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UN PAR DE DÍAS DESPUÉS, ARLINA Y EDWARD SE HABÍAN RECONCILIADO DESPUÉS DE SU PELEA Y ESTABAN JUGANDO AJEDREZ SOLOS EN LA CASA, un juego que solían jugar después de una estúpida discusión que los dos tenían regularmente.

Edward terminó ganando, como todas las demás veces, y Arlina se enojó porque sabía que estaba haciendo trampa.

"¡Gané otra vez!" Edward golpeó la pieza de ajedrez contra el tablero con una enorme sonrisa y cruzó los brazos sobre el pecho con orgullo, recostándose en su silla.

"¿Con trampas?" preguntó Arlina suspirando profundamente por la derrota.

"¡No soy un tramposo, lo juro!" Edward levantó las manos en el aire en señal de rendición y Arlina frunció el ceño juguetonamente.

"Como sea-" Las palabras de Arlina se cortaron cuando el teléfono celular de Edward sonó desde su bolsillo, frunció el ceño y sacó el dispositivo, haciendo clic en aceptar y poniéndolo en su oreja izquierda.

"Bella, ¿qué pasó?" preguntó Edward, y la preocupación en su voz inmediatamente hizo que Arlina se acercara más, preocupada por la chica Swan.

"Uh... C-creo que me rompí la mano" Tartamudeó Bella y Edward se levantó de su silla, alejándose de la mesa con pánico y preocupación.

"¿Cómo?" preguntó Edward, caminando por la habitación con una mirada de caos en su rostro, Arlina saltó y corrió hacia él, colocando su cálida mano en su brazo para calmarlo.

"Traté de golpear a Jacob después de que él... me besó..."

"¿ÉL HIZO QUÉ?" gritó Edward y Arlina se sobresaltó ante el repentino sonido. El chico Cullen salió corriendo de la casa y se metió en su auto, seguido de cerca por Arlina.

"¡Edward! Tienes que calmarte y pensar un segundo o dos" Le dijo a través de la ventanilla del conductor. Él la miró y se tomó un minuto para calmarse.

"Gracias, Arlina. Dile a los demás que volveré pronto". Edward le asintió y ella sonrió suavemente, alejándose del Volvo con los brazos cruzados sobre el pecho.

"Ten cuidado, Ed". Lo vio alejarse frenéticamente y se rió entre dientes. Jacob se enfrentaría a una pelea terrible.

La más joven de los Cullen regresó a la casa y a su dormitorio, dejándose caer en la cama. Sacó el libro de la bolsa de lona que había traído de Italia, todavía no la había abierto. Cuando abrió el libro, tumbada boca abajo en la cama, un pequeño trozo de papel doblado cayó de las páginas que había marcado.

Frunció el ceño y tomó el papel de la cama, cerró el libro y lo colocó a su lado antes de comenzar a desplegar los bordes. En una letra pequeña y angelical había un montón de números, que parecían un número de teléfono y un pequeño mensaje.

081 1892 1986

llámame ;)

~ alec

Arlina no pudo evitar sonreír al ver el mensaje y se rió de la carita que había dibujado, sabiendo que no era propio de él hacer algo tan inmaduro. Se acercó a la mesita de noche, abrió el cajón y sacó su teléfono móvil. Ingresó los números de la nota y presionó "llamar", llevándose el teléfono a la oreja y esperando que respondieran la llamada.

"¿Hola?" La voz de Alec sonó desde el otro lado de la línea y Arlina sonrió ampliamente, dándose cuenta de que extrañaba mucho su voz profunda y gentil.

"Hola, soy Arlina" dijo, sentándose en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero y sonriendo. Se hizo el silencio del otro lado de la línea durante unos segundos, hasta que lo oyó aclararse la garganta.

"Me preguntaba cuánto tiempo te tomaría encontrar esa nota, estaba debatiendo si debería encontrar el número de teléfono de la casa Cullen o no". Alec se rió entre dientes y Arlina sonrió mirando sus manos.

"Bueno, ya estoy aquí. ¿Cómo están Felix y Demetri?" preguntó la pelirroja, jugueteando con el borde de la funda de su almohada y mordiéndose la piel del labio inferior. Decir que estaba nerviosa por volver a hablar con él sería quedarse corto.

"Están bien, igual que siempre; niños". Se burló y Arlina rió en voz baja, extrañaba sus travesuras infantiles, la conversación la hacía querer visitarlos una vez más.

"¿Qué pasa con Jane?" Arlina preguntó genuinamente con un destello de esperanza en su voz, solo esperaba que la chica todavía estuviera en buenos términos con su hermano.

"Afortunadamente, todavía no me ha asesinado. Logré hablar con ella sobre nosotros, pero me explicó que no quiere involucrarse" explicó Alec con un suspiro y la sonrisa de Arlina desapareció, pero estaba contenta de que los dos gemelos no estuvieran enemistados.

"No quiero involucrarme en tus problemas familiares, no es asunto mío. Pero, si estoy causando un problema, entonces..." Sus palabras se interrumpieron.

"Nunca" Le dijo Alec con una sonrisa y ella sonrió de inmediato, lo último que quería era ser una carga, especialmente para alguien como su verdadero compañero.

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"ES SOLO UN ESGUINCE, DEBERÍA SANAR BASTANTE RÁPIDO", le dijo Carlisle a Bella mientras le vendaba con cuidado la mano herida. Edward se paró lo más cerca posible de Bella.

Emmett y Jasper entraron a la habitación y Emmett se sentó en la mesa junto a Arlina con una sonrisa: "¿Estás tratando de caminar y masticar chicle al mismo tiempo otra vez, Bella?".

Bella se rió entre dientes: "Le di un puñetazo en la cara a un hombre lobo".

"Eres una ruda. Serás una recién nacida muy dura". Emmett sonrió, inclinándose detrás de Arlina para mirar a Bella y la pelirroja inmediatamente se dio cuenta de la actitud incómoda de Rosalie.

"Lo suficientemente fuerte como para enfrentarte", bromeó Bella, y Arlina suspiró profundamente mientras Rosalie arrojaba su periódico sobre la mesa de café y salía de la habitación, enviando una mirada fulminante en dirección a su esposo.

La más joven de los Cullen le dirigió a Emmett una mirada decepcionada antes de salir también de la habitación, siguiendo a su hermosa hermana.

"¿Rose?" Gritó Arlina y encontró a su hermana en el balcón, mirando hacia el bosque.

"Hola." Rosalie bajó la mirada hacia sus manos que descansaban una sobre la otra en la cerca del balcón, miró a su hermana pelirroja con una sonrisa triste.

"Solo me aseguro de que estés bien". Arlina colocó su cálida mano sobre la de Rosalie y sonrió reconfortante. Rosalie le devolvió una sonrisa apreciativa justo cuando la puerta del balcón se cerró. Ambas sabían que era Bella por su adictivo aroma, pero Arlina miró hacia atrás de todos modos y le envió a la chica Swan una pequeña sonrisa.

Frotó el brazo de Rosalie una vez más antes de alejarse, le sonrió a Bella mientras regresaba a la casa. Arlina sabía que Rosalie tenía algunos problemas que compartir con Bella y les iba a permitir hacerlo juntas, solas.

Al pasar junto a su padre adoptivo y sus hermanos, miró con el ceño fruncido a Emmett, cuyos ojos se abrieron de par en par por la sorpresa: "En serio no entiendo a las mujeres". Les dijo a sus hermanos y a su padre, todos se rieron de su indiferencia mientras se despedían de la habitación.