CHAPTER ONE
༄*•☆•*☽︎

i. act i!

-FORKS, WASHINGTON ERA un pueblo pequeño. Dado que el recuento de la población rara vez cambia, la llegada de la familia Cullen se extendió como un reguero de pólvora.

Fue la noticia más importante del año para un lugar tan monótono, y el alumnado de Forks High se cautivó de inmediato con la belleza de la misteriosa familia.

Fue una dosis letal de realidad mezclada con decepción cuando los adolescentes se dieron cuenta rápidamente de que los Cullen no interactuaban con nadie más que entre ellos. La familia se aferró a sí misma, solo se sumó al aire misterioso que los rodeaba para siempre.

Una semana después de la llegada de los Cullen, todos habían renunciado a hacerse amigos de ellos. En cambio, encontraron formas de aislar aún más a la familia, y lo siguiente que supo Angela Weber: todo lo que Lauren y Jessica pudieron hablar fue lo extraño que les parecía que eran todos hermanos y salían juntos.

No importa el hecho de que Angela les recordaba constantemente que todos eran adoptados. Sus amigos siempre parecían ignorar sus puntos, prefiriendo poner los ojos en blanco y cambiar de tema cada vez que los defendía.

Le dolió un poco, pero sabía que tenían buenas intenciones.

Fue en uno de esos días que las dos chicas estaban hablando cuando Ángela se levantó para ir a tirar la basura de ella y sus amigas, ya que todas habían terminado de comer.

Su mente había estado ocupada con sus planes para el fin de semana, que consistía en cuidar a sus hermanos y asistir a la iglesia el domingo, y justo cuando se había movido para esperar detrás de la persona que tiraba su plato, él se dio la vuelta y casi choca contra ella.

En un intento exitoso de evitar que la basura cayera al suelo, Ángela perdió un poco el equilibrio y casi se desploma sobre el suelo.

Pero justo cuando se preparaba para golpear el suelo duro, sintió que una mano fría agarraba su muñeca suavemente, pero con la fuerza suficiente para estabilizarla. "Estoy tan tan-" Se interrumpió cuando sus ojos se encontraron con el único e inigualable Edward Cullen.

Ante su silencio y su intensa mirada, ella se sonrojó un poco por la vergüenza. "No tire nada sobre ti, ¿Verdad?" Primero rompió el contacto visual, mirando por encima de su persona para evaluar cualquier posible daño causado por su torpeza.

El agarre de Edward en su muñeca desapareció repentinamente, mientras se aclaraba la garganta ligeramente. "No, estoy bien. Gracias por preguntar".

"Lo siento de nuevo." Ella sonrió tímidamente, antes de moverse para continuar tirando la basura.

Para cuando ella se dio la vuelta, él se había ido.

-PARA EL MOMENTO EN QUE Ángela llegó al último período del día: inglés, el latido en su cabeza era un irritante constante que claramente no desaparecía.

Mientras dejaba su bolso junto a su escritorio, consideró tomar dos tabletas más de Tylenol, pero finalmente se negó. Ya había tomado la cantidad recomendada de dos durante el período de transición, pero no estaba funcionando.

Respiró hondo y se frotó las sienes con la esperanza de aliviar un poco el dolor, e ignoró el sonido de Jessica, la mitad de la razón de su dolor de cabeza, sentada en el asiento a su lado.

Después de su pequeña charla con Edward en el almuerzo, Lauren y Jessica inmediatamente la acosaron en busca de respuestas.

"¿A que se debió todo eso?".

"¿Qué te dijo?".

"Nunca lo he visto hablar con nadie más que con sus hermanos".

"¿Cómo se sentía su mano?".

"¿Cómo sonaba su voz?".

"¿A qué olía?".

Las preguntas habían seguido y seguido hasta que terminó el almuerzo, y Angela ahora estaba pagando por ello.

Sin embargo, lo único en lo que podía pensar era en lo irónico que era que sus amigos fueran tan rápidos en cambiar de tono sobre los Cullen (o al menos sobre un Cullen específico) cuando se dieron cuenta de que Edward realmente había interactuado con ella.

De repente frunció el ceño ante su tren de pensamientos.

Ese fue un pensamiento desagradable. Lo lamento. Se disculpó mentalmente, a pesar de saber que sus amigos no se darían cuenta.

De repente escuchó el sonido de una suave risa proveniente de la esquina trasera del salón de clases y se giró para ver a Edward mirándola, con una suave sonrisa de diversión en su rostro.

Rápidamente se volvió hacia el frente de la clase cuando se dio cuenta de que ahora sabía que lo estaba mirando y trató de evitar que el rubor se extendiera por sus mejillas.

Enfócate. Se dijo a sí misma y comenzó a copiar lo que el profesor estaba escribiendo en la pizarra.

Sintió el cosquilleo familiar de alguien desde la esquina de atrás mirándola durante toda la clase, pero trató de no prestarle atención. Simplemente no había forma de que Edward la estuviera mirando. Estaba segura de que se lo estaba inventando.

Pero poco sabía ella, de hecho no lo era.