CHAPTER NINETEEN
༄*•☆•*☽︎

i. act iii!

—EL DOMINGO EN LA MAÑANA COMENZÓ bastante similar a cómo había comenzado el sábado, excepto que Josh e Isaac jugaron con sus nuevos juguetes en la sala de estar mientras Edward ayudaba a Angela a preparar el desayuno.

La morena originalmente iba a llevar a sus hermanos a la iglesia sola, pero luego Edward se dio cuenta de sus pensamientos y se ofreció a llevarlos en su lugar.

Cuando Angela comenzó a servir la comida para ella y sus hermanos, frunció el ceño. "¿Estás seguro de que quieres venir con nosotros? Sé que viniste con mi familia la última vez, pero no tienes que hacerlo si no quieres. La iglesia no es para todos". La chica morena habló en voz baja, deteniendo sus atenciones para ajustar un poco sus lentes, mientras mantenía su enfoque en la comida.

Edward sonrió suavemente, mientras limpiaba el mostrador. "Quiero estar donde tú estés, Ángel. Además, la iglesia no estuvo tan mal la última vez".

Una vez que finalmente terminó con la tarea de limpieza, dejó el trapo y se paró detrás de Angela, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura y apretando suavemente. Metió la cara en el hueco de su cuello y le dio un ligero beso, antes de dejar suaves besos desde su cuello hasta su mejilla.

Ángela se rió suavemente y giró la cabeza para darle más acceso a su rostro. Él le dio un suave beso en los labios antes de alejarse, aunque sus brazos nunca dejaron su cintura.

"¡Izzy, Joshie! ¡El desayuno está listo!" Angela llamó suavemente, sonriendo cuando escuchó el sonido de pequeños pasos corriendo hacia la cocina.

Ambos estaban vestidos con trajes a juego, la única diferencia era el color de sus corbatas. Isaac usó una corbata roja, mientras que Josh usó azul, sus colores favoritos respectivamente.

Una vez que terminó el desayuno, Edward le entregó a Ángela las llaves del Volvo. "¿Por qué no metes a los niños en el auto mientras yo lavo los platos?" El vampiro sonrió.

Ángela solo se rió, mientras tomaba las llaves. Sabía que Edward iba a usar su velocidad vampírica para lavar los platos más rápido.

Sin embargo, antes de salir de la cocina, hizo una pausa. "¿Estás seguro? Puedo lavar los platos yo mismo, no es tu responsabilidad".

Edward simplemente besó su frente suavemente y usó su pulgar para acariciar su rostro suavemente. "Tú cocinaste, así que yo limpiaré. Es justo, Ángel".

La chica Weber se sonrojó, pero antes de que pudiera responder, Isaac estaba de repente empujando contra las piernas de Edward.

"¡Nada de besos con Gigi ahora mismo! ¡Es el Día de Jesús!" exclamó el niño, mientras que Josh se paró a un lado y asintió, luciendo una cara cómicamente seria para un niño de seis años.

Angela y Edward se rieron, antes de que Angela tomara una mano de cada niño con las suyas. "¡Lo siento muchachos, no volverá a suceder! Ahora vamos a meterlos en el auto para que podamos ir a la iglesia". Ella sonrió.

"Seguiremos yendo a la playa después, ¿verdad, Gigi?" preguntó Izzy emocionada.

La sonrisa de Ángela se hizo más tensa, cuando vio a Edward tensarse repentinamente por el rabillo del ojo. Amenazó gentilmente a los gemelos a comenzar a caminar hacia la puerta, mientras asentía. "Mhm. Cuanto más rápido lleguemos a la iglesia, más rápido llegaremos a la playa".

Eso fue todo lo que se necesitó para sacar a los niños de la casa y saltar hacia el Volvo tan rápido como sus pequeñas piernas les permitieron. Angela caminó a un ritmo mucho más controlado, mientras una sensación de temor llenaba su estómago.

Estaba segura de que Edward tendría algunas palabras con ella.

—EDWARD ESTACIONÓ EL Volvo en uno de los estacionamientos más cercanos a la iglesia antes de que Angela saliera para ayudar a Isaac y Josh a salir del auto.

"¿Por qué no van a elegir nuestros asientos para nosotros? Edward y yo tenemos que discutir algo, pero estaremos allí en unos minutos". Angela la engatusó, sonriendo cuando ninguno de los dos hizo un escándalo por eso.

Estaban tan entusiasmados con la playa, que nada más importaba en este momento.

Ángela suspiró mientras regresaba al Volvo y se enfrentó a Edward.

Su mandíbula estaba apretada con fuerza, sus manos apretadas y descansando sobre sus muslos, mientras permanecía constantemente mirando al frente.

"No te enojes, por favor", susurró Angela, moviéndose para colocar su mano sobre la de él.

Al sentir su toque, sus manos se aflojaron de inmediato, toda su postura comenzó a relajarse. El chico de cabello bronce se giró para mirar a Angela.

"¿Cuándo decidiste esto?".

Ángela suspiró. "Jacob me envió un mensaje de texto anoche sobre salir con él, Embry y Quil en la playa. Les dije que tenía que cuidar a mis hermanos y me negué, pero dijo que podía traerlos. Sabía que mis hermanos estarían felices de ir a la playa, así que acepté". Explicó, agregando un encogimiento de hombros al final.

Edward apartó la mano de Angela y suspiró, aunque ambos sabían que era innecesario.

"Sabías que no cortaría el contacto con ellos, Edward. Por favor, no te enojes". Ella suplicó de nuevo.

El vampiro se tomó un momento para recuperarse antes de estrechar suavemente la mano de Angela. "No estoy enojado contigo. Es solo que me preocupo, ¿de acuerdo? No me gusta la idea de no estar allí solo en caso de que algo te pase a ti o a los gemelos".

Los ojos de Ángela se suavizaron, cuando comprendió. Apretó la mano de Edward ligeramente. "No te preocupes por mí y los chicos. No vamos a hacer nada loco, es solo un día de playa".

Cuando notó que Edward aún lucía dudoso, se movió para ahuecar su mejilla. "Oye. No nos va a pasar nada. Lo prometo".

Edward asintió y la pareja se separó. Ángela sonrió aliviada, contenta de que finalmente se hubiera solucionado la tensión.

Edward se apresuró a salir y rodear el auto, antes de abrirle la puerta a la chica Weber.

Ahora que todo estaba bien, ambos estaban decididos a pasar un buen rato juntos en la iglesia con los niños.