OO3; Rosas y más rosas.
- Los suspiros podían escucharse por los pasillos de la universidad. Por supuesto SuNoo no paraba de sonreír hacía los omegas y betas que trataban de ocultar cierta vergüenza de solo querer sonreírle y eso era lo que más lo tenía feliz. El alfa tenía varios admiradores, y por supuesto todo omega quería que por lo menos aquel alfa se dignara a mirarlos con otros ojos, claro que SeonWoo no lo hacía, él ya tenía a alguien especial en el corazón, y necesitaba encontrar el regalo para su querido omega.
La ventaja del día de los enamorados en aquella universidad, era que podían celebrarlo sin tener que esperar al finalizar las clases, así que SuNoo tenía la oportunidad de poder encontrar el regalo perfecto, pero ¿Qué podía ser considerado como el regalo perfecto? Todo omega merece un regalo especial, pero sobretodo quien te ha robado el corazón.
Por fin dejo de caminar para mirar el pequeño jardín de rosas que había cerca del centro del campus de las facultades de ciencias, eran sumamente radiantes, los pétalos deslumbraban sus colores bajo la luz solar.
— S-suNoo oppa —una voz casi inaudible se escucho cerca suyo, miró hacía dónde provenía, conocía a aquella beta, habían sido compañeros el semestre anterior. Yiren siempre era considerada una chica amable que inclusive llegaron a pensar que era la novia de SeonWoo, pero la realidad era otra, Yiren era dedicada a sus estudios, y solo era una amiga de SuNoo, pues ella se veía más interesada en otra alfa—, l-le envían esto. —la beta le mostró una pequeña caja de regalo.
Por unos instantes por la mente del alfa paso la idea de que quizás Ni-Ki había sido quien mando aquel regalo pero la felicidad se le fue casi por completo al percatarse de como había un par de chicas más adelante, una muy avergonzada casi ocultándose detrás de su compañera, seguramente habían sido ellas.
—Gracias, Yiren —suspiro—. Deberían de evitar darte mis regalos, espero no sea una molestia.
—A decir verdad es al principio agradable — Yiren mostró una tenue sonrisa—, h-hasta que comienzan a murmurar tonterías —sacudió levemente la cabeza para sacar esos comentarios de los omegas—. En fin.
—Gracias de nuevo. —dijo SuNoo, su mirada volvió a recaer en aquellas rosas, la beta lo notó.
—¿Pasa algo, oppa?
SuNoo no sabía si comentarlo.
Yiren era una chica de confianza, pasaba la mayoría del tiempo conversando con él, ya que la mayoría solo estaba interesado en hablarle para después declararse y cuando eran rechazados, ni siquiera se querían acercar a él, siempre era así con los omegas y los betas. Con alfas era distinto, los amigos que tenía ahora lo había conseguido con esmero y sabía que se trataban de personas buenas, los demás alfas parecían aborrecerlo por robar la atención de toda la población de omegas. Siempre le acusaban de aquello, y SuNoo pensaba que se quedaría solo, lo cual para su gran sorpresa no fue así, no cuando conoció a esos cinco alfas que parecían igual de interesados en el mismo omega.
Todavía lo podía recordar, JungWon había tropezado con él por accidente, y parecía que estaba escapando de alguien. La hermosa imagen de un omega que se presento ante sus ojos jamás la olvidaría, no lo podía ni creer, ¿Acaso era un ángel? Había sentido como su corazón se quería salir de su pecho en cuanto lo vio, metros atrás del chico con el que había chocado. Era simplemente perfecto.
Fue allí cuando JungWon le pregunto si le gustaba Ni-Ki, al principio no lo aceptaba, pero al final termino cediendo y diciendo lo mucho que ese omega le había llamado la atención. Lo demás, es irrelevante.
—¿Sabes qué puedo darle de regalo a un omega? — Yiren se quedo estática en su lugar, no esperaba esa pregunta, SuNoo miro de nuevo a la beta—. ¿Qué?
—¿U-un omega? —parpadeó un par de veces—. ¿Te interesa alguien?
—Sé que es algo fascinante —menciono el alfa—, pero, sí, me interesa alguien.
—¿Quién? ¿Quién es? ¡Merezco saberlo! — Yiren estaba muy emocionada, había visto a SuNoo rechazar tantas confesiones, que ahora, simplemente escuchar que le gusta alguien era inimaginable.
— Nishimura Riki —la beta se vio más emocionada aún.
Conocía a Ni-Ki, el omega siempre era amable y le gustaba leer mucho en la biblioteca, a veces se juntaban para pasar el rato leyendo y estudiando. Eran de distintas carreras, pero eso no les impedía el querer convivir.
—Espera — Yiren volvió a la rara y confusa realidad—, ¿no se supone que debe ser él quien te regale algo?
—Lo sé —respondió SuNoo—, pero el problema es que Ni-Ki no le ha dado regalos a nadie, ningún alfa en está universidad, y me gustaría ser yo quien dé el primer paso.
—Eso es muy dulce —soltó un suspiro—, los chocolates para omegas son un dulce acto.
—¿Sabes sobre eso? — SuNoo pensaba que nadie más sabía sobre eso, después de todo parecía ser algo demasiado nuevo.
Yiren asintió frenéticamente mientras sonreía. Miró hacía las rosas, tal vez podía brindarle algo de ayuda a SuNoo, después de todo, lo merecía.
—Creo que tengo algo que le puede gustar a tu omega.
—¡¿De verdad?! — Yiren asintió—. ¿Y qué es?
—Es un regalo algo simple, pero supongo que le gustará. — Yiren se agacho y agarró algunas rosas— Coloca en las rosas un chocolate, ponlo entre los pétalos de las flores. No sé cuantas le quieras dar, pero... eso sería muy dulce.
Por supuesto no era una mala idea.
Riki aún analizaba el vaso en sus manos. El aroma era demasiado bueno, aún tomaba la bebida chocolatada, era deliciosa, definitivamente tendría que pedirle a JungWon que le dé esa receta, es simplemente exquisita, pero aún podía leer aquel mensaje que estaba escrito.
—¿Ser su omega? —preguntó al aire, no sabía por qué de un de repente aquella confesión había llegado a sus manos, ¿el alfa se habrá equivocado? No quería ni saberlo, pero Ni-Ki estaba seguro de que no se había equivocado, si lo hubiera hecho ni siquiera le hubiera pedido que se vieran después de clases—. Esto es frustrante. —mencionó el omega.
No podía creer que le gustase a JungWon, eso era un imposible. Es como si le gustarás a un príncipe de cuento de hadas, ¡un enorme imposible!
Además, ¿por qué le estaba dando un regalo? Los omegas son los que regalan algo al alfa, y si el alfa llega a dar un regalo, solo lo hace para el omega que es su pareja, ¡no sabe que demonios estaba ocurriendo!
—Tal vez debería dejar de pensarlo demasiado —se dijo a si mismo, para volver a releer con sumo cuidado cada palabra que estaba escrita en aquel vaso, simplemente era algo difícil de creer, ese mensaje es para él, y solo él, entonces debía de dejar de darle tantas vueltas al asunto, pero es imposible dejar de pensar en eso—. ¡Aaah! —grito frustrado, demasiado para su cabeza y sus emociones.
—¡Hola, Ni-Ki! —salto en su lugar al escuchar esa voz, miro a su lado y allí estaba quien menos creía que le hablaría.
¿Qué hace Kim SeonWoo sentado a su lado en una de las tantas bancas vacías de la zona de descanso de su facultad?
—¿Hola? —maldición, se sentía nervioso, otro alfa atractivo ante sus ojos y que sabe su nombre, ¿qué demonios estaba pasando?—. ¿Qué...?
—¿Qué hago aquí? — Ni-Ki sintió sus mejillas arder, en su cabeza se escuchaba mejor esa pregunta, ahora parecía ser algo grosera, maldición—. Bueno, hay una buena razón para todo y está es una.
Ni-Ki no había comprendido aquello, pero cuando vio como el alfa dejaba de ocultar sus manos para mostrar un ramo de rosas frente a él y con chocolates pequeños que parecían haberse enredado entre los pétalos de aquellas aromáticas flores, sintió que su cara estaba completamente caliente, demonios, no quería sonrojarse tan de golpe, pero era inevitable.
—Y-yo... —el alfa coloco su dedo índice en sus labios indicándole que no hablará.
—Antes de que me digas que el color rosa no es de tus preferidos al igual que las flores, debo aclararte que no me interesa, es un regalo, omega — SuNoo sintió su corazón latir más rápido—. Y me gustaría que lo aceptes, ¿sí?
El omega con el corazón con sus latidos a tope, y con sus manos con un leve temblor tomo aquel ramo, aceptando así el regalo que el alfa le daba, SeonWoo sonrió agradecido.
—Y —hablo de nuevo el alfa—, antes de que digas algo más —aclaro su garganta—, me gustas, ¿bien? Desde que te vi no puedo dejar de sentirme como el más afortunado en haberte encontrado en mi camino ¿te gustaría ser mi omega? —ahora Ni-Ki si sentía que le daría un infarto—. No me tienes que responder ahora, te veo al final de clases, ¿sí?
El omega solo atino a darle un tímido asentimiento a lo que SuNoo le sonrió para volver a incorporarse y despedirse del omega con un ademan hecho por su mano y poder caminar para alejarse por completo de la vista de Nishimura Riki.
El omega miro las flores, el aroma tenue y delicado más el de los chocolates que estaban dentro solo hacía que Ni-Ki se sintiera muy cómodo con aquel regalo, y se sorprendió al percatarse de que había recibido dos confesiones. Ambos le han dicho que lo esperarían después de clases, ¿qué le estaba pasando a esté mundo?
Soltó un largo suspiro.
—¿Qué carajos significa todo esto? —pregunto mientras miraba al cielo, se sentía como si fuera un sueño, uno muy largo y del que por alguna razón, no quería despertarse.
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