ayudaban a que no se sintiese tanto.
— Ni-Ki —de nueva cuenta el omega lo miro—, s-sé que dirás que eso es tonto o no lo sé. Mierda, ¡me estoy muriendo de los nervios! — Nishimura dejo de masticar para seguir mirando al alfa—. Escucha, ¡me gustas! Y en verdad me encantaría que aceptases salir conmigo como mi omega, ¡no me des una respuesta ahora! —hizo una pausa, al menos no se le habían ido las palabras, pensaba que algo como eso le pasaría, pero afortunadamente no—. ¿Podemos vernos después de clases?
El bajito dio un corto asentimiento.
Jay por fin pudo respirar tranquilo, pero ahora sentía que podía simplemente derretirse, en verdad que los nervios no eran nada de ayuda para él.
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